lunes, 3 de abril de 2017



             CUENTOS DE LA SIERRA NEVADA
                     UN LUGAR COMO PARA QUEDARSE
En un principio la idea que tengo en mi mente es realizar una visita a la Sierra Nevada de Santa Marta, más exactamente a Nebusímake. Después de haber dormido muchas horas me despierto, al pararme de esta larga cama lo primero que se me ocurre es abrir la cortina e inmediatamente ante mí se presenta la fachada del estadio, y al sentir el ruido proveniente de la calle: me digo a mi misma que tengo que irme de esta ciudad de mierda. Al ver mi armario sin demora coloco sobre la cama lo que considero necesario para vestir allá en la sierra, coloco mis dos libros que estoy leyendo por estos días al lado de la ropa, lo mismo hago con la linterna. Con todo lo que considero para el viaje y al sacar del canasto de mimbre el viejo morral de apoco introduzco esas prendas y esas cosas. Al ver que todo está listo decido ir al baño donde sin pormenores me baño y me visto con el bluyín habitual, la camisa artesanal que una vez comprara en el mercado de Antigua allá en Guatemala y de último al sentarme sobre la cama me coloco las medias y los viejas zapatillas, al tender la cama y ver todo en mi orden desordenado decido salir a la calle, al abrir la puerta reviso por si las dudas las malditas llaves, ya en el exterior vuelvo a cerrar la puerta y sin demora bajo las escaleras, al ver al portero del edificio esquivo la mirada y salgo sonriente a la calle, camino una dos y tres cuadras al lado de los diferentes vehículos, me detengo y gracias a que el semáforo está en verde logro pasar la calle colocándome en el amplio anden y entro en la panadería de siempre, al quererme sentar esquivo a dos señoras conocidas que como no soy estúpida como ellas me consideran seguramente una loca, al aposentarme sobre la plástica silla miro alrededor encontrando las diferentes personas que a la vez me observan, para mi fortuna viene la chica de siempre con el mismo delantal. Al verla parada cerca de mí le digo- Hola, por favor tráigame lo de siempre. Al verla alejarse me pongo a meditar sobre el viaje y solamente soy interrumpida por la misma fulana que coloca el yogur y el pan francés sobre la pequeña mesa, ya salida de mis pensamientos simplemente comienzo a disfrutar de mí  desayuno en paz, al acabar como no estoy satisfecha le hago una seña a la misma joven que inmediatamente se vuelve hacia donde estoy sentada y le pido lo mismo, al traerlo me pongo a disfrutar del pan y del yogur, en ese instante me sorprende la mirada de mi amiga Roxana- Al ver cómo le cae más allá de la cintura el largo cabello semejante al mío le digo que se siente, al hacerlo nos vemos de frente y me dice: que estás haciendo por estos días…- Yo le contesto: que no echo otra cosa que leer sobre antropología que como ella sabe es mi vida y que pienso irme hoy mismo a la sierra- -Ella: Estas loca que vas hacer allá- Afortunadamente estoy de la torre de descontrol, voy con todas las ganas a diseñar unas cartillas en arruaco y español y si me es posible a aprender a tejer esas bellas mochilas- Interesante, pero no sabía que sabias tejer- Por ahora lo único que se tejer son mis pensamientos pero para estas manos no creo que se les dificulte ese aprendizaje y además tengo la voluntad a flor de piel. Y tu como vas con lo que enseñas…- Bien y normal- Quieres comer algo- No aunque hace rato almorcé no tengo hambre, además quede con Sonia de tomar onces- Bueno a ella ni la he oído mencionar pero así es de tarde- Roxana al ver la hora en su reloj de pulsera le contesta: claro van hacer las cinco de la tarde- Que locura con este día tan gris pensaba que era temprano y además hasta hora esto es mi primer bocado del día- Eres una despistada, si claro siempre vives como en otro mundo- Lo del otro mundo te lo acepto pero lo de despistada no- Bueno despistada me tengo que retirar- Bueno como quieras libre albedrío. Al verla salir me pongo a descifrar cómo es posible que sea las cinco de la tarde y al retroceder el tiempo me acuerdo que estuve muy entretenida leyendo hasta las horas de la madrugada y al darme cuenta el porqué de este despiste me toco la frente, al volver a la realidad termino con el yogur y el pan. Al levántame de la silla le pago lo consumido a la chica y salgo sintiendo el gotereo intenso sobre mis  extremidades, al darme cuenta lo tarde que es corro ya que no me quiere mojar, al ir por donde viniera logro llegar al edificio, como vengo tan impulsada y el piso está tan mojado resulto resbalándome cayendo de nalgas contra las baldosas grises claras, como es de suponer el celador al verme como he caído se sonríe de sobre-manera y doy un alarido que asusto al mismo personaje, haciendo un esfuerzo me levanto diciéndole al tipo: como albearme tirada no me da una mano para ayudarme, que morbo que hay en esta ciudad infernal. Rápidamente subo las escaleras y de esa forma al abrir la puerta entro muy agitada para sentarse sobre el único existente sofá, al ver lo oscuro que esta todo pienso que lo mejor es irse, me levanto y al ingresar en el baño me cepillo los dientes poniendo la crema, y el cepillo en el bolsillo delantero del morral, al ver colgada la chaqueta impermeable no dudo en ponérsela y luego al levantar el morral rápidamente me lo coloco sobre la espalda saliendo por donde entrara al primer piso, al ver al fulano le saco con todas las ganas la lengua y apresuradamente salgo al exterior. Ya sobre el andén apresuro los pasos dejándome llevar por los instintos y sin importarme un comino la lluvia, camino andando si lijosamente. Al pasar la calle escucho que alguien me grita Ana y yo sigo como si nada, muy tranquila y bastante mojada subo la pendiente del terminal de trasportes, al entrar a la vieja construcción al verme la gente de cómo vengo de empapada me esquivan y yo frescamente recorro las diferentes empresas de buses, al ver en la distancia que alguien anuncia con una potente voz a Bucaramanga me le acerco diciéndole: ¿cuál es el bus que parte con dirección de la ciudad que gritando menciono? El personaje que se trata de un muchacho me indica con un ademan donde está el bus, yo corriendo me introduzco en el bus y al ver un puesto al lado de la ventanilla luego de colocar el morral en la parte de arriba  me siento viendo que aún llueve más fuerte, como estoy prácticamente empapada voy sintiendo el frio en toda la extensión de mi cuerpo, tiemplo repetidas veces viendo a la gente que ingresa en el largo automotor, de pronto una señora que lleva atado a su frente una especie de canastilla me sorprende, al ver la cara que me pone bajo la vista so- bre la canastilla y entre varios comestibles saco una barra de chocolate y sin ver a la señora la abro introduciéndola entre la boca- La  señora  viéndome seria me dice: no me va a pagar el chocolate- sacando del bolsillo del bluyín un fajo de billetes le digo: tranquila que lo primero es lo primero y ahora si dígame que le debo del chocolate- La  señora  haciendo  un  gesto  gracioso me contesta: me debe tanto- Sonriéndole al separar el billete se lo entrego diciéndole: gracias. Al sentir que el chocolate me ha dado el calor necesario me siento reconfortada, al percibir que un gordo se sienta empujándome contra la ventana se me viene la rabieta, que al sentir lo aplastada que estoy miro con ganas de matar al señor y le voy murmurando: Con este gordo no viajo y por favor deme permiso. Al pararme con la misma tenacidad se levanta y sin mirarlo tomo mi morral, al ver otra ventanilla sola y al ver el lugar alto pongo el morral sentándome viendo a través de la ventanilla otros buses similares a este. Al darme por enterada que el bus se está llenando veo que una señora se sienta al lado de donde estoy sentada- Al verme me dirige la palabra: señorita parece que se lavó- Con esta persistente lluvia quien no- Acaso porque no tomo un taxi- Señora me encanta la lluvia pero por favor déjeme tranquila. Yo del bolsillo interior de la chompa extraigo los audífonos y me los coloco sobre estos oídos, al escuchar el buen rocanrrol me alucino viendo las gotas que reflejadas por la luz van cayendo y enseguida siento que alguien me toca el cabello al voltearme veo al ayudante, con un gesto de mala gana me quito el aparataje y le masculló: cretino, no me gusta que alguien desconocido me toque el pelo, cuánto vale a Bucaramanga- El tipo asustado me contesta: cuesta tanto. Al pagarle me vuelvo a colocar los audífonos en las orejas y siendo influida por el ritmo roquero siento como una percepción de vuelo que hace que disfrute del viaje y solamente salgo de este éxtasis nubelistico en el momento que el bus parquea dentro de la terminal, al sentir que el bus se ha detenido me saco el apara tejo y al levantarme recogiendo la mochila salgo a la intemperie sintiendo un agradable clima, al sentir hambre con la frescura de siempre intercepto a una señora que está en un cubículo de alimentos, le pido varias empanadas, un refresco de mandarina que  con el hambre que tengo