CUENTOS DE LA SIERRA
NEVADA
UN LUGAR COMO PARA QUEDARSE
En un principio la idea
que tengo en mi mente es realizar una visita a la Sierra Nevada de Santa Marta,
más exactamente a Nebusímake. Después de haber dormido muchas horas me
despierto, al pararme de esta larga cama lo primero que se me ocurre es abrir
la cortina e inmediatamente ante mí se presenta la fachada del estadio, y al
sentir el ruido proveniente de la calle: me digo a mi misma que tengo que irme
de esta ciudad de mierda. Al ver mi armario sin demora coloco sobre la cama lo
que considero necesario para vestir allá en la sierra, coloco mis dos libros
que estoy leyendo por estos días al lado de la ropa, lo mismo hago con la
linterna. Con todo lo que considero para el viaje y al sacar del canasto de
mimbre el viejo morral de apoco introduzco esas prendas y esas cosas. Al ver
que todo está listo decido ir al baño donde sin pormenores me baño y me visto
con el bluyín habitual, la camisa artesanal que una vez comprara en el mercado
de Antigua allá en Guatemala y de último al sentarme sobre la cama me coloco
las medias y los viejas zapatillas, al tender la cama y ver todo en mi orden
desordenado decido salir a la calle, al abrir la puerta reviso por si las dudas
las malditas llaves, ya en el exterior vuelvo a cerrar la puerta y sin demora
bajo las escaleras, al ver al portero del edificio esquivo la mirada y salgo
sonriente a la calle, camino una dos y tres cuadras al lado de los diferentes
vehículos, me detengo y gracias a que el semáforo está en verde logro pasar la
calle colocándome en el amplio anden y entro en la panadería de siempre, al
quererme sentar esquivo a dos señoras conocidas que como no soy estúpida como
ellas me consideran seguramente una loca, al aposentarme sobre la plástica
silla miro alrededor encontrando las diferentes personas que a la vez me
observan, para mi fortuna viene la chica de siempre con el mismo delantal. Al
verla parada cerca de mí le digo- Hola, por favor tráigame lo de siempre. Al
verla alejarse me pongo a meditar sobre el viaje y solamente soy interrumpida
por la misma fulana que coloca el yogur y el pan francés sobre la pequeña mesa,
ya salida de mis pensamientos simplemente comienzo a disfrutar de mí desayuno en paz, al acabar como no estoy
satisfecha le hago una seña a la misma joven que inmediatamente se vuelve hacia
donde estoy sentada y le pido lo mismo, al traerlo me pongo a disfrutar del pan
y del yogur, en ese instante me sorprende la mirada de mi amiga Roxana- Al ver
cómo le cae más allá de la cintura el largo cabello semejante al mío le digo
que se siente, al hacerlo nos vemos de frente y me dice: que estás haciendo por
estos días…- Yo le contesto: que no echo otra cosa que leer sobre antropología
que como ella sabe es mi vida y que pienso irme hoy mismo a la sierra- -Ella:
Estas loca que vas hacer allá- Afortunadamente estoy de la torre de descontrol,
voy con todas las ganas a diseñar unas cartillas en arruaco y español y si me
es posible a aprender a tejer esas bellas mochilas- Interesante, pero no sabía
que sabias tejer- Por ahora lo único que se tejer son mis pensamientos pero
para estas manos no creo que se les dificulte ese aprendizaje y además tengo la
voluntad a flor de piel. Y tu como vas con lo que enseñas…- Bien y normal-
Quieres comer algo- No aunque hace rato almorcé no tengo hambre, además quede
con Sonia de tomar onces- Bueno a ella ni la he oído mencionar pero así es de
tarde- Roxana al ver la hora en su reloj de pulsera le contesta: claro van
hacer las cinco de la tarde- Que locura con este día tan gris pensaba que era
temprano y además hasta hora esto es mi primer bocado del día- Eres una
despistada, si claro siempre vives como en otro mundo- Lo del otro mundo te lo
acepto pero lo de despistada no- Bueno despistada me tengo que retirar- Bueno
como quieras libre albedrío. Al verla salir me pongo a descifrar cómo es
posible que sea las cinco de la tarde y al retroceder el tiempo me acuerdo que
estuve muy entretenida leyendo hasta las horas de la madrugada y al darme
cuenta el porqué de este despiste me toco la frente, al volver a la realidad
termino con el yogur y el pan. Al levántame de la silla le pago lo consumido a
la chica y salgo sintiendo el gotereo intenso sobre mis extremidades, al darme cuenta lo tarde que es
corro ya que no me quiere mojar, al ir por donde viniera logro llegar al
edificio, como vengo tan impulsada y
el piso está tan mojado resulto resbalándome cayendo de nalgas contra las
baldosas grises claras, como es de suponer el celador al verme como he caído se
sonríe de sobre-manera y doy un alarido que asusto al mismo personaje, haciendo
un esfuerzo me levanto diciéndole al tipo: como albearme tirada no me da una
mano para ayudarme, que morbo que hay en esta ciudad infernal. Rápidamente subo
las escaleras y de esa forma al abrir la puerta entro muy agitada para sentarse
sobre el único existente sofá, al ver lo oscuro que esta todo pienso que lo
mejor es irse, me levanto y al ingresar en el baño me cepillo los dientes
poniendo la crema, y el cepillo en el bolsillo delantero del morral, al ver
colgada la chaqueta impermeable no dudo en ponérsela y luego al levantar el
morral rápidamente me lo coloco sobre la espalda saliendo por donde entrara al
primer piso, al ver al fulano le saco con todas las ganas la lengua y
apresuradamente salgo al exterior. Ya sobre el andén apresuro los pasos
dejándome llevar por los instintos y sin importarme un comino la lluvia, camino
andando si lijosamente. Al pasar la calle escucho que alguien me grita Ana y yo
sigo como si nada, muy tranquila y bastante mojada subo la pendiente del
terminal de trasportes, al entrar a la vieja construcción al verme la gente de
cómo vengo de empapada me esquivan y yo frescamente recorro las diferentes
empresas de buses, al ver en la distancia que alguien anuncia con una potente
voz a Bucaramanga me le acerco diciéndole: ¿cuál es el bus que parte con
dirección de la ciudad que gritando menciono? El personaje que se trata de un
muchacho me indica con un ademan donde está el bus, yo corriendo me introduzco
en el bus y al ver un puesto al lado de la ventanilla luego de colocar el
morral en la parte de arriba me siento
viendo que aún llueve más fuerte, como estoy prácticamente empapada voy
sintiendo el frio en toda la extensión de mi cuerpo, tiemplo repetidas veces
viendo a la gente que ingresa en el largo automotor, de pronto una señora que
lleva atado a su frente una especie de canastilla me sorprende, al ver la cara
que me pone bajo la vista so- bre la canastilla y entre varios comestibles saco
una barra de chocolate y sin ver a la señora la abro introduciéndola entre la
boca- La señora viéndome seria me dice: no me va a pagar el
chocolate- sacando del bolsillo del bluyín un fajo de billetes le digo:
tranquila que lo primero es lo primero y ahora si dígame que le debo del
chocolate- La señora haciendo
un gesto gracioso me contesta: me debe tanto- Sonriéndole
al separar el billete se lo entrego diciéndole: gracias. Al sentir que el
chocolate me ha dado el calor necesario me siento reconfortada, al percibir que
un gordo se sienta empujándome contra la ventana se me viene la rabieta, que al
sentir lo aplastada que estoy miro con ganas de matar al señor y le voy murmurando:
Con este gordo no viajo y por favor deme permiso. Al pararme con la misma
tenacidad se levanta y sin mirarlo tomo mi morral, al ver otra ventanilla sola y
al ver el lugar alto pongo el morral sentándome viendo a través de la
ventanilla otros buses similares a este. Al darme por enterada que el bus se
está llenando veo que una señora se sienta al lado de donde estoy sentada- Al
verme me dirige la palabra: señorita parece que se lavó- Con esta persistente
lluvia quien no- Acaso porque no tomo un taxi- Señora me encanta la lluvia pero
por favor déjeme tranquila. Yo del bolsillo interior de la chompa extraigo los
audífonos y me los coloco sobre estos oídos, al escuchar el buen rocanrrol me
alucino viendo las gotas que reflejadas por la luz van cayendo y enseguida
siento que alguien me toca el cabello al voltearme veo al ayudante, con un
gesto de mala gana me quito el aparataje y le masculló: cretino, no me gusta
que alguien desconocido me toque el pelo, cuánto vale a Bucaramanga- El tipo
asustado me contesta: cuesta tanto. Al pagarle me vuelvo a colocar los
audífonos en las orejas y siendo influida por el ritmo roquero siento como una
percepción de vuelo que hace que disfrute del viaje y solamente salgo de este
éxtasis nubelistico en el momento que el bus parquea dentro de la terminal, al
sentir que el bus se ha detenido me saco el apara tejo y al levantarme
recogiendo la mochila salgo a la intemperie sintiendo un agradable clima, al
sentir hambre con la frescura de siempre intercepto a una señora que está en un
cubículo de alimentos, le pido varias empanadas, un refresco de mandarina que con el hambre que tengo rápidamente le doy
termino, al no tener ya nada sobre la mano un tipo horrible me ve de pies a
cabeza y yo luego de que pago lo consumido prácticamente empujándolo me retiro
a un lugar afuera como algo así como un externo parque, viendo una pequeña
fuente ocupo una de las pocas bancas de madera, mirando la fuente tratando de disimular de mi chaqueta saco algo así como un pequeño tabaco
de mariguana, al ver que hay cierta oscuridad con un di esquero lo prendo
impregnando con ese olor el entorno, me doy copiada tras copiada lográndolo
extinguir, en ese estado me siento de maravilla percibiendo de un mejor enfoque
las cosas. Al ver que los únicos sujetos han desaparecidos me levanto, hiendo
tras mis pasos subo por la escalera mecánica a la segunda planta, al ver la
empresa Brasilia me acerco a la ventanilla entonando con esta voz: señorita cuando sale el próximo bus a
Valledupar- En media hora pero solamente quedan dos cupos libres- Véndame uno
pero ojala al lado de la ventana- Tiene suerte porque uno de los dos es una
ventana- Entonces siendo así deme ese y porque tan barato- Esta chica, le vale
está suma. Yo le paso el dinero estipulado. Al colocarme el morral sobre la
espalda vuelvo al interno jardín
volviéndome a sentar ocupando la misma silla de madera, en esta traba veo
como una pareja de niños juegan al lado de varias valijas, inmersa en esa
situación se me pasa el tiempo y rato escucho que por los parlantes una voz
femenina anuncia el bus que va a Valledupar, me paro y casi corriendo ocupo el
bus, al ver la numeración que me corresponde, coloco el morral y pidiéndole
permiso a un señor de sombrero volteado me siento, lo primero que hago es
colocarme sobre las orejas el apara tejo de donde lográndome aislar escucho el rock de Charly y del Flaco Spinetta, al salir
el bus empiezo a repetir lo que voy escuchando modulando los labios, al
escucharme el personaje del sombrero se impacienta y me empuja suavemente- Yo
al sentirse agredida me quito el aparato y lo enfrento diciéndole: amargado de
mierda acaso no puede ver a alguien feliz que canta- Es que me molesta con su
voz. Sin contestarle me vuelvo a colocar el aparato y sigo cantando como si
nada viendo en un momento dado como el tipo sufre, pero prefiero
mirar hacia la ventanilla del bus distrayéndome por la
iluminación lunar de la ventanilla, escuchando los temas preferidos me quedo completamente dormida. Al pasar de las horas
me despierta la primera luz de la mañana, al abrir los ojos me doy cuenta que
el tipo se ha bajado en alguna parte y me siento más tranquila pero a la vez
más poseída por la música. Percibo claramente que he llegado al destino ya que
el bus recorre la extensión de una larga avenida y por último veo que hemos
arribado a la terminal terrestre, al detenerse el automotor muy tranquila tomo
mi morral y me bajo después de toda la gente, como tengo sueño y percibo
inmedia-tamente el calor quiero algo de tomar, me acerco a una tenducha, al ver
a la morena le digo: tengo una sed espantosa que tiene para calmarla-
Sonriéndome con esa belleza de los morenos me contesta: desafortunadamente solo
tengo gaseosas- Deme una naranja. Al momento me la da y empiezo a sentir que me
refresca la garganta me alejo y enciendo un piel rora que voy fumando y
disfrutando de la bebida gaseosa. Al acabar con las dos cosas me acerco
entregándole el envase a la señora. Como no se la hora se la pregunto a un
morocho que me contesta que son las seis y media, como sé que tengo todavía
tiempo para ir a Pueblo Bello, salgo afuera de la terminal y al ver un taxi
detenido el señor al verme me dice: cachaca o será gringa- No está equivocado
soy de la inmamable Tunja será que me puede llevar a donde pueda tomar los
carros a Pueblo bello- Cachaca bonita súbase que la llevo. Entro primero el
morral y luego entro yo, ya acomodada el individuo moreno arranca el vehículo
normal tomando la misma avenida por donde llegue en el bus, a las varias
cuadras toma otra avenida que en el medio están los enormes árboles de mango y
las casas un poco destartaladas, al pasar ante lo que debe ser el mercado veo a
varios indígenas arruacos con sus mochilas y sus poporos, al girar el moreno el
vehículo se estaciona al frente de un muro de ladrillo y cemento, luego de
pagarle la carrera me bajo sosteniendo el morral, en un santiamén sobre la
espalda me lo coloco, atravieso la portezuela hallando un lugar con mangos a
los costados y en el centro varios pequeños autobuses, al acercarme a un moreno
regordete le digo: usted seguramente sabrá el carro que sale para Pueblo bello-
Él hombre de cabello quieto me contesta: que chica más buena- Sí que lo pero yo
solo me ligo con un poeta, lo único que necesito de usted es que me diga cuál
de estos vehículos sale para Pueblo Bello- El tipo estira sus brazos me
contesta: si supiera ya mismo se lo diría pero pregúntele a esa señora que
seguramente sabrá- Bueno de todas maneras gracias. Me dirijo a donde está la
señora sentada prácticamente mostrando los calzones, al tenerla bastante cerca
le digo: seguramente usted sabrá cuál de los carros sale para Pueblo Bello- La
señora me mira riéndose y me va murmurando con una elevada entonación: que va
hacer una bella mujer allá en Neubusímake…- Visitar y hacer otras cosas- Conque
visitar y guíen sabe a guíen. La señora parándose: sáquese esa cosa que lleva
sobre la espalda y pongámosla en la camioneta, que apenas se llene sale. Hago
exactamente lo que la señora me dijo introduciéndome en la parte de atrás de la
camioneta, al poco tiempo en la parte de adelante se sientan dos mujeres
arruacas, y quedo entre dos hombres que no me quitan la mirada de encima,
sintiéndome apretujada un señor de lentes oscuros y escasa barba arranca el
vehículo- Le digo a los dos tipos que abran las ventanas que me estoy
asfixiando de calor, los tipos como malhumorados las abren sentido el aire
caliente que entra por la ventana, al salir de la extensión de la avenida mis
ojos encuentran la extensión del valle, luego el cerco de montañas imponentes,
sudorosa entramos al pueblo ya mencionado donde el espécimen de señor parquea
el automotor, luego que se baja uno de
los dos tipos me bajo extendiendo la extensión de mis brazos, luego alguien me
pasa la mochila camino unos pasos y descubro pintado en la pared la expre- sión
de un indígena con el nombre de cooperativa de trasporte arruaco, a la
izquierda del letrero descubro un grupo de sillas donde están sentados varios
arruacos y una rubia en medio de los hombres, al aproximarme me siento
saludando con un gesto a la chica rubia que me contesta con un retorcido
español: por lo que veo vas a la montaña- Si a eso vine pero cuál es tu
nombre…- Soy Kaski y soy de Alemania, vengo con intención de conocer el mundo
de estos indígenas- Que bueno pero está mal decirles indígenas ya que en verdad
son amerindios, ya que el concepto de indios debemos dejárselo a los hindús,
esos europeos que vinieron a conquistarnos son unos errados explotadores de
mierda y nada más- La chica casi saliéndose los ojos me mira contestándome lo
siguiente: yo no tengo la culpa de que esos hechos hayan ocurrido en la
historia y al contrario no vengo para nada con esa intención, solo porque
estudio antropología vengo en situación de estudio y nada más- Perdona si te
ofendí yo soy antropóloga de oficio y vengo con la intención de hacer unas
cartillas en el idioma arruaco y en español, y además con el propósito de
aprender a tejer esas bellas mochilas- La alemana pálida como el marfil me
murmura con su asentó árido: como así que estudiaste antropología- Si me
encanta, lo soy y lo asumo como buena latinoamericana que pertenece a estas
tierras. Al oírme uno de los arruacos se ríe a carcajada herida y los tres
terminamos riéndonos de la misma manera, que al provocar a los demás se escucha
un rumor de risas. Solo somos interrumpidos por una especie de amerindia que
nos anuncia que debemos abordar el jipp alto. Así lo hacemos en la parte de
atrás yo colocándome en la ventana al lado de la alemana y dos arruacos más, el
señor que luce un sombrero como del viejo oeste norteamericano, patillas largar
y mostacho a lo mexicano sin preocupación de nada le da a toda prisa movimiento
al jepp, de esa forma salimos del pueblo arrastrándonos por una carreterilla en
pésimo estado, vamos saltando como si fue- ramos en un enorme equino. A la
medida que avanzamos la destartalada vía se hace más complicada, para no sufrir
prefiero hacerme la desfechada de la cabeza, veo que la amiga alemana al estar
más pálida pareciera que se le saliera el espíritu, se ven los abismos y el
rutaje en extensión de rocas y piedras, que por supuesto lo sufrimos. Ya en la
distancia en un primer plano se empiezan a ver los primeros construcciones
circulares con techo de pajuela y en un segundo plano el bosque y las altas
montañas, de curva en curva vemos como el jipp se tuerce para volverse por
fortuna a enderezar, de verdad que cuesta cada piedra que pasamos y siempre el
abismo se hace más profundo- Le digo esta ruta es de locos, al haberme
escuchado el arruaco se retuerce de la risa. Seguimos como en un torbellino
como se va surcando por la altura de las montañas, al pasar uno, dos y tres
ríos llegamos ante un pasaje diferente, un valle entre montañas de inmensas
cumbres. Luego de pasar el jepp un angosto río parquea al lado de una cerca
viva, al estar todos magullados del terrible viaje nos bajamos estirando las
piernas- Yo viendo a la alemana que tiene una cara de malestar terrible le digo
sonriéndole: que viajecito me tengo que volver armar- la alemana haciendo un
esfuerzo me dice: nunca antes tuve un recorrido en jipp como este, claro que
vale la pena porque lo que hay aquí es de una belleza increíble- Aunque
pronuncias con dificultad logras hablar un buen español- Si claro lo aprendí en
España ya que viví varios años en Madrid y Sevilla- Con razón te haces
entender. Las dos inmediatamente nos carcajeamos de lo lindo. Al ver en la
distancia a un personaje que está sentado sobre el pasto en compañía de un niño-
Viendo desaparecer el vehículo por una trocha le murmureo a la alemana: qué tal
si nos acercamos a esos dos personajes- Me parece buena idea. Dejamos los dos
morrales sobre el corto pasto y caminamos en dirección de las dos personas, al
acercarnos apreciamos que se trata de un hombre arruaco que entre las manos
luce un poporo y que con un pequeño palito
moldea el poporo circularmente y que como es lógico
tiene coca entre su cachete, al pararnos a tan solo un metro de distancia
reconozco que nada menos se trata de mi amigo Silvino, al verme me reconoce y
sin demora se le dibuja en su rostro una bella sonrisa y me dice: du zano
(buenos días), y agrega amia dukawa (mujer bonita- yo le contesto con la misma
cortesía cheyw duckchu (hombre de felicidad). El luego de soltar una pequeña
risa va diciendo en español: que bueno que hayas venido, de verdad que me
alegra vamos de una vez a mi casa- Yo le devuelvo la risita y le contesto: ella
es de Alemania y se llama Kaski, luego que me saluda de mano hace lo mismo con
ella- Yo le agrego: vamos por los morrales. El niño siempre esta callado pero
eso sí muy sonriente, lentamente se levantan y nos acompañan por los morrales,
al hacerlo nos disponemos a andar, lo hacemos en silencio tomamos el sendero
que nos lleva entre el estrecho valle, escalamos una, dos y tres montañas para
llegar a una especie llanura de arboleda espesa y cerrada por donde apenas se
alcanzan a filtrar los rayos del sol, descendiendo con cierta dificultad por lo
mojado del terreno nos establecemos en unas gigantescas rocas de apariencia
humana- Silvino luego de hacer una extraña venia va soltando la lengua: este es
un lugar para nosotros los arruacos muy sagrado. Se sienta en posición de
meditación y nosotros simplemente repetimos todos sus movimientos. Al sentir
los primeras gotas lentamente nos levantamos y dejamos las rocas sagradas,
ascendemos como la cuesta es tan empinada por falta de oxígeno en los pulmones
las dos mujeres nos tenemos que detener, Silvino saca de una pequeña mochila
unas hojas de hayo (coca) y nos indica la forma de usarlas, antes de
introducirlas en la boca hacemos una especie de moño y luego las mascamos
poniéndolas en un lado de la boca, al rato sentimos sensación de alivio,
volvemos al andar al doblegar la cima empezamos a descender viendo a lo lejos
un profundo valle arbolado, y al volver introducirnos entre los gigantescos
arboles perdemos como es lógico la vista del valle, solamente la volvemos a
encontrar ya muy abajo, por un puente que se trata de un troco do- blegamos la
corriente del río verdoso y trasparente y ya entre el platanal divisamos la
vivienda circular de techo de paja, al acercarnos escuchamos los ladridos de
los perros y al abrir la pequeña puerta de alambre de púas, los perros se nos
los lanzan como en son de juego, inmediatamente sale doña Bilganía y sus cuatro
hijas a saludarnos de beso, enseguida nos convidan a seguir a la cocina donde
nos sentamos en las dos bancas de madera, la señora inmediatamente se pone a
preparar una agua de hierbas con panela que los mismos nativos hacen en sus
molinos, en el momento que está hirviendo la vierte dodo el contenido en varias
ruticas tazas de cerámica, en el momento que me entrega siento el calor que
inmediatamente calientan mis manos, al acabar una de las hijas las recoge poniéndolas
en desorden en una especie de platón, al poco tiempo con las palmas cantan
canciones en su idioma, las acompañamos con las palmas hasta quedar zumbidos en
el cansancio. Antes que digamos algo don Silvino acomoda dos hamacas entre dos
palos de la misma cocina, antes de acomodarnos la extranjera y yo nos
despedimos de beso de los anfitriones y en poco tiempo se nos van las luces de
los ojos.
A la siguiente mañana
somos despertadas por los cantos de los pájaros, al pararnos salimos a la
intemperie algo nublada a ver las lindas aves que volando merodean el lugar-
Kaski señalándome hacia un grupo de árboles me va hablando: mira esos pájaros
tan coloridos acaso no son maravillosos- Claro que lo son mira esos otros con
plumas azules y fucsias- Que lugar más maravillosa y los personajes tienen una
calidad que no tenemos nosotros los civilizados- Estas en lo cierto. Al
despejarse de las nubes el sol todo se vuelve más brillante, casi al mismo
tiempo somos llamadas con gritos, vamos entre las diferentes plantas a su
encuentro, luego de pasar un rudimentaria cerca estamos al lado de ellos- Don
Silvino habla: vamos para que conozcan la finca. Del terreno de frijol pasamos
a otro terreno mucho mayor en extensión viendo el inmenso cultivo
de maíz, caminamos
entre el maizal y Silvino va desprendiendo las mazorcas que
inmediatamente va deshojando, lo imitamos haciendo lo mismo y con muchas de
estas mazorcas las hijas se encargan de llevarlas a la cocina para preparar el
desayuno, mientras seguimos entre el platanal viendo a lo lejos uno de los
picos nevados, al pasar un enorme pino vemos una mapana que inmediatamente
Silvino con increíble destreza logra tomarla por la cabeza arrojándola lejos de
nosotros- Luego dice: aquí las serpi-entes se les trata bien ya que ellas son
un elemento sagrado, claro que siempre es recomendable estar muy alertas porque
son vivases y al morder su veneno puede ser letal pero vamos que les muestro
algo muy sagrado para nosotros los arruacos, al atravesar un puente colgante de
madera que los resguarda al de otro río con las mismas características que el
otro llegamos ante las enormes raíces de un gigantesco árbol que le cuelgan una
especie de espigas grises, él extiende toda la extensión de sus brazos y lentamente
los recoge para colocarse en posición de cuclillas donde se queda inmerso por
un buen rato, tratamos de hacer lo mismo pero sin lograrlo del todo bien. Al
levantarnos volvemos por el mismo sendero a la construcción circular, al entrar
a la cocina tenemos cada uno un plato sobre la desbaratada mesa, nos sentamos a
comernos los envueltos de maíz con huevos revueltos y de último nos tomamos una
bebida exactamente igual a la de la noche anterior- Don Silvino viéndonos a las
dos mujeres el aura va diciendo: veo que se quieren quedar con nosotros por un
buen rato- La alemana le contesta: si al menos ese es mi propósito además estoy
dispuesta a ayudar con los gastos de la comida y con lo que haya que hacer- Yo
digo: estoy en lo mismo además me gustaría aprender más del arruaco y si es
posible a aprender hacer mochilas- Eso les toca a las mujeres yo me encargo de
la tierra y de visitar a mis mamos, ya que a las mujeres no se les permite
asistir a las ceremonias así quedamos. Una
de las hijas va diciendo: vamos ir al pueblo a comprar algunas cosas
indispensables para cocinar- Yo al sacar dinero le entrego una buena suma, lo
mismo hace la alemana, al momento aparece un mu-chacho arruaco con una mula y
al vernos nos dice en buen español: de donde han salido esa morena de ojos de
río y ese sol de cabellera- Yo les contesto: llegamos ayer de la inmunda
civilización- La alemana le palabrea: pero díganos usted como sabe tan bien el
español- Lo aprendí viviendo allá en Valledupar ya que me quede años pero al
ver que no pasaba si no lo mismo decidí volver a mi tierra, desde que estoy
aquí ya han pasado dos años por eso lo
que se aprende no se olvida. Todos nos reímos a carcajada abierta hasta casi
desmayar. Ya en silencio vemos que entre las mujeres acomodan los costales de
algodón sobre la mula y el hombre y las muchachas parten en dirección del
pueblo de nebusímake.
En los días restantes
aprendemos a extraerles la lana a las ovejas, a hilar y a pesar de la
dificultad vamos aprendiendo a tejer con dos agujas las mochilas y por varios
días no vemos a Silvino que se ha ido a la reunión con los mamos. Con el
trascurrir del tiempo la rutina se adueña de nosotras que olvidamos por
completo la civilización, a la vez sintiendo y percibiendo asuntos que
espíritus y ojos normales no entenderían. Fin.
UNA MARAVILLOSA ESTADÍA
Al arribar con mi novia
Marcela de Pueblo Bello a Nebúsimake en un jipp de la empresa trasportadora de
los arruacos, a pesar del terrible recorrido por una carretera de piedras,
rocas y barro nos bajamos inmediatamente acostándonos tan largo somos sobre el
corto césped, al retirarse el automotor por donde vinimos nos quedamos del
cansancio más que profundos sintiendo el sol en el rostro, no sé cuánto tiempo
paso al momento que somos despertados por la inesperada lluvia que ya cae sobre
nosotros fuertemente, al ver que va en aumento nos levantamos rápidamente
colocándonos cada uno su morral sobre la espalda, para no abrir la complicada
puerta que separa el lugar donde dormimos a la finca aprovechamos para pasar
por una escalerilla doblegando la cerca de madera y de alambre de púas, tomamos
el sendero que está ubicado entre las plantaciones y al ver una baja muralla de
piedra entramos por la puerta al abierto lugar y caminamos pocos pasos para ver
dentro de la construcción de piedra y madera circular a una extranjera que
sentada ocupando una mesa escribe no se sabe que cosas- Marcela le dirige la
palabra diciéndole: por favor sabe si esta Ive Izquierdo la profesora de la
escuela de Nebusímake- Ella despeja la mente y luego contesta: usted habla muy
rápido vuélvamelo a decir pero muy despacio que solamente así puedo entender-
Marcela insistente: mejor dicho sabe si está la profesora Ive- Ha ya comprendo,
seguramente estará en la escuela enseñando pero si la esperan seguramente no
demorara. Nos sentamos viendo el bello lugar de la casa y la construcción en
sí, estando como hipnotizados por lo que estamos viendo la chica vuelve a dejar
de escribir y va diciendo: ustedes seguramente vienen de algún lugar de este
país- Claro vivimos en Villa de Leyva- Me gusto ese pueblo colonial ya que
entre sus calles se respira un instancia de paz muy conmo-vedora- Pero ustedes
no son de allá- Marcela le contesta- Él es de Cartagena y yo te Tunja- No
conocí Tunja debido a que las ciudades no las soporto. La primera vez que
llegue a Bogotá lo recuerdo como si fuera ayer, al salir con un grupo de amigos
en la noche nos atracaron en plena Candelaria y como los asaltantes tenían
armas no sé cómo nos escapamos de la muerte, fue gracias a un grupo de
muchachos que nos vieron y nos dieron protección al ver que eran tantos los
asaltantes salieron huyendo en el vehículo. Por eso desde esa primera venida he
vuelto varias veces pero a lugares como este. Yo le palabreo: hoy en día las
ciudades son semejantes de unas a otras, todas tienen casi los mismos centros
comerciales, las mismas avenidas y además son estresantes y peligrosas, no hay
caso. Estando en esa conversación vemos a la profe que ingresa por la puerta
con su apariencia arruaca y llevando de la mano a su supuesta hija, al vernos
se detiene dirigiéndonos la palabra: bienvenidos a las cabañas, Raquel estoy
extenuada del cansancio como ya eres de
confianza en este lugar serás que los llevas alguna de las cabañas, como
solamente estas tú las restantes están desocupadas y por favor toma las
llaves de donde ya sabes- Claro que sí, vengan que ya
mismo vamos para allá. Salimos del lugar de la casa al mismo sendero y en medio
de los sembrados llegamos ante otra puerta que está completamente abierta,
desde donde divisamos un gran espacio cercado por un rio supremamente verde y
en el medio del espacio verde hay varios especies de bohíos, al abril la misma
extranjera una de las puertas de uno de los bohíos- Con su forma particular de
hablar nos entona lo siguiente: yo llevo más de seis meses aquí escribiendo un
libro como ya me considero de aquí, aunque no lo sea les ofrezco mi amistad.