rápidamente  le  doy termino, al no tener ya nada sobre la mano un tipo horrible me ve de pies a cabeza y yo luego de que pago lo consumido prácticamente empujándolo me retiro a un lugar afuera como algo así como un externo parque, viendo una pequeña fuente ocupo una de las pocas bancas de madera, mirando  la fuente tratando de disimular  de mi chaqueta saco algo así como un pequeño tabaco de mariguana, al ver que hay cierta oscuridad con un di esquero lo prendo impregnando con ese olor el entorno, me doy copiada tras copiada lográndolo extinguir, en ese estado me siento de maravilla percibiendo de un mejor enfoque las cosas. Al ver que los únicos sujetos han desaparecidos me levanto, hiendo tras mis pasos subo por la escalera mecánica a la segunda planta, al ver la empresa Brasilia me acerco a la ventanilla entonando con esta  voz: señorita cuando sale el próximo bus a Valledupar- En media hora pero solamente quedan dos cupos libres- Véndame uno pero ojala al lado de la ventana- Tiene suerte porque uno de los dos es una ventana- Entonces siendo así deme ese y porque tan barato- Esta chica, le vale está suma. Yo le paso el dinero estipulado. Al colocarme el morral sobre la espalda vuelvo al interno jardín  volviéndome a sentar ocupando la misma silla de madera, en esta traba veo como una pareja de niños juegan al lado de varias valijas, inmersa en esa situación se me pasa el tiempo y rato escucho que por los parlantes una voz femenina anuncia el bus que va a Valledupar, me paro y casi corriendo ocupo el bus, al ver la numeración que me corresponde, coloco el morral y pidiéndole permiso a un señor de sombrero volteado me siento, lo primero que hago es colocarme sobre las orejas el apara tejo de donde lográndome aislar escucho  el rock de Charly y del Flaco Spinetta, al salir el bus empiezo a repetir lo que voy escuchando modulando los labios, al escucharme el personaje del sombrero se impacienta y me empuja suavemente- Yo al sentirse agredida me quito el aparato y lo enfrento diciéndole: amargado de mierda acaso no puede ver a alguien feliz que canta- Es que me molesta con su voz. Sin contestarle me vuelvo a colocar el aparato y sigo cantando como si nada viendo en un momento dado como el tipo sufre, pero  prefiero  mirar  hacia  la ventanilla del bus distrayéndome por la iluminación lunar de la ventanilla, escuchando los temas preferidos me quedo  completamente dormida. Al pasar de las horas me despierta la primera luz de la mañana, al abrir los ojos me doy cuenta que el tipo se ha bajado en alguna parte y me siento más tranquila pero a la vez más poseída por la música. Percibo claramente que he llegado al destino ya que el bus recorre la extensión de una larga avenida y por último veo que hemos arribado a la terminal terrestre, al detenerse el automotor muy tranquila tomo mi morral y me bajo después de toda la gente, como tengo sueño y percibo inmedia-tamente el calor quiero algo de tomar, me acerco a una tenducha, al ver a la morena le digo: tengo una sed espantosa que tiene para calmarla- Sonriéndome con esa belleza de los morenos me contesta: desafortunadamente solo tengo gaseosas- Deme una naranja. Al momento me la da y empiezo a sentir que me refresca la garganta me alejo y enciendo un piel rora que voy fumando y disfrutando de la bebida gaseosa. Al acabar con las dos cosas me acerco entregándole el envase a la señora. Como no se la hora se la pregunto a un morocho que me contesta que son las seis y media, como sé que tengo todavía tiempo para ir a Pueblo Bello, salgo afuera de la terminal y al ver un taxi detenido el señor al verme me dice: cachaca o será gringa- No está equivocado soy de la inmamable Tunja será que me puede llevar a donde pueda tomar los carros a Pueblo bello- Cachaca bonita súbase que la llevo. Entro primero el morral y luego entro yo, ya acomodada el individuo moreno arranca el vehículo normal tomando la misma avenida por donde llegue en el bus, a las varias cuadras toma otra avenida que en el medio están los enormes árboles de mango y las casas un poco destartaladas, al pasar ante lo que debe ser el mercado veo a varios indígenas arruacos con sus mochilas y sus poporos, al girar el moreno el vehículo se estaciona al frente de un muro de ladrillo y cemento, luego de pagarle la carrera me bajo sosteniendo el morral, en un santiamén sobre la espalda me lo coloco, atravieso la portezuela hallando un lugar con mangos a los costados y en el centro varios pequeños autobuses, al acercarme a un moreno regordete le digo: usted seguramente sabrá el carro que sale para Pueblo bello- Él hombre de cabello quieto me contesta: que chica más buena- Sí que lo pero yo solo me ligo con un poeta, lo único que necesito de usted es que me diga cuál de estos vehículos sale para Pueblo Bello- El tipo estira sus brazos me contesta: si supiera ya mismo se lo diría pero pregúntele a esa señora que seguramente sabrá- Bueno de todas maneras gracias. Me dirijo a donde está la señora sentada prácticamente mostrando los calzones, al tenerla bastante cerca le digo: seguramente usted sabrá cuál de los carros sale para Pueblo Bello- La señora me mira riéndose y me va murmurando con una elevada entonación: que va hacer una bella mujer allá en Neubusímake…- Visitar y hacer otras cosas- Conque visitar y guíen sabe a guíen. La señora parándose: sáquese esa cosa que lleva sobre la espalda y pongámosla en la camioneta, que apenas se llene sale. Hago exactamente lo que la señora me dijo introduciéndome en la parte de atrás de la camioneta, al poco tiempo en la parte de adelante se sientan dos mujeres arruacas, y quedo entre dos hombres que no me quitan la mirada de encima, sintiéndome apretujada un señor de lentes oscuros y escasa barba arranca el vehículo- Le digo a los dos tipos que abran las ventanas que me estoy asfixiando de calor, los tipos como malhumorados las abren sentido el aire caliente que entra por la ventana, al salir de la extensión de la avenida mis ojos encuentran la extensión del valle, luego el cerco de montañas imponentes, sudorosa entramos al pueblo ya mencionado donde el espécimen de señor parquea el  automotor, luego  que  se  baja  uno  de los dos tipos me bajo extendiendo la extensión de mis brazos, luego alguien me pasa la mochila camino unos pasos y descubro pintado en la pared la expre- sión de un indígena con el nombre de cooperativa de trasporte arruaco, a la izquierda del letrero descubro un grupo de sillas donde están sentados varios arruacos y una rubia en medio de los hombres, al aproximarme me siento saludando con un gesto a la chica rubia que me contesta con un retorcido español: por lo que veo vas a la montaña- Si a eso vine pero cuál es tu nombre…- Soy Kaski y soy de Alemania, vengo con intención de conocer el mundo de estos indígenas- Que bueno pero está mal decirles indígenas ya que en verdad son amerindios, ya que el concepto de indios debemos dejárselo a los hindús, esos europeos que vinieron a conquistarnos son unos errados explotadores de mierda y nada más- La chica casi saliéndose los ojos me mira contestándome lo siguiente: yo no tengo la culpa de que esos hechos hayan ocurrido en la historia y al contrario no vengo para nada con esa intención, solo porque estudio antropología vengo en situación de estudio y nada más- Perdona si te ofendí yo soy antropóloga de oficio y vengo con la intención de hacer unas cartillas en el idioma arruaco y en español, y además con el propósito de aprender a tejer esas bellas mochilas- La alemana pálida como el marfil me murmura con su asentó árido: como así que estudiaste antropología- Si me encanta, lo soy y lo asumo como buena latinoamericana que pertenece a estas tierras. Al oírme uno de los arruacos se ríe a carcajada herida y los tres terminamos riéndonos de la misma manera, que al provocar a los demás se escucha un rumor de risas. Solo somos interrumpidos por una especie de amerindia que nos anuncia que debemos abordar el jipp alto. Así lo hacemos en la parte de atrás yo colocándome en la ventana al lado de la alemana y dos arruacos más, el señor que luce un sombrero como del viejo oeste norteamericano, patillas largar y mostacho a lo mexicano sin preocupación de nada le da a toda prisa movimiento al jepp, de esa forma salimos del pueblo arrastrándonos por una carreterilla en pésimo estado, vamos saltando como si fue- ramos en un enorme equino. A la medida que avanzamos la destartalada vía se hace más complicada, para no sufrir prefiero hacerme la desfechada de la cabeza, veo que la amiga alemana al estar más pálida pareciera que se le saliera el espíritu, se ven los abismos y el rutaje en extensión de rocas y piedras, que por supuesto lo sufrimos. Ya en la distancia en un primer plano se empiezan a ver los primeros construcciones circulares con techo de pajuela y en un segundo plano el bosque y las altas montañas, de curva en curva vemos como el jipp se tuerce para volverse por fortuna a enderezar, de verdad que cuesta cada piedra que pasamos y siempre el abismo se hace más profundo- Le digo esta ruta es de locos, al haberme escuchado el arruaco se retuerce de la risa. Seguimos como en un torbellino como se va surcando por la altura de las montañas, al pasar uno, dos y tres ríos llegamos ante un pasaje diferente, un valle entre montañas de inmensas cumbres. Luego de pasar el jepp un angosto río parquea al lado de una cerca viva, al estar todos magullados del terrible viaje nos bajamos estirando las piernas- Yo viendo a la alemana que tiene una cara de malestar terrible le digo sonriéndole: que viajecito me tengo que volver armar- la alemana haciendo un esfuerzo me dice: nunca antes tuve un recorrido en jipp como este, claro que vale la pena porque lo que hay aquí es de una belleza increíble- Aunque pronuncias con dificultad logras hablar un buen español- Si claro lo aprendí en España ya que viví varios años en Madrid y Sevilla- Con razón te haces entender. Las dos inmediatamente nos carcajeamos de lo lindo. Al ver en la distancia a un personaje que está sentado sobre el pasto en compañía de un niño- Viendo desaparecer el vehículo por una trocha le murmureo a la alemana: qué tal si nos acercamos a esos dos personajes- Me parece buena idea. Dejamos los dos morrales sobre el corto pasto y caminamos en dirección de las dos personas, al acercarnos apreciamos que se trata de un hombre arruaco que entre las manos luce un poporo y que con un pequeño palito  moldea  el  poporo circularmente y que como es lógico tiene coca entre su cachete, al pararnos a tan solo un metro de distancia reconozco que nada menos se trata de mi amigo Silvino, al verme me reconoce y sin demora se le dibuja en su rostro una bella sonrisa y me dice: du zano (buenos días), y agrega amia dukawa (mujer bonita- yo le contesto con la misma cortesía cheyw duckchu (hombre de felicidad). El luego de soltar una pequeña risa va diciendo en español: que bueno que hayas venido, de verdad que me alegra vamos de una vez a mi casa- Yo le devuelvo la risita y le contesto: ella es de Alemania y se llama Kaski, luego que me saluda de mano hace lo mismo con ella- Yo le agrego: vamos por los morrales. El niño siempre esta callado pero eso sí muy sonriente, lentamente se levantan y nos acompañan por los morrales, al hacerlo nos disponemos a andar, lo hacemos en silencio tomamos el sendero que nos lleva entre el estrecho valle, escalamos una, dos y tres montañas para llegar a una especie llanura de arboleda espesa y cerrada por donde apenas se alcanzan a filtrar los rayos del sol, descendiendo con cierta dificultad por lo mojado del terreno nos establecemos en unas gigantescas rocas de apariencia humana- Silvino luego de hacer una extraña venia va soltando la lengua: este es un lugar para nosotros los arruacos muy sagrado. Se sienta en posición de meditación y nosotros simplemente repetimos todos sus movimientos. Al sentir los primeras gotas lentamente nos levantamos y dejamos las rocas sagradas, ascendemos como la cuesta es tan empinada por falta de oxígeno en los pulmones las dos mujeres nos tenemos que detener, Silvino saca de una pequeña mochila unas hojas de hayo (coca) y nos indica la forma de usarlas, antes de introducirlas en la boca hacemos una especie de moño y luego las mascamos poniéndolas en un lado de la boca, al rato sentimos sensación de alivio, volvemos al andar al doblegar la cima empezamos a descender viendo a lo lejos un profundo valle arbolado, y al volver introducirnos entre los gigantescos arboles perdemos como es lógico la vista del valle, solamente la volvemos a encontrar ya muy abajo, por un puente que se trata de un troco do- blegamos la corriente del río verdoso y trasparente y ya entre el platanal divisamos la vivienda circular de techo de paja, al acercarnos escuchamos los ladridos de los perros y al abrir la pequeña puerta de alambre de púas, los perros se nos los lanzan como en son de juego, inmediatamente sale doña Bilganía y sus cuatro hijas a saludarnos de beso, enseguida nos convidan a seguir a la cocina donde nos sentamos en las dos bancas de madera, la señora inmediatamente se pone a preparar una agua de hierbas con panela que los mismos nativos hacen en sus molinos, en el momento que está hirviendo la vierte dodo el contenido en varias ruticas tazas de cerámica, en el momento que me entrega siento el calor que inmediatamente calientan mis manos, al acabar una de las hijas las recoge poniéndolas en desorden en una especie de platón, al poco tiempo con las palmas cantan canciones en su idioma, las acompañamos con las palmas hasta quedar zumbidos en el cansancio. Antes que digamos algo don Silvino acomoda dos hamacas entre dos palos de la misma cocina, antes de acomodarnos la extranjera y yo nos despedimos de beso de los anfitriones y en poco tiempo se nos van las luces de los ojos.
A la siguiente mañana somos despertadas por los cantos de los pájaros, al pararnos salimos a la intemperie algo nublada a ver las lindas aves que volando merodean el lugar- Kaski señalándome hacia un grupo de árboles me va hablando: mira esos pájaros tan coloridos acaso no son maravillosos- Claro que lo son mira esos otros con plumas azules y fucsias- Que lugar más maravillosa y los personajes tienen una calidad que no tenemos nosotros los civilizados- Estas en lo cierto. Al despejarse de las nubes el sol todo se vuelve más brillante, casi al mismo tiempo somos llamadas con gritos, vamos entre las diferentes plantas a su encuentro, luego de pasar un rudimentaria cerca estamos al lado de ellos- Don Silvino habla: vamos para que conozcan la finca. Del terreno de frijol pasamos a otro terreno mucho mayor en extensión viendo el inmenso  cultivo  de  maíz,  caminamos  entre el maizal y Silvino va desprendiendo las mazorcas que inmediatamente va deshojando, lo imitamos haciendo lo mismo y con muchas de estas mazorcas las hijas se encargan de llevarlas a la cocina para preparar el desayuno, mientras seguimos entre el platanal viendo a lo lejos uno de los picos nevados, al pasar un enorme pino vemos una mapana que inmediatamente Silvino con increíble destreza logra tomarla por la cabeza arrojándola lejos de nosotros- Luego dice: aquí las serpi-entes se les trata bien ya que ellas son un elemento sagrado, claro que siempre es recomendable estar muy alertas porque son vivases y al morder su veneno puede ser letal pero vamos que les muestro algo muy sagrado para nosotros los arruacos, al atravesar un puente colgante de madera que los resguarda al de otro río con las mismas características que el otro llegamos ante las enormes raíces de un gigantesco árbol que le cuelgan una especie de espigas grises, él extiende toda la extensión de sus brazos y lentamente los recoge para colocarse en posición de cuclillas donde se queda inmerso por un buen rato, tratamos de hacer lo mismo pero sin lograrlo del todo bien. Al levantarnos volvemos por el mismo sendero a la construcción circular, al entrar a la cocina tenemos cada uno un plato sobre la desbaratada mesa, nos sentamos a comernos los envueltos de maíz con huevos revueltos y de último nos tomamos una bebida exactamente igual a la de la noche anterior- Don Silvino viéndonos a las dos mujeres el aura va diciendo: veo que se quieren quedar con nosotros por un buen rato- La alemana le contesta: si al menos ese es mi propósito además estoy dispuesta a ayudar con los gastos de la comida y con lo que haya que hacer- Yo digo: estoy en lo mismo además me gustaría aprender más del arruaco y si es posible a aprender hacer mochilas- Eso les toca a las mujeres yo me encargo de la tierra y de visitar a mis mamos, ya que a las mujeres no se les permite asistir a las ceremonias así quedamos.  Una de las hijas va diciendo: vamos ir al pueblo a comprar algunas cosas indispensables para cocinar- Yo al sacar dinero le entrego una buena suma, lo mismo hace la alemana, al momento aparece un mu-chacho arruaco con una mula y al vernos nos dice en buen español: de donde han salido esa morena de ojos de río y ese sol de cabellera- Yo les contesto: llegamos ayer de la inmunda civilización- La alemana le palabrea: pero díganos usted como sabe tan bien el español- Lo aprendí viviendo allá en Valledupar ya que me quede años pero al ver que no pasaba si no lo mismo decidí volver a mi tierra, desde que estoy aquí ya han pasado dos años  por eso lo que se aprende no se olvida. Todos nos reímos a carcajada abierta hasta casi desmayar. Ya en silencio vemos que entre las mujeres acomodan los costales de algodón sobre la mula y el hombre y las muchachas parten en dirección del pueblo de nebusímake.
En los días restantes aprendemos a extraerles la lana a las ovejas, a hilar y a pesar de la dificultad vamos aprendiendo a tejer con dos agujas las mochilas y por varios días no vemos a Silvino que se ha ido a la reunión con los mamos. Con el trascurrir del tiempo la rutina se adueña de nosotras que olvidamos por completo la civilización, a la vez sintiendo y percibiendo asuntos que espíritus y ojos normales no entenderían.                          Fin.   