Nos saludamos de beso y al ver que se retira cerramos suavemente la puerta y al
descolgarnos los pesados morrales nos ponemos en nuestro intimo asunto dándonos
besos y acariciándonos como dos simples enamorados, nos desvestimos y en
diferentes posiciones hacemos el amor hasta que quedamos extenuados dormidos entrelazados,
al despertarme con sed y sumido entre la oscuridad, al no quererla despertar me
trepo por encima y en mi torpeza me estrello contra la pared dándome un golpe
certero en la cabeza, turulato y todo vuelvo por encima al otro lado de la
cama, al palpar toda la mochila logro encontrar la botella de agua que tomo
lentamente sin querer desocupar porque ella puede despertarse con sed. Al
volverme acostar la tomo abrazándola sintiendo su pulso y su respiración y al
estar con la debida claridad abro los ojos viendo en primera instancia la
botella vacía en el suelo y a ella de espalda seguramente viendo el paisaje- Al
decirle: debes estar ensimismada observando la existencial belleza del lugar-
Al voltearse me responde: no lo dudes ni un segundo que estoy entregada
comtemplando a la totalidad de esta maravilla de paisaje, que tal si vamos al
río…- Con este sol es buenísima idea. Al separarnos del bohío vamos tal
descalzos como estamos por la corta grama a la orilla del precioso río, en
primer lugar hallamos con la vista las diferentes piedras que están sumergidas
pero sobresalen del nivel del agua creando un recorrido de la corriente bien
particular y de una belleza notoria. Al tocar con la planta de los pies el agua
sentimos un frio que inmediatamente se nos sube por todo el cuerpo, nos
abrazamos dándonos calor, a los minutos nos volvemos a tomar de las manos de
esa forma nos establecemos lentamente en la parte más honda que no me llega si
no un poco más del ombligo, sin resistencia me zambullo de cabeza al agua
trasparente y verdosa, ella al ver que intento tirarle agua sale corriendo pero
al darle con toda la gana la logro mojar y al sentirse mojada hace exactamente
lo que yo ya hice, ya en compañía del sol sentimos una frescura infinita en
todo el cuerpo y nos salimos a asolear sentadonos en una inmensa roca que
refleja nuestra sombra desnuda. Al sentir hambre desistimos del río y sin
demora al secarnos con la única toalla nos dirigimos al bohío y al vestirnos
vamos a ver cómo podemos conseguir algo para saciar esta hambre, al salir del
territorio de la profe Ive vemos en la distancia una casa diferente de las
demás en material, vamos a su encuentro al entrar por un puente como el de la
finca de la profe percibimos en la puerta un par de niños que juegan con una
bola plástica, al vernos salen por el interior corriendo y casi a la vez sale
una mujer arruaca que amablemente nos dice: sigan que están en su casa- Marcela
con su voz le entona: no queremos molestar solo queremos saber si nos puede
vender algo de lo que tenga para comer- La señora con cara como de curiosidad
le responde: tengo arroz hecho, con frijoles, les puedo fritar unos huevos- La
misma Marcela: nos salvaría esta situación de hambre- Siéntense por favor. Al
ver la mesa no dudamos en acomodar los traseros y al poco tiempo vuelve a
parecer la misma personaje con dos platos repletos de lo que dijera, Luego que
nos damos un largo beso nos disponemos a tragar, lo hacemos en silencio y sin
distracción que nos haga perder el sentido de lo que estamos haciendo, al
finalizar sin haber dejado algo en el plato nos abrazamos, nos besamos con
enjundia y solo lo dejamos de hacer al ver a la señora que nos dice: por lo que
veo les gusto lo que les prepare- Yo le contesto: no nos podemos quejar de su
amabilidad tal linda pero por favor cuanto le debemos- La señora: lo que
ustedes consideren- Yo le digo: están bien diez mil pesos- Si me parece bien y si quieren les puedo mostrar
mochilas- Marcela por favor muéstrenosla que es posible que nos interesen. Al
irse la señora por el interior de la vivienda al poco tiempo regresa
sosteniendo varias mochilas, al verlas lentamente de una en una lo bellas que
en realidad son se nos van los ojos y yo le digo: entre qué precios oscilan- La
señora: entre ochenta y ciento veinte- Marcela: lo vamos a tener en cuenta pero
me gustaría a prender a tejerlas- Para aprender se necesita mucho tiempo ya que
primero se extrae la lana de las ovejas, luego hay que hilarla y por último
aprender a tejer con dos agujas la mochila y solo con el tiempo se logra tejer
como la tejemos nosotras las arruacas- Si se necesita todo el tiempo de la
existencia, voy a ver si logro desprenderme de este novio que no me deja un
minuto quieta. Se ríen a carcajada tendida. Yo le digo será que por ahora por
estos días nos puede vender los alimentos- No es posible ya que solo muy poco
tiempo permanezco aquí en esta casa ya que la mayoría del tiempo estoy ocupada
en mis asuntos allá lejos en la finca, pero de pronto mi hija o mi compañero
vienen solamente estén atentos- Gracias. Salimos por donde llegamos y al
cruzarnos con Ive nos mira atentamente diciéndole a ella: que suerte que me los
encontré: estamos necesitando en la escuela un profesor de geografía e historia
contamos con recursos para pagar más o menos- Marcela le contesta: soy
antropóloga y tengo un buen conocimiento y además quiero aprender hablar al
menos arruaco- Yo te enseño no es complicado para aprender se lee muy similar
al español- Marcela dándole la mano le dice: trato hecho desde cuando puedo ir
a la escuela- Si se compromete tiene que ser desde mañana mismo, se llega
puntualmente a las ocho de la mañana- Mejor dicho a qué horas sales tú con ese
destino- A las siete y media si quieres nos vemos en mi casa- De acuerdo estaré
puntual. Se despiden de beso. Yo le digo y yo que voy hacer si lo mío es pintar
y escribir, pues ve por tus cosas o hace lo que te venga en gana- Mi amor que
voy hacer- Dedícate a sembrar o hacer lo que quieras- Yo decidido como estoy me
voy a hacer lo mío- Te comprendo pero no me dejes de amar- Realmente no sé lo
que va a pasar- Me sucede igual pero eso no va hacer que me separe de ti ya lo
resolveremos- Como… - No sé. Seguimos caminando hasta la bella morada al estar cansados nos tiramos
sobre la cama y al ver que llueve torrencialmente
quedamos bajo el efecto de la oscuridad completamente dormidos y solo nos
despertamos por el piar de los pájaros y la claridad repentina, al desesperesarme
veo a Marcela ya vestida dispuesta a salir, al darme un beso en los labios
atraviesa la puerta alejándose de mí, como no tengo ganas si no de dibujar saco
del bolsillo grande del moral el enorme blog de dibujo y sentado apoyado en la
almohada me pongo en la tarea dibujando sobre lo que mis ojos han visto aquí en
este bello y mágico lugar, dibujo varias hojas y ya sintiendo el cansancio de
la mano y la concentración desisto del lápiz y del blog colocándolos sobre la
mesa de noche, al sentir el calor extremo no dudo en ir al río a bañarme y ya
fresco regreso a vestirme, al sentir un hambre que me consume voy a la misma
casa donde la misma señora me sirve lo mismo del día anterior diciéndome: tuvo
suerte ya que tuve que hacer algo importante allá Nebusímake por esa sencilla
razón no me pude ir a la finca pero mañana en la madrugada si me voy- Hoy es hoy
y mañana será otrodía ya me las arreglare- La señorita donde la dejo- Desde hoy
comenzó a trabajar en la escuela- Entonces se van a quedar- creo que ella si yo
no sé porque lo mío no lo puedo hacer sin luz, sin mi computador y mucho menos
sin mis materiales- Ósea que se van a separar- No sé cuál sea nuestro destino, le
pago ya que voy a la escuela me puede indicar por donde es- Claro que sí, venga
que le indico. Al salir Señalándome con una de sus manos me indica diciéndome:
siga derecho que el camino lo llevara a la escuela. Al despedirme con un gesto
sigo el sendero entre la extensión del potrero donde hay varias ovejas pastando, voy entre los pinos que trajeron
los dominicos antes que los arruacos los echaran por quererles lavarles el
celebro con su religión de mierda, paso ante una única vaca que al verme me ve
sin quitarme los ojos de encima y luego se va de donde está, sigo viendo a lo
lejos la enorme construcción y en el momento que llego veo al lado de esta
absurda construcción una típica vivienda de los arruacos creando un contraste
extraño, al introducirme veo a Marcela que habla con un niño arruaco, al verme
ella se me lanza a darme picos en los labios yo claro no opongo resistencia y
hago exactamente lo mismo, al ver la escena el chico sale a perderse- Yo le
pregunto qué tal las clases o la clase no se- si fueron tres horas de clases
cada una con diferentes niños, no te imaginas lo despiertos que son, el
problema de los niños de las ciudades no lo tienen ya que siempre están
dispuestos muy concentrados a aprender, además son juguetones y supremamente
cariñosos, que niños más inteligentes de verdad que son graciosos. Deberías
intentar enseñarles al menos dibujo- Pero como voy a conseguir materiales como
papel, lápices, colores y demás- Acaso crees que no pienso en ti- No sé- Bobo
yo de antemano lo he hablado con la profe y ella me dice que si estás dispuesto
a comunicarles a los niños las habilidades del dibujo bienvenido serás y los
materiales se mandaran a traer de Valledupar. Al creerlo la abrazo elevándola
del piso y luego la beso de una forma y de otra.
A los pocos días
teniendo la mayoría de lo que pedí emprendo mi compromiso de profesor,
comunicando lo que es en si el dibujo como me queda tiempo libre acompaño a los
infantes en la labor de la huerta y a la vez aprendo de ellos el idioma y otros
asuntos correspondientes a su rutina diaria, esto a la vez hace que haya entre
Marcela y yo más amor. Fin.
UN VIAJE HACIA LA ETERNIDAD
Alberto que ya ha
venido a Nabusímake, llega en un vuelo de Avianca a Valledupar. Luego de
descansar una noche en un famoso hostal de extranjeros, parte la siguiente
mañana en un taxi que lo deja en el lugar del trasporte para Pueblo Bello, al
bajarse cargando su nuevo morral cruza la portezuela y pregunta en la
ventanilla a una mujer cuando sale el próximo vehículo para Pueblo Bello- Ella
le contesta: que se puede subir en aquella camioneta de doble cabina y que
apenas se llene partirá para allá. Hace lo que la mujer le indicara, o sea que
luego que pone el morral en el platón de la camioneta se monta al lado de un
señor de apariencia agradable que le dice: se ve claramente que va para Nebusímake-
Si claro voy para allá ya que me quede de encontrar con un amigo arruaco con el
cual por lo visto vamos recorrer gran parte de la sierra- No le da miedo los
peligros que puede encontrar- No para nada, los miedos hace tiempo los supere.
Al quedarse callados se sube un par de arruacas de esa forma al estar el
vehículo con el cupo disponible arranca lentamente y ya en la avenida toma
velocidad, rápidamente deja la ciudad atrás yendo por un valle de donde se
distinguen las plantaciones de algodón, arroz y de otras plantas, luego al
volverse la carretera destapada va el vehículo entre grandes montañas y con ese
sentido de los acontecimientos llegan al pueblo, luego que pasan la alargada
construcción de la escuela de donde se divisan algunas especies de cabañas
circulares, de ahí toman una alargada calle comercial donde se destacan pequeñas
ferreterías, tiendas e inclusive alguno que otro alberque. Él viéndolo todo
vislumbra el momento que el vehículo se detiene en medio de la calle
exactamente en la empresa de los arruacos de trasporte, al abrir la puerta el
personaje con guíen hablara se baja y luego lo hace él. Como siente el calor
húmedo tiene sed va a una especie de ventanilla y compra una botella de agua
que al prender un piel roja va fumando y va tomando, sintiéndose pleno entra en
el garaje donde una señora con apariencia arruaca le vende el pasaje, se sienta
a esperar y se instala en sus pensamientos, de la nada aparece repentina una
mujer algo rubia y con apariencia de extranjera, se sienta como si nada a su
lado eso hace que vuelva a la realidad, al mirarla ella le sonríe le dice con
su acento porteño: va para, como es que se dice…- Nebusímake, si claro- Ya
conoce…- Si vine hace menos de un año pero como mis ocupaciones no me dejaron solamente
pude venir hasta ahora- La chica insistente vuelve a preguntar: que piensa
hacer allá en la montaña. Son interrumpidos por la misma voz de la mujer que
les vendió el pasaje que gritando dice: que se suban en el jipp. Al abrir el
conductor la puerta trasera se sube de primero una mujer de apariencia arruaca,
luego la chica y de último él, inmediatamente ven las nucas y las cabelleras
largas de las arruacas que van adelante. Inmediatamente el chofer que se trata
nada menos que de un arruaco hace que el vehículo arranque- al sentir la poca
velocidad la chica lo mira dándose cuenta él lo bella que es y le va diciendo:
no me contesto la pregunta que le hiciera antes de arrancar- Si ya recuerdo que
pregunta me hiciste, te digo que voy a donde un amigo arruaco con el cual voy
hacer un recorrido por la sierra- Antes que la chica diga algo se dispone
hablar la señora: usted creo, si no estoy errada vino el año pasado como en
mayo- Si usted tiene la razón, si claro ya lo recuerdo usted es la profesora
Ive Izquierdo la del pequeño hostal- Tiene buena memoria- Claro como no
acordarme de su linda presencia y de lo bien que me atendió- Siempre he dicho
el que viene la primera vez viene una segunda y otras más- Claro si el lugar es
supremamente mágico desde ese día que me fui siempre quise volver pero por mis
ocupaciones no lo pude hacer si no hasta ahora. Se quedan callados sintiendo el
vértigo de la vía si a esta se le pude denominar de esta manera, van entre las
piedras y cuando está el chofer intentando pasar por entre una serie de rocas la
muchacha con sus manos se aferra a él y grita algo ininteligible. Van como si
fueran en un potro descarriado moviéndose de un lado para el otro, y a veces el
vehículo se inclina tanto que pareciera que se fuera a voltear, bien-do cada
obstáculo que se va presentando y el proveniente abismo acompañado por las
inmediatas montañas, la chica pálida como si fuera hueso corroído se aferra
cada vez más que a veces lo aruña y el trata de desprenderse sin lograrlo. Al
presenciar las primeros bohíos arruacos el camino se dificultad aún más
haciéndose insoportable, que incluso la joven pierde el conocimiento. Alberto
al ver el estado en que se encuentra le grita al chofer diciendo: que detenga
el jepp. El señor inmediatamente lo detiene y al bajarse abre la puerta con el
propósito que se baje Alberto, al hacerlo entre los dos toman a la desalentada
muchacha llevándola a una plana roca y la establecen con el cuidado requerido, Alberto con lo que
queda del líquido se lo chorea logrando que la chica abra los ojos sintiéndose
como sorprendida: acaso que paso- Alberto le contesta solamente perdiste el
conocimiento pero ya te vez con buena cara- La profe: que susto pensé que te
ibas, esta carretera no es buena para nada y en verdad que si no se está
acostumbrada se puede perder el conocimiento como te paso a ti. Ya más
tranquila la chica va diciendo: creo que ya puedo seguir. Al levantarse ocupa
cada uno su lugar, y el chofer arruaco vuelve acelerar el jepp que hiendo por
lo mismo de salto en salto, la chica se vuelve a aferrar inclusive enterrándole
las uñas al pobre Alberto que ya no hace nada para impedirlo. En esa situación
el arruaco detiene el vehículo al lado de lo que podría ser una escuela- Al
voltearse dirigiéndole la mirada a ellos dos va murmurando: si quieren comprar
mochilas aquí las venden a muy buen precio. Ellos ni se inmutan y el hombre
desaparece entre la construcción y al rato vuelve cargando un costal que no se
sabe que cosas, al ponerlo arriba sobre el techo donde van los equipajes vuelve
al timón y al cerrar la puerta vuelve arrancar por los mismos obstáculos que
tiene que enfrentar, al cruzar el río ven la extensión del pequeño valle y el
arruaco de tiene el jipeto al lado de una cerca viva, extenuados todos se bajan
y la profe: si quieren hospedaje bien pueda descansen y siguen, yo como tengo
cosas que atender me voy a la casa- Alberto gracias pero yo me voy a quedar
donde Evaristo- La chica será que puedo ir con usted a la finca que menciono…-
´Por mí no hay problema pero no creo que una persona más estorbe. Ven alejarse
a la profe y el vehículo por una vía menos peor que por la que vinieron
viéndolo desaparecer. Al Sentir hambre sentándose el saca de la mochila un
paquete de galletas saladas y ella hace lo mismo extrayendo de su mochila una
botella de agua, comen y toman con la tranquilidad que les entrega el lugar. Ya
satisfechos él al levantarse la ayuda a que se pare y va diciendo: para ir a la
finca de mí amigo hay que caminar por un sendero complicado, si se le mides
vamos- Claro que estoy dispuesta. El riéndose le muestra los arañazos que
tiene- Ella haciendo un gesto
de apenada le dice: cuanto lo siento pero mi intención
nunca fue esa- Tranquila, lo comprendo ya que era una situación muy difícil
pero camínenos que se nos hace tarde. Empiezan la marcha lentamente por entre
el valle, van dejando atrás las diferentes ovejas y al pasar un puente de
madera sobre un verdoso río se cruzan con una mujer que va tejiendo una mochila
que al verlos esquiva la mirada. Al terminar el valle toman un sendero que se
dirige hacia arriba de la montaña- Alberto mirándola directamente a los ojos le
dice: aquí viene lo difícil de la pendiente, seguimos o descansamos un rato- No,
sigamos. Empiezan a ascender por el difícil camino dejando a atrás los últimos
pinos que sembraron los dominicos, pasan por entre las gigantescas rocas y un
suelo bastante arcilloso, en una de las piedras ven una serpiente de cascabel que
esta enrollada como preparada para investirlos, la esquivan apartándose del
camino volviendo rápidamente al sendero- La chica sudando a mares va hablando:
que susto nunca antes había visto una serpiente y vos tan tranquilo- Hay que
estar alerta pero relajado. Al andar un poco más por la pendiente- La chica va
diciendo: no puedo más que tal si descansamos Luego que ponen los morrales contra el suelo se
sientan sobre una gran roca deteniendo su vista en el profundo valle y al virar
la vista hacia el otro lado se les presenta el esplendor de la cadena
montañosa- La chica que alivio de descanso y que impresionante vista- Si
espectacular. Luego que se acomoda mejor vuelve a palabrear: a propósito cómo
te llamas: soy Carla y vos…- Me llamo Alberto. Se dan la mano con ganas de
tomarse pero se olvidan ya que son sorprendidos por la brisa fría proveniente
de las montañas- Alberto: qué tal si seguimos- De acuerdo. Lentamente se
levantan para mover sus pies, caminan y andan cuesta arriba siendo sorprendidos
por un arruaco que al estar montado sobre una mula va pop oreando- Al acercarse
les dice: no saben acaso que por aquí para los turistas esta zona es prohibida-
Alberto viéndolo a la cara le contesta: eso lo sé de antemano es que vamos a
donde mi compadre Evaristo- Si es así pueden seguir. Inmediatamente ven alejarse
al arruaco en su mula cuesta abajo- Ella va murmurando hacia afuera: que gente
más enigmática y misteriosa- Imagínate que todo el que quisiera venir, ya
hubiera un basural. Además todo el misterio que abarcan estas tierras es de
respeto- Tienes razón si no fuera de ese modo no serían este lugar como es. Al
llegar a la margen del bosque donde se alzan gigantescos árboles los toma por
sorpresa una brumosa niebla que tan solo los deja ver un metro de distancia-
Carla con cara de asustada habla: esta niebla de verdad que me produce miedo-
No te preocupes que estas con migo esta niebla tan solamente es enigmática y
nada más. Al fondo de las montañas sienten los relámpagos que a veces logran
aturdirlos- Carla tengo miedo espero que estemos cerca- Tranquila que solo
falta un trayecto corto, más bien concéntrate en la belleza que esta ayuda
alivianar las cargas emocionales. Van entre la niebla caminando lentamente y en
el esfuerzo ven alejarse la niebla y las nubes apareciendo el sol
repentinamente- Se detienen a ver el espectáculo de las grandes montañas que
contrastan por un lado con el cielo azul y por el otro por las nubes que se
abren paso entre las montañas, sienten la fatiga del andar y solo se detienen
al encontrarse en la amplitud de una meseta alargada- Alberto: Veo que por fin
estamos llegando ahora solamente tenemos
que bajar. Atraviesan acelerando el paso la meseta y a un costado ven una finca
con varios bohíos circulares, toman gracias al camino por entre una platanera,
él al abrir el broche de alambre de púas escuchan en la lejanía el murmullo de
un río, al ir descendiendo lo descubren abajo en la distancia, al ver algo
distante un par de construcciones circulares- Alberto con cara alegre dice: es
allá por fortuna nos falta tan poco. Caminan descendiendo la prolongada cuesta
y al meterse entre dos palos entran a la extensión de la finca que está muy
sembrada de gran genero de plantas, es silencio es interrumpido por el ladrido
de los perros que llegan hasta ellos acompañados de un muchacho arruaco que al
verlos se le fija la mirada en la figura de él y va diciendo: dukchu cherwa
(llego el hombre feliz), se saluda de mano primero con la chica y luego con él-
¿Alberto como esta mi amigo Evaristo?- Estuvo para morirse pero gracias al mamo
Fermín ya está bien- Me alegro por él. Al aproximarse a los bohíos ven que sale
don Evaristo acompañado de sus tres hijas, su otro hijo y su mujer Cawela, que
los reciben con entusiasmo y estrechándolos en abrazos- Don Evaristo nunca
pensé que volvieras- Siempre quise volver pero el trabajo no me lo permitía, de
todo caso estoy ya aquí entre mi familia serrana- Doña Cawela: que bueno
volverlo a ver por estas tierras, sáquense eso de las espada y vengan a la
cocina. Al despojarse de los morrales todos entran a la cocina ocupando toda la
largura de la banca de palos y al poco tiempo sienten sobre el techo la
tenacidad de la lluvia- Carla que bueno que hemos llegado justo a tiempo
salvándonos de esa torrencial lluvia- Don Evaristo: aquí es así, cuando menos
piensa se viene el aguacero y con todo. Todos al causarles gracia se ríen
creando en el ambiente un alboroto de risas. Al quedar todo callado la señora
rompiendo el silencio va diciendo: tienen suerte porque la comida ya casi esta.
Al poco rato ella misma con la ayuda de la hija más grande sirven en platos
rústicos la gallina, el arroz y las verduras, al tener cada cual su
correspondiente plato empiezan a comer lentamente- Evaristo como va esa
civilización- Alberto contestándole: cada vez los asuntos están peores y la
tierra y los hombres más empobrecidos, la gente allá no cree que el cambio climático
sea una realidad- El chica más pequeña: si aquí lo notamos ni a veces sabemos
ya cuando es conveniente sembrar- Carla: el hombre civilizado no comprende su
propia destrucción, y en casos ni le importa ya que todo es dinero- Don
Evaristo (cambiando de tema) tenemos que ir a ver al mamo- Alberto ese es uno
de los motivos porque vine- Don Evaristo mañana temprano vamos los dos. Al
acabar con los alimentos las chicas recogen los utensilios utilizados poniéndolos
dentro de una enorme olla de barro y todos con el propósito de irse a
acostarse, ponen los aislantes contra el piso pisado de tierra y envueltos por
los sacos de dormir, ya muy dormido abre él los ojos al sentir que ella lo toma
la mona, la besa suavemente en la frente y vuelve a sumergirme en el sueño muy
temprano inclusive todavía oscuro lo despierta suave-mente don Evaristo, al
levantarse le da un beso a su nueva amiga y sale enrollando el saco de dormir
que lo vuelve a integran dentro del morral, el compadre de su pequeña mochila
le pasa una buena cantidad de hayo (coca) que inmediatamente se lo mete entre
la boca dándole al rato una sensación de bienestar increíble, al colocarse
sobre la espalda el morral- Don Evaristo se ríe diciendo: allá no vamos a
dormir si no de ritual entonces descuélgate esa maricada. Luego que les convida
la señora un plato de yuca, plátano y verdura al haberlo consumido bastante rápido
salen parsimoniosos caminando al paso del don que verdaderamente camina a buen
paso, luego que por el puente pasan el río andan loma arriba todo el día para
llegar en el atardecer al bohío del mamo que al entrar esta con cuatro mamos
más. Ellos dos se sientan en silencio concentrados en el fuego donde la maza de
fuego y las brasas absorben sus miradas, siente la mano de su amigo que le pasa
un enorme puñado de hojas de coca y luego un poporo con su correspondiente
palo, al ver lo que hacen con el poporo, ya introducida la coca dentro de su
boca va acariciando en un giro constante con el palo al poporo, al pasar el
tiempo que no siente que ya exista, todo se aclara en su espíritu para empezar
a ver la luz de a poco que se multiplica en una totalidad, da como un salto
espiritual que lo lleva a otra dimensión
de mayor luz. Sin que sus manos se detengan en el ritual del poporo de pronto
se ve en el mundo muisca ya que no entiende por qué está a tan solamente
un paso de la laguna de Iguaque que
inclusive se refleja en el agua. La imagen dura como eternidades y tan solo se
disuelve con la luz del día. Empiezan uno por uno a salir del interior del
bohío, en el momento que quiere salir sale mucho más liviano de lo que vino y
sintiendo que la sangre circula mucho mejor. Al irse se despiden de la mano de los mamos y a pesar de
la lluvia llegan mucho más rápido de lo que fueron, al entrar es sorprendido
por la extensión de los brazos de Carla, él viendo de cierta manera el amor que
le ofrece. Fin.
UN EXTENSO VIAJE
Luego de que Carla lo
recibe, sintiendo la espesura de sus labios se besan de una forma y de otra,
ella suavemente lo jala a un lugar solitario que a la vez está rodeado de
esplendorosos árboles, donde siguen en la constante de las caricias que se
convierten en extensivos besos, ella como el día anterior estando sola fue
llevada por sus nuevas amigas arruacas, quiere mostrarle algo que ella cree que
lo va a sorprender por su belleza. De ese bello sentido de los acontecimientos
se deja llevar, en la distancia se escucha algo así como una caída de agua, a la
vez que se aproximan se escucha más el caudal que cae, al descubrir entre los
árboles la enorme precipi-tación que viene de la montaña para convertirse entre
las rocas en una bella cascada que cae en la poca extensión de un pozo. Al ver
lo que está observando no lo cree sino hasta que con sus manos toca el agua
helada que lo trasborda su ver a la cascada que cae vertiginosamente formando el
pozo. Ella lo ayuda a desvestir lo mismo hace él con ella, como hijos de la
naturaleza se tocan sintiendo el contacto físico que los conlleva a creerse
dioses. Al mismo tiempo se lanzan al agua helada y nadan por debajo de la
cascada para ver a través un peculiar arcoíris, al volver emergiendo al otro
lado de la cascada. Con la única presencia del agua se toman para abrazarse, el
con un suave movimiento toma con sus manos sus senos que besa casi lamiéndolos,
ella se excita de tal forma que se retuerce y más aún en el momento que el la
penetra, se mueven al ritmo de la naturaleza sintiendo como si se elevaran y de
esa forma encuentran el climas perfecto que se convierte en aullidos y en goce
supremo. Al venir la tarde viene con lluvia acompañada de fuertes truenos, ella
al ver lo que está pasando en la naturaleza lo mira diciendo: por lo que veo
estoy casi segura que se va a venir tremendo aguacero- Si creo lo mismo es
mejor que nos vayamos ya que esos rayos pueden ser peligrosos, más aun estando
tan cerca de esta cascada. Aceleradamente se vuelven a vestir llegando com-pletamente
lavados al bohío donde rápidamente luego que sacan de los morales la ropa se
visten y sin pensarlo dos veces van a la cocina donde de antemano tienen los
alimentos cérvidos, comen con el ímpetu del apetito sin que les quede nada en
el plato. Al haber acabado se acerca don Evaristo y se sienta sobre el piso de
tierra, al ver el aura se entera por si solo de lo bueno que les ha sucedido,
al verles los ojos con el misterio requerido les suelta la lengua hablándoles:
veo que están muy bien, como los veo preparados necesito que me acompañen a un
recorrido ya que tengo la necesidad de ir de peregrinación, mañana mismo muy
temprano arrancamos por eso es mejor acostarnos ya- Carla: que buen augurio,
claro que lo vamos a acompañar ya mismo nos emcabu-chamos en nuestros sacos de
dormir. Al oscurecer tan pronto hacen lo que le dijeron a viejo consiguiendo
rápidamente un si lijoso sueño.
Antes que amanezca el
propio Evaristo le toca la nuca Alberto que esta boca abajo, esto de una lo
despierta abriendo los ojos, al retirarse el viejo personaje él con una caricia
despierta a la que ya es su compañera, se levantan a la vez hiendo directamente
a la cocina donde una de las hijas le entrega los platos con torta de maíz y
huevos revueltos, comen en silencio al lado de Don Evaristo que hace de igual
forma, luego toman un té de hierbas con panela- La chica luego de que lo prueba
dice: lo que me comí estaba delicioso y que delicia de té- Alberto: para nada
estas equivocada. Don Evaristo no dice nada si no hace un gesto de que es una
verdadera delicia. Al acabar salen del interior de la cocina al exterior de la
naturaleza, viendo la mula amarada a una de las vigas cargando sus largos
equipajes- El viejo partamos que la jornada es larga. Salen por el sendero
derecho que es el que más se empina, tienen que ir manteniendo un esfuerzo solo
de esa forma doblegaran a la inmensa montaña, descienden con la dificultad que
les va presentando la montaña, rodeados de gran variedad de helechos a la vez
muy verdes, al pasar el rio van subiendo lentamente hasta lograr alcanzar el
páramo de frailejones y verdosas lagunas, se detienen al ver el tan memorable
espectáculo- Don Evaristo rompe el silencio al decir con toda la calma del
mundo: este es un lugar sagrado que hay que homenajearlo con un cantico, ya se
los voy a enseñar. Ya que de antemano a la vez un privilegio pocos de nosotros
hemos presenciado esto ya que aquí solo llegan los mamos y otras personas
privilegiadas. Hagan exactamente lo mismo que yo voy hacer. Lentamente se
agacha para establecerse de cuclillas al cantar ellos con la dificultad de las
palabras cantadas logran más o menos repetir la entonación del canto. Al acabar
besan la tierra y se paran a deleitarse con el espectáculo de los nevados que
tienen muy arriba de sus cabezas- Don Evaristo sigamos ya que no es posible
pasar la noche en este hermoso lugar debido a que la temperatura baja hasta
helarse. Recorren con sus pasos las diferentes lagunas que a la vez le dan
origen a los diferentes ríos, siempre viendo los tres picos nevados que aquí en
este maravilloso lugar se ven tan claramente que cada uno es diferente. En un
momento dado los toma por sorpresa la espesura de la niebla que completamente
les quita la visibilidad- Don Evaristo ya prácticamente atravesamos el páramo
es mejor que me agarren de la mano, que ustedes hagan lo mismo y que estén bien
alertas. Se toman de la mano logrando arrastrarse entre la neblina, al mover
sus pies lentamente ven abrirse lentamente el firmamento dándose cuenta que
están parados sobre un inmensa ondulación de montaña, desde donde contemplan la
llanura azul casi infinita del océano- Carla esto es lo más bello que han visto
estos ojos, si no lo estuviera observando no lo creería- Alberto saliéndose
la lagrima de los ojos: no es posible ver tanta belleza por esa razón este
sitio es sagrado en demasía- A si tal cual es pero sigamos que tenemos que
llegar al bohío de Mamo Ángel. Empiezan a descender viendo al fondo de las
montañas el mar completamente azuloso, al pasar el tiempo toma colores naranja,
rosa y volviéndose muy rojizo- Carla sin dejar de mirar va diciendo: no, no es
posible tanta belleza valió la pena todo el esfuerzo que hicimos, ya que este
regalo es un poema viviente. Al llegar a la zona de los diferentes helechos ven
a lo lejos el imponente bohío, a la medida que avanzan se hace más grande y al
tenerlo tan cerca ven su impresionante tamaño- Don Evaristo el mamo ángel es la
persona más sabia de la región no se debe hablar en un tono muy fuerte por
respeto, ya que él tiene por lo menos ciento treinta años –Carla: como alguien
puede vivir tanto- Evaristo eso no es nada debido a que el mamo Jacinto murió a
la edad de ciento sesenta y dos años- Carla: ¿estás seguro?- Como cae el agua
al cántaro. De pronto el viejo personaje parece como de la nada al verlos les
hace una venía mostrando su amplia cabellera blanca y ellos la repiten de la
misma manera, con un ademan los hace seguir al círculo cerrado de su bohío de donde
del medio hay una enorme fogata, se sientan en una de las
bancas rodeando la hoguera. Don Evaristo al volverse a levantar sale del
circulo de la construcción centrifuga y regresa al poco tiempo cargando un
costal de algodón que al abrirlo se dan cuenta que es puro hayo (coca). Toma
una gran cantidad que como saludo se la entrega al mamo Ángel que a la vez la
reparte entre los otros mamos y luego que hace una especie de religioso saludo
distribuye pequeñas cantidades entre los tres, al haberse parado vuelven a
sentarse y sacan los mamos cada uno su respectivo poporo para hacer el
ejercicio ritual que consiste: en acariciar cilíndricamente el palito con el
poporo, a la medida que va pasando sin interrumpir el ejercicio se va creando
una atmosfera de misterio que aunque allá la luz suficiente del fuego se va
oscureciendo, la primera que se queda impresionada con el hecho alquímico es
Carla que a la vez ve el circulo que toma los colores del atardecer que viera
sobre el océano, ella callada hace un gesto de aprobación, luego los restantes
ven lo mismo logrando descubrir en ese círculo perfecto las venas de la tierra
que a la vez solo están en la dimensión en que ellos pudieron entrar- Carla
quebrando el silencio va hablando: ni la imaginación de los libros están
descrito este presente mágico. En solamente instantes termina todo con la luz diurna que se presenta ante sus ojos.
Luego a pesar de no
haber dormido se sienten maravillosamente bien, al despedirse de la misma
manera que se saludaron del mamo ángel y de los otros mamos, salen montaña
abajo, con ese mismo sentidos de los acontecimientos suben y bajan varias
montañas al descubrir un inmenso árbol de aguacate no tienen sino que
acacharse sobre la espesura del monte a recogerlos y aunque no llevan sal los
van comiendo y recogen otros para cargarlos en un pequeño saco sobre el equino.