UNA MARAVILLOSA ESTADÍA
Al arribar con mi novia Marcela de Pueblo Bello a Nebúsimake en un jipp de la empresa trasportadora de los arruacos, a pesar del terrible recorrido por una carretera de piedras, rocas y barro nos bajamos inmediatamente acostándonos tan largo somos sobre el corto césped, al retirarse el automotor por donde vinimos nos quedamos del cansancio más que profundos sintiendo el sol en el rostro, no sé cuánto tiempo paso al momento que somos despertados por la inesperada lluvia que ya cae sobre nosotros fuertemente, al ver que va en aumento nos levantamos rápidamente colocándonos cada uno su morral sobre la espalda, para no abrir la complicada puerta que separa el lugar donde dormimos a la finca aprovechamos para pasar por una escalerilla doblegando la cerca de madera y de alambre de púas, tomamos el sendero que está ubicado entre las plantaciones y al ver una baja muralla de piedra entramos por la puerta al abierto lugar y caminamos pocos pasos para ver dentro de la construcción de piedra y madera circular a una extranjera que sentada ocupando una mesa escribe no se sabe que cosas- Marcela le dirige la palabra diciéndole: por favor sabe si esta Ive Izquierdo la profesora de la escuela de Nebusímake- Ella despeja la mente y luego contesta: usted habla muy rápido vuélvamelo a decir pero muy despacio que solamente así puedo entender- Marcela insistente: mejor dicho sabe si está la profesora Ive- Ha ya comprendo, seguramente estará en la escuela enseñando pero si la esperan seguramente no demorara. Nos sentamos viendo el bello lugar de la casa y la construcción en sí, estando como hipnotizados por lo que estamos viendo la chica vuelve a dejar de escribir y va diciendo: ustedes seguramente vienen de algún lugar de este país- Claro vivimos en Villa de Leyva- Me gusto ese pueblo colonial ya que entre sus calles se respira un instancia de paz muy conmo-vedora- Pero ustedes no son de allá- Marcela le contesta- Él es de Cartagena y yo te Tunja- No conocí Tunja debido a que las ciudades no las soporto. La primera vez que llegue a Bogotá lo recuerdo como si fuera ayer, al salir con un grupo de amigos en la noche nos atracaron en plena Candelaria y como los asaltantes tenían armas no sé cómo nos escapamos de la muerte, fue gracias a un grupo de muchachos que nos vieron y nos dieron protección al ver que eran tantos los asaltantes salieron huyendo en el vehículo. Por eso desde esa primera venida he vuelto varias veces pero a lugares como este. Yo le palabreo: hoy en día las ciudades son semejantes de unas a otras, todas tienen casi los mismos centros comerciales, las mismas avenidas y además son estresantes y peligrosas, no hay caso. Estando en esa conversación vemos a la profe que ingresa por la puerta con su apariencia arruaca y llevando de la mano a su supuesta hija, al vernos se detiene dirigiéndonos la palabra: bienvenidos a las cabañas, Raquel estoy extenuada del cansancio  como ya eres de confianza en este lugar serás que los llevas alguna de las cabañas, como solamente estas tú las restantes  están  desocupadas y por favor  toma  las  llaves  de donde ya sabes- Claro que sí, vengan que ya mismo vamos para allá. Salimos del lugar de la casa al mismo sendero y en medio de los sembrados llegamos ante otra puerta que está completamente abierta, desde donde divisamos un gran espacio cercado por un rio supremamente verde y en el medio del espacio verde hay varios especies de bohíos, al abril la misma extranjera una de las puertas de uno de los bohíos- Con su forma particular de hablar nos entona lo siguiente: yo llevo más de seis meses aquí escribiendo un libro como ya me considero de aquí, aunque no lo sea les ofrezco mi amistad. Nos saludamos de beso y al ver que se retira cerramos suavemente la puerta y al descolgarnos los pesados morrales nos ponemos en nuestro intimo asunto dándonos besos y acariciándonos como dos simples enamorados, nos desvestimos y en diferentes posiciones hacemos el amor hasta que quedamos extenuados dormidos entrelazados, al despertarme con sed y sumido entre la oscuridad, al no quererla despertar me trepo por encima y en mi torpeza me estrello contra la pared dándome un golpe certero en la cabeza, turulato y todo vuelvo por encima al otro lado de la cama, al palpar toda la mochila logro encontrar la botella de agua que tomo lentamente sin querer desocupar porque ella puede despertarse con sed. Al volverme acostar la tomo abrazándola sintiendo su pulso y su respiración y al estar con la debida claridad abro los ojos viendo en primera instancia la botella vacía en el suelo y a ella de espalda seguramente viendo el paisaje- Al decirle: debes estar ensimismada observando la existencial belleza del lugar- Al voltearse me responde: no lo dudes ni un segundo que estoy entregada comtemplando a la totalidad de esta maravilla de paisaje, que tal si vamos al río…- Con este sol es buenísima idea. Al separarnos del bohío vamos tal descalzos como estamos por la corta grama a la orilla del precioso río, en primer lugar hallamos con la vista las diferentes piedras que están sumergidas pero sobresalen del nivel del agua creando un recorrido de la corriente bien particular y de una belleza notoria. Al tocar con la planta de los pies el agua sentimos un frio que inmediatamente se nos sube por todo el cuerpo, nos abrazamos dándonos calor, a los minutos nos volvemos a tomar de las manos de esa forma nos establecemos lentamente en la parte más honda que no me llega si no un poco más del ombligo, sin resistencia me zambullo de cabeza al agua trasparente y verdosa, ella al ver que intento tirarle agua sale corriendo pero al darle con toda la gana la logro mojar y al sentirse mojada hace exactamente lo que yo ya hice, ya en compañía del sol sentimos una frescura infinita en todo el cuerpo y nos salimos a asolear sentadonos en una inmensa roca que refleja nuestra sombra desnuda. Al sentir hambre desistimos del río y sin demora al secarnos con la única toalla nos dirigimos al bohío y al vestirnos vamos a ver cómo podemos conseguir algo para saciar esta hambre, al salir del territorio de la profe Ive vemos en la distancia una casa diferente de las demás en material, vamos a su encuentro al entrar por un puente como el de la finca de la profe percibimos en la puerta un par de niños que juegan con una bola plástica, al vernos salen por el interior corriendo y casi a la vez sale una mujer arruaca que amablemente nos dice: sigan que están en su casa- Marcela con su voz le entona: no queremos molestar solo queremos saber si nos puede vender algo de lo que tenga para comer- La señora con cara como de curiosidad le responde: tengo arroz hecho, con frijoles, les puedo fritar unos huevos- La misma Marcela: nos salvaría esta situación de hambre- Siéntense por favor. Al ver la mesa no dudamos en acomodar los traseros y al poco tiempo vuelve a parecer la misma personaje con dos platos repletos de lo que dijera, Luego que nos damos un largo beso nos disponemos a tragar, lo hacemos en silencio y sin distracción que nos haga perder el sentido de lo que estamos haciendo, al finalizar sin haber dejado algo en el plato nos abrazamos, nos besamos con enjundia y solo lo dejamos de hacer al ver a la señora que nos dice: por lo que veo les gusto lo que les prepare- Yo le contesto: no nos podemos quejar de su amabilidad tal linda pero por favor cuanto le debemos- La señora: lo que ustedes consideren- Yo le digo: están bien diez mil pesos- Si  me  parece bien y si quieren les puedo mostrar mochilas- Marcela por favor muéstrenosla que es posible que nos interesen. Al irse la señora por el interior de la vivienda al poco tiempo regresa sosteniendo varias mochilas, al verlas lentamente de una en una lo bellas que en realidad son se nos van los ojos y yo le digo: entre qué precios oscilan- La señora: entre ochenta y ciento veinte- Marcela: lo vamos a tener en cuenta pero me gustaría a prender a tejerlas- Para aprender se necesita mucho tiempo ya que primero se extrae la lana de las ovejas, luego hay que hilarla y por último aprender a tejer con dos agujas la mochila y solo con el tiempo se logra tejer como la tejemos nosotras las arruacas- Si se necesita todo el tiempo de la existencia, voy a ver si logro desprenderme de este novio que no me deja un minuto quieta. Se ríen a carcajada tendida. Yo le digo será que por ahora por estos días nos puede vender los alimentos- No es posible ya que solo muy poco tiempo permanezco aquí en esta casa ya que la mayoría del tiempo estoy ocupada en mis asuntos allá lejos en la finca, pero de pronto mi hija o mi compañero vienen solamente estén atentos- Gracias. Salimos por donde llegamos y al cruzarnos con Ive nos mira atentamente diciéndole a ella: que suerte que me los encontré: estamos necesitando en la escuela un profesor de geografía e historia contamos con recursos para pagar más o menos- Marcela le contesta: soy antropóloga y tengo un buen conocimiento y además quiero aprender hablar al menos arruaco- Yo te enseño no es complicado para aprender se lee muy similar al español- Marcela dándole la mano le dice: trato hecho desde cuando puedo ir a la escuela- Si se compromete tiene que ser desde mañana mismo, se llega puntualmente a las ocho de la mañana- Mejor dicho a qué horas sales tú con ese destino- A las siete y media si quieres nos vemos en mi casa- De acuerdo estaré puntual. Se despiden de beso. Yo le digo y yo que voy hacer si lo mío es pintar y escribir, pues ve por tus cosas o hace lo que te venga en gana- Mi amor que voy hacer- Dedícate a sembrar o hacer lo que quieras- Yo decidido como estoy me voy a hacer lo mío- Te comprendo pero no me dejes de amar- Realmente no sé lo que va a pasar- Me sucede igual pero eso no va hacer que me separe de ti ya lo resolveremos- Como… - No sé. Seguimos caminando hasta la  bella morada al estar cansados nos tiramos sobre la cama  y al ver que llueve torrencialmente quedamos bajo el efecto de la oscuridad completamente dormidos y solo nos despertamos por el piar de los pájaros y la claridad repentina, al desesperesarme veo a Marcela ya vestida dispuesta a salir, al darme un beso en los labios atraviesa la puerta alejándose de mí, como no tengo ganas si no de dibujar saco del bolsillo grande del moral el enorme blog de dibujo y sentado apoyado en la almohada me pongo en la tarea dibujando sobre lo que mis ojos han visto aquí en este bello y mágico lugar, dibujo varias hojas y ya sintiendo el cansancio de la mano y la concentración desisto del lápiz y del blog colocándolos sobre la mesa de noche, al sentir el calor extremo no dudo en ir al río a bañarme y ya fresco regreso a vestirme, al sentir un hambre que me consume voy a la misma casa donde la misma señora me sirve lo mismo del día anterior diciéndome: tuvo suerte ya que tuve que hacer algo importante allá Nebusímake por esa sencilla razón no me pude ir a la finca pero mañana en la madrugada si me voy- Hoy es hoy y mañana será otrodía ya me las arreglare- La señorita donde la dejo- Desde hoy comenzó a trabajar en la escuela- Entonces se van a quedar- creo que ella si yo no sé porque lo mío no lo puedo hacer sin luz, sin mi computador y mucho menos sin mis materiales- Ósea que se van a separar- No sé cuál sea nuestro destino, le pago ya que voy a la escuela me puede indicar por donde es- Claro que sí, venga que le indico. Al salir Señalándome con una de sus manos me indica diciéndome: siga derecho que el camino lo llevara a la escuela. Al despedirme con un gesto sigo el sendero entre la extensión del potrero donde hay varias ovejas  pastando, voy entre los pinos que trajeron los dominicos antes que los arruacos los echaran por quererles lavarles el celebro con su religión de mierda, paso ante una única vaca que al verme me ve sin quitarme los ojos de encima y luego se va de donde está, sigo viendo a lo lejos la enorme construcción y en el momento que llego veo al lado de esta absurda construcción una típica vivienda de los arruacos creando un contraste extraño, al introducirme veo a Marcela que habla con un niño arruaco, al verme ella se me lanza a darme picos en los labios yo claro no opongo resistencia y hago exactamente lo mismo, al ver la escena el chico sale a perderse- Yo le pregunto qué tal las clases o la clase no se- si fueron tres horas de clases cada una con diferentes niños, no te imaginas lo despiertos que son, el problema de los niños de las ciudades no lo tienen ya que siempre están dispuestos muy concentrados a aprender, además son juguetones y supremamente cariñosos, que niños más inteligentes de verdad que son graciosos. Deberías intentar enseñarles al menos dibujo- Pero como voy a conseguir materiales como papel, lápices, colores y demás- Acaso crees que no pienso en ti- No sé- Bobo yo de antemano lo he hablado con la profe y ella me dice que si estás dispuesto a comunicarles a los niños las habilidades del dibujo bienvenido serás y los materiales se mandaran a traer de Valledupar. Al creerlo la abrazo elevándola del piso y luego la beso de una forma y de otra.
A los pocos días teniendo la mayoría de lo que pedí emprendo mi compromiso de profesor, comunicando lo que es en si el dibujo como me queda tiempo libre acompaño a los infantes en la labor de la huerta y a la vez aprendo de ellos el idioma y otros asuntos correspondientes a su rutina diaria, esto a la vez hace que haya entre Marcela y yo más amor.                         Fin.

UN VIAJE HACIA LA ETERNIDAD
Alberto que ya ha venido a Nabusímake, llega en un vuelo de Avianca a Valledupar. Luego de descansar una noche en un famoso hostal de extranjeros, parte la siguiente mañana en un taxi que lo deja en el lugar del trasporte para Pueblo Bello, al bajarse cargando su nuevo morral cruza la portezuela y pregunta en la ventanilla a una mujer cuando sale el próximo vehículo para Pueblo Bello- Ella le contesta: que se puede subir en aquella camioneta de doble cabina y que apenas se llene partirá para allá. Hace lo que la mujer le indicara, o sea que luego que pone el morral en el platón de la camioneta se monta al lado de un señor de apariencia agradable que le dice: se ve claramente que va para Nebusímake- Si claro voy para allá ya que me quede de encontrar con un amigo arruaco con el cual por lo visto vamos recorrer gran parte de la sierra- No le da miedo los peligros que puede encontrar- No para nada, los miedos hace tiempo los supere. Al quedarse callados se sube un par de arruacas de esa forma al estar el vehículo con el cupo disponible arranca lentamente y ya en la avenida toma velocidad, rápidamente deja la ciudad atrás yendo por un valle de donde se distinguen las plantaciones de algodón, arroz y de otras plantas, luego al volverse la carretera destapada va el vehículo entre grandes montañas y con ese sentido de los acontecimientos llegan al pueblo, luego que pasan la alargada construcción de la escuela de donde se divisan algunas especies de cabañas circulares, de ahí toman una alargada calle comercial donde se destacan pequeñas ferreterías, tiendas e inclusive alguno que otro alberque. Él viéndolo todo vislumbra el momento que el vehículo se detiene en medio de la calle exactamente en la empresa de los arruacos de trasporte, al abrir la puerta el personaje con guíen hablara se baja y luego lo hace él. Como siente el calor húmedo tiene sed va a una especie de ventanilla y compra una botella de agua que al prender un piel roja va fumando y va tomando, sintiéndose pleno entra en el garaje donde una señora con apariencia arruaca le vende el pasaje, se sienta a esperar y se instala en sus pensamientos, de la nada aparece repentina una mujer algo rubia y con apariencia de extranjera, se sienta como si nada a su lado eso hace que vuelva a la realidad, al mirarla ella le sonríe le dice con su acento porteño: va para, como es que se dice…- Nebusímake, si claro- Ya conoce…- Si vine hace menos de un año pero como mis ocupaciones no me dejaron solamente pude venir hasta ahora- La chica insistente vuelve a preguntar: que piensa hacer allá en la montaña. Son interrumpidos por la misma voz de la mujer que les vendió el pasaje que gritando dice: que se suban en el jipp. Al abrir el conductor la puerta trasera se sube de primero una mujer de apariencia arruaca, luego la chica y de último él, inmediatamente ven las nucas y las cabelleras largas de las arruacas que van adelante. Inmediatamente el chofer que se trata nada menos que de un arruaco hace que el vehículo arranque- al sentir la poca velocidad la chica lo mira dándose cuenta él lo bella que es y le va diciendo: no me contesto la pregunta que le hiciera antes de arrancar- Si ya recuerdo que pregunta me hiciste, te digo que voy a donde un amigo arruaco con el cual voy hacer un recorrido por la sierra- Antes que la chica diga algo se dispone hablar la señora: usted creo, si no estoy errada vino el año pasado como en mayo- Si usted tiene la razón, si claro ya lo recuerdo usted es la profesora Ive Izquierdo la del pequeño hostal- Tiene buena memoria- Claro como no acordarme de su linda presencia y de lo bien que me atendió- Siempre he dicho el que viene la primera vez viene una segunda y otras más- Claro si el lugar es supremamente mágico desde ese día que me fui siempre quise volver pero por mis ocupaciones no lo pude hacer si no hasta ahora. Se quedan callados sintiendo el vértigo de la vía si a esta se le pude denominar de esta manera, van entre las piedras y cuando está el chofer intentando pasar por entre una serie de rocas la muchacha con sus manos se aferra a él y grita algo ininteligible. Van como si fueran en un potro descarriado moviéndose de un lado para el otro, y a veces el vehículo se inclina tanto que pareciera que se fuera a voltear, bien-do cada obstáculo que se va presentando y el proveniente abismo acompañado por las inmediatas montañas, la chica pálida como si fuera hueso corroído se aferra cada vez más que a veces lo aruña y el trata de desprenderse sin lograrlo. Al presenciar las primeros bohíos arruacos el camino se dificultad aún más haciéndose insoportable, que incluso la joven pierde el conocimiento. Alberto al ver el estado en que se encuentra le grita al chofer diciendo: que detenga el jepp. El señor inmediatamente lo detiene y al bajarse abre la puerta con el propósito que se baje Alberto, al hacerlo entre los dos toman a la desalentada muchacha llevándola a una plana roca y la establecen  con el cuidado requerido, Alberto con lo que queda del líquido se lo chorea logrando que la chica abra los ojos sintiéndose como sorprendida: acaso que paso- Alberto le contesta solamente perdiste el conocimiento pero ya te vez con buena cara- La profe: que susto pensé que te ibas, esta carretera no es buena para nada y en verdad que si no se está acostumbrada se puede perder el conocimiento como te paso a ti. Ya más tranquila la chica va diciendo: creo que ya puedo seguir. Al levantarse ocupa cada uno su lugar, y el chofer arruaco vuelve acelerar el jepp que hiendo por lo mismo de salto en salto, la chica se vuelve a aferrar inclusive enterrándole las uñas al pobre Alberto que ya no hace nada para impedirlo. En esa situación el arruaco detiene el vehículo al lado de lo que podría ser una escuela- Al voltearse dirigiéndole la mirada a ellos dos va murmurando: si quieren comprar mochilas aquí las venden a muy buen precio. Ellos ni se inmutan y el hombre desaparece entre la construcción y al rato vuelve cargando un costal que no se sabe que cosas, al ponerlo arriba sobre el techo donde van los equipajes vuelve al timón y al cerrar la puerta vuelve arrancar por los mismos obstáculos que tiene que enfrentar, al cruzar el río ven la extensión del pequeño valle y el arruaco de tiene el jipeto al lado de una cerca viva, extenuados todos se bajan y la profe: si quieren hospedaje bien pueda descansen y siguen, yo como tengo cosas que atender me voy a la casa- Alberto gracias pero yo me voy a quedar donde Evaristo- La chica será que puedo ir con usted a la finca que menciono…- ´Por mí no hay problema pero no creo que una persona más estorbe. Ven alejarse a la profe y el vehículo por una vía menos peor que por la que vinieron viéndolo desaparecer. Al Sentir hambre sentándose el saca de la mochila un paquete de galletas saladas y ella hace lo mismo extrayendo de su mochila una botella de agua, comen y toman con la tranquilidad que les entrega el lugar. Ya satisfechos él al levantarse la ayuda a que se pare y va diciendo: para ir a la finca de mí amigo hay que caminar por un sendero complicado, si se le mides vamos- Claro que estoy dispuesta. El riéndose le muestra los arañazos que tiene- Ella  haciendo  un  gesto  de  apenada  le dice: cuanto lo siento pero mi intención nunca fue esa- Tranquila, lo comprendo ya que era una situación muy difícil pero camínenos que se nos hace tarde. Empiezan la marcha lentamente por entre el valle, van dejando atrás las diferentes ovejas y al pasar un puente de madera sobre un verdoso río se cruzan con una mujer que va tejiendo una mochila que al verlos esquiva la mirada. Al terminar el valle toman un sendero que se dirige hacia arriba de la montaña- Alberto mirándola directamente a los ojos le dice: aquí viene lo difícil de la pendiente, seguimos o descansamos