Al seguir andando ya sintiendo el cansancio llegan ante un imponente poblado
kogi que al verlos estos desaparecen como si estuvieran en un pequeño pueblo
deshabitado- Don Evaristo: estos nunca son amigables siempre que me ven salen a
perderse, como es así vamos a la finca de un amigo que no está para nada
retirada. Al cruzar un pequeño río toman otro camino que los lleva a una
pequeña finca, al atravesar los palos ven la casa circular semi destruida y al
llegar ante la vivienda sale a su encuentro un kogi vestido con prendas de
algodón completamente blancas, al estacionar la mula detrás de la construcción
de piedra, madera y paja descargar la mula para poner el equipaje dentro de la
construcción, estando en esa situación se presenta la mujer del personaje con
ropas semejantes y luciendo una ancha balaca sobre el largo cabello que con peculiar
gesto dice halgo que no entienden, repite lo mismo dándose a entender que tiene
comida disponible para los tres, al entrar al círculo de la vivienda reciben de
una bella muchacha su correspondiente plato con frijoles negros, arroz y
aguacate, al sentarse sobre el mismo piso de tierra comen con tanta hambre que
terminan con el contenido de los platos rápidamente, luego extienden en el
suelo los apara tejos para dormir como están tan cansados duermen roncando de
sobremanera y solo al salir los primeros rayos del sol abren los ojos y se
levantan en silencio que es roto por Don Evaristo que les dice: que aquí hay
que ayudar en lo que estén haciendo, enseguida viene el personaje kogi con la
mirada bastante desorbitada con tres machetes, al entregarle a cada uno un
machete lo siguen a un cultivo, que al ver a otros personajes semejantes de la misma raza kogis lo imitan agilizando
en un vaivén corto doblegando a la maleza, Carla al ver cerca de ella una
culebra enorme sale disparada corriendo, al ver el hecho todos riéndose se
burlan de ella que no puede con la pena, pero al ver que la larga culebra
insistente en tomar el machete volviendo a la labor que se hace más pesada
gracias al calor. Carla extenuada y con
llagas en las manos desiste del trabajo sentándose entre la sombra de un enorme
árbol pero con tan mala suerte que al ver aproximarse una serpiente verdosa y
pintada con algo de amarillo, se levanta y sale de susto desesperada a correr.
Alberto en un principio la persigue corriendo de la misma manera sin lograrla
alcanzar, solo lo logra cuando ella se detiene doblegada por el cansancio, la
toma pero ella al estar con rabia lo empuja cayendo hacia atrás, al ver el
hecho los kogis se carcajean y enseguida todo vuelve a la calma; trabajan día
tras otro a cambio reciben buenos alimentos.
Una mañana luego que se
despiertan y al salir ven a Don Evaristo que los espera llevando la mula, con
ese sentido de la cosa parten en dirección de la costa, andan doblegando y
bordeando montañas enteras y ya en la poca distancia descubren los círculos de
piedra y el camino empedrado de Ciudad Perdida- Alberto qué lugar más
increíble, los asentamientos en piedra son tan perfectos como los de los incas.
Al encontrase de frente con un pequeño grupo de turistas
ni si quieran
los saludan si no por el contrario
rápida-mente se alejan, ya solos estacionan al sufrido animal que se entrega a
comer hierba, a la vez ellos van comiendo bananos que les dieron los kogis y le
van tirando las cascaras para que la mula se las coma. Ya más descansados
continúan por el sendero que sube y baja bordeando un río, al sentir el calor
por otro camino bajan al rio de grandes piedras y no dudan en quitarse lo que
llevan puesto y se bañan apoyándose en las piedras logrando refrescarse satisfactoriamente,
ya fresquitos salen a vestirse y a retomar el sendero que los lleva a otra
finca más grande que la anterior donde descargar la mula a un lado del bohío
que está en buen estado, al no ver a nadie se sientan sobre el piso de piedra a
descansar y al oscurecer solamente escuchan el trinar de las aves y el murmullo
del viento, ella de su mochila saca un paquete de velas y al querer encender
una de las velas no se lo permite el viento- Don Evaristo burlándose le dice:
con este viento nunca vas a lograr encender una vela, mira que te enseño. Si
lijosamente recoge varias piedras al
ponerlas juntas dejando tan solo un espacio logra encender la vela que se
mantiene gracias a protección de las piedras, estando sumidos sale de la
construcción circular un enorme sapo que en primera instancia logra asustar a
Carla que reacciona parándose- Don Evaristo luego que se carcajea va diciendo
que muchacha más asustadiza- Es que no estoy acostumbrada a ver tantos vichos
tan gigantescos. Debido a la expresión de ella se vuelven a reír que ella
aceptando su horror hace lo mismo. Al rato todo se vuelve un solo silencio que
disponen sus cosas sobre el suelo e inmediatamente se quedan ensimismados en el
sueño.
En el momento que Carla
abre los ojos no entiende nada ya que ni su compañero esta y aún menos Don
Evaristo pero si está rodeada de gente kogi que al ver su apariencia la mira
como ajena a ellos. Sin saber que hacer por la extraña situación, decide
pararse y al no ver a ninguno de los dos va en su búsqueda, al no hallarlos por
suerte encuentra un árbol de mango, recoge de la grama uno que inmediatamente
se lo va comiendo. Al ver moverse algo que no sabe que es se asusta saliendo de
donde se encuentra y al hallarse sola se siente como abandonada y en ese despiste
se ve rodeada de varios hombres kogis que al verla tan asustada riéndose se
burlan de ella y reacciona alejándose de ellos por un camino contando con
suerte en la distancia ve a Don Evaristo que al acercarse lo ve con cara de
angustia- Le pregunta: ¿que por que tiene esa cara? Y donde está Alberto- El a quemarropa le
contesta que está buscando la mula que se ha extraviado o a lo mejor alguien se
la llevo- Como puede ser posible- Posible o no hay que encontrarla. Van en su
búsqueda sin hallar ni siquiera a él- Ella ¿Qué hacemos?- No nos queda otra
cosa que esperar. Pasa el tiempo sin saber nada hasta que Alberto regresa con
la mula pero sin nada- Alberto al verlos lo inquietos que están les dice parece
que alguien tomo prestadas nuestras cosas, ¿qué hacemos?- Don Evaristo: va
tocar indagar sobre el asunto a los kogis, espérenme aquí que ya vuelvo. El vuelve
a la vivienda al ver a varios de los kokis en su idioma les pregunta sobre la
cuestión sin hallar al menos una respuesta, al sentirse aludido regresa donde
están ellos- Va diciendo no nos queda otra cosa que buscar- Alberto lo mejor es
que nos separemos los tres y busquemos- Carla yo no quiero un segundo más estar
sola debido a que estoy terriblemente asustada- Alberto si es así ven con migo.
Se separan de él caminando por un sendero y de pura casualidad ven a un grupo
de niños kogis que están jugando y saltando sobre sus pertenencias, al verlos a
ellos los niños salen corriendo perdiéndose de su vista- Alberto malditos niños
como han dejado nuestras cosas, mira en qué estado- Ella recojámosla y la
llevamos a un lugar más seguro- Pero a donde…- Lo mejor es ir a buscar a Don
Evaristo y de una vez nos largamos de aquí. Esta vez él los encuentra a ellos y
sin demoran vuelven a montar todo sobre el equino- Carla: solo falta que yo
vaya por mis cosas de dormir, espérenme aquí que ya mismo vuelvo- Al verla
alejarse- Don Evaristo luego que se carcajea dice: las mujeres civilizadas por
lo visto son muy cambiantes- Alberto sonriendo: cambian del agua al aceite- Si
claro viven el mundo de la esquizofrenia no existe otra explicación. Ella al regresar a la casa ve a una mujer
acostada sobre su espuma y cobijada con su saco de dormir, al tratarla de
desper-tarla la mujer rápidamente reacciona tomándola del pelo con tanta fuerza
desmedida que la tira contra el suelo con la nariz sangrando, la mujer kogi al
ver la sangre se asusta que desaparece de la escena y ella se levanta sangrándole
la nariz y de ese modo llega cargando sus cosas, al llegar ante ellos se
desvanece y antes que caigan completamente reaccionando entre los dos hombres
logran sujetarla impidiendo que se vaya de bruces, la acuestan sobre su mismo
saco de dormir boca arriba con el propósito de que le pare la sangre, al ver
que no para Alberto le introduce un algodón por las fosas nasales logrando
despacio que se detenga la sangre; luego hace que se siente dándole a beber
agua que al rato se le ve de mejor semblante y vuelve en si abriendo los ojos-
Ella va diciendo: maldita mujer falto poco para que me desaparezca- ¿Acaso que
paso?- Al llegar a la casa vi a una mujer kogi durmiendo con mis cosas, al no
saber qué decisión tomar simplemente la quise retirar y ella reacciono de una
forma tan brusca que tomándome del pelo con toda su fuerza me lanzo contra el
suelo de piedras, vámonos que no quiero sentir en mi estandarte más problemas.
Al tomarla de la mano Alberto y Don Evaristo cabestrea la mula empiezan
agilizar los pies por el sendero- Alberto: tenemos que llegar a un lugar para
que esta mujer se reponga- Don Evaristo el lugar más próximo es el paraíso
Teyuna, tal vez ahí nos cobren ya que está diseñado solamente para turistas-
Eso no importa yo me encargo de pagar. Avanzan lentamente ya que Carla no está
para nada bien al descender ven la maloka circular rodeada de bellos jardines,
al llegar un fulano algo odioso los ve como preocupado y les va diciendo: si
quieren permanecer en este lugar me tienen que pagar- Alberto lleno de rabia le
contesta: usted debe ser un poco más humano, mire como esta mi novia por esa
sola razón nos quedamos y aunque no le guste le voy a pagar con mi dinero- Si
es así se pueden quedar- Pero por lo menos muéstrenos un lugar donde podamos a
costarla a ella acaso no ve como está- Yo no sé para qué vienen las gringas-
respete que ella no es ninguna gringa es de Argentina- Acaso no es lo mismo-
Por favor ubíquese en el mapa que Argentina y gringa no es lo mismo y por favor
como ya le dije necesito algo donde pueda acostar a mi novia- Sigan por acá. Al
ingresar dentro de la cabaña la acuestan en una de las pocas camas existentes
en el lugar, al estar cómoda se profundiza- Alberto viendo a Don Evaristo
le dice: veo que tenemos hambre- Claro hemos tenido varios días muy
complicados y más hoy con los problemas causados por los kogis- Ya vengo pero
no descuide a Carla que para nada está bien. Sale en dirección del complicado
señor y lo encuentra sentado como atontado- Alberto acercándosele al sujeto le
dice: señor usted debe tener algo de comida para preparar pero si no la prepara
usted sería mejor- El señor enfurecido reacciona diciendo: acaso tengo cara de
cocinero, solamente tengo varios paquetes de espaguetis y como dos latas de
atún si ustedes mismos la preparan para eso está la cocina- Bueno deje el mal
humor que si sigue así lo puede acabar- Baya a la cocina que haya encontrara lo
que ya le dije y no me joda más- Está bien. Va a donde se encuentran don
Evaristo sentado y ella acostada como están los dos con los ojos completamente
cerrados, decide irse a su función,
encuentra a un lado de la estufa de gas lo que el señor le dijera, toma una de
las ollas le vierte el agua necesaria para cocer los fideos que de antemano ha
encontrado en una palangana, al prender la estufa coloca la olla y al rato veo
que el agua está hirviendo aprovecha y le pone la cantidad de dos paquetes que
al considerar puede saciar el hambre que tienen, al estar en su punto ideal le
saca el agua y al abrir las tres latas de atún luego de ponerle un poco de
aceite se las agrega y revuelve con un tenedor y al considerar que está todo
listo vierte todo el contenido en tres platos, les lleva primero a ellos al ver que están como los dejara toma de las
manos a Carla que al momento abre los ojos diciendo: tengo un malestar
terrible- acomódate que te he traído algo delicioso que solamente comiendo te
pondrás reponer del malestar. Coloco la almohada contra la pared de madera y al
ayudarla a sentar va lo-logrando lentamente darle la comida; luego despierta a
Don Evaristo que sin problema va comiendo. Inmediatamente va por una de las
sillas colocándola a un lado de la cama y al traer el plato empieza a masticar
las pastas con el atún como las siente tan deliciosas no sé sabe si es por el
hambre. Al terminar como ella no puede comer más intenta darle logrando que
coma la mayor cantidad posible y por último al lavar los platos le pone al
sobrante de ella otro plato encima con
el propósito de que se conserve; al tener sed al haber unos limones con agua
hervida, al partirlos con un cuchillo los exprime sobre el jarrón de agua
quedando una refrescante limonada que la reparte en tres vasos iguales, los
toma con el propósito de llevarlos, al llegar ante ellos se los entrega y todos
van tomando. Al agacharse sobre el suelo ve un paquete de cigarrillos que de
una los va tomando, al abrir la cajetilla está casi llena, de la misma manera
toma uno y al llevármelo a los labios con el encendedor que siempre tiene en el
bolsillo lo enciende y como lleva varios días sin fumar le sabe a gloria. Al
acabar el cigarro vota la colilla en el recipiente de la basura. Al oscurecer
como la cama es amplia se acuesto al lado de su nueva novia que ya está mucho
mejor, luego que se besan apasionadamente vuelven al asunto de los sueños. Al aclarar el día
Alberto va abriendo los ojos viendo a Don Evaristo durmiendo en el mismo
asiento donde lo dejara anoche, inclusive ronca como un lirón, Carla al abrir
los ojos luego que se despereza le dice: ya estoy mucho mejor pero tengo un
hambre increíble- Él le contesta: que ya mismo le trae lo que no consumió
anoche de los fideos. Haciendo un esfuerzo se para yendo a rescatar a la cocina
el plato que esta tal cual como lo ella lo dejara anoche, al traérselo ella lo
devora en un abrir y cerrar de ojos. Con la panza llena se levanta y ven que
Don Evaristo abre los ojos y lentamente se levanta y va diciendo: será que
podremos continuar nuestro camino- Carla le contesta: ya me siento mucho mejor
y creo que estoy en condiciones de seguir- Alberto: si es así vámonos
a ver con que sorpresas nos encontramos esta
vez. Don Evaristo va por la mula entre Alberto y él la cargan poniendo todo
sobre el lomo del animal, luego que Alberto le paga los servicios prestados al
enojado salen caminando viendo el brillo del sol que acomete contra las
plantas, caminan bordeando una montaña y al ver una pequeña extensión bananera
Don Evaristo toma de una de las matas de banano varios bananos maduros, al
pasárselos los van consumiendo con cierto disfrute, y ya llenos de tanto comer
banano siguen la trayectoria del sendero andando entre la densa vegetación, al
pasar sobre un pequeño puente mirando el angosto río bordeado de árboles
vislumbran con su mirada varios monos aulladores que andan de rama en rama,
incluso algunas madres llevan a sus pequeños hijos en sus firmes espaldas-
Carla viéndolos va diciendo: que bellos esos monos y como las madres van
llevando a sus pequeños hijos, y aún me impresiona más lo rápido que se
descuelgan de una rama a la otra- Don Evaristo estos astutos monos cuando pasan
por una vivienda hacen de las suyas ya que se van llevando lo que van
encontrando. Siguen y en el momento que con sus ojos ven un nuevo río se
desvían por un camino que los lleva ante su cauce de diferentes piedras, se
desvisten y como el agua esta considerablemente fría se van metiendo de a poco,
como no es muy hondo se agachan y se sumergen sintiendo la vitalidad del agua-
Carla: definitivamente que bueno es bañarse y más aún con este calor- Alberto:
mi amor el agua en un principio se hace fría pero cuando ya el cuerpo se
acostumbra es una delicia- Don Evaristo sé que el agua es una delicia pero no
podemos demorarnos mucho ya que el próximo pueblo llamado Mumake siempre está
retirado- Luego de un largo silencio Carla
habla: Como estamos lejos de eso que dijera Don Evaristo es mejor que salgamos
y nos vistamos. Salen del caudal del río, al vestirse siguen con el movimiento
de los pies por la frondosa naturaleza, caminan y caminan, en un punto alto ven
a lo lejos el poblado kogi que al ir descendiendo por el camino llegan aunque
no muy cansados- Don Evaristo viendo de frente Alberto va diciendo: toma el
cabestro de la mula y esperen que voy a hablar con un amigo a ver si es posible
pasar la noche en su lugar- Carla de acuerdo aquí mismo lo esperamos. Don
Evaristo caminando los deja atrás tomando por un sendero que ya conoce, al
entrar en una especie de pequeña planicie encuentra la finca, como es de
esperar a su encuentro van los perros y al llegar ve justo en la puerta a su
amigo Eugenio que esta poporeando muy tranquilo, al verlo se le acerca haciendo
el intercambio habitual de hayo, se meten en la boca cada uno de lo que recibió
del otro- Don Evaristo en kogi le habla: don Eugenio como están su mujer y sus
hijos…- Están bien pero en estos momentos están donde mi cuñado participando en
una minga- Que bien, será que me hace un favor- Dependiendo cual sea el favor-
Es que estoy con una pareja de amigos civilizados será posible que pasemos la
noche aquí en su lugar- No veo problema, además me acompañan ya que mi familia
se demora varios días más- Gracias, ya regreso con ellos. Se devuelve por donde
viniera de ese modo llega ante ellos que estás comiendo guayaba, le pasan una que
come tranquilamente- Carla al terminar de comerse la fruta le dice: como le fue
será que nos podemos quedar donde su amigo- Claro que sí además contamos esta
vez con suerte ya que esta solo- Vamos. Andan por el mismo sendero y
rápidamente llegan ante los perros que los aturden con los ladridos y luego
ante la construcción circular viendo en la puerta al personaje que sigue como
si nada poporeando- Don Evaristo: él no habla español pero salúdelo como yo le
enseñe que lo debían hacer. Con Alberto intercambian las hojas de coca
introduciéndolas cada uno entre su boca, Al entrar en la circular cabaña ven en
el medio la hoguera prendida sentándose sobre unas piedras algo cuadradas que
están alrededor, al sentarse el kogi y el arruaco se ponen a conversar sin que
ellos puedan entender nada, hablan y hablan hasta que son interrumpidos por
Carla que va murmurando con su voz: Don Evaristo será que su amigo tendrá
comida para preparar. Él al dirigirle la mirada a su amigo kogi en su idioma le
dice: será posible comer algo- Él le contesta de la misma forma y le dice: que
para eso hay que meterse entre el monte de la finca haber que pueden hallar- Si
es así vamos. Al ver que ellos se paran Alberto y Carla hacen lo mismo, salen
los tres guiados por el kogi con ese sentido de las circunstancias pasan por
entre dos palos la cerca viva y al ver varias plantas de maíz van entre ellas,
entre los dos personajes van cogiendo las mazorcas que al mismo tiempo van
desojando, que a la vez se las pasan a ellos. En el momento que tienen más que
suficiente, pasan el otro lado de la cerca viva al ir hacia un grupo de árboles
de hojas bastante rojizas, ven en sus ramas varias vainas de color verde que
cuelgan- Carla que lindas cosas que cuelgan de estos árboles acaso se comen- Alberto
lo de adentro, espera que tomo una. Al cogerla la abre para que aparezcas unas
enormes semillas algo semejantes al frijol. Al intenta llevársela a la boca-
Alberto sonriendo le habla: no se comen crudas hay que cocinarlas para poder
consumirlas, ya verás lo ricas que son- Como se llaman o como suelen
decirle…Tienen varios nombre como: poruto, fruto del pan, pero por lo general
se le llama chachafruto- Que bueno siempre se aprende algo nuevo eso está
buenísimo- En el momento que dejemos de descubrir cosas la vida perderá el
sentido que tiene- Si es tal cual. Entre todos logran reunir una buena cantidad
de chachafrutos- Don Evaristo ya con toda esta comida diría que nos vamos hacer
una comelona increíble- Carla: vamos hacer lo que tendremos que realizar. Al
volver a la construcción circular en el mismo espacio donde ya entraron, entre
los cuatro desenvainan los chachafrutos al estar los frutos libres de las
vainas los colocan entre una olla de aluminio al agregarle el agua necesaria lo
ponen en el fogón a cocinar, desgranan el maíz al hervirlo los granos con los
cuales preparan una especie de tortillas, ya todo listo para consumir se
sientan con la tranquilidad del caso a comer- Don Evaristo dirigiéndole la
mirada a Carla le dice: que tal los chachafrutos…- De verdad que son riquísimos
que buen descubrimiento. Hablan y a la vez van comiendo cada uno a su ritmo, al
acabar el kogi pone el plato al lado, de ese modo cada cual va terminando con
los alimentos haciendo exactamente lo mismo, entre Alberto y ella en un pozo
lavan los platos. Al estar sentados el calor los va calentando en el momento
que apenas pueden mirarse deciden todos ir a preparar lo necesario para acostarse,
en calma lo hacen logrando rápidamente el sueño.
Al despertarse casi
todos al mismo tiempo, claro que de último lo hace Carla que al salir del saco
de dormir va a sentarse donde están ellos sentados, luego que conversan los
personajes va diciendo Don Evaristo: de aquí tenemos que ir al poblado Mamey
cerca de ahí esta noche va haber un ritual con varios de los mamos, las mujeres
como es tradición no pueden asistir vamos a ver con quien de las mujeres
dejamos a Carla, tal vez acepten que asista tu Alberto, todavía no lo puedo
precisar ya se verá- Alberto: ojala pueda ya que estoy interesado en ese tipo
de acontecimientos- Eso no me corresponde decidirlo a mi es cuestión de los
mamos kogis, hay que esperar a ver que decisión se ajusta más- Carla: otra vez
voy a estar sola no me gusta para nada la idea- Alberto: pero te vas a quedar
seguro con alguien de las mujeres- Bueno si me toca me toca qué más puedo
hacer- Alberto luego que suelta la carcajada le agrega a la cuestión: Tan
resignada. Luego se besan- Don Evaristo en son de burla habla: ya se está
calentando el sitio más bien vámonos. Al levantarse de mano se despiden del
hombre kogi, al volver a colocar todo sobre el lomo de la mula arrancan a buen
paso, caminan calladamente por el sendero que cada vez está mejor reseñado, lo
hacen de loma en loma pasando varios ríos sin que se interponga nada en su
andar, de ese sentido de las vainas llegan a ver en la lejanía el poblado de
donde surge un humo intenso, al llegar ven que los kogis están festejando algo,
están unas parejas bailando al son de los grandes tambores y otros preparando
algo. Se unen sin inconveniente alguno al festejo, haciéndolo Alberto y ella
que se integran al grupo de los bailarines, bailan y bailan, luego participan
de la comida que se trata de carne de danta, yuca, ñame y chachafrutos. Al
acabar con los alimentos los sorprende Don Evaristo que al verlos les dirige la
palabra: mi persuasión sirvió para que Alberto nos pueda a acompañar y además
ella ya tiene un sitio donde seguramente va a estar a gusto, vamos que de una
vez la llevamos pero primero hay que bajar las cosas de la mula, dejémosla en
el bohío donde va a estar ella, vamos de una vez. Al ir el personaje
cabestreando la mula atraviesan la aldea y en las tres últimos bohíos se
detienen, a su encuentro sale un extraña mujer que lleva un atuendo bastante
roto y algo sucio, que al verla como si la conociera a Carla la abraza, como
ella siente la energía impactante de la señora ella hace lo mismo que dándose
un largo instante abrazadas, luego todos aplaudimos y al rato entre todos
extraen todo del lomo de la mula y luego Don Evaristo se la lleva aun lugar
seguro para que paste tranquila. Con todo arreglado parten los dos a unirse al
grupo de los kogis, del lugar donde están todos juntos al salir del pueblo van
por el sendero de la montaña, Alberto muy atento a lo que está pasando claro
sin comprender lo que los kogis hablan entre sí. Luego de una pendiente
complicada llegan a una finca donde al caminar entre el platanal descubres en
la poca distancia recorrida el bohío, al entrar ya están varios personajes
poporeando, entre los cuales se destaca un mamo con las mismas características
pero además posee unos ojos bastante vidriosos y de una mirada tan profunda que
desconcierta a cualquier ser humano. Al sentarse Alberto ubicado en el círculo
que hacen todos los personajes presentes, a tan solamente dos metros de la
puerta. El silencio es rotundo y todos a la vez están poporeando muy
concentrados esto hace que se comuniquen de otra manera que la común y
corriente que es el habla, ya que la comunicación tiene que ver mucho con la
percepción que hay en torno de ellos. Ya en plena oscuridad iluminados
únicamente por la luz rojiza prove-niente de la fogata. Alberto siente una
fuerza interior que va más allá del raciocinio humano, de esa manera se
establece un ideal por la tierra que está gravemente herida por el consumo capitalista
y todas sus consecuencias como la del calentamiento global. Él tiene la
siguiente visión: que el mundo entra en una gran crisis debido a que el líquido
primordial se escasea tanto que el planeta se seca y a consecuencia de esto
estalla una guerra que gracias a las bombas nucleares los pocos sobrevivientes
se trasforman en persona desfiguradas que no se pueden mirar unos a otros por
lo horribles que son. Al aclarar el día todos lagrimean considerablemente, al
verlo Alberto se da cuenta que todos estaban en lo mismo, haciendo un esfuerzo
logra ponerse en pie sintiéndose mejor cuando sale del lugar circular, le hace
la espera a Don Evaristo que aparece con el compadre Eugenio al verse los tres
hacen el intercambio de hojas saludándose- Don Evaristo vámonos que aquí ya termino el ritual.Al
devolverse una mapana ataca a Alberto pero la mano de Don Evaristo evita que lo
muerda ya que la ha agarrado por la cabeza y la lanza varios metros monte
adentro, sigue como si nada de esa forma llegan al pequeño poblado donde se
separan de Don Eugenio y ellos dos van a al bohío donde está Carla esperándolos
con un plato de comida, al sentarse sobre el suelo de tierra apoyando el plato
sobre las piernas comen muy despacio- Alberto va rompiendo el hielo diciendo:
tienes un buen semblante por lo visto te han tratado muy bien- Si espectacular
aquí las mujeres son muy unidas y me han tratado como a un miembro de su
familia, hemos hecho tantas cosas juntas, y como ellas se prestan aunque no
sepa hablar kogi habido una comunicación muy
fluida y a la vez supremamente bella entre ellas y yo- Don Evaristo en
son de mamar gallo dice: miren una kogi más. Todos se ríen inclusive las
mujeres que están adentro-Don Evaristo: ya estuvimos hasta para la risa ahora
le tocó el turno al camino, vámonos que hay que aprovechar el día. Mientras
Carla va al interior del bohío a despedirse de sus nuevas amigas ellos dos van
a buscar a la mula, al encontrarla fácilmente cerca de donde la dejaron la traen al bohío y
rápida-mente ponen todo en orden sobre el lomo del animal. Al salir ella se van
los tres y Don Evaristo como siempre cabestreando a la mula se atrasa para
dejarlos a ellos de primero, la caminata se hace agradable ya que hay en el
ambiente una brisa muy agradable, al encontrarse con una pareja de kogis con
ademanes se saludan siguiendo con el movimiento de sus pies y de esa forma
llegan ante unas agrupadas rocas que sobresalen varias veces arriba de sus
cabezas, Alberto se detiene a mirarlas lo mismo hacen Carla y Don Evaristo
siendo sorprendidos por una enorme águila que surge volando detrás de las rocas
y que se estaciona en la rama de un enorme ceibo y luego volando toma gran
altura para desaparecer en el firmamento- Carla: si no me equivoco eso era un
águila que plumaje más colorido, nunca antes había visto algo igual- Alberto:
impresionante, y como salió de la parte de atrás de estas rocas, debe ser un
presagio- Don Evaristo: yo creo lo mismo si no hubiera hecho lo que hizo,
sigamos a ver si al menos llegamos a la Aguacatera. Caminan siempre cerca del
río Guachaca, aunque lo pierdan de vista al rato vuelven a verlo, entran por un
portón donde un personaje kogi le hace una seña a Don Evaristo- Él va diciendo
me toca entrar espérenme aquí ya no me demoro, al verlo que va en dirección del
gran bohío lo ven desaparecer entre los grandes árbo-les cómo se demora ellos
aprovechan para acariciarse y besarse, al aparecer el personaje por otro lado
los sorprende en esas- Diciendo: ustedes no pierden el tiempo- Al soltarse
Carla le responde dici-endo: acaso para qué es la vida si no para amar- El
mismo: que mujer ojala yo tuviera una al menos parecida- Alberto: usted no se
haga al santo por el otro día lo vi como miraba a una de las kogis- Claro si
soy un varón me gustan por mi cálida de arruaco las kogis y eso está permitido,
pero la que me tiene de la cabeza es donde voy ahora que nos separemos, si
vieran lo hermosa que es, porque verdaderamente es un bollo de mujer como dicen
los costeños civilizados- Carla conque esas tenemos, pero si te da bolilla-
Claro a eso vine ya que me la llevo a vivir con migo, bueno también vine a
otras cosas como se habrán podido dar cuenta. Vamos que me muero de ver a la
mujer de mis sueños. Siguen por el sendero que baja desde un punto ven el mar
que a la medida que bajan desapa-rece, en un momento dado escuchan el ruido de
los vehículos y en manos de nada están ante la troncal del Caribe donde se
despiden de abrazo, el amigo va hacia el rio San Diego y ellos con destino del
parque Tayrona.
Fin
AL
QUERER ENCONTRAR A UN AMIGO
Sali ayer de Bogotá en
un bus de la empresa Brasilia, al llegar a Santa Marta tome en el mercado un
bus que me ha dejado aquí sobre la troncal del caribe, no tengo reloj pero por
el sol vertiginoso calculo que son las tres de la tarde, al ver una tienda a tan
solo unos pasos de aquí donde me encuentro, camino hasta allá y al entrar
visualizo a una mulata en el mostrador- Le digo: me imagino que tiene algo para
calmar esta sed tan bárbara que tengo- Solamente tengo gaseosas- Si no hay más
deme una Coca Cola. La señora con la modorra que tiene va lentamente hasta la
vieja nevera y saca una de esas bebidas y aún más lento la destapa antes que me
la entregue me saco el morral depositándolo sobre el piso de cemento y al entregármela
la sostengo dándome un largo trago que pasa helado por mi garganta, luego saco
del bolsillo del bluyín un paquete de cigarros, al sacar mi encendedor lo
enciendo, voy fumando casi al mismo tiempo voy bebiendo, de esa manera acabo
con las dos cosas y termino botando en una matera la colilla del cigarrillo. Al
pagarle a la señora salgo bordeando un costado de la troncal y la vez la
barrera amarilla, me meto al sendero de esa manera llego ante la quebrada que
caminando voy bordeando, como me acuerdo bien atravieso la quebrada caminando
de piedra en piedra al llegar al otro lado subo decidido la pendiente, esquivo
un camino de hormigas y al pasar al lado de una planta de banano llego ante la
cabaña, al ingresar veo que las dos hamacas están ocupadas, al ver que no hay
nadie más colocando el morral sobre el piso de tierra me siento sobre el banco,
al rato surge de la hamaca una figura de mujer bastante morena que me dice: Si
estás buscando a Alex el no viene hace más de un año por acá- Sabes donde
esta...- Solamente sé que se fue de viaje- Bueno gracias. Al pararme para irme
se levanta de la otra hamaca una chica rubia que me dice: ¿de dónde vienes?- De
Bogotá, ¿Por qué?- No por nada, solo quiero saber que vas hacer- No sé ya que
vengo en busca de mi amigo Alex que es el dueño de este lugar- La rubia
sonriéndome: será posible que me acompañes a la cascada- No tengo ningún
problema si lo quieres vamos, el único inconveniente
es donde dejo este morral- Déjalo aquí y vamos- La
morena: tranquilo que no se te va a perder- Si es así no me preocupo. Al
ponerse las chanclas plásticas la chica rubia toma la delantera y yo la sigo,
pasamos la quebrada andando sobre las piedras y me le pongo a su lado-
Caminando me pregunta: que haces allá en Bogotá- Me dedico a la fotografía y
pretendo ir a la sierra a tomar fotos para un libro de fotografía que pienso
realizar, por esa razón vine en busca de mi amigo Alex ya que él conoce a
varios personajes que viven allá arriba que me podrían orientar. Ella se queda
como pensativa y me va diciendo: yo apenas he llegado ayer y vine aquí ya que
una amiga me recomendó el lugar, pero ayer hablando con la morena Claudia me
comento sobre la sierra y he quedado más que antojada. Al pasar otra vez la
quebrada que en este lado tiene más agua- Le hablo: aquí si me tengo que quitar
los zapatos ya que no quiero mojarlos porque mojados son un fastidio- Tienes
razón. Me agacho lentamente me quito las medias y luego los zapatos quedando
descalzo, para no llevarlos los escondo entre la maleza y seguimos- Ella: me
agradas sé que con tico podría ir a la sierra- Vamos a ver que nos podemos
idear para ir. Chocamos las manos. En un recodo del camino nos encontramos a
dos jóvenes kogis que sentados sobre la arenilla comen banano, yo al mirarla a
ella a los ojos le digo: esta es nuestra oportunidad voy a intentarles hablar-
esa es la actitud intentémoslo. Ella se me adelantan y al acercárseles les
pregunta: ustedes tienen cara de subir a la sierra. Al dudar si contestan el
que tiene rostro de más joven se resuelve y le contesta: nosotros vivimos en
esta dirección pero muy distante de aquí- Ella será que podremos ir con
ustedes. Ellos se quedan callados y al mirarse el mismo nos responde: si van
con el requerido respeto pueden ir con nosotros- Ella: Tenemos las cosas muy
cerca de aquí si quieren nos acompañan a traerlas- El otro chico: preferimos
esperarlos pero no se demoren porque nos tenemos que ir lo más rápido posible
ya que el lugar a donde vamos está bastante retirado- Y les digo: ya venimos.