un rato- No, sigamos. Empiezan a ascender por el difícil camino dejando a atrás los últimos pinos que sembraron los dominicos, pasan por entre las gigantescas rocas y un suelo bastante arcilloso, en una de las piedras ven una serpiente de cascabel que esta enrollada como preparada para investirlos, la esquivan apartándose del camino volviendo rápidamente al sendero- La chica sudando a mares va hablando: que susto nunca antes había visto una serpiente y vos tan tranquilo- Hay que estar alerta pero relajado. Al andar un poco más por la pendiente- La chica va diciendo: no puedo más que tal si descansamos  Luego que ponen los morrales contra el suelo se sientan sobre una gran roca deteniendo su vista en el profundo valle y al virar la vista hacia el otro lado se les presenta el esplendor de la cadena montañosa- La chica que alivio de descanso y que impresionante vista- Si espectacular. Luego que se acomoda mejor vuelve a palabrear: a propósito cómo te llamas: soy Carla y vos…- Me llamo Alberto. Se dan la mano con ganas de tomarse pero se olvidan ya que son sorprendidos por la brisa fría proveniente de las montañas- Alberto: qué tal si seguimos- De acuerdo. Lentamente se levantan para mover sus pies, caminan y andan cuesta arriba siendo sorprendidos por un arruaco que al estar montado sobre una mula va pop oreando- Al acercarse les dice: no saben acaso que por aquí para los turistas esta zona es prohibida- Alberto viéndolo a la cara le contesta: eso lo sé de antemano es que vamos a donde mi compadre Evaristo- Si es así pueden seguir. Inmediatamente ven alejarse al arruaco en su mula cuesta abajo- Ella va murmurando hacia afuera: que gente más enigmática y misteriosa- Imagínate que todo el que quisiera venir, ya hubiera un basural. Además todo el misterio que abarcan estas tierras es de respeto- Tienes razón si no fuera de ese modo no serían este lugar como es. Al llegar a la margen del bosque donde se alzan gigantescos árboles los toma por sorpresa una brumosa niebla que tan solo los deja ver un metro de distancia- Carla con cara de asustada habla: esta niebla de verdad que me produce miedo- No te preocupes que estas con migo esta niebla tan solamente es enigmática y nada más. Al fondo de las montañas sienten los relámpagos que a veces logran aturdirlos- Carla tengo miedo espero que estemos cerca- Tranquila que solo falta un trayecto corto, más bien concéntrate en la belleza que esta ayuda alivianar las cargas emocionales. Van entre la niebla caminando lentamente y en el esfuerzo ven alejarse la niebla y las nubes apareciendo el sol repentinamente- Se detienen a ver el espectáculo de las grandes montañas que contrastan por un lado con el cielo azul y por el otro por las nubes que se abren paso entre las montañas, sienten la fatiga del andar y solo se detienen al encontrarse en la amplitud de una meseta alargada- Alberto: Veo que  por  fin  estamos llegando ahora solamente tenemos que bajar. Atraviesan acelerando el paso la meseta y a un costado ven una finca con varios bohíos circulares, toman gracias al camino por entre una platanera, él al abrir el broche de alambre de púas escuchan en la lejanía el murmullo de un río, al ir descendiendo lo descubren abajo en la distancia, al ver algo distante un par de construcciones circulares- Alberto con cara alegre dice: es allá por fortuna nos falta tan poco. Caminan descendiendo la prolongada cuesta y al meterse entre dos palos entran a la extensión de la finca que está muy sembrada de gran genero de plantas, es silencio es interrumpido por el ladrido de los perros que llegan hasta ellos acompañados de un muchacho arruaco que al verlos se le fija la mirada en la figura de él y va diciendo: dukchu cherwa (llego el hombre feliz), se saluda de mano primero con la chica y luego con él- ¿Alberto como esta mi amigo Evaristo?- Estuvo para morirse pero gracias al mamo Fermín ya está bien- Me alegro por él. Al aproximarse a los bohíos ven que sale don Evaristo acompañado de sus tres hijas, su otro hijo y su mujer Cawela, que los reciben con entusiasmo y estrechándolos en abrazos- Don Evaristo nunca pensé que volvieras- Siempre quise volver pero el trabajo no me lo permitía, de todo caso estoy ya aquí entre mi familia serrana- Doña Cawela: que bueno volverlo a ver por estas tierras, sáquense eso de las espada y vengan a la cocina. Al despojarse de los morrales todos entran a la cocina ocupando toda la largura de la banca de palos y al poco tiempo sienten sobre el techo la tenacidad de la lluvia- Carla que bueno que hemos llegado justo a tiempo salvándonos de esa torrencial lluvia- Don Evaristo: aquí es así, cuando menos piensa se viene el aguacero y con todo. Todos al causarles gracia se ríen creando en el ambiente un alboroto de risas. Al quedar todo callado la señora rompiendo el silencio va diciendo: tienen suerte porque la comida ya casi esta. Al poco rato ella misma con la ayuda de la hija más grande sirven en platos rústicos la gallina, el arroz y las verduras, al tener cada cual su correspondiente plato empiezan a comer lentamente- Evaristo como va esa civilización- Alberto contestándole: cada vez los asuntos están peores y la tierra y los hombres más empobrecidos, la gente allá no cree que el cambio climático sea una realidad- El chica más pequeña: si aquí lo notamos ni a veces sabemos ya cuando es conveniente sembrar- Carla: el hombre civilizado no comprende su propia destrucción, y en casos ni le importa ya que todo es dinero- Don Evaristo (cambiando de tema) tenemos que ir a ver al mamo- Alberto ese es uno de los motivos porque vine- Don Evaristo mañana temprano vamos los dos. Al acabar con los alimentos las chicas recogen los utensilios utilizados poniéndolos dentro de una enorme olla de barro y todos con el propósito de irse a acostarse, ponen los aislantes contra el piso pisado de tierra y envueltos por los sacos de dormir, ya muy dormido abre él los ojos al sentir que ella lo toma la mona, la besa suavemente en la frente y vuelve a sumergirme en el sueño muy temprano inclusive todavía oscuro lo despierta suave-mente don Evaristo, al levantarse le da un beso a su nueva amiga y sale enrollando el saco de dormir que lo vuelve a integran dentro del morral, el compadre de su pequeña mochila le pasa una buena cantidad de hayo (coca) que inmediatamente se lo mete entre la boca dándole al rato una sensación de bienestar increíble, al colocarse sobre la espalda el morral- Don Evaristo se ríe diciendo: allá no vamos a dormir si no de ritual entonces descuélgate esa maricada. Luego que les convida la señora un plato de yuca, plátano y verdura al haberlo consumido bastante rápido salen parsimoniosos caminando al paso del don que verdaderamente camina a buen paso, luego que por el puente pasan el río andan loma arriba todo el día para llegar en el atardecer al bohío del mamo que al entrar esta con cuatro mamos más. Ellos dos se sientan en silencio concentrados en el fuego donde la maza de fuego y las brasas absorben sus miradas, siente la mano de su amigo que le pasa un enorme puñado de hojas de coca y luego un poporo con su correspondiente palo, al ver lo que hacen con el poporo, ya introducida la coca dentro de su boca va acariciando en un giro constante con el palo al poporo, al pasar el tiempo que no siente que ya exista, todo se aclara en su espíritu para empezar a ver la luz de a poco que se multiplica en una totalidad, da como un salto espiritual  que lo lleva a otra dimensión de mayor luz. Sin que sus manos se detengan en el ritual del poporo de pronto se ve en el mundo muisca ya que no entiende por qué está a tan solamente un  paso de la laguna de Iguaque que inclusive se refleja en el agua. La imagen dura como eternidades y tan solo se disuelve con la luz del día. Empiezan uno por uno a salir del interior del bohío, en el momento que quiere salir sale mucho más liviano de lo que vino y sintiendo que la sangre circula mucho mejor. Al irse se  despiden de la mano de los mamos y a pesar de la lluvia llegan mucho más rápido de lo que fueron, al entrar es sorprendido por la extensión de los brazos de Carla, él viendo de cierta manera el amor que le ofrece.                                Fin.