Aceleramos antes de volver a pasar la quebrada reconozco la maleza y sin demora
recojo mis zapatos y las medias, como no
tenemos tiempo para perder deci-do no ponérmelos prefiriendo
seguir descalzo y al pasar la quebrada caminamos casi corriendo de esa forma llegamos
ante la cabaña, mientras ella mete sus pertenencias yo saco mi mochila arruaca
donde tengo la cámara fotográfica y meto los zapatos y las medias y vuelvo a
cerrar el morral, espero a que ella termine de acomodar las cosas dentro de su
morral- Al acabar me palabrea: ya tengo todo listo vamos a aprisa antes que los
muchachos se vayan. Salimos bajando la pendiente teniendo que pasar por encima
del camino de hormigas, y luego de pasar por las piedras la quebrada aceleramos
el paso, al llegar al mismo sitio no vemos ni la sombra de los kogis- La rubia:
nos han dejado mamando que hacemos- Será que seguimos a lo mejor los podemos
encontrar- No se espera pienso. Al acabar de decirlo de un grupo de matas de
plátano surgen los mismos personajes riéndose y burlándose de nosotros- La
rubia: conque son juguetones ya habíamos pensado que se habían ido sin nosotros-
El más alto le responde: eso es un oficio y hay que hacerlo bien si no puede
ser de mal gusto- Yo metiendo las patas en lo que hablan: hay que basilar ya
que el que no lo hace se lo hacen. Todos nos reímos sintiendo el eco de
nuestras risas- El muchacho más bajo y de más prominentes cachetes: sigamos que
se nos hace de noche- La rubia: si vámonos. Al ir caminando entre la jungla de
árboles, de enormes plantas, luego que se saca algo del ojo la rubia va
diciendo: ustedes tres como se llaman: Yo le contesto: yo soy Antonio y
ustedes- El más Alto y de contextura más fuerte yo soy Virkla y él es Braulio-
La chica primero el burro y luego el personaje, bueno como sea yo soy
simplemente Sandra- Virkla: eres gringa- No para nada, las apariencias engañan
ya que soy de Manizales- Braulio: para ir allá hay que ir por mar- No, yo por
lo menos vine en bus. Todos se ríen volviéndose a escuchar el eco, al encontrar
sobre la sombra del árbol muchísimas ciruelas desparramadas sobre la tierra
arcillosa, las recogemos para ir comiendo- Sandra: que delicia a demás son
dulces como el melado, al quedar satisfechos seguimos para que en breve tiempo
espesemos a escuchar la caída de la cascada, al tenerla cerca rápidamente como
un rayo Sandra se lanza al enorme charco, la seguimos y nos metemos dentro de
la caída de agua sintiendo una rica sensación de vértigo increíble, al nadar de
aquí para allá volvemos a la cascada y nos salimos dispuestos a seguir
caminando, trepamos por las rocas viendo como las mismas rocas forman especies
de piscinas, en unas inclusive se detectan peces de bellos colores, seguimos la
trayectoria de las rocas loma arriba apreciando tanta belleza, al detenernos va
diciendo la rubia Sandra: yo que estaba haciendo en Manizales, que ciudades de
mierda y más habiendo estos paraísos- Yo le agrego a la cuestión: ni que
ciudades ni qué carajo con estos lugares esos lugares apestosos de cemento son
únicamente para los alienados mentales. Seguimos y en un momento dado algo como
una piedra cae a muy poca distancia de nosotros y al mirar vemos que en la copa
de un gigantesco árbol hay un mono titi, uno de los chicos le responde con la
misma piedra y el mono yéndose de rama en rama se pierde de nosotros- Sandra:
que mono y ustedes para que le responden- Virkla: no le quería hacer daño
solamente lo hice en son de juego. Al ir
avanzando la cuesta se hace más empinada o sea más difícil, al dejar las rocas
tomamos por un sendero que nos lleva a la cima de la montaña, al descender
encontramos algo así como una gigantesca cueva- Sandra mirando hacia el
interior: que cueva tan oscura y misteriosa no me metería por nada del mundo-
Braulio es una cueva tan profunda que pareciera que no tiene fin, he oído de
los mayores que en su interior hay extraños animales, incluso gigantescas
culebras pero sigamos que se nos va hacer de noche. En instantes el cielo en
dirección del mar toma colores del naranja, pasando por el rojo, el purpura y termina
en rosado- Yo voy diciendo: que atardecer más increíble si no lo estuviera
presenciando no lo creería. Sequimos y el contorno cada vez más se hace más
oscuro, que en un momento dado tengo que sacar la linterna que afortunadamente las
pilas son nuevas y por esa razón nos vamos iluminado con buena luz, caminando
viendo que del cielo aparece completamente vestido de estrellas, al estar
descendiendo escuchamos el torrente de agua, al estar casi al borde del río
surge le la loma una luna media que por suerte ilumina el río que pasamos
mojándonos los pies, al dejar el río empezamos a subir montaña arriba, al
meternos en el bosque solamente nos sirve la luz de la linterna al estar
extenuados nos detenemos mirando todo lo que tenemos que subir- Sandra
rascándose las piernas va diciendo: que mosquitos de mierda y esta subida esta
tenaz- Virka: estos civilizados sí que se quejan- Ella le saca la lengua y va
murmurando: simplemente es que no estoy tan acostumbrada como ustedes. Al
terminar se sienta a rascarse- Yo le digo: lo mejor que puedes hacer es ponerte
un pantalón- Ella: no sé si es mejor el pantalón o quedarme como estoy ya que
hace un calor insoportable- Ponte el pantalón que los mosquitos te van a
masacrar- Si tienes razón ya mismo me lo pongo. Saca del morral el pantalón y
se lo pone- Braulio sigamos antes que se nos haga más tarde- Yo hablo: si es
mejor ya que no se cuanto más van a durar las pilas de esta puta linterna. Al
mirarnos todos seguimos por el ascenso del camino luego del esfuerzo llegamos a
un plano donde el muchacho más vigoroso abre el broche de alambre de púas, al
pasar todos lo vuelve a cerrar, ellos van de primero y yo atrás iluminado el
sendero de esa forma llegamos ante una construcción de donde sale un perro que
se le tira a morder a Sandra que logra esquivarlo- Virka: quédate quieto Lobo
que ellos son amigos nuestros. El perro se tranquiliza y entramos al interior
del bohío y el canino nos sique, al encender un encendedor no tengo nada más
que prender la fogata que está ubicada en todo el centro, al lograrla prender
de una ilumina toda la construcción circular- Virka trajeron comida?- Sandra le
contesta: yo tengo varios paquetes de pastas, varias latas de atún, aceite y
sal- Yo digo: yo he traído arroz, tomates, varias latas de sardinas y alverjas enlatadas.
Que surgieren que hagamos- Sandra: cualquier cosa da lo mismo lo importante es
aplacar esta hambre que tenemos, porque nos decidimos- Yo le agrego a la
cuestión: yo creo que más rápido van a estar las pastas- Luego que sonríe dice:
está decidido pues hagamos las pastas con una salsa de tomate y atún. Al
entregarme Braulio un par se viejas ollas de aluminio nos ponemos entre ella y
yo en la labor,
al estar los fideos y la salsa los colamos, y luego servimos
de esa forma comemos en silencio- Al terminar con el contenido del plato Sandra
va diciendo: o nos quedaron muy ricos o es que teníamos mucha hambre. Entre los
dos kokis lavan lo que utilizamos y nosotros nos sentamos sobre las piedras que
están depositadas sobre el suelo de tierra a fumar un cigarrillo- Yo le
pregunto sosteniendo el cigarro: Sandra tú que hacías en Manizales- Ella
contestándome: primero estudie agronomía como no me satisfacía me cambie a
filosofía pero termino aburriéndome, más sumado a los problemas con mi familia
desistí de vivir allá en la capital caldense y por esa simple razón estoy aquí,
y no sé qué va hacer ahora en delante de mi vida- Te preocupa…- No para nada ya
que la vida me marcara las pautas de cómo seguir esta existencia. Al acabar los
dos jóvenes kokis de lavar la loza nos disponemos a arreglar donde vamos a
dormir, ellos dos disponen las hamacas donde van a dormir ellos, nosotros
colocamos cerca del fuego los aislantes y los sacos de dormir, con todo listo
nos acostamos observando el fuego y al extinguirse quedamos profundos.
Sobre la madrugada me
despierta una especie de silbido, como tengo la linterna tan cerca de donde
estoy acostado la tomo y al encenderla voy iluminando el contorno de la
construcción circulas dándome cuenta que se trata nada menos que de una
serpiente de cascabel, en un principio me asusto pero resuelvo llamar alguno de
los dos personajes kogis, al levantarme lo hago con movimientos lentos para no
llamar la atención y sin demora toco el hombro de Virkla que de una abre los
ojos y me va diciendo: que pasa…- Hay una serpiente cerca de nosotros. El al
levantarse de la hamaca toma del suelo varias
piedras y haciendo tremendo alboroto le va lanzando las piedras, esto hace que
Sandra abra los ojos y al ver la serpiente se asusta tapándose los ojos, al
acertarle una piedra en la cabeza la cascabel huye por un hueco que está al
nivel del suelo sobre la pared- Sandra que peligro esa maldita serpiente, quien
se dio cuenta…- Yo al escuchar el sonido de su cascabel por fortuna tenía la
linterna cerca de mí pero sigamos durmiendo- Tú crees que después de haber
visto esa cascabel me puedo quedar tranquila- Duérmete y confía que no va a
volver- Está bien. Al reconciliar el sueño se me vienen ciertas imágenes de
épocas pasadas y ya algo entrada la mañana me despiertan los cantos de los
pájaros. Al abrir los ojos veo a Sandra sentada- Le pregunto: desde cuando
estas en esa posición- Desde que me desperté por una pesadilla- acaso que
soñaste- Con esa puta serpiente que me mordía- Tan paranoica- Me impresiono
mucho verla por eso lo del sueño- Olvídate de eso y despertemos a los amigos.
Cuando vamos a ver no están ni las hamacas- Ella: han desaparecido que hacemos-
No se me ocurre nada. Ella salgamos a ver que vemos- salimos dándonos cuenta el
sol que hay- Ella murmurándome al oído: qué tal si buscamos un sitio donde nos
podamos bañar- Con este sol no es mala idea. Pero vamos con nuestras cosas-
Claro no nos podemos confiar. Al guardar nuestras pertenencias en los morrales,
no los colocamos y salimos viendo un panorama lleno de diferentes árboles,
descendemos loma abajo por un estrecho sendero, yo tomo la iniciativa y me adelanto para que ella me siga, en un
momento dado empezamos a escuchar un sonido permanente de agua, entre los
árboles vemos algo retirado el río- Ella señalando: mira allá está el río-
Vamos. Al ver otro camino que se bifurca y que va en ese sentido, lo tomamos y
vamos bajando entre una vegetación de diferentes plantas, al ver un charco y
antes que lo pasemos surgen cantidades de mariposas que se abren paso entre la
floresta- Sandra contemplando el espectáculo va diciendo: que mágica es la
naturaleza que bellas mariposas- Tienes razón ya que son increíblemente bellas
y además pienso que deben ser un buen presagio. Al pasar por un costado del
charco encontramos al borde del sendero unas gigantescas rocas que se extienden
muy arriba de nuestras cabezas y al pasarlas vemos la amplitud del río que
fluye con su movimiento de agua entre múltiples piedras, lo recorremos
bordeando la orilla con el propósito de encontrar un charco donde al menos
podamos nadar, luego de pasar al lado de una matas de bambú vemos un salto
formado por dos piedras y más abajo un lindo charco- ella mirando: mira esa
caída y el charco ya tengo ganas de meterme- Si invita a eso. Al acercarnos
decididos nos quitamos la ropa para quedar como hemos venido al mundo, ella sin
problema se acuesta boca arriba sobre la corriente que la lanza al charco
cayendo de frente, yo hago lo mismo. Al pisar el fondo bajo de piedritas nos
vemos la configuración de nuestros cuerpos y luego a los ojos quedándonos como
hipnotizados, al tomarnos nos abrazamos y cerrando los ojos nos palpamos los
labios besándonos- Ella al abrir los ojos: desde el momento que llegaste y que
te vi estando dentro de la hamaca ya me gustaste- Yo le contesto afirmándole:
solo cuando te paraste de esa hamaca me di cuenta de lo bella que eres. Nos
volvemos a besar y luego nos tiramos a nadar ha travesando el charco repetidas
veces y al quedar algo cansados nos acostamos sobre una roca a tomar el sol
quedándonos dormidos. Al abrir los ojos ella me besa diciéndome: no sé cuánto
tiempo ha pasado pero siento bastante hambre- Busquemos a ver que podemos
encontrar. Al ponernos la roba luego de besarnos andamos por un sendero entre
un estrecho valle, en el momento que vemos un platanal nos acercamos y al ver
varias plantas más anchas nos damos cuenta que se trata de nada menos de un
bananal, al ver algunos bananos amarillos y maduros, del gajo vamos sacando
banano por banano y lo vamos comiendo, al habernos consumido una pequeña parte
del gajo nos damos por satisfechos- Sandra al tragarse el último pedazo va
hablando: que delicia de bananos no sé cuántos me abre comido pero debieron ser
varios- Yo igual, que hacemos. No sé pero decidamos- Seguimos avanzando- No me
parece mala idea. Seguimos el sendero que bordea el río y que al separarse
entramos en la densa vegetación- Ella viendo cada árbol va murmurando: estos
parajes según mi concepción me identifican con el misterio- Si eso no se puede
negar y mi prescripción de ser se bate en lo mismo, seguimos o nos quedamos a
ver qué sucede- Sigamos a ver que encontramos. Andamos por el sendero
volviéndonos a encontrar el río, al detenernos Sandra va diciendo: por lo visto el camino sique del otro lado de este río- No
tenemos otra opción que atravesar el río
o devolvernos- No, sigamos. Atravesamos el rio con la dificultad de la
corriente, le tengo que ayudar dándole la mano y haciendo un último esfuerzo logramos
alcanzar el otro lado- Ella sudando va murmurándome: pensé en un momento dado
que el río nos iba a rastrar- Si se hizo difícil pero lo logramos- seguimos el
sendero viendo cada pájaro que vuela alrededor de los árboles- Ella que
naturaleza más imponente, estos lugares son de ensueño- Son como un poema vivo.
Nos abrazamos dándonos picos y al soltarnos continuamos, al ver una finca nos
entramos y al llegar ante el bohío nos salen al encuentro unos niños que al
vernos se asustan volviendo al interior del bohío y a continuación sale un
arsario vestido todo de algodón blanco y que calza unas botas pantaneras, que
nos mira diciéndonos: que hacen por esta tierra- Yo le contesto estamos
conociendo- Les gusta este lugar- Ella va murmurando con su voz: nos tiene
fascinados ustedes son unos privilegiados deben saber muy bien lo mágico de
estos parajes- Si este es el lugar de nosotros y lo sentimos, lo amamos y lo
respetamos- Yo: debe ser así ya que de otra forma sería un irrespeto con esta
bella naturaleza, nosotros seguimos- a donde van- No sabemos, bueno que sigan
bien y hasta luego. Al volver encontrar el camino continuamos por este
apreciando el esplendor de la naturaleza que nos rodea, al salir del valle
empezamos a subir una montaña más dura que las otras, con actitud ascendemos y
al girar el camino por entre la montaña encontramos una enorme cascada que
viene de lo más alto de la montaña, nos sentamos a contemplar la cascada
quedándonos absorbidos en la belleza de como cae a raudales la impresionante
cascada- Ella estoy bastante agotada este lugar me parece excelente para pasar
la noche, que tal si buscamos leña y hacemos una fogata- Se me ocurre como hay
tanta piedra que hagamos un circulo y hacemos la fogata a dentro de el- Linda
idea. Vamos reuniendo las piedras más circulares con la cuales disponemos del
sitio haciendo el circulo, luego entre los árboles buscamos leña y al reunir
una buena cantidad como para pasar la noche. Nos sentamos uno del lado del otro
tomándonos las manos, en el momento que ponemos las cabezas sobre los morrales
vemos algo inusual tratándose de una luz tan fuerte proveniente del firmamento
que nos obliga a cambiar la vista, cuando volvemos a girar la cabeza
presenciamos una gran esfera que gira alrededor de su mismo eje y que se
convierte en la apariencia de un ovni y que rápidamente desaparece dejando un
rastro sobre el lugar vegetativo- Ella creo que viste lo que yo pude apreciar-
Como no, si fue tan real como la existencia misma, viste que primero era una
bola de fuego que era tan fuerte que tuvimos que ver hacia otro lado y cuando
volvimos los ojos vimos lo que es realmente un ovni que al instante
desapareció, miremos el rastro. Al verificar la huella ven en el centro todo
quemado- Ella viéndome: todo quedo completamente quemado y si ves bien hay un
círculo exacto- Si al respecto de esto no hay dudas. Nos quedamos en silencio
apreciando el firmamento que está condicionado por la cantidad de estrellas, en
un mismo momento vemos varias estrellas fugases- Yo dirigiéndole la mirada le
hablo: que cantidad de estrella fugases- Con lo que hemos visto es más que
suficiente. Al prender con el encendedor una vela con la cual logramos encender
la fogata que nos conforta entregándonos calor, al estar tan casados armamos
con los dos estertores una sola cama y al meternos entre los sacos de dormir
nos profundizamos inmediatamente.
A la mañana con los
rayos del sol sobre mi cabeza abro los ojos sin su presencia, al pararme la
busco sin poder hallarla me preocupo y trato de explicarme su desaparición. Al
no saber qué hacer me desespero aún más viendo que sus cosas están como las
dejáramos a noche. Me levanto y doy un rodeo por el lugar sin ningún éxito. Al
no entender nada del porqué de su desaparición golpeo con mi puño con tanta
fuerza que mi mano sangra contra el suelo de gramilla. Dándome por vencido a
pesar del sol me vuelvo a costar cubriéndome con el saco de dormir y logro
dormirme. Estando en esas siento su mano que me acaricia, al despertarme como
tuve una especie de pesadilla al verle el rostro lo veo como si fuera el diablo
en persona, reacciono corriendo como estoy completamente sacado de si, al
tropezarme con una piedra me caigo y estando tirado la veo como realmente es y
sin importarme el dolor de una de mis rodillas me levanto y la abrazo diciéndole:
pensé que habías desaparecido- Solamente fui a dar un paseo me demore porque me
encontré a una indígena con la cual hablamos de cosas interesantísimas, por eso
vengo hasta ahora, lo que no entiendo como cuando me viste saliste corriendo.
Te busque durante largo tiempo y al no hallarte me di por vencido acostándome y
tuve una horrible pesadilla por eso en el momento que te vi eras el propio
diablo en persona- Ella: no creo que tenga la cara de Satanás- No para nada
solo lo vislumbre. Qué tal si nos metemos en la cascada. Que esperamos vamos a
bañarnos. Lentamente nos desvestimos y de un solo impulso nos metemos en el
pozo y nadando vamos hundiéndonos para estar sobre el torrente de agua que cae
sin alcanzarnos, Al volver a hundirnos vemos a poca distancia algo así como una
luz que se trasforma en un hombre de barba que viste como los indígenas y que
lleva una especie de báculo, esto hace que inmediatamente volvamos a la
superficie- ella me comenta: cómo es posible que esa luz se convierta en ese
personaje- No lo entiendo ya que ese hecho no tiene explicación, volvamos a
sumergirnos. Al volver a la profundidad seguimos viendo al personaje que con un
movimiento del báculo desaparece dejando enormes burbujas, al volver a la
superficie ella me va diciendo: estas aguas al parecer están como encantadas ya
que ese espíritu que vimos debe ser el de los antepasados de estos pueblos- No
hay más explicaciones, debe ser tal cual. Al salirnos del agua vemos una
serpiente que al asustarse desaparece en el flujo de la caída de agua- Ella con
cara de aterrada va murmurando: ahora la serpiente como pudo desaparecer debajo
de la espesura del agua, aquí hay gato encerrado o porque todo aquí es una real
incertidumbre- sí, es eso ya que no hay otra explicación. Al que renos quedar
vamos en busca de más leña ya que lo poco que quedo de la noche anterior es muy
poca, al irnos entre los mismos árboles encontramos una buena cantidad que
trasportamos en dos y tres viajes- ella tengo un hambre increíble además ayer solamente
comimos algunos bananos- Yo tengo un paquete de maní de los grandes- Porque no
lo dijiste antes, de todas maneras dámelo que lo abro. Al sacarlo del morral se
lo paso y ella de una lo abre depositando una buena cantidad entre su mano, al
pasármelo yo hago lo mismo, de esa manera vamos comiendo hasta acabar con el
contenido del paquete que deposito entre mi morral. Luego de encender la fogata
nos relajamos viendo las estrellas que nos internan en un espectáculo increíble
ya que vemos estrellas que van en un solo sentido a una velocidad vertiginosa
que es algo así como una lluvia de estrellas- Ella en este lugar debe haber
algo así como magia debido a que en poco tiempo hemos presenciado aconteci-mientos
que no tienen nombre- Si no tienes la razón yo debo de estar demente. Nos
reímos tanto que hay un eco que se escucha por todo el entorno y luego
extenuados de tanto reírnos nos quedamos en un delicioso sueño.
Al despertarnos al
mismo tiempo fluimos en el amor con la armonía de los besos, al levantarnos nos
tiramos sobre el poso, nadando hasta el torrente que cae vertiginosamente que
tenemos que detenernos para no ser arrojados contra las rocas- ella
sosteniéndose entre el agua habla: noto que el agua esta cayendo con mucha más
fuerza que ayer- Yo noto lo mismo es mejor que nos salgamos. Al salirnos
escuchamos algo así como un estruendo, al escucharlo tan intensamente nos
retiramos varios metros y en menos que nada vemos una sombra que al caer es
nada menos que una gigantesca roca que al caer hace temblar la tierra cubriendo
todo el poso y cambiando la geografía del lugar. Ella sosteniéndose su rostro
con sus dos manos va hablando: con todo lo que hemos visto es mejor que nos
retiremos- Vamos. Al alzar todo y meterlo entre los morrales salimos loma
arriba descubriendo en la intercepción de un plano un árbol tan gigantesco del cual cae un ramaje semejante a inmensas
canas- ella con un gesto como de aterrada va palabreando: que árbol más
particular mira cómo se extiende de arriba a abajo ese ramaje canoso- de verdad
que es asombroso, y seguramente para los indígenas este árbol debe ser algo así
como sagrado- Creo lo mismo. Seguimos la trayectoria del sendero, de ese modo
pasamos por un lado de varias fincas y al decidirnos entramos a una de las
fincas, al estar ante el bohío sale Braulio acompañado de una joven indígena,
por lo tanto no creemos lo que estamos viendo- Él nos habla diciéndonos:
quieren seguir… Al vernos Sandra va diciendo: estamos desconcertados pero claro
que nos gustaría. Nos saludamos de mano y luego entramos en el bohío sentándonos sobre una alargada
banca, la indígena nos trae a cada uno un plato con envueltos de maíz que
comemos sin decirnos nada, al acabar ella misma nos recibe los platos
depositándolos en un roído balde y luego se sientan hacernos compañía- Braulio
va diciendo: si quieren se pueden quedar el tiempo que deseen con nosotros- Yo
le contesto: gracias, yo creo que si- Sandra: si, la oferta me gusta por eso
pienso que nos debemos quedar claro que ayudando en lo que haya que hacer.
Con el pasar de los
días vamos desarrollando varias actividades, como la labranza, reparando cercos,
cocinando y compartiendo. Una mañana me despierto con el pie hinchado y con un
dolor increíble- Sandra ese pie está bastante mal- Al verlo Braulio: eso es un
nuche- Sandra que es eso…- Es un mosco que al picar deja sembrado un gusano que
se va abriendo paso en este caso en el pie- Sandra con una cara de preocupada
va murmurando: como se lo podemos sacar- Braulio: hay dos soluciones una es
llevarlo a donde el mamo Gabriel u otra llevarlo a Santa Marta al hospital-
Sandra: creo que lo mejor es llevarlo donde el mamo. Al intentarme parar me es
imposible ya que el dolor se me hace insoportable- La chica kogi va diciendo:
tenemos que buscar a alguien que nos ayude a llevarlo- Braulio ya vengo voy
donde mi compadre Néstor a ver si nos ayuda. Al desaparecer por la puerta se
aleja en la distancia. Yo con un dolor intenso me doy cuenta que además tengo
algo de fiebre, estando acostado me
muevo de un lado para el otro sin lograrme calmar ya que el dolor es como un
infierno. Al estar oscureciendo vuelve Braulio solo, al entrar al bohío –Va
diciendo: que forma de caminar y para empeorar la situación no estaba ya se fue
a una minga, pero con la mujer le deje la razón que cuando volviera viniera lo
más rápido posible- Sandra que mala onda, él está cada vez peor si nos hacemos
algo ya no sé qué sucederá con su estado de salud- La indígena ya se está
haciendo de noche toca esperar hasta mañana a ver qué podemos hacer al
respecto. Al oscurecer siento una molestia más grande sintiendo como una brasa
que arde entre mi pie, Sandra con sus propias manos intenta darme del arroz de
verduras que ella misma hiciera, pero no me pasa bocado y me vuelvo a voltear,
al sentir que me invade la fiebre tirita todo mi cuerpo, y ya en la madrugada
veo el túnel que me lleva al otro lado de esa forma muero. Fin.
LAS PÉRDIDAS
Juana llega en un bus
de la empresa Brasilia de Santa Marta a Buritaca, el bus al detenerse ella
levantándose de la silla se baja y el ayudante le pasa su mochila, al partir el
bus ella viendo que no viene ningún vehículo pasa al otro lado de la troncal y
empieza a internarse por la angosta carretera, ve sobre la pared el letrero
pintado de lo que corresponde a Buritaca y sigue por la trayectoria percibiendo
el pavimento caliente de la carretera y sintiendo sobre su espalda el sol
fuerte del medio día que hace que sude, ve de los dos lados la escasa floresta
y al ir ganando terreno ve los búfalos y las vacas, el calor hace que la vía se
haga insoportable de esa forma ingresa por la portada al extraño pueblo
construido durante la bonanza marimbera y que iba hacer algo así como un club.
Al estar entre las construcciones se decide ir a la playa, para esto pasa entre
las sillas del restaurante al aire libre viendo la extensión del río que
desemboca cerca de ahí en el mar, bordea la extensión del río y al ver que se
puede meter al río se descuelga el morral colocando sobre la arena, luego se guita
las zapatillas y se desprende de la ropa quedando con un biquini bastante
atractivo, como siente el bochorno se encamina lanzándose al agua del río, nadando
atraviesa el río y ya estando en la orilla del mar lo ve hasta que se decide a
meterse, lo hace viendo las olas que van quebrando para ver la espuma blanca,
al pasar una ola lo hace sumergiéndose, al encontrarse de frente con otra lo
hace de la misma forma y la tercera la sorprende hundiéndola contra la arena
saliendo rendida. Al querer devolverse se lanza contra la ola logrando que la
arrastre un poco y al salir ve que alguien por medio de señas la llama. Ella
nadando logra traspasar el río y al ver a su amiga Claudia la abraza
diciéndole: por fin te veo ya que la última vez nos vimos en Bogotá y no nos
pudimos ver más- Ella le contesta diciéndole: si esa fue la realidad pero por
fin estoy aquí viéndote- Si de verdad que estoy alegre de verte, si quiere te
acompaño donde mi amigo Rene- Ese es el amigo que me hablaste una vez- Si claro
el mismo- entonces vamos, al ver su morral lo levanta poniéndoselo sobre su espalda y luego toma las zapatillas
que las lleva entre sus manos, al ingresar al restaurante Juana va murmurando:
no me aguanto más la sed sentémonos que te convido al menos a un jugo, al ver a
la señora la llaman y ella al llegar ante ellas va diciendo: tengo sancocho de
pescado, mojara frita con arroz, ensalada y patacones- Juana le contesta: no
deseamos nada de eso, será que tiene jugos- Solamente tengo de mango bastante
frio- Ella mirando a su amiga Claudia: quieres un jugo de mango- Si con esta
sed claro pero me gustaría ojala helado- Por favor tráiganos dos- La señora
Contesta: ya mismo se las traigo. Al desaparecer al rato vuelve con las dos
bebidas amarillentas con pitillos, las pone sobre la mesa diciendo: si desean
algo más solamente tienen que llamarme- Juana haciendo un gesto le dice:
gracias. La señora enseguida se aleja- Juana luego que se da un trago le
murmura: será que tienes un cigarrillo- Si claro. Al sacar del bolsillo de su
bermuda un paquete de Caribe le ofrece, ella saca uno y lo mismo hace la amiga
encendiendo con el di esquero, de esa forma fuman y beben- Juana va hablando:
desde cuando llegaste aquí a Buritaca- estoy desde hace dos meses ya que renuncie
del trabajo allá en Bogotá- Todavía estas con Federico…- No me hables de ese cretino
que es un traicionero, además ya logre quitármelo de la cabeza y tu relación
con Felipe sigue- Terminamos hace como un mes y desde ese momento estoy mucho
mejor sola- Que viva la libertad. Al acabar con las bebidas se levantan Juana
tomando el morral y la zapatillas yendo donde está la señora pagándole Juana,
al salir de la zona del restaurante se meten por ancho camino pasando a un lado
de varias tiendas, luego a un costado de
un hostal donde al avanzar llegan ante las iguales construcciones blancas y
después al tomar al atajo llegan ante la portezuela de la casa de Rene, al
ingresar en el salón abierto ven que sale Gabriela de la cocina, al verla le
sonríe abrazándola y le dice: como se te ve de bien- estoy full como nunca,
sácate esa mochila que ya mismo nos sentamos a almorzar. Ella se saca el morral
colocándolo contra la pared y se sientan ocupando la alargada mesa, al rato
entre las dos sirven los cuatro platos con pescado, arroz, ensalada y
patacones, al mismo tiempo sienten que abren la portezuela apareciendo Rene con
su mochila kogi y poporeando va hablando: que rico huele- Gabriela: siéntate
antes que se enfrié. Al sentarse él y ellas empiezan a maniobrar los cubiertos
de esa forma van comiendo lentamente- Rene viendo a Juana: tú debes ser Juana
la hija de mi amigo Alberto- Claro que si-Tu no te debes acordarte ya que
viniste muy niña con tu padre- No me acuerdo- Claro que te vas acordar si
estabas muy pequeña. Siguen masticando de pronto Rene vuelve a romper el
silencio diciendo: Claudia todavía pretenden subir a la sierra- Yo por lo menos
si- Juana siempre he tenido ese sueño será que puedo ir con ustedes- Gabriela:
claro no puedes dejar de pasar esta oportunidad- Con guíen vamos a ir…- Rene:
les aconsejo que suban con alguien conocido- Claudia: quiero subir esta vez sin
nadie que me joda la existencia, además al haber subido varias veces considero
que ya conozco bien el camino- Rene: insisto vayan con alguien, tres mujeres
solas pueden tener problemas- Gabriela: no vamos a tener ningún tipo de
inconveniente- Rene: bueno está bien no jodo más. Al acabar casi al mismo
tiempo entre las tres recogen los platos lavándolos en la cocina y se acuestan
a reposar el almuerzo sobre las hamacas y solo se despiertan al atardecer. Al
encontrase en el patío todos van rodeándolo-Juana va diciendo: como este lugar
está de bien cuidado y me sorprende ver tantos árboles frutales. Luego se
empina y al estirar el brazo logra agarrar un bello mango, al morderlo esta
como le gusta bastante pintón- Claudia al antojarse le dice: dame un mordisco.
Al probarlo- Agrega: está muy rico- Gabriela al ver otro mango en el ramaje lo
agarra de la misma manera llevándoselo a la boca- Va murmurando: este también
está buenísimo- Claudia que tal si vamos a ver el atardecer- Juana: es
excelente idea vamos- Rene: vayan ustedes ya que estoy esperando a unos amigos
kogis. Se despiden de él y son guiadas por Claudia por un camino que al meterse
entre un grupo de árboles y cocoteros llegan a la playa, sentándose sobre la
arena aprecian los colores del atardecer y la extensión del mar- Juana: que
magnifico atardecer esto me recuerda algo- Claudia se le lanza a serle
cosquillas y le dice: si no lo cuentas vas a ver cómo te hago cosquillas- Bueno
está bien, lo que iba a decir es que me acuerdo de mi ex novio ya que estuvimos
hace tiempos en Capurgana y siempre íbamos a ver los atardeceres, era tan
tierno- Gabriela: eso son cosas del pasado ahora hay que vivir en el presente,
si no te vas a amargar- No me amargo es solamente un recuerdo y nada más. Al
estar oscureciendo- Juana empezándose a
rascar va hablando: antes que nos coman estos jejenes vámonos a la casa de
Rene- Claudia: huyamos de aquí. Se devuelven por el mismo camino y al estar ya
oscuro llegan rápidamente a la casa, al entrar ven a Rene poporeando y dialogando
con dos personajes kogis que están vestidos de planco con dos mochilas entre cruzadas,
al no querer interrumpir la conversación se meten entre la amplitud del iglú
quedándose dormidas inmediatamente.
En la madrugada aún
suenan los grillos, Gabriela al abrir los ojos despierta a sus dos amigas-
diciéndoles: es hora que empaquemos y nos vamos a la cierra- Juana estoy emocionada vámonos de una
vez. Al salir de la carpa Claudia y Gabriela depositan sus cosas en los
morrales, luego entre las tres desarman el iglú y al enrollarlo lo meten entre
el estuche y luego entre el morral de Claudia, antes de irse Gabriela le
escribe una nota a Rene depositándola debajo de la puerta del cuarto donde
duerme Rene, al colgarse los morrales salen sin hacer ruido, toman por un
costado del pueblo dando una vuelta que al pasar en frente de una gigantesca
casa de un parraco salen por la carretera viendo que está amaneciendo, de a
poco comienza a dibujarse los árboles. Rápidamente están sobre la trocal donde
espera el bus que va a Palomino, al pasar una camioneta sin que ellas hagan
nada les para- Gabriela viendo al moreno que va solo le dice: nosotras vamos a
Palomino- Súbanse que las llevo. Al mon-tarse en la parte de atrás de la
camioneta se sientan y el hombre arranca velozmente yendo a una velocidad
increíble- Juana asustada les murmura a sus amigas: que susto como va está
camioneta de rápido. Las otras no le contestan. Con la velocidad que lleva la
camioneta en menos de nada llega a Palomino frenando en seco en la bomba de
gasolina, al bajarse con el sol a cuestas la camioneta arranca a todo lo que
da- Claudia viendo el ancho de la carretera va diciendo: tenemos que buscar una
tienda donde podamos conseguir alimentos para cocinar. Al pasar la trocal ven
el único lugar abierto y entran tomando lo que consideran que pueden cocinar,
al pagar depositan los víveres en cada una de las mochilas. Al alzarlas y
colocárselas siente de una vez el peso- Juana: ahora si esta mochila pesa como
el demonio- Claudia: claro que sí pero no nos queda otra opción que llevarlas
cargadas como están. Se meten entre las casas del pueblo con el sol de frente y
rápidamente atraviesan esa parte del pueblo, viendo los inmensos árboles que
les regala sombra, empiezan a subir la larga cuesta entre diversas curvas que
van de un lado hacia el otro- Juana paremos un momento a descansar- Claudia:
que floja, sigamos que hasta ahora estamos saliendo y paramos más bien más
arriba. Siguen movilizando los pies subiendo la cuesta para su favor entre las
sombras de los árboles, se encuentran a un arsario que baja en una mula varios
racimos de plátano que rápidamente lo dejan atrás, al hacerse la subida más
drástica logran coronar la cima de la montaña- Gabriela ya hemos caminado mucho
merecemos un descanso por lo menos. Juana al sacar de la pesada mochila una botella de agua al darse un largo
trago se la pasa a Gabriela que al hacer lo mismo se la da a Claudia que bebe
de la misma forma, Juana al quererse sentar sobre una piedra no ve una serpiente
verde brillante y al tirarle ella asustada logra retroceder unos pasos
lográndose distanciar, al ver que la serpiente va en dirección de ellas
reaccionan colocándose lo más rápido posible los morrales sobre sus espaldas
saliendo huyendo de la serpiente, con el temor caminan, caminan hablando del
hecho y solamente se detienen en el momento que sus pies no dan más, lentamente
se bajan los morrales y se sientan sobre un tronco de un árbol que esta caído
atravesado sobre el sendero- Juana luego del susto con la serpiente y de la
larga caminada estoy terriblemente cansada- Gabriela: descansemos ya que este
andar hasta hora comienza, Juana por favor dame del agua que estas tomando.
Todas pasándose el agua logran en algo refrescar sus gargantas. Claudia estando
muy relajada al mirar a sus amigas les habla: tenemos que seguir avanzando
vámonos. Se levantan lentamente de último lo hace Juana, al volverse a colocar
los morrales sobre la espalda reanudan la caminada, van descendiendo a un
pequeño valle que lo cruza un río angosto que a la vez esta entre enormes
árboles, al irse acercando escuchan el sonido del río y luego al tenerlo a tan
solamente unos pocos metros- Juana aprovechemos y nos metemos. Al descolgarse
los morrales se desvisten totalmente, al meter los pies sienten el frio del
agua y luego al ver el poco fondo suavemente se lanzan mojando la totalidad de
sus cuerpos- Juana que agua más refrescante de verdad que ya tenía calor-
Gabriela: claro que hace calor. Al relajarse en la tranquilidad del agua, Gabriela
ve que alguien que está escondido entre la vegetación las está viendo-
Indicando con una de sus dos manos va diciendo: miren hacia allá que alguien
nos está observando cómo nos bañamos. Al ver algo del sujeto le lanzan piedras
viendo a través de la floresta que huye- Juana: somos tenaces logramos que la
pinta huyera. Al volverles la tranquilidad metidas entre el agua de una
corriente suave aprecian claramente las diferentes formas de la vegetación-
Juana al ver a sus amigas ensimismadas en el factor naturaleza va hablándoles:
no creen que tenemos que emprender la caminada- Claudia si ya fue más que
suficiente es mejor que sigamos. Al salir por las piedras del curso del río de
inmediato se visten y al estar listas se acomodan los morrales sobre la espalda
y empiezan agilizar los pies entre una espesa floresta que a medida que avanzan
se hace más tupida- Juana entre este monte debe haber todo tipo de animales-
Gabriela: si seguramente serpientes, gatos monteses e incluidas nosotras. Se
ríen dispersando sus carcajadas entre el follaje, al seguir la trayectoria del camino
este se empieza a empinar viendo la montaña iluminada por los rayos solares-
Juana haciendo un extraño gesto va murmurando: que subidita la que se nos
viene- Claudia: para que lo dices si no nos queda otra opción que subir. Al
volverse a callar siguen por el amplio sendero que sube entre los árboles que
en unos casos se asemejan a personajes misteriosos- Claudia rompiendo el
silencio va hablando: mi estómago esta vacío qué tal si nos detenemos a comer
algo- Juana si de verdad que hace hambre. Se detienen al lado de una extraña
roca que tiene algo así como una pequeña abertura semejante a un pozo- Gabriela:
que tal con los aguacates, las zanahorias, los tomates y las cebollas hacemos
una ensalada que acompañamos con el pan que compramos- Claudia: manos a la
obra. Entre todas con sus respectivos cuchillos parten en pedazos semejantes
las verduras, luego al partir en el medio el enorme aguacate al quitarle la
cascara lo parten en pedazos lográndose hacer una rica ensalada, que cada una
acompañándose de un buen pedazo de pan comiendo cada una en su plato. Al
terminar Juana va diciendo: que rica que nos salió la ensalada ya que estaba
como para chuparse los dedos- Gabriela si estaba
realmente deliciosa y además cumplió la
misión de quedar más o menos llena- Gabriela ya estamos satisfechas sigamos que
así bajamos la ensalada y el pan. Con un esfuerzo se levantan mirándose y
vuelven al asunto de caminar a través de la pendiente arborizada por enormes
ramajes que a veces oculta el sol, avanzando lentamente debido al peso de sus
morrales las toma la tarde que va decayendo lentamente- Juana ya con cara de
cansancio va hablando: estos pies míos no pueden más- Claudia: tu sí que te
quejas… Mentiras solamente es una broma, sí aprovechemos este claro dejando de
caminar. Al estar paradas se quitan los morales y al sacar Claudia de su morral
el estuche del iglú lo saca, al extenderlo uniendo las barrilla logran sin
problemas armarlo y de último le colocan las estacas enterrándolas- Juana
sacando de su morral el pan con el cuchillo lo parte en tres partes iguales y
lo reparte de ese modo se lo van comiendo en instantes lográndolo acabar-
Gabriela casi durmiéndose va agregándole a la cuestión: con este sueño que
tengo me quiero dormir. Sin decirlo las demás al poner la cabeza sobre lo que
pueden se quedan sumergidas en el sueño sin enterarse sobre la lluvia que cae
durante toda la noche.
Al despertarse de una en una aún llueve que en
vez de levantarse prefieren seguir durmiendo, siendo despertadas por la luz
extenuante de un relámpago que al ser el mismo rayo suena semejante a algo que
estalla, esto sucede repetidas veces que ellas asustadas se abrazan- Gabriela:
esto lo que parece es una tormenta- Claudia: no hay que dudarlo espero que
ustedes no tengan algo como llaves, algo de metal que atraigan esos malditos
rayos. A continuación el iglú se comienza a mover de un lado para el otro
entrándole el agua procedente del aguacero que hace que queden completamente
inundadas. Al mermar la lluvia escampa saliendo el sol y ellas aprovechan para
salir del iglú, inmediatamente al cortar con el machete Gabriela dos palos,
ella misma los entierra un poco distante uno del otro y las otras dos extienden
una delgada cuerda y entre todas desarman el iglú extendiéndolo y colgando todo
lo que se mojó- Juana que buena tarea ahora creo conveniente que busquemos
leña- Claudia: con la madera mojada tú crees que la lograremos prender- Al
menos podemos intentarlo- Gabriela ella tiene razón, esta noche va hacer frío
seguramente es conveniente que tengamos al menos fuego. Se dispersan a buscar
leña, al estar Juana en esas como esta todo mojado para su mala suerte confunde
una serpiente con un palo y al querer tomarlo el error le cuesta caro ya que la
muerde e inmediatamente va sintiendo un frio interno que la va invadiendo, como
se siente tan mal no logra orientarse y desesperada rápidamente le circular el
veneno entre sus venas que al doblegarse sus piernas cae precipitadamente
contra la tierra y al poco tiempo muere sin que sus amigas se enteren sobre lo
sucedido con ella- Al trascurrir el tiempo Gabriela mirando la leña que han
logrado reunir, le dirige la mirada a su amiga- Diciéndole: que pasara con
Juana que no viene con la leña- Claudia: temo que le paso algo, pronto va a
oscurecer búsquenosla. Van en su búsqueda merodeando el lugar sin éxito alguno
sorprendiéndolas la noche que tienen que regresar y con la poca luz vuelven
armar el iglú- Claudia: no entiendo cómo pudo desaparecer nuestra amiga Juana-
Gabriela: me preocupa no será que le sucedió algo- Como que…- No sé, tantas
cosas que le pueden suceder como por ejemplo se pudo caer a un abismo, a lo
mejor la mordió una serpiente o la pico una tarántula o tantas otras cosas
posibles, porque si estuviera como la vimos antes que se nos perdiera no crees
que ya hubiera regresado- Si claro, que hacemos- esperar que aparezca ya que
con esta oscuridad y con las pilas ya gastadas es imposible que la podamos
encontrar más bien intentemos hacer un fuego. Entre las dos van colocando los
diferentes palos de una forma que se les facilite encenderlos, con mucha
dificultad logran prenderlo eso si creando un humeral terrible- Claudia: estoy
preocupada por nuestra amiga ha desaparecido
estoy segura que le ha sucedido algo- Estoy casi segura pero la esperanza es lo
último que se pierde, no nos alarmemos y esperemos- Que vamos a esperar si
estuviera bien ya hubiera venido- Ella con lo despistada que es seguramente
está perdida- Busquémosla- Con esta oscuridad es imposible a demás nos puede
suceder algo terrible- Tienes razón no nos queda otra cosa que esperar a que
aparezca- Así es, más bien preocupémonos por nosotras dos y busquemos a ver que
podemos encontrar para comer. Al buscar entre sus morrales hallan varias latas
de atún, de sardinas y de verduras- Claudia sintiendo hambre: se me ocurre que
abramos una lata de atún y esa lata de espárragos- Si hagámoslo antes de que
nos muramos del hambre. Claudia con el cuchillo a pesar de la oscuridad logra
abrir las dos latas, y sirve en los dos platos el contenido que inmediatamente
comienzan a comer- Claudia luego que come el segundo bocado va diciendo: con
está hambre cualquier cosa sabe a gloria- Sí que me sabe bueno. Al acabar
sienten el vacío que ha dejado Juana- Gabriela casi llorando: no puedo con esta
pena ya que seguramente Juana está sufriendo o a lo mejor está muerta- No digas
eso porque puede venir en cualquier momento- Tú crees que podrá ver algo con
esta maldita oscuridad, estoy segura que le pasó algo. Las dos se abrazan
lamentándose por su amiga, lloran sin poder detener las lágrimas y muy tristes
a pesar de que todo sigue mojado se van a dormir estrechándose una contra la
otra logran dormirse y al amanecer un ruido como si alguien raspara algo las
despierta asustadas- Gabriela casi temblando: si escuchaste- claro que oí que
pudo haber sido- Si no nos enteramos por nosotras mismas no lo sabremos- Se me
ocurre que puede ser Juana- Ese ruido no me parece que pueda ser ella pero
veamos de que se trata. Al salir de iglú ven a un burro que está mordiendo el
iglú y ellas decididas tirándole todo lo que encuentran logran que el pequeño
equino se vaya- Claudia maldito burro menos mal que reaccionamos a tiempo si no
nos hubiera destruido el iglú- Si claro nada más mira el hueco que le hizo,
inmediatamente me pongo a coserlo- No antes sin buscar a Juana- Entonces
hagámoslo ya. Al ponerse los zapatos bastamente húmedos se ponen en su búsqueda
y como una hora más tarde la hayan cerca de un árbol boca abajo sin vida, al
quererla levantarla el cuerpo inerte se les cae- Gabriela ya lagrimeando dice:
creo que está muerta- Claudia llorando le contesta: Lo dudas, mira como esta de
palidad que hacemos con su cuerpo- Se me ocurre que enterarla- Pero si no
tenemos ni una pala- Bueno ingeniémosla. Con un palo y el machete haciendo
tremendo esfuerzo logran hacer un hoyo no mucho más grande de su tamaño y al
depositarla la tapan con la misma tierra- Claudia que trabajo que nos dio
enterrarla- No pudimos hacer otra cosa como la íbamos a dejar a si no más, ahora
merece que le hagamos un ritual se te ocurre algo- cantémosle y le votamos
hojas encima de su sepultura- No es mala idea hagámoslo. Caminando pasando
entre los árboles van recogiendo las hojas y cuando tienen una buena cantidad
se las ponen encima de la tierra donde ella está sepultada y le cantan va-rias
canciones que terminan extenuadas y tristes- Claudia que-brando el silencio va
diciendo: y ahora que…- Gabriela con gesto triste le contesta: solo nos falta
pensar que hacemos con sus pertenencias- no se me ocurre nada- Porque no las
enterramos o las tiramos- se me ocurre que lo mejor sería enterrarlas como
hicimos con ella- Está bien. Al empezar a cavar una con el machete y la otra con
el mismo palo de igual manera logrando un pequeño hueco bastante superficial al
sacar lo de comer del morral y una cinta que ella solía a veces colocarse sobre
el cabello decidiéndola dejar de recuerdo, colocan el morral tapándolo con la
misma tierra- Gabriela quiero irme de aquí antes que este dolor acabe con migo-
Si recojámonos todo y vámonos. Hacen lo dicho sin importarles que las cosas
estén aún mojadas rápidamente las introducen entre los dos morrales y decididas
empiezan la travesía sin darse cuenta que están perdidas- Gabriela tomando
conciencia: esto no es ningún camino y mucho menos sabemos a dónde nos
dirigimos- Que despistadas que somos- No despistadas debe ser la pena que no se
sabe cuándo lograremos superar- Bueno si es cierto pero tenemos que volver a
encontrar otra vez el camino. Caminan abriéndose paso entre la floresta, con
toda la dificultad del mundo durante largo tiempo sin lograr orientarse y
completamente confundidas al cerrarse el cielo con la espesa niebla no se dan
cuenta que están bordeando un abismo donde van cayendo precipitadamente
desa-pareciendo del planeta
Fin.
PROVENIENTE
DE LA LUZ
Rafael luego de caminar
algo así como tres jornadas durante horas llega divisando el pueblo kogi de
Comandita, al entrar un viejo amigo de años al reconocerlo lo saluda sacando el
hayo de su pequeña mochila de ese modo intercambian el saludo y luego al
mirarse los ojos el amerindio le va diciendo en kogi: tu años lejos de este
pueblito- El con todos los años que estuvo con los amerindios logro aprender el
dialecto y va diciendo: si claro, hace por lo menos diez años que no subía aquí
a la sierra ya que por cosas de la vida me tuve que ausentar del país- En qué
país estabas…- En Alemania me fui en un principio a estudiar música, pero al
pasar el tiempo me enamore de una francesa que vivía a ya en Berlín y como es
lógico me fui a vivir a un pequeño apartamento con ella, la relación fue
estable pero como todo empieza todo termina y aquí estoy ante ti, y tú ya debes
de tener mujer e hijos- Claro vamos a la finca para que los conozcas- si vamos.
A pesar del peso del morral no se lo baja ni un segundo y va siguiendo al amigo
kogi, al separarse del pueblo toman una angosta trocha que entre el monte los
lleva a la cumbre y luego que bajan a la extensión de un promisorio valle
llegan a la pequeña finca recibiéndolos los perros y al ladrar hacer tanto escándalo
que al salir del pequeño bohío se va
presenta la mujer koki con un pequeño niño sobre sus brazos y otro mucho más
grande acompañado de una bella niña- El amigo indígena le dice a su mujer: este
es un viejo amigo en esos años éramos como uña y mugre o sea inseparables- Que
bueno que allá venido- Si no lo hacía por lo menos hace diez años- Siga que
como he preparado comida entre y coma con nosotros. Al entrar se da cuenta que
viven muy modestamente pero a la vez todo esta impecablemente limpio, se sientan y luego se
acomoda la madre con su pequeño hijo sobre una banca hecha con troncos y al
poner al pequeño niño en una especie de cuna ella misma les sirve en un modesto
plato una buena cantidad de frijoles con plátano y yuca, al tener tanta hambre
empieza muy concentrado a comer que al mascar con tantas ganas en instantes
desaparece toda los saludables alimentos- Rafael viendo que ellos no han
acabado va hablando: tenía tanta hambre ya que anoche fue la última vez que
probé bocado- El amigo koki le habla: siempre fuiste un comelón de mierda- Eso
no se puede negar aún menos cuando es la realidad. Los dos amigos se ríen
contagiando a la mujer, al niño y a la niña. De esa forma sin alterar nada
hablan de las locuras realizadas en esos años y se ríen una y otras veces hasta
quedar extenuados, ya tarde en la noche ellos se van a dormir a otro lugar y el
al quedarse cuelga su hamaca entre las derruidas vigas que al acostarse logra casi
inmediatamente reconciliar el sueño.
Ya en la mañana al
despertarse se encuentran él, el personaje kogi y la mujer inmediatamente la
pareja calienta lo que quedo de la noche pasada, al estar caliente comen todos
satisfaciendo el hambre, luego se dirigen al camino encontrándose con otros
hombres kogis, al darle un machete empieza a deshierbar el camino viendo a los
otros que hacen lo mismo, al darle al machete logrando su parte entre todos van
despejando el sendero, al sacarse ampollas tiene que detener el trabajo viendo
que todos han terminado con la labor- Mira cómo se me ha ampollado la mano,
debe ser solamente falta de costumbre ya que no lo hacía desde esa época- Él le
contesta: si eso es falta de trabajo. Haciéndose bromas se ríen y decididos vuelven
al lugar del bohío donde el esta vez con plátanos, con carne seca y yuca
prepara rápidamente el almuerzo, que al estar sentados sobre el banco comen en
completo silencio, al acabar la mujer se encarga de lavar lo que han utilizado y al estar lleno se
recuesta sobre la hamaca logrando un sueño profundo, al despertarse se pone a
leer u libro de cuentos de Cortázar, al estar leyendo el perseguidor el amigo
kogi lo interrumpe diciéndole esta noche vamos a ir a donde el mamo Vetulio ya
que va haber una reunión. Al irse el personaje sigue leyendo y al terminar de
leer el cuento empieza con otro y luego consecutivamente lee hasta que oscurece,
al levantarse la mujer kogi amablemente le pasa un plato lleno de comida, se
come un poco ya que no tiene tanta hambre y se lo da a los perros, luego sale
con el amigo en dirección del bohío del mamo Vetulio, al caminar
ven un grupo de personajes que al unirse a ellos van llegando ante la morada,
al entrar ven al mamo sentado al lado del fuego poporeando, se unen sentándose
alrededor de la fogata, duran callados la mayoría de la noche. Rafael estando
en esas ve una luz intensa que se vislumbra en su interior, la luz toma la
imagen agudizada de él viéndose en otro plano de la existencia, donde visualiza
la tierra como si estuviera en otro planeta a la vez siente un vértigo que lo
aleja de la imagen a un túnel donde vislumbra a seres tan extraños. En el
momento que vuelve en si ve a todos orando en silencio tan sentados como el
esta y comprende que es un homenaje a la tierra. Fin.
UNA PARTICULAR TRAVÉSIA
Diana que es una
atractiva muchacha venida del valle del Cauca llega de noche a Palomino, al
bajarse algo tarde en la noche del bus de la empresa guajira, el propio
ayudante al sacar la mochila del interior de la recamara de la bodega le
entrega la mochila, al ver que el bus arrancando desaparece por la extensión de
la troncal, piensa lo que tiene que hacer decidiéndose por entrar en un
silvestre restaurante y al sentarse le pide a la señora que atiende un plato
con picadillo de pescado, arroz y ensalada, al demorarse un poco le trae el
plato con lo que ella le pidiera, tranquilamente disfruta de su retrasada
comida- Un personaje la interrumpe diciéndole: si quiere ahora que acabe le
puedo indicar un hostal- Ella al no agradarle el personaje le miente diciendo:
ya tengo, de todas maneras muchas gracias. Sigue comiendo pensando en lo
desagradable de aquella presencia. Luego de que acaba con el contenido del
plato se levanta y va al mostrador donde le paga a la señora, vuelve a la mesa
a recoger su pesada mochila que se la va poniendo sobre la espalda, al salir
del lugar se aleja y luego al ver un particular letrero de un hostal diciéndose
pasa la troncal, en ese momento el mismo tipo la llama diciéndole vulgaridades,
ella haciéndose la que no es con ella entra llamando la atención de una
francesa que le dice a quemarropa:
vienes a hospedarte aquí- Si claro- Tienes que esperar un poco ya que el dueño
se fue a realizar una diligencia- Tengo calor será que aquí me venden una
cerveza- Claro ya misma te la doy. La francesa abre en enfriador y saca una de
las cervezas y se la pasa a ella que se sienta, luego saca un paquete de pechis
al sacarlo enciende el cigarro sin filtro, va tomando y fumando casi al mismo
tiempo ensimismada en sus pensamientos. Al acabar pone la colilla entre el
cenicero y como a pesar del largo viaje no se siente para nada cansada le pide
a la francesa otra cerveza, la chica de cabello rasta haciendo la misma
operación que ya realizara se la entrega, al recibirla luego que se da un corto
trago no duda en prender otro cigarrillo que fuma lentamente acompañándolo con
la cerveza, al estar en esas es
sorprendida por un fulano con apariencia
morena que le dice: te piensas
alojar aquí…- Claro, por lo menos esta noche si- De dónde vienes- Ella pensando
ya está el interrogatorio le contesta: vengo del valle del Cauca de un pueblo
llamado Buga- Que haces ahí- Asia, ya que me retire de trabajar en el ingenio
ya que tenía un puesto como asistente, el trabajo era bien pago pero no me
gustaba lo que me tocaba realizar y no me pregunte más porque no le voy a
contestar ya que estoy gastada de tanta preguntad era. Al acabar el tipo le
dice: si quieres te muestro la habitación compartida. Si claro muéstramela. Al
levantarse persigue al tipo atravesando un patio llegan ante una puerta
entrando a la habitación de varias camas continuas- Ella le habla: por esta
noche es bien, al desvestirse y quedarse desnuda se introduce entre la sabana
floreada, estando acostada siente pasar cada vehículo sin que pueda reconciliar
el sueño, para empeorar la situación siente que alguien prende la luz y escucha
que se desviste y sin apagar la luz se acuesta, ella al no aguantar más la luz
encendida decide levantarse a apagarla y al acostarse de nuevo escucha al tipo
que ronca como una marmota, menos con esto puede dormir, se le hace una eternidad
lo que hace que esta acostada y muy temprano sin haber podido obtener el
completo descanso se levanta casi maldiciendo y se pone la bermuda, una corta camiseta y las chanclas plásticas,
sale por donde viniera al ver únicamente a un joven que está barriendo le dice:
por lo que veo el dueño no está- No, se fue en la madrugada a Santa Marta y no regresa sino hasta la
noche- Entonces me imagino que le puedo pagar a usted. Al darle el dinero
correspondiente a la noche sale al ver un lugar entra y pide un jugo que al
dárselo la misma señora a la que se lo pidiera lo toma velozmente ya que no
quiere ver más la troncal, al quererse irse se lo paga a la señora y sale calle
abajo en dirección de la playa, camina una, dos y tres cuadras, al ver en la
distancia un letrero que lee mar azul, al
voltear no duda en entrar por una especie de garaje abierto, al ver a un
muchacho que esta acostado sobre una de las dos hamacas le pregunta: aquí
tienen habitaciones- El muchacho al parase le contesta: las tenemos individuales
o compartidas- Me deja ver una compartida- Entre no más pero con cuidado que
hay personas que duermen. Al entrar con cierto cuidado ve los camarotes ocupadas
por diferentes personas que están dormidos y al ver el único camarote libre se
decide por la parte de arriba y sin
pormenores de nada se sube acostándose inmediatamente siente el aire
proveniente del ventilador, se duerme al toque quedándose inconsciente durante
varias horas, en el momento que abre los ojos visualiza a una rubia que se está
cambiando y se levanta escuchando la voz de la europea que le va diciendo: tú
debes vivir cerca de aquí- Sé que soy algo morena pero eso no quiere decir que
sea de estos lares- De estos que…- Lares o sea de estos lugares ya que soy
valluna a mucho honor- De cual valle…- ella pensando estos europeos no saben ni
donde están parados- el valle es una región al sur de este país y yo soy de un
pequeño pueblo llamado Buga que a la vez queda cerca de Cali- Claro allá donde
bailan salsa- Ella le dice: voy almorzar- Si quieres te acompaño así no
almorzamos solas- Me parece buena idea- entonces vamos. Al salir ella le dice:
por favor espérame un toque que pongo este morral dentro del cuarto. Al ponerlo
sobre la pared se vuelve encontrando a la rubia y las dos salen por el mismo
garaje viendo un pequeño vehículo pintado con un paisaje marítimo, ya sobre el ancho
sendero toman en dirección del pueblo, al ver en las primeras casas un pequeño
lugar de comidas, se sienta ocupando la única mesa a la intemperie y al rato
una señora con unos rulos sobre su cabeza les habla: hoy tengo un delicioso
sancocho de pescado con tostadas de plátano, ensalada y arroz- la Europea: que
es eso que dijo- la valluna le contesta: eso es como una sopa muy espesa con
pescado- Si voy a probarla a ver como sabe y como es. Al poco tiempo se las
trae las misma señora poniendo los platos sobre la mesa- la europea rubia luego
que se da la primera cucharada le dice: como se llama la caleña que tengo a mi
lado- que forma más particular de preguntarme mi nombre, me llamo Liliana y en
Cali me llaman Liliana la Dulce… Porque la llaman Dulce- Porque soy más
apetitosa que una fruta, mentiras porque a alguien le dio por esas- Eres cómica
por esa razón me gusta estar con tico. Al quedarse calladas van disfrutando de
los alimentos y solamente acaban sin dejar nada entre los cuatro platos- La
rubia me gusto ya que estaba buenísimo- Eso veo porque solamente dejaste las
espinas del pescado- Eres chistosa, que haces allá en Cali- No me nombres esa
ciudad ya que odio las tales ciudades ya que eso no es lo que merece una
persona sensible como yo, que humero más cochino, que bulla más inhóspita y es
un cagadero con edificios, centros comerciales, puentes y semáforos- Se ve
claramente que la odias- La mayoría de veces sí pero cuando está el agite de la
rumba la quiero con ganas- Me encanta tu buen sentido del humor pero no me has
dicho que haces allá- ahora nada ya que yo misma me eche de ese vendito ingenio
azucarero ojala se pudran todos, pero por favor las preguntas déjalas para
lanzarlas al mar o donde más quieras, basta de preguntad era- Está bien, que
tal si pedimos una cerveza- Con este calor ojala helada. Al traérselas la
señora como pidieron la cerveza refrescándose la van tomando- Yo ya te dije mi
nombre ahora faltas vos para que me digas el tuyo, si no es imposible creer que
estoy con vos- Chistosa me llamo Lynsh soy de Manchester en Inglaterra y deje
mis estudios para poder viajar- Ha Lynsh entonces eres un vaga como yo- Si
exactamente soy igual y que viva el Caribe. Chocan los dos envases y se toman
lo que queda de un solo trancazo- La Rubia: qué tal si vamos a la playa- A eso
creo que he venido, no esperemos al que no vendrá y vámonos. Al pagarle lo
consumido cada una a la señora salen dispuestas a mover los pies, caminan
sintiendo el sol de la tarde que es menos fuerte pero sí que se siente viendo
los nuevos lugares de hospedaje, los árboles diferentes y al llegar cerca de la
playa ven varias motocicletas parqueadas y varios neumáticos negros de gran
tamaño, luego empiezan a ver las palmeras, sobre la distancia el mar de
diferentes tonalidades azules y las olas con sus movimientos de espuma blanca-
Liliana viendo cada detalle
del entorno marino va diciendo: esto si es el paraíso mismo llevado al extremo-
Lynsh: si tienes razón ya que no podría ser si no eso que vos dijiste. Se
acercan a la orilla viendo en la lejanía
el vuelo inminente de los pelicanos que pasan velozmente volando a mucha
distancia de sus cabezas- Lynsh: tengo unas ganas impresionantes de meterme-
Claro vamos de una vez al agua, no lo pensemos más y vamos al ataque. La rubia
riéndose se quita todo menos el panty dejando sus tetas al aire al verla la
caleña hace lo mismo mostrando sus bellos senos, al correr se lanzan sin
prejuicios al mar que las recibe en vueltas en una ola que al reventar las hace
tragar agua- La Dulce va murmurando casi en el oído de la rubia: hay que tener
cuidado porque hay una tenas corriente que te quiere llevar lejos. Al acabarlo
de decir una ola las envuelve hundiéndolas y salen casi sin los pantis- Lynsh
que olas más increíbles, mira allá como revientan que tal si vamos y las
buscamos- Vos estas de la cabeza no vez lo grande que revientan y con esta
corriente seguramente nos ahogaremos yo me quedo donde estoy ya que prefiero
seguir viviendo. La rubia no le hace caso y se arriesga hiendo en dirección de
las enormes olas, al estar cerca una tremenda ola la hace prácticamente volar y
al reventar la hunde de una forma increíble y sale segundos más tarde
recibiendo una ola tan poderosa como la pasada y esta vez ella la logra pasar por debajo
sintiéndose una hé-roe de las olas, la próxima se le lanza agarrándola bien que
la lleva casi hasta la orilla- Ella al encontrarse a la caleña le habla: viste
lo bien que la tome- Claro la primera casi te hace volar claro que al reventar
no sé si tragaste agua, la segunda la pasaste por debajo increíblemente y la
tercera la tomaste demasiado bien que te trajo hasta casi la orilla- Vamos- No
soy un pez como vos, al mar le tengo mi respeto ya que una vez casi me ahogo si
no es por un mancito no te estuviera contando esto. La chica insistente vuelve
a donde están reventando las olas, al pasar varias por debajo, ve en la
distancia que se está armando lentamente una increíblemente gran- de y viéndola
retrocede en dirección del horizonte varios pasos y cuando la ve venir se le
lanza y la ola la saca por el aire y al volverla recibir la lanza entre un
remolino que la lleva casi hasta la playa- Al llegar la caleña donde está ella
le dice: esta vez la ola te hizo prácticamente elevarte y al volver te mando
con una fuerza impresionante que si hay alguien te lo llevas por delante. Vamos
al río. Si vamos. Al salirse del océano caminan en el límite entre el mar y la
arena dejando sus huellas que el agua se encarga de borrar caminan con la
dificultad que se les hunden los pies en la arena mojada, al buscar un mejor
terreno van más rápido y sin hacer tan grande esfuerzo, al aproximarse ven la
extensión del rio y las montañas al fondo y la sierra nevada tapada por las
mazas de nubes, al llegar a la orilla ven los diversos palitos distribuidos por
toda la orilla, al tocar el agua dulce del río se van hundiendo lentamente y
apenas pueden nadar ya que es muy pandito, cerca de ellas ven una torcaza que
al planear pasa tan solo un poco de sus cabezas. Al ver que van surgiendo los
colores rojizos del atardecer salen del río y se sientan a presenciar el
espectáculo del crepúsculo, al volverse los colores más intensos hay una luz
tan fuerte que se hace notar, al irse desvaneciéndose los tonos de colores se
va oscureciendo, al haber tanta brisa sienten el frío que les pega en todo el
cuerpo- Liliana: hace frio que tal si caminamos de vuelta. Al empezar a caminar
las intercepta la oscuridad pero ven surgir de a poco las estrellas y al
llegar al mismo punto de donde llegaron a la playa ven sus camisetas y sus
chanclas se las ponen siguiendo tan campantes como siempre y viendo debajo de
las estrellas las formaciones estilísticas de los árboles y sin darse cuenta
llegan al desvió del hostal. Al entrar ven a un joven bastante rubio y de barba
que al estar sentado ocupando la única mesa está tocando una guitarra como todo
un experto en la materia, al entrar en la cocina ven entre la nevera varias
botellas de cerveza- La rubia: que ganas de tomarme una cerveza- La caleña:
deben ser para tomar, saquemos un par y luego las pagamos. Hacen lo dicho tomando
de la nevera las dos cervezas se sientan en la otra banca de la mesa, al
encender cada una un
cigarrillo fuman y beben de lo lindo viendo al perso-naje interpretar la
guitarra y que de vez en cuando canta en inglés, al ver que se hace tarde Liliana
le dice a su nueva amiga: tengo hambre que tal si vamos a buscar algo para
comer, si estoy de acuerdo pero primero me quiero sacar esta pega chenta de mi
cuerpo- Entonces vamos a bañarnos de una. Sin importarles nada se meten a la
vez en el único baño y se bañan juntas jabonándose y al volverse a juagar salen
cada una con su toalla que al secarse se visten muy rápidamente y ya fresquitas
salen del hostal al ancho sendero, al voltear ven una moto que con luces
encendida las sobrepasa, al caminar muy relajadas se demoran para llegar a
donde la misma señora donde almorzaron, vuelven a sentarse ocupando esa única
mesa y la señora al verlas se le viene diciéndoles: no se imaginan las empanada
que tengo- La caleña: de que son…- las tengo de pescado, de camarones y de
langostinos- la extranjera: por favor denos dos de cada una de las cuales
acabas de mencionar. Ya mismo se las traigo. Al sacarlas de la caliente vitrina
las coloca en una canastilla y luego se las pone sobre la mesa- Diciéndoles:
disfrútenlas que están riquísimas- La rubia: de una vez tráiganos dos cervezas
lo más frías que le sea posible. Va y vuelve con las cervezas que de inmediato
pone sobre la mesa. Al probar una empanada de camarones ella va murmurando: que
delicia de empanada- La gringa: creo que son las más ricas que me he comido en
la vida- Vos eres una exagerada. Se le burla riéndose y ella inocentemente se
ríe de igual forma creando una rebelión de risas. Van comiendo lentamente una por
una hasta exterminarlas, prenden cada una un cigarro que fuman dispersando el
humo en el ambiente, al acabar con el líquido amarillento piden más cervezas al
terminarlas otras más, se levantan un poco ebrias y al pagarle lo consumido a
la señora se retiran un poco en zigzag de esa forma llegan al hostal
sin ver a nadie entrar al cuarto y se
mete cada una en su camarote que ya eligieron con antelación y de una vez se
quedan profundas.