UN EXTENSO VIAJE
Luego de que Carla lo recibe, sintiendo la espesura de sus labios se besan de una forma y de otra, ella suavemente lo jala a un lugar solitario que a la vez está rodeado de esplendorosos árboles, donde siguen en la constante de las caricias que se convierten en extensivos besos, ella como el día anterior estando sola fue llevada por sus nuevas amigas arruacas, quiere mostrarle algo que ella cree que lo va a sorprender por su belleza. De ese bello sentido de los acontecimientos se deja llevar, en la distancia se escucha algo así como una caída de agua, a la vez que se aproximan se escucha más el caudal que cae, al descubrir entre los árboles la enorme precipi-tación que viene de la montaña para convertirse entre las rocas en una bella cascada que cae en la poca extensión de un pozo. Al ver lo que está observando no lo cree sino hasta que con sus manos toca el agua helada que lo trasborda su ver a la cascada que cae vertiginosamente formando el pozo. Ella lo ayuda a desvestir lo mismo hace él con ella, como hijos de la naturaleza se tocan sintiendo el contacto físico que los conlleva a creerse dioses. Al mismo tiempo se lanzan al agua helada y nadan por debajo de la cascada para ver a través un peculiar arcoíris, al volver emergiendo al otro lado de la cascada. Con la única presencia del agua se toman para abrazarse, el con un suave movimiento toma con sus manos sus senos que besa casi lamiéndolos, ella se excita de tal forma que se retuerce y más aún en el momento que el la penetra, se mueven al ritmo de la naturaleza sintiendo como si se elevaran y de esa forma encuentran el climas perfecto que se convierte en aullidos y en goce supremo. Al venir la tarde viene con lluvia acompañada de fuertes truenos, ella al ver lo que está pasando en la naturaleza lo mira diciendo: por lo que veo estoy casi segura que se va a venir tremendo aguacero- Si creo lo mismo es mejor que nos vayamos ya que esos rayos pueden ser peligrosos, más aun estando tan cerca de esta cascada. Aceleradamente se vuelven a vestir llegando com-pletamente lavados al bohío donde rápidamente luego que sacan de los morales la ropa se visten y sin pensarlo dos veces van a la cocina donde de antemano tienen los alimentos cérvidos, comen con el ímpetu del apetito sin que les quede nada en el plato. Al haber acabado se acerca don Evaristo y se sienta sobre el piso de tierra, al ver el aura se entera por si solo de lo bueno que les ha sucedido, al verles los ojos con el misterio requerido les suelta la lengua hablándoles: veo que están muy bien, como los veo preparados necesito que me acompañen a un recorrido ya que tengo la necesidad de ir de peregrinación, mañana mismo muy temprano arrancamos por eso es mejor acostarnos ya- Carla: que buen augurio, claro que lo vamos a acompañar ya mismo nos emcabu-chamos en nuestros sacos de dormir. Al oscurecer tan pronto hacen lo que le dijeron a viejo consiguiendo rápidamente un si lijoso sueño.
Antes que amanezca el propio Evaristo le toca la nuca Alberto que esta boca abajo, esto de una lo despierta abriendo los ojos, al retirarse el viejo personaje él con una caricia despierta a la que ya es su compañera, se levantan a la vez hiendo directamente a la cocina donde una de las hijas le entrega los platos con torta de maíz y huevos revueltos, comen en silencio al lado de Don Evaristo que hace de igual forma, luego toman un té de hierbas con panela- La chica luego de que lo prueba dice: lo que me comí estaba delicioso y que delicia de té- Alberto: para nada estas equivocada. Don Evaristo no dice nada si no hace un gesto de que es una verdadera delicia. Al acabar salen del interior de la cocina al exterior de la naturaleza, viendo la mula amarada a una de las vigas cargando sus largos equipajes- El viejo partamos que la jornada es larga. Salen por el sendero derecho que es el que más se empina, tienen que ir manteniendo un esfuerzo solo de esa forma doblegaran a la inmensa montaña, descienden con la dificultad que les va presentando la montaña, rodeados de gran variedad de helechos a la vez muy verdes, al pasar el rio van subiendo lentamente hasta lograr alcanzar el páramo de frailejones y verdosas lagunas, se detienen al ver el tan memorable espectáculo- Don Evaristo rompe el silencio al decir con toda la calma del mundo: este es un lugar sagrado que hay que homenajearlo con un cantico, ya se los voy a enseñar. Ya que de antemano a la vez un privilegio pocos de nosotros hemos presenciado esto ya que aquí solo llegan los mamos y otras personas privilegiadas. Hagan exactamente lo mismo que yo voy hacer. Lentamente se agacha para establecerse de cuclillas al cantar ellos con la dificultad de las palabras cantadas logran más o menos repetir la entonación del canto. Al acabar besan la tierra y se paran a deleitarse con el espectáculo de los nevados que tienen muy arriba de sus cabezas- Don Evaristo sigamos ya que no es posible pasar la noche en este hermoso lugar debido a que la temperatura baja hasta helarse. Recorren con sus pasos las diferentes lagunas que a la vez le dan origen a los diferentes ríos, siempre viendo los tres picos nevados que aquí en este maravilloso lugar se ven tan claramente que cada uno es diferente. En un momento dado los toma por sorpresa la espesura de la niebla que completamente les quita la visibilidad- Don Evaristo ya prácticamente atravesamos el páramo es mejor que me agarren de la mano, que ustedes hagan lo mismo y que estén bien alertas. Se toman de la mano logrando arrastrarse entre la neblina, al mover sus pies lentamente ven abrirse lentamente el firmamento dándose cuenta que están parados sobre un inmensa ondulación de montaña, desde donde contemplan la llanura azul casi infinita del océano- Carla esto es lo más bello que han visto estos ojos,  si  no  lo  estuviera  observando no lo creería- Alberto saliéndose la lagrima de los ojos: no es posible ver tanta belleza por esa razón este sitio es sagrado en demasía- A si tal cual es pero sigamos que tenemos que llegar al bohío de Mamo Ángel. Empiezan a descender viendo al fondo de las montañas el mar completamente azuloso, al pasar el tiempo toma colores naranja, rosa y volviéndose muy rojizo- Carla sin dejar de mirar va diciendo: no, no es posible tanta belleza valió la pena todo el esfuerzo que hicimos, ya que este regalo es un poema viviente. Al llegar a la zona de los diferentes helechos ven a lo lejos el imponente bohío, a la medida que avanzan se hace más grande y al tenerlo tan cerca ven su impresionante tamaño- Don Evaristo el mamo ángel es la persona más sabia de la región no se debe hablar en un tono muy fuerte por respeto, ya que él tiene por lo menos ciento treinta años –Carla: como alguien puede vivir tanto- Evaristo eso no es nada debido a que el mamo Jacinto murió a la edad de ciento sesenta y dos años- Carla: ¿estás seguro?- Como cae el agua al cántaro. De pronto el viejo personaje parece como de la nada al verlos les hace una venía mostrando su amplia cabellera blanca y ellos la repiten de la misma manera, con un ademan los hace seguir al círculo cerrado de su bohío de donde del medio hay una enorme fogata,  se  sientan  en  una  de  las bancas rodeando la hoguera. Don Evaristo al volverse a levantar sale del circulo de la construcción centrifuga y regresa al poco tiempo cargando un costal de algodón que al abrirlo se dan cuenta que es puro hayo (coca). Toma una gran cantidad que como saludo se la entrega al mamo Ángel que a la vez la reparte entre los otros mamos y luego que hace una especie de religioso saludo distribuye pequeñas cantidades entre los tres, al haberse parado vuelven a sentarse y sacan los mamos cada uno su respectivo poporo para hacer el ejercicio ritual que consiste: en acariciar cilíndricamente el palito con el poporo, a la medida que va pasando sin interrumpir el ejercicio se va creando una atmosfera de misterio que aunque allá la luz suficiente del fuego se va oscureciendo, la primera que se queda impresionada con el hecho alquímico es Carla que a la vez ve el circulo que toma los colores del atardecer que viera sobre el océano, ella callada hace un gesto de aprobación, luego los restantes ven lo mismo logrando descubrir en ese círculo perfecto las venas de la tierra que a la vez solo están en la dimensión en que ellos pudieron entrar- Carla quebrando el silencio va hablando: ni la imaginación de los libros están descrito este presente mágico. En solamente instantes termina todo con la  luz diurna que se presenta ante sus ojos.    
Luego a pesar de no haber dormido se sienten maravillosamente bien, al despedirse de la misma manera que se saludaron del mamo ángel y de los otros mamos, salen montaña abajo, con ese mismo sentidos de los acontecimientos suben y bajan varias montañas al descubrir un inmenso árbol de aguacate no tienen sino que acacharse sobre la espesura del monte a recogerlos y aunque no llevan sal los van comiendo y recogen otros para cargarlos en un pequeño saco sobre el equino. Al seguir andando ya sintiendo el cansancio llegan ante un imponente poblado kogi que al verlos estos desaparecen como si estuvieran en un pequeño pueblo deshabitado- Don Evaristo: estos nunca son amigables siempre que me ven salen a perderse, como es así vamos a la finca de un amigo que no está para nada retirada. Al cruzar un pequeño río toman otro camino que los lleva a una pequeña finca, al atravesar los palos ven la casa circular semi destruida y al llegar ante la vivienda sale a su encuentro un kogi vestido con prendas de algodón completamente blancas, al estacionar la mula detrás de la construcción de piedra, madera y paja descargar la mula para poner el equipaje dentro de la construcción, estando en esa situación se presenta la mujer del personaje con ropas semejantes y luciendo una ancha balaca sobre el largo cabello que con peculiar gesto dice halgo que no entienden, repite lo mismo dándose a entender que tiene comida disponible para los tres, al entrar al círculo de la vivienda reciben de una bella muchacha su correspondiente plato con frijoles negros, arroz y aguacate, al sentarse sobre el mismo piso de tierra comen con tanta hambre que terminan con el contenido de los platos rápidamente, luego extienden en el suelo los apara tejos para dormir como están tan cansados duermen roncando de sobremanera y solo al salir los primeros rayos del sol abren los ojos y se levantan en silencio que es roto por Don Evaristo que les dice: que aquí hay que ayudar en lo que estén haciendo, enseguida viene el personaje kogi con la mirada bastante desorbitada con tres machetes, al entregarle a cada uno un machete lo siguen a un cultivo, que al ver a otros personajes semejantes  de la misma raza kogis lo imitan agilizando en un vaivén corto doblegando a la maleza, Carla al ver cerca de ella una culebra enorme sale disparada corriendo, al ver el hecho todos riéndose se burlan de ella que no puede con la pena, pero al ver que la larga culebra insistente en tomar el machete volviendo a la labor que se hace más pesada gracias al calor.  Carla extenuada y con llagas en las manos desiste del trabajo sentándose entre la sombra de un enorme árbol pero con tan mala suerte que al ver aproximarse una serpiente verdosa y pintada con algo de amarillo, se levanta y sale de susto desesperada a correr. Alberto en un principio la persigue corriendo de la misma manera sin lograrla alcanzar, solo lo logra cuando ella se detiene doblegada por el cansancio, la toma pero ella al estar con rabia lo empuja cayendo hacia atrás, al ver el hecho los kogis se carcajean y enseguida todo vuelve a la calma; trabajan día tras otro a cambio reciben buenos alimentos.