Al escuchar la algarabía de los cantos de los
pájaros se despierta primero la inglesa que con cuidado llama a su amiga, al
sentir que la toca de una abre los ojos diciendo: que rubia más azarosa déjame
seguir durmiendo un poco más. Al volverse a dormir la rubia inglesa sale del
cuarto, luego del lugar con sus pasos largos llega en menos de nada al pueblo
donde en una especie de tienda compra un enorme mango, una papaya normal y
varios bananos, al salir paga y vuelve más rápido de lo que vino, al llegar ve
a la caleña sentada y le dice: me ayudas a preparar una ensalada de frutas…-
Claro vamos. Entran en la cocina viendo a un langarucho que está preparando
unos huevos revueltos, ellas sin importarle su presencia toman dos tablas y
parten lo que la inglesa comprara en pedacitos y al estar todo como lo pensado
disponen los pedazos de frutas en dos platos hondos, al sentarse ocupando la
mesa algo alargada comen concentradamente sin importarle nada más- Al reanudar
de hablar la caleña le dice: se me ocurre que cuando acabemos con esta delicia vayamos
donde la gente de los neumáticos y alquilemos un par para ir río adentro y
lanzarnos al rio que no llevara al mar- Que idea más buena trato echo hagámoslo
que no nos vamos a repentir. Al acabar la casi morena se encarga de lavar los
cubiertos y todo la loza que utilizaron. Al estar listas con sus biquinis
puestos salen al encuentro del lugar de las motos, como hace calor lo tratan de
hacer por debajo de los árboles que a la vez les dona su sombrío, al llegar la
caleña le pregunta a uno de los señores: ustedes deben alquilar estos
neumáticos- Cachaca para que cree que los tenemos- señor por favor jálele al
respetico que no soy ninguna cachaca- entonces de dónde eres, de aquí de la
costa no eres ni por el putas por lo que veo naciste allá en el interior por
esa razón eres cachaca y a joder- Que joda vale el alquiler como dicen ustedes
de esa monda- solo cuesta tanto y si quieren una moto las pueden llevar al
punto donde se van a tirar con esta vaina al río- al pagarle la inglesa le dice
a un muchacho: nos puede llevar- Claro para eso estoy aquí, no más móntense que
ya mismo las llevo. Al treparse en la misma silla el hombre de una con el pie
enciende la motocicleta y al arrancar va por el sendero no a mucha velocidad te
todas maneras sienten el viento sobre sus cuerpos que en algo las refresca, el
joven detiene la moto en la troncal al pasar un autobús sique pasando lo ancho
de la vía y sigue por una suave cuesta, al ver el rio en la distancia después
de doblegar varias curvas las deja cerca de la orilla del río. Ellas se lanzan
en la parte más honda y con la ayuda de los neumáticos logran flotar sobre el
agua que las arrastra viendo de los dos lados la floresta de grandes árboles,
con la corriente las va llevando por un paisaje que a medida se ensancha de
agua del río se ve más sintonizado, al ver en la profundidad un pez de gran
tamaño se asustan montándose sobre el neumático pero al sentirlo algo caliente
se vuelven a introducir entre el agua, que las arrastra en un acto seguido al
mar. Fin.
UN HECHO INCREIBLE
Al despertarme en un
lugar para mi indescifrable, de la espesa hierba me levanto pensando donde
estoy, mi memoria está completamente anulada no sé por qué, intento enfocar mi
pensamiento sin lograr concentración alguna. Me vuelvo a sentar sobre una de
las tantas piedras y en la lejanía veo moverse lo que podría ser una serpiente,
mi raciocinio lo confirma al verla agilizar la extensión de su alargado cuerpo
y por último la veo que se pierde entre la floresta. Al verla como desapareció
vuelvo a lo mismo a ver por qué no entiendo el hecho que este donde estoy.
Trato de ir tras mis recuerdos sin poderlo lograr, solamente veo un ave que
cruza el firmamento que yo veo. Me desespero porque no se ni dónde estoy,
desubicado como estoy no entiendo nada. Al ver una flor la voy tomándola
llevándome a la boca, inmediatamente siento su fragan-cia en mi paladar y
suspiro por dentro, eso no me identifica con nada si no al contrario me pierdo
en mi sensibilidad. Pienso en tantas cosas posibles sin dar en el blanco y como
loco me rio de mí mismo. Camino de un lado para el otro como en la situación de
un prisionero sin poder vislumbrar al menos algo del porque estoy aquí, de
donde me encuentro, camino por un sendero rodeado de una floresta casi
impenetrable al pasar por las piedras para cruzar el ancho del río, ya sobre el
otro extremo al querer avanzar mi vista se fija detenidamente en un caballo que
lleva un sujeto de camisa blanca y de pantalón de la misma tonalidad de algodón
que lleva el cabello más largo de los hombros, al verlo detalladamente
claramente veo que se trata de un amerindio- Al posarse a poca distancia de la
mía me pregunta algo que por el dialecto en que me lo dice no entiendo, como no
le contesto sique como si nada su camino viéndolo desaparecer entre el paisaje.
Al sentarme pienso él porque del amerindio sin llegar a una conclusión exacta.
Enfoco mi pensamiento en donde estoy sin lograr una contestación exacta, a un
más pienso quien soy sin ni siquiera acercarme a mi razón de ser. Más
confundido que un ser alienado mentalmente sigo el sendero camino y camino sin
sentir hambre, muchas veces mis manos se me disparan en continuos ejercicios
incomprensibles, el que me vea pensara que estoy algo así como loco. Al llegar
ante una construcción circular mi imaginación circula por mi mente como algo
así que le perteneciera al cosmos, a la vez veo figuras circulares como si
viera varios soles al mismo tiempo. Al estar en otra parte una mano me
sorprende al tocarme, volviendo a la realidad veo claramente ante mí a un joven
con la misma apariencia que el hombre del caballo largo y me vuelvo a preguntar:
dónde estoy… El muchacho en un buen español me pregunta: ¿de dónde vienes? Yo
como desconozco mi procedencia y seguramente sobre todo lo que me quiera
preguntar simplemente le señalo el cielo- Él dice que si soy un dios- Yo le
contesto: no para nada solamente un ser de carne y hueso. Al sentir lo que soy
me toco varias veces el pecho y el viendo lo que hago se carcajea, al verlo
reírse de mi huyo corriendo como estoy algo torpe al enredarme con una piedra
me caigo de un solo sopetón y sintiendo la raspadura en una de las rodillas me
levanto y en un acto seguido me desprendo del pantalón de pana y al revisar la
pequeña herida me veo como lo que soy, me toco el rostro tratando de explicarme
lo que soy sin encontrar al menos el sentido de las cosas más primarias, luego
dirijo la vista hacia todo lo que mi vista va descubriendo y al ver las hojas
de un enorme árbol me empino tomando varias, al sentarme contra la espesura
diferente de la grama, las veo hoja por hoja sintiendo que le pertenecen al
árbol, me trato y al querérselas devolver el viento hace que se dispersen
volando, eso hace que entre un poco en razón acordándome como me llamo, de mi
novia Laura, del perro que siempre me acompaña, de la casa donde vivo y al a
vez siento hambre miro alrededor y descubro a lo lejos el único árbol de
guayaba, al ir en ese sentido sin inconveniente llego ante el árbol sin
esforzarme llego a garrar la rama de esa forma cojo varias guayabas que al
sentarme sobre el desigual pasto como de una por una hasta quedarme sin nada y
como estoy satisfecho me a recuesto contra la grama logrando inmediatamente
quedarme dormido, no se qué tiempo trascurrió
desde que me dormí hasta que me despierto viendo sobre el firmamento la luna
tan grande que comprendo que se trata nada menos que de la luna llena, esto da
hincapié para que mis recuerdos se me vengan dándole sentido a mi existencia,
con la mente más clara intuyo que estoy en algún lugar de la sierra nevada, ya
más tranquilo empiezo a caminar aprovechando la luz lunar que se ve todo
prácticamente como si estuviera de día, ando hasta encontrar un río donde veo
reflejada la luna en sus aguas, esto me hace que retroceda hasta cuando vi esa
luz tan intensa y azulosa que es lo último que presencie antes de estar aquí
donde me encuentro, al recuperar en gran parte la memoria me acuerdo que en el
momento que vislumbre aquella luz que me cegó estaba en el lago de Tota en
playa blanca ya que esa noche estaba con mi novia Laura en el cuarto del hotel
y que al salir en busca de la playa al poco tiempo que me senté sobre el
alargado muelle me sucedió eso tan extraño pero aun no comprendo porque estoy
aquí viendo esta hermosa luna llena y solo siento la preocupación de Laura al
haber desaparecido. Me tomo la cabeza pensando que tengo que saber cómo vine a
parar aquí y como me traslade de un lugar a otro tan rápidamente. Trato de
aclarar a un más mi mente pero solo logro ver a la luna que me ilumina a mí y a
todo lo que estoy viendo. Al volver a lo mismo solo recuerdo esa luz que nunca
viera antes que al ser tan fuerte y de una intensidad nunca imaginable sin saber
al menos de dónde provenía. Me pregunto si viniera de un ovni, de una nave
espacial y por qué no de otro planeta. Al ver todo claramente me hago en la
sombra de un gigantesco árbol dándome cuenta que se trata de un ceibo, al darme
cuenta que lo que quiero es la luz que me movilizo hacia la claridad donde veo
la luna inmensa sobre el cielo, como no tengo miedo de nada al ver una
gigantesca roca la trepo sentándome en una sobresaliente de la misma roca,
sintiéndome que poseo algo más de espíritu veo detenidamente la luna que me
ilumina perfectamente con una luz blanca, miro alrededor la iluminación de todo
el contorno pensando por qué vine aquí no a otro lugar y no logro comprenderlo
pero pienso que dé vio ser por algo. Al estar largo tiempo desisto y me
descuelgo y camino tranquilo iluminado por la luna de esa forma visualizo una
construcción circular distante de mí, al alcanzar con mis pasos dicha
construcción veo que se trata de un enorme bohío. Como la puerta está
completamente abierta entro viendo a varios personajes sentados alrededor del
fuego, intuyo que me puedo acercarme y al sentarme les veo los rostros
iluminados por la luz del fuego, alguien me pasa algo como una calabaza y pequeño
palo; luego de otras manos me pasa una pequeña mochila en vez de tomarla introduzco
una de mis manos logrando agarrar unos cuantas hojas que intuyo que deben ser
de coca que las meto entre la boca colocándolas a un costado o sea en el
reverso de mi cachete, que al empezar a apretarlas contra los dientes siento
que me energizan de sobremanera. Al ver como el compadre que tengo a uno de mis
lados repito con el palo la misma operación frotando el palo me lo pongo
logrando atrapar la sustancia blanca, y sigo haciendo lo mismo que los demás
hombres hasta encontrarme en la profundidad de mi mente el origen del mundo y
luego veo claramente que fui traído aquí por un ovni. Al sorprendernos la luz
del día nos paramos al mismo tiempo y vamos retirándonos hacia el exterior de
la peculiar vivienda, al salir me intercepta uno de los hombres que viste de
blanco y que lleva una larga trenza que me dice: como usted vino a parar a este
lugar sagrado- Yo le contesto que me perdí y que vine gracias a la iluminación
lunar- El hombre a la manera de un sabio me habla: usted no se perdió lo trajo
aquí algo que vuela. Me quedo perplejo por su afirmación y al verlo
directamente a los ojos siento algo que si le pongo razón pierde el sentido y
me callo. Al salir caminando reconfortado por las hojas salgo sin peso de culpa
poporeando, camino y camino durante muchísimas horas e incluso en la noche sin
detenerme de esa manera siento que voy llegando a la civilización al ver un
enorme apara tejo con cables de alta
tensión con firmo mi sentimiento y al seguir el sendero este me trae a un
poblado que está en la orilla de una gran carretera, al ver una estación de
servicio veo a un hombre que le está poniendo gasolina a un camión, en el
momento que el camión se va yo me le acerco diciéndole: como se llama este
pueblo… El hombre seguramente pensando que estoy chiflado me contesta: si no se
ha enterado está en palomino Guajira. Inmediatamente recapacitando sé dónde
estoy y sigo mi trayectoria pasando la troncal, al revisar mi bolsillo del
pantalón para mi mala suerte no encuentro ni un mísero billete viendo grave mi
situación, al entrar en un lugar abierto me siento al lado de un extranjero que
al verme simpática-mente me dice: desea comer algo- si tengo hambre ya que
acabo de venir de la sierra sin un maldito peso en el bolsillo- El tipo pide
dos desayunos a la señora que atiende y
en menos que nada no los trae colocándolos sobre la mesa, empiezo a tomarme el
jugo de naranja y luego que termino con los huevos revueltos me tomo el café
sintiendo que el espíritu me vuelve al cuerpo. Al despedirse el sujeto
extranjero con un apretón de manos veo que al salir se pierde de mi vista, al
ver a un señor le pido el favor que si me puede regalar unas monedas para hacer
una llamado por celular- El dándome el celular me contesta: no me gusta dar
dinero pero le presto mi celular haga las llamadas que necesite. Al tomarlo le
marco a mi novia Laura encontrando que está en correo de voz, vuelvo a
intentarlo escuchando esta vez la voz de mi novia que dice: con quien tengo el
gusto de hablar- Yo le contesto: mi amor soy yo. Luego de un largo silencio
vuelvo a escuchar su voz que me habla: yo pensé que te habías ahogado allá en
playa blanca- No estoy vivo y nunca fue mi intención hacerte preocupar- Yo te daba
por muerto inclusive llame a todo el mundo, que los bomberos y la policía fue a
tu rescate sin lograr hallar tu cuerpo- como lo habían de encontrar si por un
caso excepcional aparecí en la sierra y ahora por suerte estoy aquí en
Palomino- A donde… en Palomino Guajira, no me vayas a colgar sé que necesitas
una explicación por eso creo conveniente que vengas lo más rápido posible- Dios
mío aun no lo creo que este hablando con tico ya que estuviste más de una
semana desaparecido- Tranquila ya te explicare por qué estoy aquí en Palomino-
Pero ven por favor que de verdad como te lo he dicho siempre te amo- Pero como
hago para llegar allá- Es simple toma un avión a Santa Marta y del aeropuerto
te vienes en un taxi cueste lo que cueste yo cubro los gastos del viaje, lo
único que debes hacer es traerme la billetera que está llena de dinero- Ya
mismo voy para allá pero donde te encuentro, yo viendo el letrero del hostal
Paraíso Marino mira en el hostal Paraíso Marino- espéreme allá- Te estaré
esperando. Fin.
ZONA
PROHIBIDA
Juan Carlos que ha
venido expresamente de Bogotá al no encontrar a su novia en el Rodadero en el
apartamento que le pertenece a su padre, desiste de ella tomando un bus que lo
deja cerca de la troncal, al caminar silbando sus canciones preferidas durante
varias cuadras llega sudando a la vía que comunica Santa Marta con la Guajira.
Al detenerse piensa que debe comprar alimentos para poder sostenerse varios
días en alguna de esas playas, al ver una enorme tienda va hasta allá entrando
dentro del lugar viendo a un moreno que le pegunta: que quiere que le dé- El
piensa y le contesta: deme diez latas de atún, papas por lo menos un kilo,
espaguetis si deme diez de esos paquetes, necesito unos tres de esos paquetes
de todito, un paquete de velas y un botellón de agua- Que más desea…- si deme
por lo menos cuatro paquetes de galletas dulces ojala variadas, esa olla de
aluminio y por favor dígame cuánto cuesta todo. El tipo sumando todo en una
calculadora le dice: todo le cuesta la suma de cincuenta seis mil pesos. El
saca la billetera y saca un billete de cincuenta y tres de dos mil pesos y se
los entrega, como tiene el moral con únicamente un pantalón, un traje de baño,
una y dos camisetas y algunos pantaloncillos, sin problema ordenadamente
dispone todo entre el morral al cerrarlo se lo coloca sobre la espalda
sintiendo el peso sale del lugar a la vía donde ve pasar todo tipo de vehículos
que les pone la mano con la intención que alguien lo lleve, de ese modo hace
que se detenga un camión que lleva un remolque vacío- El conductor al abrirle
la puerta le dice a donde va…- No sé pero yo le digo- Como así que no sabe a
dónde va- Conozco muchos lugares de esta zona pero aún no me he decidido ya que
solamente pretendo estar solo de esa forma solamente podre relajarme- Si es así
súbase. Se sube al lado del conductor que acelera el camión avanzan de ese modo
pasa Calabazo, la entrada del parque Tayrona donde el chofer compra un bolsa de
naranjas, al entregarle una con la navaja suiza la pela botando las cascaras
por la ventanilla, se la va comiendo viendo el paisaje de las bananeras y los
diferentes árboles. Luego que pasa el puente sobre el río Piedras vota lo que
le quedo. Al cerrar los ojos los vuelve abrir al pasar el camión sobre el
puente del río Guachaca, a la medida que van avanzando sienten el calor
proveniente del mismo camión. Al haber un retén de la policía él se agacha para
que no lo vean y al seguir avanzando por la carretera viendo las
manchas que se asemejan a charcos de agua, el al ver a un
costado de la vía el letrero del río San Diego le dice al conductor: Aquí me
quedo. Al detener el hombre el camión abre la puerta y al ponerse el morral
vuelve a cerrarla viendo que el automotor sigue por la troncal, El piensa por
donde debe seguir, y al andar bordeando la vía encuentra un camino que sin
dudar lo va tomando viéndolo todo a su alrededor, al pasar frente a un enorme
caucho empieza a bordear el río, con la mirada atenta camina de esa forma atravesando
un sin número de bananos, más adelante un bosque de diferentes árboles y al
escuchar el sonido de las olas empieza a divisar los cocoteros que al meterse
entre ellos logra ver a poca distancia el majestuoso Caribe de arena blanca, al
acercarse aún más camina hasta el borde de la playa donde sin preámbulos se
quita la ropa para ponerse el vestido de baño y tranquilamente al meterse en el
océano se lanza traspasando por debajo la primera ola, hace lo mismo con la
siguiente y con la tercera que lentamente se está armando y justo un momento
antes que rompa se le lanza logrando que
estrepitosamente lo revuelque llevándolo cerca de la orilla. Sale exhausto
sentándose sobre la arena blanca viendo las olas y los tonos azules del mar, al
sentir hambre saca del morral una lata de atún que inmediatamente la abre con
su navaja suiza y luego uno de los paquetes de todito, de la misma lata va
comiendo atún que lo acompaña de papas, platanitos y chicharrones pero siempre
con la mirada hacia el mar, al acabar con el atún y con medio paquete de todito
cierra el paquete metiéndolo entre su morral. Al sentir calor va a una sombra
de un cocotero y se acuesta apoyando la cabeza contra el morral quedándose
instantáneamente dormido, al abrir los ojos ve que el sol ha descendido lo
suficiente como para caminar, se levanta al colocarse el morral empieza a andar
bordeando el océano, al cruzar casi la totalidad de la playa en un instante ve
en la distancia una solitaria carpa canadiense, al aproximarse ve claramente custodiada
por la sombra de uno de los cocoteros a una bella pelirroja que sentada sobre
la arena lee concentradamente un libro de pasta verde. No sabe si hablarle o
seguir, al verlo parado a poca distancia le dice: siéntate que yo no muerdo-
dándose cuenta de su belleza se sienta apoyando sus manos sobre la arena le
contesta: como una mujer puede estar sola en este paraíso- Generalmente prefiero
estar sola que mal acompañada. Al acercarse prácticamente arrastrándose junto a
ella le vuelve a dirigir la palabra diciéndole: Si pienso lo mismo por eso vine
a este lugar solitario pero nunca creí que iba a encontrar menos a una mujer
tan bella coincidencia o no tal vez es cuestión del destino. Se dan la mano- Él
le pregunta: desde cuanto estas aquí…- desde esta mañana que llegue del
Tayrona, me fui porque estaba insoportable porque había muchísima gente que el
camping parecía un barrio de ciudad- La gente es estúpida se aprietan como
ratas habiendo tantas playas bellas y solitarias- Si así es por eso el mundo
está como está- Se puede saber tu nombre…, con quien estabas en el parque
Tayrona- Yo soy Clara Al darle un beso en la mejilla ella continua: y estaba
con unos amigos pero ellos se la pasaban siempre bebiendo y rumbeando, eso me
molestaba ya que yo solamente quería disfrutar del mar y estar sobre todo
tranquila eso hizo que me fuera- Pero como supiste de este lugar- Que pregunta,
bueno como sabía que en Palomino iba encontrar lo mismo vine por cuestión de
azar nada más, y vos como viniste a parar acá- Lo mismo por azar ya que venia
del Rodadero y no quería por nada del mundo estar más, entonces decidí venirme
a dedo por suerte un camionero me recogió y al sentir que este era el lugar me
baje sin saber absolutamente nada y aquí estoy con la grata sorpresa de encontrarte-
Si tuvimos suerte- claro que sí. Él viéndola detalladamente le dice: qué tal si
vamos a la desembocadura del río- ¿Dónde está?- Me
imagino que hacia el otro lado- Si es así vamos que me interesa conocerla, no
lo había hecho por el temor de dejar mis cosas solas- Yo creo que aquí no viene
nadie o has visto a alguien- desde que llegue solo te he visto a vos- entonces
vamos. Al levantarse él de primero dándole la mano la ayuda a que se levante y
le habla: será que puedo meter este morral dentro de tu carpa- Claro, ven que
te la abro. Ella al abrir la carpa saca su mochila arruaca e introduce el
morral al lado del de ella y la vuelve a cerrar, empiezan a caminar bordeando la orilla sintiendo el sol sobre sus
espaldas y la brisa proveniente del mar, avanzan sintiendo que el agua les
golpea suavemente los pies, al ver sobre la distancia la sorprendente
desembocadura aligeran los pasos de ese modo intencionado llegan ante la
desembocadura del río en el mar- ella emocionada por lo que está vislumbrando
con su mirada va murmurando con su voz: qué lindo paraje si no estuviera viendo
pensaría que es pura fantasía nada más- Si tal cual pero además se ve como el
río en esta parte está más ancha ya que en dirección de las montañas se
estrecha entre los enormes árboles. Al terminar de hablar saca de su mochila
arruaca un carretel de hilo de pescar- Me recuerdas a mi abuelo que en
Corrientes me llevaba a pescar. Al
aproximarse a la desembocadura ella se sienta viendo como él lanza el nailon bastante lejos y le dice: veo
que tienes experiencia en la pesca- Lo trato de hacer con frecuencia ya que me
gusta de sobremanera. Al trascurrir el
tiempo lentamente siente un tirón e inmediatamente con la agilidad requerida
luchando y rápidamente trae del anzuelo un bello y grade jurel lográndolo
sacarlo del agua – Ella viendo el pescado como se mueve luchando- Va
murmurán-dole: que buena pesca, bravo ya tenemos una buena cena- Quien te dijo
a vos que te voy a dar, mentiras tú me has traído buena suerte por lo tanto es
para los dos. al sacarle el anzuelo con la navaja le extrae las vísceras que
las entierra entre la arena, luego le habla: con esta pesca es más que
suficiente mañana será otro día, por ahora te convido a nadar. Luego de trepar
el pescado en una pequeña palmera corren tirándose arena al mismo tiempo, al
cansarse de lo mismo se sientan sobre la arena viendo el paisaje del río que
culmina en la perspectiva de serranía- Él al sentir calor le dice: siento que
hace calor que tal si nos metemos al agua- Estupenda idea vamos que no aguanto
más este bochorno. Al tirarse a la corriente del río nadan cruzando el río, se
vuelven a devolver para volverlo a cruzar, al estar en el otro lado ella le
lanza una manotada de arena, al quererla agarrar sale corriendo y él va tras
ella lográndole hacer zancadilla ella tan larga como es cae de rodillas, el no
duda en lanzarse suavemente de esa forma la va tomando por la cintura y al
encontrar los labios se besan para volverse a besar una y otra vez- Ella al
abrir los ojos le murmura al oído: me gustas mucho, desde el mismo momento que
te vi- Mentirosa solamente son artimañas de mujer porque cuando te vi no
soltaste el libro ni un instante- Pero te vi y no sabes de qué manera y no son
artimañas como crees tú- Eso lo dije por vacilar ya que te veo integra. Ella lo
aprieta contra sus senos y al volver a encontrar los dos labios se besan exaltando
su parte más sensual- ella de verdad que me gustas me gustaría seguir viajando
con voz- Solo eres una novelera, nunca me tomes en serio ya que soy un
vacilador de tiemplo completo. Mi plan es subir a la sierra si quieres puedes
venir con migo- Ella luego que se ríe le contesta: claro ya me di cuenta tu
forma constante de bromear pero si me interesa ir a la sierra con vos cuando
nos vamos- No hay prisa un día de estos que nos levantemos con las ganas que se
requieren para subir- Si no nos adelantemos a los hechos y vivamos este
presente que nos está regalando la vida- si así debe ser, que tal si vamos al
otro extremo- Sería bueno. Caminan muy decididos entre el agua y la arena, a
veces corriendo y otras veces caminando de vez en cuando le dirigen la vista
hacia el mar logrando ver en la lejanía el horizonte. Al llegar al extremo
encuentran enormes rocas donde la rompiente se sube tirando agua por todas las
direcciones, él adelantándose dándole la mano la ayuda a trepar de esa manera
se posesionan sentándose viendo las señales del atardecer, que cambia en
cuestión de minutos del naranja al rojo
y luego toma un color purpureo encendido, que al ir cayendo la noche lentamente
va desapareciendo hasta observar la aparición de las primeras estrellas- Ella
vámonos que ya hay una tenue luz- Si vamos lo más rápido posible si no nos toca
pasar a nado el rio en oscuras. Al bajar ella se apoya en sus hombro de esa
manera lo logra, corren hasta la desembocadura por suerte les queda lo último
de luz, pasan nadando logrando llegar
rápidamente al otro lado sin ningún tipo de inconveniente- Ella va hablando:
por suerte lo pudimos pasar con lo último de la luz ya estoy tranquila porque antes
de pasarlo con esta poca claridad me dio un poco de miedo- Eso es lo que hacen
los pensamientos lo mejor es no prestarles atención- Si tienes razón pero no es
tan fácil, Sabes que olvidamos el pescado- Como podemos ser tan olvidadizos- no
te preocupes que voy en su búsqueda- Espera que te doy la linterna. Al sacar de
la carpa la linterna se la da y él corriendo desaparece entre la oscuridad, en
menos de lo que se levanta un caballo regresa cargando el enorme pescado, al
llegar algo agitado le va diciendo: tú te encargas de buscar leña- Eso está
resuelto acaso no la vez detrás de la canadiense- Que loco no la había visto,
bueno voy a sacarle las escamas a este jurel. Al sacar de la arruaca la navaja
alejándose un poco empieza a sacarle las escamas al pescado lográndolo
rápidamente- Ella viendo que ha terminado le habla: como lo vamos a asar- Se me
ocurre que al poner dos horquetas lo atravieso con un palo llevando esta presea
al medio y luego coloco el palo entre las dos horquetas, que tal te parece la
idea- Lógica pero a mí no se me hubiera ocurrido- Manos a la obra. Mientras
ella pone en una buena disposición los palos él atraviesa con un palo el
pescado de la boca a la última aleta logrando posicionar con criterio el
pescado, al ayudarle con las dos horquetas enterrándolas él mismo se encarga de
encender un enorme fuego lentamente se va convirtiendo en brazas y cuando él
considera que están listas para colocar el pescado se va asando muy despacio
hasta que por fin esta, ella con el cuchillo logra dividir los dos lados y se
encarga de servirlos en los dos platos y se sientan sobre la arena a comer-
ella al probarlo va murmurando: que exquisitez- Sí que esta delicioso. Sin ha-blar pero si viéndose de cuando en vez lo van
disfrutando hasta darle termino- Ella solamente hemos dejado las espinas y el
dorso central ya que de verdad lo gozamos como debe ser. Al estar más que
satisfechos se acuestan sobre la arena ella apoyada sobre el pecho de él, al
estar más relajados cierran los ojos durmiéndose. Él al abrir los ojos con la
mano le toma uno de los pies que empieza suavemente a besarlos; ella al sentir
se despierta reaccionando le acaricia el pecho, de esa forma empiezan a jugar
con sus cuerpos tocándose con las manos ágilmente. Cada uno desviste al otro, al
encontrar sus redondeados senos suavemente con los labios los acaricia logrando
que ella se vaya excitando lentamente, luego ella con cierto instinto le besa los testículos
que hace que el pene se le pare, excitados de sobre manera los dos. Ella con un
movimiento de cintura hace que la penetre sintiéndolo a dentro de ella, en
movimientos paulatinos llegan al orgasmo que eso hace que ella gima
prolongadamente como una gata pelirroja. Al terminar con la acción del amor se
levantan y se meten entre la carpa.
Se la pasan de amor
consumido a amor por consumirse, cuando les queda tiempo caminan por diferentes
lugares cerca o dentro de la playa misma, él pesca de vez en cuando y siempre
están dispuestos a presenciar cada atardecer de esas forma se les pasan los
días sin que nadie los interrumpa, solo una vez siendo una mañana un mono pecho
colorado al descolgarse de uno de los cocoteros y en el pre-ciso momento que se
están besando, el muy vivo al ver que no lo ven se adentra en carpa logrando
extraer de la mochila uno de los paquetes de galletas y al salir se sienta golpeando el paquete contra la
arena. Ellos al querer reaccionar intentan atraparlo pero el mono llevándose el
paquete corre ágilmente subiéndose en el redondeado tronco del cocotero donde
al volverlos a ver logrando desprender un coco lo bota como en calidad de
intercambio- Ella que precioso mono que agilidad para hacer todo lo que hizo-
Yo diría más bien que maestro de los monos. Se ríen con ganas dejando el
murmullo de sus risas en el ambiente de la playa- Ella al rato con cara de
cansada habla: tengo sueño vayámonos a costar.
Al entrar entre la canadiense, al acostarse muy pronto se quedan dormidos profundamente. Al salir el sol sienten
tanto calor, que deciden salir de la canadiense y al desayunar Clara va
hablando: hoy ciento que es el día perfecto para subir a la sierra- Siento y pienso
lo mismo. Se besan repetidas veces y luego desayunan con galletas y atún, ya
satisfechos desarman la canadiense colocando las estacas y la carpa entre el
estuche y como de antemano ya tienen todas sus cosas entre los morrales
simplemente se paran poniéndose cada uno su morral sobre la espalda de ese modo
empiezan agilizar sus pies por el camino, andan muy despacio viendo todo a su
alrededor. Al llegar a la troncal después que pasan varios vehículos logran
pasar el ancho de la vía. En una tienda compran una botella de agua que él va
llevando- Clara: por donde nos vamos- Yo creo que lo mejor sería preguntar. Al
ver a un fulano ella se le acerca y le pregunta: usted se ve a leguas que es de
este lugar por lo tanto debe saber cuál es el camino más directo para ir a la
sierra- El señor viendo lo buena que está le contesta: mire allá hay caserío
por ese lado creo que es lo más conveniente- Gracias. Siguen por donde indicara
el señor, van por entre las viviendas ladrándoles los perros de ese modo
encuentran el sendero- Juan Carlos: malditos perros como aturden. Luego que se calla
mirándola a ella vuelve a la palabra: este seguramente es el camino que nos
llevara a la sierra- Yo creo lo mismo sigamos. Al dejar las construcciones
empiezan a ascender loma arriba viendo un árbol de tamarindo, al acacharse
recogen varios de los frutos café claro, y van comiendo sintiendo el fuerte
sabor- Ella hace poco conocí el tamarindo desde esa vez me encanto- Si es
riquísimo pero lo mejor es en jugo y ojalá con mucho hielo- Con este calor no
estaría nada mal pero por favor cállate- Tu pretendes callarme. Le toma la
nalga y ella solamente lo mira. Al ver un grupo de amerindios arsarios
intercambian saludos y siguen hacia adelante viendo la floresta que se alza por
encima de sus cabezas. Al ir subiendo se encuentran a otro personaje de semejan-tes
características al de los anteriores- Este les dice: a donde van- Ella:
simplemente a la sierra pero no sabemos exactamente a donde ya que estamos
subiendo por primera vez- El arsario: tengan cuidado que a veces se encuentran
mapanas y otras serpientes por estos caminos- Juan Carlos: lo vamos a tener en
cuenta y gracias por decírnoslo. Al ir avanzando la cuesta se hace más
prolongada y al llegar a la cima desde la distancia ven el azul del mar, al
encontrar varios caminos- Clara quitándose el pelo del rostro va hablando: cuál
de todos estos caminos nos convendrá- Vamos por este haber que pasa. Van por el
camino que dijera Juan Carlos viendo la extensión de varios potreros por lo
tanto ven pastando varias vacas de la raza cebú y luego se entran entre la jungla
de inmensos arboles viendo las ardillas que corren de un lado al otro- Clara:
que bellas ardillas además hay muchísimas- Si son muy bonitas, al estar entre
los árboles ven el mismo río San Diego que se extiende en la distancia, al
seguir la dirección de la pendiente en un extraño lugar encuentran varias rocas
que sobre pasan su tamaño- Clara: considero que este es un buen sitio para
descansar- Si claro descansemos. Al poner los morrales en el piso de tierra
escalan con la ayuda de él y se posan sentándose en la cúspide de una de las
rocas viendo el hermoso paisaje de árboles- Clara va diciendo: que sitio más
increíble pero por favor pásame la botella de agua si no quieres verme morir de
la sed. Él de inmediato le pasa el botellón y ella se da varios tragos y al
pasárselo a él hace lo mismo- Juan Carlos: considero que debemos seguir- Si
claro vamos. Al bajar de la roca él le da la mano ayudándola a descender, ya
sobre el suelo de tierra vuelven a retomar el sendero, por donde caminan horas
enteras sin bajar el ritmo, al llegar ante el mismo río que han dejado varias
veces se deciden a quitarse la ropa y se bañan viendo que el sol pronto va a
desaparecer- Que delicia de agua aunque este helada- No ves que este río viene
de los propios nevados- Ya me lo imaginaba pero considero que este es un lugar
bueno para acampar- Salgámonos y armemos la canadiense. Al salir se secan con
la toalla de ella y luego se visten, al estar listos entre los dos disponen de
la carpa armándola en la parte más plana- Clara antes que oscurezca debemos ir
por leña. Fácilmente encuentran palos de todo tipo que van llevando cerca de la
canadiense, hacen varios viajes y en menos de un pedo ya tienen más que
suficiente, entre los dos disponen de la fogata y en un acto seguido la prenden
logrando una buena llama, se quedan un buen rato ensimismados en lo que es el
fuego y en las brasas que arden de lo lindo- Ella va hablando: que mágico es el
fuego uno se podría quedar horas contemplándolo- Si es así, y además te va
llevando a su encantamiento. Al oscurecer como es verano el cielo se va
prendiendo en tonos rojizos y al insinuarse con tonos más fuertes y más
naranjas el cielo lentamente se va apagando y en el momento que oscurece sale
fluyendo entre las inmensas montañas la luna que le da un tono rosa al macizo
nevado - Clara va murmurando con su voz:
me encanta el hecho de ver este espectáculo tan sublime. Al mirar hacia el otro
lado ven a la vez varias estrellas fugaces que atraviesa gran parte del cielo-
Clara: voy a pedir un deseo que seguramente se me va a dar. Él haciéndole
cosquillas nena si no me dices el deseo te voy hacer más cosquillas- Ella: para
nada te lo voy a decir ya que eso es solamente mío. Al insistir haciéndole
cosquillas ella se retuerce de la risa invadiendo con sus carcajadas todo el
escenario campestre- Está bien guarda el secreto donde no lo vea- Que hombre
más cascarrabias- Si por eso no me voy a poner de mal genio al contrario quiero
que seas feliz- No, tan bello. Se quedan en silencio con la mirada hacia el
firmamento y al trascurrir el tiempo deciden irse a dormir a la canadiense.
Muy temprano se
despiertan a la vez, al arreglar todo desayunan galletas con último atún de
lata, al ponerse los morales siguen el curso del camino que los lleva loma
arriba. Al llegar a una extraña explanación- Ella viendo el lugar: qué lugar
más extraño- Sí que lo es, mira esos socavones. No acaba de decirlo y se
presentan dos kogis con su típica vestimenta poporeando el de más edad va algo hablando
en su dialecto que ellos no entienden- El otro que si habla español: este lugar
para nosotros es sagrado por lo tanto para ustedes es zona prohibida, para los
hombres menores ya que es un cementerio de nuestros abuelos por favor les pido
que se retiren o que se devuelvan por donde han venido, de lo contrario les
puede caer un maleficio- Ella asustada le contesta al kogi: no es nuestra
intención hacer daño- Sin intención y con intención ya les dije que se fueran-
Juan Carlos viéndolo con respeto le murmura: Bueno está bien nos retiramos.
Como al bajárseles el ánimo se quedan como paralizados, pero al ver como los
mira los dos personajes kogis y el respeto que impone su presencia. Al no poder avanzar más con pena y todo
deciden devolverse por donde han llegado, duran no se entiende más bajando que
lo que subieron. Al llegar a la troncal toman un bus a Riohacha y de ahí un
campero al Cabo de la Vela.
Fin.
UN AMOR INESPERADO
Ana Lucia sentada en la
arena de la bahía de Santa Marta viendo hacia el Morro, va pensando quiero ir a
Ciudad Perdida pero sin guía, como ayer estuve en el mercado es posible que
allá encuentre un contacto interesante. Como el cielo está completamente tapado
por las nubes, se levanta viendo hacia la montaña los truenos, al pasar la
avenida primera se instala en el andén por un momento viendo la construcción
del banco de la Republica, al preferir seguir anda a un costado del parque de
esa forma llega a la catedral viendo que empieza a llover sin importarle la
lluvia que la va mojando va por esas calles llegando a la avenida que luego que
pasa un bus seguido por otros vehículos cruza hacia el otro lado metiéndose por
un costado del mercado. Viendo los diferentes almacenes logra visualizar un
sitio de tamales y empanadas, se acerca al mostrador viendo a una mujer le pide
un jugo de tamarindo y una empanada de huevo, al darle la señora el vaso de
jugo y la empanada se sienta muy tranquilamente a disfrutar de las dos cosas
viendo a las diferentes personas que acuden al lugar, al acabar se levanta
internándose en los lugares de las verduras y las frutas, al ver a un personaje
kogi que custodia un bulto de café, se le acerca y le pregunta: amigo usted
debe saber cómo puedo ir a la Ciudad Perdida. El hombre la mira de arriba abajo
y luego le contesta: yo creo que lo más conveniente es que acuda a una empresa
de turismo- Prefiero hacerlo sola debido a que no me gusta viajar con tanta
gente y además por lo generar hablan inglés u otros idiomas, eso no va con
migo- Que le digo yo, si mire tome un bus hasta Guachaca ahí preguntara ojala
algún kogi por el camino que conduce a Teyuna que es la misma Ciudad Perdida,
el camino está muy bien enmarcado por eso no va a tener problema para
orientarse- Muchas gracias por la información. Como llueve aún más fuerte
decide ir al hostal, al llegar completamente empapada el de siempre le abre la
puerta, al ir por el corredor sube las gradas encontrando la puerta de su
habitación que sin dificulta abre con la llave, luego de bañarse se va
directamente a la cama donde duerme plácidamente
hasta la mañana siguiente. Al pararse de la cama va directamente al baño hacer
sus necesidades, luego se baña y al salir del baño se pone su vieja bermuda y
una camiseta verde nueva que comprara el día que llego a Santa Marta y de
último sus zapatillas, luego de peinarse sus rizos al tomar el morral sale
bajando las escaleras y le paga a la recepcionista los dos días que estuvo en
el hotel, como ya sabe a dónde tomar el bus va al mercado y en una esquina
escucha al muchacho que grita: parque Tayrona, Guachaca, Cabañas de Buritaca y
Palomino. Al acercarse al bus se sube detrás de una señora que lleva cargado a
un pequeño niño, al ver un puesto libre en la ventanilla se sienta sin poder
estirar sus piernas ya que el bus es supremamente estrecho, al subirse otros
pasajeros el bus arranca tomando la vía que conduce a San Pedro Alejandrino, al
salir de Santa Marta estrecha y todo se duerme, el bus al llegar a Guachaca el
ayudante al tocarle uno de los hombros se despierta medio asustada diciendo:
carajo que pasa. Al escucharla todos los pasajeros se carcajean, el muchacho le
contesta: ni un carajo no ve que llegamos a Guachaca. Al pararse ve que todos
se están burlando de ella en esas circunstancias se baja sintiendo el pavimento
hirviendo, al sentir la potencia del sol ve un lugar abierto se sienta ocupando
una de las mesas, la chica al acercarse le dice: hola gringa desea un jugo-
Ella le contesta no soy gringa soy charrúa o sea de Uruguay, si quiero un jugo
de tamarindo- La muchacha con cierta rabia le contesta: estos extranjeros piensan
carajo que están en su casa de todas maneras ya mismo se lo preparo. Al
escuchar el ruido procedente de la licuadora en menos de nada se lo trae
poniéndolo sobre la mesa, ella pensativa de a poco lo va tomando hasta
terminarlo, luego de pagarlo sale y al ver que no viene ningún vehículo
atraviesa el ancho de la vía, al ver a un joven que cabestrea una mula cargada
de plátanos se le acerca preguntándole: cuál es el camino para ir a Teyuna o
sea Ciudad Perdida, yo he visto que los gringos van por ese camino allá hacia
la izquierda- Gracias. Al ver el camino que el muchacho le dijera no duda en
tomarlo, camina a buen ritmo ya que sus piernas largas le ayudan, como alguien
le regalo un mapa de la zona ve que primero tiene que llegar a la Aguacatera.
Al ver la cuesta sus pies van subiendo la largura de la montaña, se cruza con
dos hombres armados pero ella como si nada sique la trayectoria del sendero que
esta vez va descendiendo de esa forma ve el letrero de la finca la Aguacatera,
no entra si no sigue subiendo una montaña mayor que la primera con la ventaja
de que el sol ha sido tapado por las nubes, camina y anda viendo diferentes
paisajes más o menos todos iguales y de ese sentido llega ante una cabaña
circular, al entrar una señora la saluda diciéndole: viene sola- Claro que si-
bienvenida al campamento quiere tomar un tinto- Me gustaría mucho- Ve esa silla
siéntese, no me demoro ya que el café ya está preparado y lo tengo en un termo
calientico. Ella al poner el morral sobre el suelo de baldosas se sienta y al estar cómoda ve la simpleza de
la construcción y las pocas cosas que hay. La señora al traerle el tinto se lo
va tomando despacio y sin afán- La señora usted por lo que veo es gringa- Las
apariencias engañan ya que soy uruguaya a mucho honor o sea charrúa- Donde
queda ese lugar- Muy lejos de aquí allá en sur del continente- Bueno no
entiendo nada pero no importa, se va a quedar aquí a dormir- ya me toco por que
las circunstancias son las que mandan realmente- Cuando termine con el tinto le
indico donde puede dormir- Gracias. Al prender un cigarrillo la señora empieza
a toser que se levanta para no tragar humo y solo vuelve en el momento que lo
termino- Venga que le muestro donde puede dormir. Al seguir a la señora la
lleva a una enorme habitación con muchos camarotes, ella al escoger el lugar de
dormir pone al lado del camarote el morral y se acuesta ya que está cansada
debido a la larga caminata, al tratarse de dormir escucha varios pasos y
enseguida ve a un grupo de extranjeros arribar a la habitación, ella se hace la
dormida para que no le hablen y sin comer se queda dormida sin preocuparse de
la bulla que hacen los extranjeros, solo cuando se duermen todos queda el lugar
en silencio.
Al venir la mañana se
despierta algo tarde viendo que los extranjeros se han ido, ella se despereza
saliendo de la cama, se ba-ña rápidamente para ponerse lo mismo del día
anterior, al salir de del enorme cuarto se encuentra a la señora que le dice:
su desayuno está listo sobre la mesa vaya que se le enfría- Gracias, sabe qué
hora es- Por lo menos son las nueve de la mañana. Ella al sentarse ocupando la
mesa dispone su desayuno a su antojo y al terminar con el contenido del plato y
de la taza se levanta, le paga a la señora y va a la habitación por la mochila
que al colgársela sale tranquilamente del lugar. Empieza a recorrer el sendero
acelerando el paso viendo los diferentes árboles que le traen ciertos recuerdos
de otros lugares, al encontrarse un amplio río como siente el calor se desviste
y se entrega a la funcionalidad del agua que la refresca y solo sale en el
momento oportuno a vestirse y a caminar subiendo la larga cuesta que se abre
paso en curvas en los dos sentidos, al detenerse delante de un arbusto ve algo
semejante a una culebra pero se da cuenta que es un palo curvo nada más, esto
la tranquiliza siguiendo la trayectoria del camino de ese modo llega al campa-mento
ve al mismo grupo de extranjeros como no quiere nada con ellos prefiere seguir
y ya muy entrada la tarde se detiene a observar a un grupo de pájaros de
diferentes colores, entregada en la contemplación decide pasar la noche y saca
rápidamente su hamaca que la amara bien sujetada de dos árboles no tan grandes
como los demás, al sacar un paquete de maní, de pistachos y almendras se sienta
sobre la hamaca a comer lo hace lentamente hasta que se siente satisfecha,
luego saca un poco de mariguana y los papelillos con los cuales arma un barreto
bastante considerable, escuchando el canto de los pájaros que se confunde con
el chirriar de las chicharas y el leve murmullo del viento lo prende para irlo
consumiendo lentamente, al sentirse trabada se acuesta sobre la hamaca a
presenciar el misterio de las estrellas, de esa manera primeramente ve una
estrella fugaz que cruza gran parte del firmamento, luego otra y otras que
alucinada se profundiza siendo despertada sobre la madrugada por una lluvia que
de a poco la va mojando a ella inmediatamente saca un plástico con el cual se
cubre totalmente, solo se lo saca en el momento que escampa viendo la luz
proveni-ente de las montañas, enrolla el pastico amarándolo a la mochila y vuelve
al asunto del paquete
de maní y de esos otros frutos secos. Al
acabar con el medio paquete decididamente desamara la hamaca y la mete entre la
mochila, dispuesta a caminar moviliza los pies apurando el paso entre la
floresta sintiendo la húmeda del lugar, al ver en la distancia una enorme
culebra se detiene a observar las formas de los rombos y los colores de su
piel, al irse la larga culebra jungla adentro sique como si nada. Ella misma se
sorprende en el momento que llega a un poblado llamado Mutanyi, al recórrelo va
observando los bohíos más o menos iguales, los niños que libremente corren de
un lugar a otro, algún que otro personaje que sentado poporea siempre
sonriente. Al sentarse a acariciar una pequeña niña se le acerca un joven kogi
que le pregunta: de donde vienes, te gusta este pueblo- Bueno son dos preguntas
a la vez, vengo de Santa Marta y claro que me agrada este lugar ya que lo
siento muy magico- El kogi: estoy seguro que no eres de allá- Claro que no soy
de un lugar que queda muy lejos- Cuatro o cinco días de camino- Caminando creo
que por lo menos un año- Así queda de lejos- Si claro- Entonces como viniste…En
avión a Bogotá- Que es eso- Es algo así algo que vuela- Acaso es un gran
pájaro- Algo así- ¿Te gusta este lugar? Ya te dije que si es muy peculiar y
tiene una magia que me impresiona- Quieres venir a una finca donde yo vivo- Me
encantaría ya que seguramente voy a conocer sus costumbres y quien sabe tantas
cosas más- Entonces vamos. Luego que se dirigen la mirada caminan saliendo del
poblado montaña arriba por un camino algo estrecho. Ella mira que el nuevo
amigo esta siempre sonriendo y además se da cuenta que tiene unas facciones
verdaderamente lindas- Ella deletreando prácticamente la forma de sus ojos cafés
claro le dice: cómo te llamas- Kamanza- Que quiere decir…- hombre de montaña-
Que lindo nombre a demás va muy bien con tu personalidad alegre, si me
entiendes- Claro, he aprendido el español y me gusta tanto como el kogi- Que
bueno pero no pueden olvidar su idioma y su cultura que es original y es
autóctona de nuestro continente, por ejemplo yo soy charrúa pero nosotros si
hemos perdido la lengua y prácticamente toda nuestra cultura tan solo
conservamos el mate y se sabe muy poco o casi nada de nuestros antecesores ya
que los europeos acabaron con ellos- Esos rubios como tú acaban con todo- Sé
que heredado la raza pero soy diferente ya que amo la vida y tengo respeto por
mis semejantes- Entiendo tu eres más como nosotros que como ellos- Si así soy
yo, no sería capaz ni siquiera de matar una mosca- Que es el mate- Que
retentiva, es una hierba cuando lleguemos te la muestro y si quieres te convido
a tomarla, yo creo como es una yerba parecida a un té te va a gustar- Si me
gustaría y si es autóctona más aún. Hablando llegan sin que ella se dé cuenta
de todo lo que han caminado- Ella: veo que hemos llegado- El amigo ya te
presento a mi mujer y a mi hijo que nació hace menos de tres meses- Me
encantaría conocerlos. El hombre gritando
en su idioma
con su voz melodiosa: Kalama te quiero presentar a
alguien muy especial. La chica tan bella como él sale al exterior cargando su
bebe, se dan la mano calidosamente y
luego se besan la bella pareja- Ella efusivamente les dice: yo me llamo Ana
Lucia, puedo ver al bebe- El amigo: claro, se ve claramente por tu mirada que
eres una buena mujer- Por lo menos lo intento. La chica kogi le muestra el bebe
que al verla le sonríe de una bella forma- Ana Lucia: qué lindo que es además
como me sonrió- Kamanza: entra con nosotros al bohío. Al entra ve la
construcción bastante sólida y primitiva ya que se trata únicamente de una
mesa, un fogón de leña, unos cuantos utensilios de cocina y varias hamacas- Ana
Lucia que lindo bohío me gusta porque es simple pero a la vez muy acogedor- Kalama:
me agradas mucho por eso me gustaría que te quedaras con nosotros- Gracias,
claro que me encantaría ya que los siento muy cercanos a lo que soy. Se dan cada una un
beso en el pómulo y sonríen- Eso
si me quedo colaboro en todo lo que allá que hacer- Kalama: es poco lo que hay
que hacer ya que preferimos el ocio, debes tener hambre- Si claro al venir de
la Samaria como dicen algunos he caminado mucho- Kamanza: está bastante lejos,
espera que caliente una sopa de chachafrutos. Ella como la leña está
prácticamente prendida no tiene si no que soplar y en un acto mágico se prende
la pequeña fogata, luego coloca la olla de barro que ella misma hiciera y
rápidamente al estar la sopa sirve en tres platos hondos de barro, llenándolos
se sientan sobre las planas piedras que con cucharas de palo se van comiendo la
sopa a expensas de su sonrisas- Ana Lucia que suerte o será que el destino hizo
que los conociera, no más cuando entre al pueblo sentí la armonía que me lleno
el espíritu y esta sopa lo confirma ya que esta increíblemente deliciosa-
Kalama: nuestra cultura se identifica con las cosas simples y entre menos se
tenga se es más espiritual ya que estas más conforme consigo mismo- Eres una
sabia muy hermosa- Donde aprendieron español tan bien- Nunca fuimos a una
escuela eso es voluntad de nosotros mismos- Eso es supremamente valioso o sea
es espiritual ya que son las ganas y nada más- Kamanza: es así ya
que la voluntad de hacer y de amar es lo
más rico que puede tener una persona- Es tan cierto como existir. Al acabar
todos Ana Lucia sale de la casa al encontrar lo que pareciera una urna
funeraria le colabora lavando los platos con el agua que tiene la enorme olla
de barro y con todo lavado las colocan donde cree que van los utensilios-
Kalama: eres eficiente- Tengo que serlo porque vivo sola- No tienes un hombre-
No lo tengo- Lo deseas- Claro el amor es supremo ya que nacimos de él y es la
única verdadera trascendencia. Si me entienden- Kalama: aunque hables un poco
raro al hablar tan claro se te entiende muy bien, además escucharte dan ganas
de entender lo que dices. Se quedan callados sintiendo que por esta noche ya se
dijeron todo lo que tenían que hablar. Al despedirse de beso en la mejilla
todos se acuestan en una Hamaca como el silencio es todo se duermen felices.
Ana Lucia se despierta
escuchando el lloriqueo del bebe, al salir de la hamaca ve a Kamanza le dirige
la palabra: que tal durmieron- Él le contesta: muy bien y tú….- De maravilla ya
que descanse lo suficiente, que tal si preparo el desayuno- Mira ahí
encontraras lo necesario para preparar el desayuno- Voy a ver que hay. Al
buscar encuentra huevos, tomates y cebolla, pica los tomates y las cebollas,
luego bate los huevos, al agregarle leña a lo que usan como estufa soplando
logra encender el fuego y de esa forma cocina los huevos revueltos y además
hace café, al estar el desayuno listo se sientan los tres a consumirlo y en
menos de nada lo desaparecen, como ya han terminado ella se encarga de lavar lo
que han utilizado colocando los platos, las cucharas de palo y las tres tazas
en el lugar acostumbrado- Ella sonriendo va diciendo: como ya termine de lavar
lo que utilizamos en el desayuno he pensado ir a ciudad perdida, eso sí voy y
vuelvo- Kalama cargando su bebe le contesta: ve que aquí te esperamos. Al salir
sin nada como no sabe por dónde ir le pregunta a un mujer kogi: tú debes saber
por dónde cojo para ir a Teyuna- Mira vez ese camino es por ahí. Al hacerle
caso toma el sendero y al caminar durante mucho tiempo observándolo todo, ve a
poca distancia los círculos de los cimientos de las antiguas viviendas Tayrona
y el camino en piedra, Al recorrerlo sintiendo la energía va observando cada
elemento que conforma el lugar, al sentarse sobre un escalón de piedra ve los
aparentes cimientos acompañados por la integridad del paisaje que la conmueve
por dentro, al estar en esas la sorprende un joven Kogi que le habla con una
voz dulce: tú debes ser la mujer que llegaste ayer al pueblo- Como lo sabes si
hasta ahora te veo- Porque tu pasaste por la casa de mis padres y yo estaba
justo en la puerta- Que raro porque hasta ahora es que te veo- Me puedo sentar-
Claro siéntate- Como aprendiste el español- Como he ido varias veces a Santa
Marta a vender mi café me ha tocado a aprenderlo- Conque cultivas café- Si
tengo tres socios con los cuales lo cultivamos- Ella lo ve sintiendo algo
especial le pregunta: cómo te llamas- Wacali y tu…- Ana Lucia y soy charrúa-
Que es eso…- Es nuestra cultura y nos hacemos denominar con esta palabra. Se
quedan extasiados mirando el esplendor de la naturaleza, pero a veces se miran
con cierto deseo- Wakali me tengo que ir a hacer pero como sé que estas en la
casa de Kamanza y Kalama de pronto nos vemos allá- Pero como sabes que estoy en
su casa- Un pajarito me lo dijo no mentiras como aquí se sabe todo, hasta
luego. Ella viéndolo como desaparece en la distancia se queda pensando
diciéndose así misma que lindo hombre. Al sentir que tiene que volver al pueblo
se levanta empezando la vuelta sin detenerse llega más rápido de lo que vino,
al entrar al pueblo ya cogida de la tarde viendo el movimiento de las diferentes
personas llega pero sin detenerse va a la finca y ante la puerta de la casa, al
verla Kalama que carga su bebe la saluda con un beso diciéndole: que tal
Teyuna…- es bellísimo además para ustedes debe ser algo así como un templo- Si
es un lugar sagrado ya que ahí están nuestros antepasados- Más claro no puede
cantar el agua. Se ríen y luego Ana Lucia le habla: donde esta Kamanza- Se fue
a una reunión de un mamo- Guíen es el mamo o sea que significa para ustedes por
favor explícamelo- El mamo es nuestro guía espiritual ya que tiene profundos
conoci-mientos que abarca al mundo incluyéndonos a nosotros, es que para
nosotros ustedes los civilizados son los hijos menores y nosotros somos los hijos mayores- Claro lo
comprendo claramente, llanamente nosotros somos unos consumistas que destruimos
la tierra- Así es. Entremos que preparo algo para comer ya que debes tener
hambre por lo que caminaste- Te tengo el bebe- No tranquila tu descansa que lo
pongo en la hamaca. Al acostarse como se siente cansada se queda dormido y
solamente se despierta al llamarla Kalama. Se levanta y al pasarle el plato se
sientan a comer concentradamente hasta que terminan, entre las dos lavan los
platos la olla y las cucharas de palo, como está la noche muy oscura ya que no
hay luna prefieren meterse en la hamaca a dormir.
Ana Lucia al abrir los
ojos ve a su amiga que sentada con dos agujas teje una mochila, se levanta y al
verla la indígena le dice: se ve que dormiste bien, mira ahí está tu desayuno.
Ella al tomar el plato con los huevos revueltos viéndola como teje va comiendo
a un ritmo pausado demorándose para acabar, luego lava el plato y la cuchara de
palo y se sienta al lado de su nueva amiga diciéndole: me gusta que me
enseñaras a tejer mochilas- Claro que si mañana mismo te empiezo a enseñar-
Tengo tantos deseos de aprender a tejerlas. Al pasar el día se presenta Kamanza
con el amigo que ella conociera en Teyuna- al saludarse Ana Lucia le dice: que
bueno que hayas venido- El viéndola directamente a los ojos: si quería verte. Y
le entrega unas flores que recogiera en el camino- Que flores más bellas-
Quieres que vayamos a un sitio mágico a ver las estrellas…-Por qué no vamos. Al
despedirse con un ademan salen de la casa viendo el firmamento completamente
lleno de estrellas- Ella mirándolo: que noche más hermosa- Te la regalo es toda
tuya- No quiero ser egoísta es del que la quiera ver y nada más- Tienes razón
pero al apreciarla tus ojitos bellos también te corresponde- Que galán. Al
llegar a una pequeña colina donde hay una roca impresionante- Él le dice:
subamos que vamos a
ver mejor el panorama. Él va subiendo y dándole la mano
la va ayudando para que rápidamente lleguen a la cima de la roca, al sentarse
viendo las estrellas él le toma la mano diciéndole: con mucho respeto te voy a
decir lo siguiente: que el momento que te mire allá donde están nuestros
espíritus, recibí una luz celestial que me indico que tú eras la mujer de mi
destino- Ella azarada y nerviosa no sabe que decir. Pero siente un poder que se
le sale de las manos y al acercar los rostros intrépidamente se besan y se
abrazan sintiendo su correspondiente calor humano quedándose así durante mucho
tiempo. Ella sin lograr despertar del sueño del amor le dice: no abra problema
de que yo sea blanca y extranjera para la comunidad o ya habido otro caso como
el nuestro- Eso me tiene sin cuidado porque siento una llama en este corazón
que nunca dejare que se extinga- Ella sintiendo le habla: yo también estoy
enamorada y donde tu vayas yo iré pase lo que pase por que mi mundo es tu
mundo- Claro que sí ya que desde el primer beso somos una misma esencia. Al
cerrar los ojos se vuelven a besar sintiendo la integridad del cielo y la
tierra.
LA HISTORIA PERSONAL DE UN KOGI
Estando posesionado
sobre una gigantesca roca viendo el pano-rama de árboles y del río, recuerdo mi
linda infancia viniéndose ciertas imágenes como: mi bautismo en el río, la
primera vez que popo ríe, la vez que conocí al mamo Ángel y otras tantas
escenas de mi vida. Hoy tengo dieciséis años soy consciente de mi familia, de mis hermanos
y mis hermanas kogis y tengo comunicación abierta con mis ancestros y los
espíritus que no debo olvidar ya que sin ellos no soy la esencia de lo que soy.
Sé que llevo un tiempo considerable sobre esta roca sagrada, veo la escena del
atardecer de colores cálidos que rápidamente se extingue para que
completa-mente oscurezca y aparezcan en el firmamento las estrellas que son
tantas que seguramente son un número infinito. Desciendo de la roca y sin
pormenores sigo el camino que me lleva al bohío donde vivo con mi hermano un
poco menor que yo, ya que le llevo un poco más de un año. Al llegar al bohío
entro viendo a mi hermano que metido en la hamaca esta poporeando muy
concentrado en lo que esta, él al ver que he llegado voltea la cabeza hacia mí
viéndome, para girarla en la posición que la tenía. Como veo que hay en la olla
de barro comida me sirve en un plato y al sentarme en la puerta viendo las
estrellas como, luego al sentarme en la hamaca que hiciera una de mis hermanas
me propongo paporrear, lo hago al meterme el hayo al lado del pómulo derecho
como acostumbro hacerlo, duro haciéndolo hasta la madrugada quedándome dormido
hasta entrada un poco la mañana. Como sé que tengo que ir a la playa por
conchas me levanto viendo que mi hermano ya no está y salgo muy decidido a
caminar, rápidamente agilizo el andar de mis pies bajando por el sendero,
aunque voy rápido observo todo lo que me va rodeando, los diferentes árboles,
arbustos y la variedad de plantas, al encontrarme de frente con una serpiente
mapana no dejo que reaccione y velozmente la tomo por la cabeza para lanzarla
con todo lo que da mi mano fuera de mi alcance. Al empezar a llover no me
importa ya que soy resistente al agua, y todo y mojado sigo, al llegar la noche
camino a sabiendas de mi instinto y poporeo esto me da más ánimos de seguir, ya
en la mañana escucho el ruido civilizado o sea el de los diferentes vehículos
que van y vienen por la troncal, al entrar al pueblo camino hasta la vía y al
ver que no pasa ningún automotor paso el ancho de la vía siguiendo en dirección
de la playa, camino por el sendero viendo a los dos lados los potreros
enmarcados por cercos de alambre de púas y los pocos árboles, al ver en la
distancia los cocoteros siento que estoy llegando a mi destino, al ver la playa
me desvisto y como llegue al mundo corriendo me lanzo de cabeza contra el agua
salada, cada vez que viene una ola la sobrepaso por debajo, al arribar donde
rompen las olas hago que me eleven. Al querer regresar a la playa me le lanzo
antes de que rompa y esta con su fuerza me lleva prácticamente hasta la playa,
lentamente salgo a la playa al vestirme recojo mi mochila de la cual saco una
mochila bastante grande de algodón y al ir caminando bordeando el océano voy
recogiendo todo tipo de conchas de esa manera rápidamente logro llenar la enorme
mochila, al colgármela sobre la espalda retirándome de la playa de arena blanca
voy rumbo de vuelta a mi territorio, al ver un burro a pesar de que intenta
patearme lo agarro poniéndole el lazo, luego bien cerrada la mochila la coloco
sobre el lomo amarándola con un buen
nudo sintiendo que me he liberado del peso. Al encontrarme con un compadre tal
cual como yo, como tengo dinero de los últimos sacos de café que vendiera- Le
digo en kogi: compadre vamos a echarnos algunas cervezas- Él me contesta de la
misma manera: Vamos carajo que para eso somos indígenas y de los propios. Al
ver una tienda nos acercamos al ver a la
dueña le digo: buena señora véndame dos cervezas heladas. Al entregar-melas
sentados ocupando una de las mesas como un tiro nos tomamos cada uno la
cerveza, al pedir más vamos tomando mamándonos gallo con ese sentido llenamos
la mesa de embaces y al estar bastante borrachos ya de noche salimos, yo
llevando el burro cabresteado, pasamos la troncal y al ver una construcción de
una casa me acuesto sobre el piso de cemento quedándome completamente dormido. Al
despertarme un tipo civilizado me dice: indio váyase de aquí antes que le meta
un tiro- Yo le contesto indio no kogi y a mucho honor. Salgo sin ponerle bolas
al sujeto pero eso sí cabestreando al burro, al dejar las últimas casas del
pueblo empiezo a caminar enfrentando la pendiente y al poporear mi cuerpo se va
llenando de fuerza y animado camino rápido como los kogis sabemos hacerlo,
camino y ando entre la floresta día y noche ya muy tranquilo llego al pueblo
saludando a mis compadres y comadres kogis que no dudan en devolverme el saludo.
Al llegar al bohío lo único que hago es meterme entre la hamaca a si dejo
soltar el motivo de los sueños soñando con la joven que quiero conquistar. Al
abrir los ojos veo a mi hermano que estando en la hamaca esta poporeando que me
sonriéndome me dice: mañana tenemos que ir a limpiar las matas de café- Yo
devolviéndole la sonrisa le contesto: tranquilo mañana lo hacemos y me quedo
poporeando el resto del día y parte de la noche, al otro día nos encaminamos al
lugar donde tenemos las plantas de café y empezamos cada uno con el machete a
despejar las plantas durando hasta bien entrada la tarde- Él me dice que buen
trabajo mira como están las plantas de café sin maleza. Al despedirme
intercambiando hayo salgo rumbo donde están las mujeres, camino rápido pero sin
afán ya que andar es mi profesión predilecta, al llegar al enorme bohío no
entro si no me asomo viendo a todas las mujeres que están hilando y tejiendo
mochilas, al dirigirle la mirada a la mujer de mis sueños ella intuitiva
abandona la labor y sale a mi encuentro, al llegar ante mi nos alejamos
yéndonos a un bosque, al mirar que no haya ningún curioso nos tomamos y
abrazándonos nos besamos de lo lindo y al desnudarnos la beso pasando mis
labios por todo su cuerpo, luego le tomo los redondeados senos besándolos
repetidas veces y al excitarse me lleva a una roca donde al recostarse abriendo
las piernas y yo en esa posición la penetro suavemente haciendo que gima nos
vamos moviendo con un movimiento pausado y así conseguimos un bello orgasmo,
repetimos eso una y otra vez mas hasta quedar extenuados tirados abrazados sobre la mansa hierba quedándonos sumergidos
en el mundo de los sueños. Al amanecer abrimos los ojos ebrios de amor, al
levantarme le doy la mano para que se pare vamos a la roca viendo a un burro
que trata de comerse nuestra ropa al tirarle una piedra suavemente deja de
joder con nuestra ropa y no la ponemos, la acompaño al lugar donde vive y yo
sigo mi ruta para llegar al bohío, al bañarme en la chorrera me siento liviano
de toda culpa y sentado sobre el suelo empiezo mi tarea de machacar con una piedra
plana las conchas, al estar haciendo eso durante largo tiempo logro de las
conchas un fino polvo que meto entre una de mis mochilas. Al pasar el tiempo como
ella esta embarazada me la traigo a vivir aquí con migo y más tarde antes que
nazca el bebe al haber hecho cerca del cafetal mi propio bohío nos trasladamos
y a los pocos días con la ayuda de una de nuestras parteras veo con estos ojos parir
al bebe que se trata de un baroncito y luego con el trascurrir del tiempo
tenemos varios hombrecitos y varias mujercitas. Fin.
AL HALLAR A UN MAMO
Fernando luego de
caminar durante tres jornadas largas llega por suerte al poblado kogi, al
entrar viendo los semejantes bohíos, a los perros y a los niños que jugando se
corretean, al ver a un hombre que viste de blanco y que lleva un peculiar gorro
como cualquier kogi- sonriéndole le pregunta: tú debes saber dónde puedo
encontrar al mamo Elías- este preguntándose qué quera este civilizado con el
mamo le contesta: él vive lejos de aquí y no estoy para darte la información al
respecto- Es que lo necesito para hablar sobre ciertos asuntos- No insista-
Bueno está bien. Se distancia del personaje y va caminando entre las peculiares
viviendas circulares, al ver una mujer que está inmersa tejiendo una mochila al
acercase donde ella está sentada- Le dice: usted debe saber dónde puedo hallar
al mamo Elías- Eso no es competente con nosotras las mujeres tiene que
preguntarle a un hombre- Amiga es que lo necesito para un asunto indispensable-
No, como le dije eso no es el caso para nosotras las mujeres- Sabe de alguien
que le pueda preguntar- No sé y si lo sabría no se lo diría por nada y así me
rogara- Bueno está bien. Al no comprender por qué no le quieren dar la
información de donde se encuentra el mamo prefiere irse del poblado, camina
montaña arriba al ver en la distancia una pequeña finca con tres bohíos, avanza
hacia esa dirección de esa forma entra en la finca viendo el sembrado de caña,
yuca y otras plantas que él no sabe de
qué son, al ver a un joven que sentado sobre una extraña roca lo interfiere
preguntándole: amigo usted por casualidad sabe dónde puedo encontrar al mamo
Elías. Él se queda callado viéndolo y luego de ese suspenso le dice: cuenta con
suerte amigo ya que tengo que ir para allá espéreme aquí un momento que ya
vuelvo- Haga lo que tiene que hacer y aquí lo espero. Al verlo que desaparece
entre la floresta se sienta sobre la misma roca, al pasar un tiempo considerable se desespera mirando
hacia todas las dire-cciones siendo sorprendido por el kogi que le tocándole la
espalda- Le dice: Me demore ya que estaba recolectando hayo para llevarle al
mamo Elias, ahora si vámonos. El joven koki camina tomando la iniciativa y él
lo va siguiendo, por una cuesta dura y difícil que poco a poco van superando al
llegar a la cima de la montaña, el joven koki lo lleva por otro camino que
curveando baja de ese modo pasan atravesando lo que podía ser un cementerio indígena-
El koki rompiendo el silencio le dice: este lugar es considerado sagrado ya que
aquí están enterrados nuestros abuelos- Si claro, eso pensé ya que el terreno
indica algo así- Sigamos que todavía nos falta un trecho largo. Sin detenerse
avanzan entre enormes árboles viendo las enormes nubes que cubren completamente
el cielo y en la distancia ven los
truenos, en una especie de meseta encuentran algo así como una pequeña
lagunilla y toman otra pendiente aún mayor que la anterior- Fernando
dirigiéndole la mirada al joven le dice: que subidita tan jodida- Si es así
pero estoy acostumbrado y además el hayo ayuda a que no sea tan dificultosa,
toma de mi mochila varias hojas. Él al tomarlas de la mochila del joven hace lo
que este le dijera al rato sintiéndose mejor ve que el esfuerzo es mucho menor.
Al ver entre un grupo de árboles el modesto bohío, al aproximarse ven sobre el
techo de paja una especie de canasto bastante grande que tiene las ofrendas en
barro y otros objetos incomprensibles que le llaman aún más la atención- En
seguida le pregunta al kogi: que son esos extraños objetos que hay arriba del
techo de paja: son ofrendas que ha dispuesto el mamo Elías, entremos. Al ir
hacia el interior del lugar son invadidos por un misterioso humo, sin ver al
mamo descubre Fernando solamente sus ojos vidriosos que lo asustan y luego la totalidad
de su presencia que infunde respeto, al sentir que el corazón esta acelerado Le hace una venia y este le contesta con un
peculiar gesto dándole a entender que se siente, se sientan viendo al mamo que
poporea en silencio y envuelto con el resplandor del humo. Al estar callados al
oscurecer el lugar toma una apariencia aún más misteriosa que a la vez infunde
respeto. El mamo se contorsiona parándose y haciendo exactos movimientos pone
madera en el centro del bohío y mágicamente la prende volviéndose la apariencia
del lugar como un centro de luz que inclusive entre las ranuras del techo se ve
la clara luz proveniente de las estrellas. El mamo saca de una vasija de barro
un poporo y con un movimiento preciso se lo entrega a Fernando que moviendo el
palo alrededor del poporo como acariciándolo, a la medida que se va sucediendo
la noche sintiendo en la extensión de su cuerpo y su mente algo indescifrable e
incomprensible pero que a la vez no lo preocupa. Sin musitar palabra algo muy
fuerte en el ambiente de cierta forma los comunica, pensando sobre lo mismo que
se trata nada menos que el factor de la existencia, al alucinar Fernando ve que
de la puerta surge algo así como una presencia de una sombra que al iluminarse
se convierte en un personaje con apariencia amarillenta de oro que los acompaña
por el infinito de las visiones. Al surgir la luz del día la apariencia
instantáneamente desaparece sin dejar rastro- Fernando impresionado por todo lo
que sintió y viera le pregunta al mamo: de guíen es esa presencia tan
increíble…- Este al iluminarse con un resplandor procedente del mismo centro de
la vivienda circular le contesta es Djicuahá es un hijo del sol. El sol manda a decir que recibió mi
pagamento- El muchacho pensativo va diciendo: la mente del mamo es firme y al
estar conectada con la madre universal solo habla con personas que están a su
mismo nivel. Al salir del bohío al muchacho lo lleva a la zona de cultivos, al
ver una mata de gigantescas hojas el con una pala la desentierra para que
aparezca unos tubérculos algo grandes de una apariencia amarillenta, luego
entre los dos debajo de un enorme árbol van tomando varios aguacates, al poner
los cuyos en una olla de barro con un considerable fuego los cocinan y al estar
blandos los comen acompañados de aguacate- Al acabar Fernando habla: nunca
antes había comido algo ni semejante, que sabor más peculiar y a la vez fuerte.
El mamo lo mira sonriéndole- El joven simplemente habla: sí que es rico. El
mamo le dirige primero la mirada al joven y luego a Fernando, se levanta y al
empezar a andar ellos lo siguen, caminan a paso lento cuesta abajo bordean un
lindo río de color verdoso y de enormes piedras denominado río Tucurinca, luego
de andar un trecho largo empiezan a cruzan la estructura de un puente de madera
bastante elevado sobe el río- Al estar en la pate media del puente el mamo se
detiene y dice: todo puente es un símbolo ya que el puente une y separa; pasa
por encima de un sitio, un rio y nos lleva hacia lo desconocido. A la vez pasar
un puente es arriesgarse y liberarse. Solamente totalmente es comprendido por
nosotros los mamos. Sique caminando mirando en dirección de las nubes para
luego mirar sobre el sendero por donde van pisando, al subir una larga
pendiente descubierta llegan ante un plano de como pequeñas lomas donde el mamo
se sienta más concentrado viendo ellos sus movimientos lentos y precisos que
culmina tomándose con sus manos el pecho, luego de respirar fuerte se levanta
para tomar la vuelta- Fernando dirigiéndole la mirada a el joven kogi le va
murmurando: seguramente creo que ese lugar que visitamos es un lugar sagrado y
lo que no pude entender que estaba haciendo el mamo realizando esos raros
movimientos. Al no tener respuesta prefiere quedarse callado moviendo los pies
al ritmo del mamo, al devolverse pasan por el mismo puente y bordeando el mismo
río vuelven al lugar del mamo, al entrar se sientan a poporear en silencio y al
oscurecer el mamo de la misma forma que la noche anterior enciende el fuego,
haciendo eso se presentan varios muchachos aprendices del mamo, sobresaliendo
un joven personaje iKa educado entre los kogis de apariencia más morena, al
saludar con un ademan toman cada uno un lugar rodeando el fuego. Al estar todos
poporeando en completo silencio vislumbran un personaje de apariencia algo
robusta que toca una especie de trompeta de calabazo, la música los trasporta a
otros lugares sintonizados con el inframundo de la memoria colectiva. Al
desvanecerse la música y el personaje entra la luz solar. Fin.
LA PREDESTINACIÓN DE UN KOGI
Hantaí que es un
muchacho Ika que vive del otro lado de la sierra, en la parte alta. Que
factores de desobediencia hicieron que se separara de su familia y se fuera a
vivir solo a un terreno, él que es de una incomprendida inteligencia al
relacionarse con el mamo Manuel que lo acogió enseñándole los prodigios del
conocimiento el cual asumió tranquilamente. El que con elementos como palos,
piedras lograra hacerse su propio bohío en el cual vive feliz, que al aprender
de otras personas de su misma etnia las labores del campo como es un guerrero
tiene una extensa huerta que es lo que generalmente se alimenta. Estando sobre
una roca viendo a la distancia la extensión del valle del río Cataca, siente
como una señal que viene del exterior a su interior, al ponerse a meditar comprende
que tiene que bajar a un pueblo kogi a encontrarse con alguien, sin saber ni el
por qué ni mucho menos de guíen se trata eso no impide de que lo haga. Al
descender por el angosto camino que el mismo marcara siempre viendo la
floresta, al ver entre varias piedras a una serpiente coral de colores rojo,
negro y amarillo se sienta a visualizarla detenidamente ya que estas serpientes
posen la magia del porqué de las cosas, viéndola se interroga así mismo sabiendo
que al conocer a alguien en especial su vida va a cambiar. Al ver que la
pequeña serpiente se aleja entre el espeso monte se levanta a caminar a un
ritmo pausado va viento todo lo que se va encontrando descubriendo un mundo de
símbolos que lo conectan consigo mismo, al llegar a Cumandita en la entrada del
poblado su mirada se encuentra con los ojos de una bella mujer de ojos cafés
similares a los de él, de unos pronunciados labios, de cabello negro y largo
que lleva un collar de muchas vueltas y que viste una larga prenda de algodón.
Solo deja de mirarla a los ojos en el momento que ve su esbelto cuerpo, al
mismo tiempo ella claramente le dice en kogi: siento que tú eres el hombre.
Huantaí sin responderle simplemente la toma de la mano y al encontrase los
labios se besan de lo lindo, luego dándole la mano se la lleva por el mismo
camino por donde él vino, por cuestiones de la vida en el mismo sitio ven la
misma serpiente coral que rápidamente se aleja hacia unas piedras- Ella le
habla: ella en este momento es la única testigo de este amor, yo desde hace
varios días sabía que tu ibas a venir
por mí ya que los sueños son infalibles,
no mienten, y sé que te llamas Hantaí y que perteneces a los ikas- Si así es ya
que yo también te vislumbre en sueños, al llegar él la hace amablemente entrar
y con la única presencia de los espíritus la besa en la frente y ella como es
prácticamente de la misma altura logra captar los labios lográndose dar un beso
pausado y largo, con la tranquilidad del amor la desviste lentamente
descubriendo un cuerpo de mujer fresco y bien formado, al desvestirse él la
lleva a la única hamaca que al estar muy bien amarrada resiste sus pesos,
besándose ardientemente él la acaricia los senos y al bajar los labios con
suaves besos le acaricia el cuello; mientras ella le acaricia la fuerte
espalda, al excitarse al mismo tiempo el la penetra sintiéndolo a dentro, se
mueven al mismo tiempo y como un volcán llegan al orgasmo, lo hacen una y otra
vez ella al culminar la acción ya se siente embarazada de él. Como se han
quedado profundos entrepierna dos solo se despiertan en la primera hora de la
mañana- Ella luego que abre los ojos va diciendo: tengo un hambre terrible
ojala tengas algo al menos de comer- Como no, acompáñame a la huerta que
seguramente conseguiremos algunas cosas. Al levantarse se ponen lo que se
quitaron en la noche y van directamente a la huerta recorriéndola recogen maíz
que allí mismo van pelando, chachafrutos, yuca y una enorme ahuyama que ellos
cargando las llevan al interior de la construcción circular, pelando los
chachafrutos y partiendo todo lo demás con un viejo cuchillo y sobre una roída
tabla, introducen todo dentro de la única olla de barro y al hacer él mismo un
fuego ella la coloca suavemente la única olla de barro sobre una rejilla de metal, la sopa al
empezar a hervir en menos de nada al haber ablandado todo lo que le pusieron,
ella sirve en el único plato que afortunadamente es lo suficientemente hondo
para que quepa una buena cantidad de sopa, comen turnándose la única cuchara de
palo de esa forma repiten varias veces y al estar satisfechos vuelven a la
hamaca.
Con el transcurrir del
tiempo el siembra más productos agrícolas, ella con un telar que fabricara teje
en algodón que intercambian con otros koguis pantalones, camisas, faldas y
además mochilas que truecan por otras cosas y además con arcilla hace platos
diferentes, pocillos que queman en un rustico horno que el hiciera entre la
tierra. Al ir creciendo materialmente, a ella a la vez le va creciendo la pansa
y en el río con la ayuda de él traen al bebe al mundo. Fin.
COMO
UNA ESTRELLA QUE CAE DEL CIELO
Luego de haber hecho un
pagamento en unas gigantescas rocas, luego que desde el abismo han observado el
abierto panorama de nubes y los truenos que han alumbrado por un momento más el
día. Ya muy entrada la tarde los dos mamos salen dispuestos a andar lo
necesario para arribar al pueblo, pero la oscuridad es implacable que prefieren
acampar en un lugar abierto, como hace ya a esta hora de la noche un poco de frio
van con la ayuda de su buena intuición a buscar madera lo más posible seca, sin
tener algún inconveniente logran juntar una buena cantidad y al encenderla con
el criterio de la facilidad colocan sobre las brasas envueltos de maíz cubierto
de hojas de plátano y guineos que al estar calientes comen encontrando la
satisfacción de los alimentos, luego comienzan a ejecutar el ritual del poporo.
Al abrirse completamente el cielo ven concentra-damente la iluminación de las
estrellas que surcan lentamente toda la extensión del firmamento y estando muy
presentes aprecian las diferentes estrellas fugases que en muchos casos
atraviesan gran parte del cielo. En un momento dado el cielo se ilumina tanto
que tienen que voltear su vista hacia otro lado y en solamente instantes ven
que va cayendo una enorme bola de fuego que en segundos se estrella contra el
sintiendo un fuerte movimiento terrífico. Ellos tranquilos pero a la vez
aterrado por lo que han apreciado, al mirarse deciden levantarse a ver qué ha
ocurrido, al comenzar a andar ven algo distante como una inmensa bola de fuego,
al acercarse ven que lentamente se apaga volviéndose como la masa de un fuerte
metal parecido al hierro. Ellos pensando el porqué de tan increíble suceso se
vuelven a dirigir la mirada y el mamo Garabito le dice al mamo Santiago
Herminias: que será este interrogante- Intuyo que deben ser las fuerzas del
bien que quieren aplacar la fuerza de los hombres menores y hay que tener
dignidad para poderlos aguantar y llevar por el camino del bien. Aprecian la
maza de metal durante mucho tiempo buscando el significado de su presencia
enfocando el mundo que se quiere revelar.
LAS CIRCUNSTANCIAS EN CONTRA
Desde el día que empecé
a caminar hasta este momento que estoy ante un largo abismo desde donde veo el
mar, siento la presencia de mi soledad que en mi inspira hacia el conocimiento
de los viejos y futuros acontecimientos. Me siento pensando sobre mi misma
introspección que solo podré superar al encontrarme a mí mismo. Al decidirme
volver a mis pasos, como iluminado por algo externo a mi ser me levanto, al
caminar bajo el efecto de lo que me fume veo las hojas de los árboles más
brillantes, más colores y mi cabeza la siento liberada de toda presión interna.
Ando sintiendo el funcionamiento perfecto de la naturaleza al encontrarme con
un personaje kogi desvía la mirada y sigue como si no me hubiera visto esta
situación hace que me sienta más solo de lo que estoy, pero hay una fuerza en
mí que me dice que no estoy solo ya que todo lo que me rodea tiene su propia existencia
que aunque sea distinta siempre me está acompañando. Andando reflexiono sobre
el tema logrando que me sienta muy bien. En esa circunstancia mental empiezo a
divisar los techos de paja que están bastante retirados de donde yo estoy, sigo
sin preocupación con la prolongación de los pasos logro entrar en el pueblo, al
verme un grupo de mujeres inmediatamente desaparecen de mi vista, sintiéndome
un extraño empiezo a rodear las construcciones circulares de piedra, madera y
paja. Al ver a un par de niños que juegan con unos palos imitando a los burros,
al verme desaparecen sintiéndome que no estoy invitado y que al contrario mi
presencia para nada es grata. Pero al querer comunicarme insisto en querer
experimentar un nuevo contacto con uno de los kogis decidiendo entrar en uno de
los bohíos, al entar no veo a nadie, decido colocar mi mochila sobre el suelo y
al ver un banco me siento. Al sacar un libro de la historia de la filosofía
empiezo concentradamente a leer, al escuchar que alguien entra veo arribar a
dos personajes koguis uno más viejo que el otro, que al mismo tiempo se sientan
a mi lado y al dirigirles la mirada me ven como objeto extraño. Se quedan
callados- al intentarme comunicar con un
gesto esquivan mi mirada y luego salen por donde entraron como si nada, esto
hace que mis pensamientos queden en nada, decido levantarme y retirarme hacia
el exterior del bohío, al salir veo a los mismos niños y unas mujeres que al
verme desaparecen como un acto de magia. Al retirarme del lugar camino hasta antes
que se oculte el sol, armo mi iglú entre varios árboles y como lo último que me
queda de la cranola y mi acuesto sintiendo el viento que choca contra el iglú y
pronto me duermo.
Como me dormí tan temprano antes que amanezca
abro los ojos sintiendo la fría húmeda en todo mi cuerpo, eso hace que me
levante rápidamente, al querer salir busco la linterna y me retiro como tengo
tremenda orinada orino viendo la poca luz existente, iluminado por la linterna
logro juntar algunos palos que anqué se sienten húmedos están bastante secos y
al colocarlos entre lazados con lo que me queda de vela intento préndelos
logrando nada más un humero y luego de un rato largo con la insistencia logro
encenderlos y al poner los últimos guineos logro que se derritan por dentro aunque
su cascara ha quedado bastante negra, al sacarlos de las brasas lentamente se
van enfriando, al esperar que se enfríen
un poco con la única cuchara me los voy consumiendo sintiendo toda la extensión
de su néctar y pensado si debo
permanecer aquí en la sierra o devolverme a la civilización. Al pensar lo
primero desarmo el iglú y pongo lo que utilizado dentro de la mochila y
decidido camino loma arriba observando todo lo que existe, al no ver una larga
serpiente la maldita me muerde el muslo enterrándome los colmillos, mi primera
reacción es de miedo pero esto no impide colocarme con un lazo un torniquete
para que no se disperse el veneno en toda la sangre, al no saber qué hacer me
desespero pensando que debo acudir donde alguien que me pueda ayudar. Sigo el
sendero a ver si encuentro a alguien o al menos una vivienda. Avanzo y avanzo
sin éxito alguno pero no desisto de mi intención, al caminar durante mucho
tiempo sintiendo un malestar que poco a poco se va tomando mi cuerpo, logro ver a lo lejos un bohío al acercarme casi arrastrándome logro
entrar a la vivienda pero en ese momento pierdo el conocimiento.
Al despertarme veo a un
kogui algo viejo que intuyo que debe ser un mamo, el hombre al terminar la
labor en mi muslo me dice en un enredado español: de milagro llego a donde mi
compadre Ramón a tiempo, antes que el veneno le causara la muerte, tuve que
succionarle en la mordedura lográndole sacar todo el veneno e hizo bien hacerse
el torniquete de lo contrario ya hubiera perecido ya que el veneno de la mapana
en ocasiones es mortal, tiene que estar aquí mientras su cuerpo se restablece y
trate de no fatigarse ya que se encuentra bastante débil. Con el pasar de los
días me estoy mejorando aunque lentamente gracias a las atenciones del mamo y
su aprendiz. Al sentirme bien decido devolverme a la civilización y lo hago con
más precaución de la que vine sin quitarle la mirada al suelo que voy pisando,
en la segunda jornadas de diferentes sufrimientos sobre todo en el momento que
me pica un mosco en el brazo dejándome un nuche que se me va inflamando
provocándome un dolor intenso. Me siento sobre una enorme que está enclavada
muy cerca de un gigantesco ceibo al intentar sacarme el gusano sintiendo la
enormidad del árbol, por más que con dos dedos me aprisione el brazo el intento
es fallido y al contrario el dolor aumenta, de esa forma grito y pateo el suelo
sin encontrar consuelo al dolor. Desesperado me levanto con la intensión de
andar, lo hago postrado en el sufrimiento al encontrarme a un sujeto bastante arsario
bastante entrado en años que cabestrea una mula- Al detenerse justo al frente
de mi me va diciendo algo que es incomprensible para mí, al mirar hacia el
firmamento me vuelve a visualizar diciéndome: con esa cara de sufrimiento se ve
claramente que le pasa algo fuerte- Yo a pesar del dolor que me tiene
acalambrado el brazo haciendo un gran esfuerzo le contesto: mira como tengo
este brazo. Al verlo con gesto de impresionado: tengo que sacarle ese nuche
antes que se meta más adentro, veo que todavía es posible pero para eso me
tiene que acompañar donde vivo- Yo desesperado y sin poder asumir el miedo le
digo: por lo que más quiera- Vamos que no vivo lejos. Al desviarnos del camino
tomamos otro semejante que nos lleva entre largos pastales y diversos arbustos,
camino esforzándome y quejándome por el dolor que a veces se confunde con un
ardor como si estuviera quemándome por dentro del brazo. Andamos y caminamos
sintiendo que en cualquier momento puedo desvanecerme del sufrimiento, cuando
llegamos ante un bohío bastante derruido no lo puedo creer, luego que suelta al
equino entramos en la circunferencia de la construcción de piedras, palos y
tierra, el viejo me hace sentar sobre una destartalada cama y me dice: para
poderle sacar ese maldito nuche tengo que buscar unas hierbas y calentarlas en
agua, trate de aguantarse el dolor que ya vengo. Al verlo desaparecer siento
que el dolor me cala por dentro, al demorarse se me hace una eternidad y por
fortuna lo veo llegar sosteniendo con una de su manos varias hojas y un tallo
de color café, e inmediatamente prende la fogata al haber introducido lo que
trajo en una vieja ollita y al estar consumido por el dolor viéndola que hierve
durante largo rato. Cuando él considera que ya está lista vierte el líquido caliente
en un pocillo y al lograr que al menos se enfrié un poco hace que me lo tome sintiendo muy
caliente, luego con lo que ha quedado del li-quido y de las plantas con una
piedra las es tripa y con eso con las dos manos apretando el nuche y sintiendo que
se me va a venir el mundo encima poco a poco hace que aparezca la cabeza del
gusano y con más fuerza logra sacar el enorme gusano, siento enseguida un
alivio en todo el cuerpo y el alma pero quedo desvanecido sobre la cama y no sé
cuánto tiempo quedo en ese estado.
Me despierto viendo a
una joven arsario que lleva una camisola completamente blanca, que a la vez
luce sobre su cuello varias vueltas de collar y el cabello negro largo, al
sentirme sin nada de energía me va dando con su misma mano una espesa sopa que
con dificultad voy tomando, cucharada por cucharada logro tomarme con su
vendita ayuda toda la sopa, al rato me siento un poco mejor y vuelvo a
acostarme, entre sueños y sopas logro recuperar las fuerzas. Al volver en mí no
sé cómo agradecerles los cuidados que me han proporcionado con tanta dedicación
amorosa. Al entenderlo todo me entero que la joven es la nieta del viejo y que
viven ellos dos en la desbaratada construcción, al pasar los días una mañana
después que me despido salgo volviendo a la civilización. Fin
COMENTARIO
Este autor cartagenero
al vivir una temporada larga y al realizar varios viajes por la sierra logra el
conocimiento de la región, una fluida comunicación con los mundos arruacos,
kogis y arsarios logrando conocer su cosmovisión espiritual ya que compartió
con estos pueblos ancestrales. Por eso pudo escribir tan pretenciosos cuentos
que nos llevan a vivir a otro mundo, su visión de poeta hace que lo logre con
cierta precisión de carácter vivencial sumada a una buena inventiva que logra
narran historias descriptivas y geniales.
Ana Bustamante.
INDICE
Pag. 1---------------------------------------Un
lugar como para quedarse
Pag.
14--------------------------------------------Una maravillosa estadía
Pag.
20--------------------------------------- Un viaje hacia la eternidad
Pag.
28-------------------------------------Al querer encontrar un amigo
Pag. 46--------------------------------------------------------Las
perdidas
Pag. 60-----------------------------------------------Proveniente
de la luz
Pag. 71---------------------------------------------Una
particular travesía
Pag. 74--------------------------------------------------Un
hecho increíble
Pag. 83-----------------------------------------------------Zona
prohibida
Pag. 89------------------------------------------------Un
amor inesperado
Pag. 100----------------------------------
la historia personal de un kogi
Pag. 111-----------------------------------------------Al
hallar un mamo
Pag. 115------------------------------------La
predestinación de un kogi
Pag.
119----------------------------Como una estrella que cae del cielo
Pag. 122-------------------------------------Las
circunstancias en contra
Pag. 123-------------------------------------------------------Comentario.
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