Una mañana luego que se despiertan y al salir ven a Don Evaristo que los espera llevando la mula, con ese sentido de la cosa parten en dirección de la costa, andan doblegando y bordeando montañas enteras y ya en la poca distancia descubren los círculos de piedra y el camino empedrado de Ciudad Perdida- Alberto qué lugar más increíble, los asentamientos en piedra son tan perfectos como los de los incas.  Al encontrase de frente con un pequeño  grupo  de  turistas  ni  si  quieran  los saludan si no por el contrario rápida-mente se alejan, ya solos estacionan al sufrido animal que se entrega a comer hierba, a la vez ellos van comiendo bananos que les dieron los kogis y le van tirando las cascaras para que la mula se las coma. Ya más descansados continúan por el sendero que sube y baja bordeando un río, al sentir el calor por otro camino bajan al rio de grandes piedras y no dudan en quitarse lo que llevan puesto y se bañan apoyándose en las piedras logrando refrescarse satisfactoriamente, ya fresquitos salen a vestirse y a retomar el sendero que los lleva a otra finca más grande que la anterior donde descargar la mula a un lado del bohío que está en buen estado, al no ver a nadie se sientan sobre el piso de piedra a descansar y al oscurecer solamente escuchan el trinar de las aves y el murmullo del viento, ella de su mochila saca un paquete de velas y al querer encender una de las velas no se lo permite el viento- Don Evaristo burlándose le dice: con este viento nunca vas a lograr encender una vela, mira que te enseño. Si lijosamente  recoge varias piedras al ponerlas juntas dejando tan solo un espacio logra encender la vela que se mantiene gracias a protección de las piedras, estando sumidos sale de la construcción circular un enorme sapo que en primera instancia logra asustar a Carla que reacciona parándose- Don Evaristo luego que se carcajea va diciendo que muchacha más asustadiza- Es que no estoy acostumbrada a ver tantos vichos tan gigantescos. Debido a la expresión de ella se vuelven a reír que ella aceptando su horror hace lo mismo. Al rato todo se vuelve un solo silencio que disponen sus cosas sobre el suelo e inmediatamente se quedan ensimismados en el sueño.
En el momento que Carla abre los ojos no entiende nada ya que ni su compañero esta y aún menos Don Evaristo pero si está rodeada de gente kogi que al ver su apariencia la mira como ajena a ellos. Sin saber que hacer por la extraña situación, decide pararse y al no ver a ninguno de los dos va en su búsqueda, al no hallarlos por suerte encuentra un árbol de mango, recoge de la grama uno que inmediatamente se lo va comiendo. Al ver moverse algo que no sabe que es se asusta saliendo de donde se encuentra y al hallarse sola se siente como abandonada y en ese despiste se ve rodeada de varios hombres kogis que al verla tan asustada riéndose se burlan de ella y reacciona alejándose de ellos por un camino contando con suerte en la distancia ve a Don Evaristo que al acercarse lo ve con cara de angustia- Le pregunta: ¿que por que tiene esa cara?  Y donde está Alberto- El a quemarropa le contesta que está buscando la mula que se ha extraviado o a lo mejor alguien se la llevo- Como puede ser posible- Posible o no hay que encontrarla. Van en su búsqueda sin hallar ni siquiera a él- Ella ¿Qué hacemos?- No nos queda otra cosa que esperar. Pasa el tiempo sin saber nada hasta que Alberto regresa con la mula pero sin nada- Alberto al verlos lo inquietos que están les dice parece que alguien tomo prestadas nuestras cosas, ¿qué hacemos?- Don Evaristo: va tocar indagar sobre el asunto a los kogis, espérenme aquí que ya vuelvo. El vuelve a la vivienda al ver a varios de los kokis en su idioma les pregunta sobre la cuestión sin hallar al menos una respuesta, al sentirse aludido regresa donde están ellos- Va diciendo no nos queda otra cosa que buscar- Alberto lo mejor es que nos separemos los tres y busquemos- Carla yo no quiero un segundo más estar sola debido a que estoy terriblemente asustada- Alberto si es así ven con migo. Se separan de él caminando por un sendero y de pura casualidad ven a un grupo de niños kogis que están jugando y saltando sobre sus pertenencias, al verlos a ellos los niños salen corriendo perdiéndose de su vista- Alberto malditos niños como han dejado nuestras cosas, mira en qué estado- Ella recojámosla y la llevamos a un lugar más seguro- Pero a donde…- Lo mejor es ir a buscar a Don Evaristo y de una vez nos largamos de aquí. Esta vez él los encuentra a ellos y sin demoran vuelven a montar todo sobre el equino- Carla: solo falta que yo vaya por mis cosas de dormir, espérenme aquí que ya mismo vuelvo- Al verla alejarse- Don Evaristo luego que se carcajea dice: las mujeres civilizadas por lo visto son muy cambiantes- Alberto sonriendo: cambian del agua al aceite- Si claro viven el mundo de la esquizofrenia no existe otra explicación.  Ella al regresar a la casa ve a una mujer acostada sobre su espuma y cobijada con su saco de dormir, al tratarla de desper-tarla la mujer rápidamente reacciona tomándola del pelo con tanta fuerza desmedida que la tira contra el suelo con la nariz sangrando, la mujer kogi al ver la sangre se asusta que desaparece de la escena y ella se levanta sangrándole la nariz y de ese modo llega cargando sus cosas, al llegar ante ellos se desvanece y antes que caigan completamente reaccionando entre los dos hombres logran sujetarla impidiendo que se vaya de bruces, la acuestan sobre su mismo saco de dormir boca arriba con el propósito de que le pare la sangre, al ver que no para Alberto le introduce un algodón por las fosas nasales logrando despacio que se detenga la sangre; luego hace que se siente dándole a beber agua que al rato se le ve de mejor semblante y vuelve en si abriendo los ojos- Ella va diciendo: maldita mujer falto poco para que me desaparezca- ¿Acaso que paso?- Al llegar a la casa vi a una mujer kogi durmiendo con mis cosas, al no saber qué decisión tomar simplemente la quise retirar y ella reacciono de una forma tan brusca que tomándome del pelo con toda su fuerza me lanzo contra el suelo de piedras, vámonos que no quiero sentir en mi estandarte más problemas. Al tomarla de la mano Alberto y Don Evaristo cabestrea la mula empiezan agilizar los pies por el sendero- Alberto: tenemos que llegar a un lugar para que esta mujer se reponga- Don Evaristo el lugar más próximo es el paraíso Teyuna, tal vez ahí nos cobren ya que está diseñado solamente para turistas- Eso no importa yo me encargo de pagar. Avanzan lentamente ya que Carla no está para nada bien al descender ven la maloka circular rodeada de bellos jardines, al llegar un fulano algo odioso los ve como preocupado y les va diciendo: si quieren permanecer en este lugar me tienen que pagar- Alberto lleno de rabia le contesta: usted debe ser un poco más humano, mire como esta mi novia por esa sola razón nos quedamos y aunque no le guste le voy a pagar con mi dinero- Si es así se pueden quedar- Pero por lo menos muéstrenos un lugar donde podamos a costarla a ella acaso no ve como está- Yo no sé para qué vienen las gringas- respete que ella no es ninguna gringa es de Argentina- Acaso no es lo mismo- Por favor ubíquese en el mapa que Argentina y gringa no es lo mismo y por favor como ya le dije necesito algo donde pueda acostar a mi novia- Sigan por acá. Al ingresar dentro de la cabaña la acuestan en una de las pocas camas existentes en el lugar, al estar cómoda se profundiza- Alberto viendo a  Don  Evaristo le dice: veo  que  tenemos  hambre- Claro hemos tenido varios días muy complicados y más hoy con los problemas causados por los kogis- Ya vengo pero no descuide a Carla que para nada está bien. Sale en dirección del complicado señor y lo encuentra sentado como atontado- Alberto acercándosele al sujeto le dice: señor usted debe tener algo de comida para preparar pero si no la prepara usted sería mejor- El señor enfurecido reacciona diciendo: acaso tengo cara de cocinero, solamente tengo varios paquetes de espaguetis y como dos latas de atún si ustedes mismos la preparan para eso está la cocina- Bueno deje el mal humor que si sigue así lo puede acabar- Baya a la cocina que haya encontrara lo que ya le dije y no me joda más- Está bien. Va a donde se encuentran don Evaristo sentado y ella acostada como están los dos con los ojos completamente cerrados, decide  irse a su función, encuentra a un lado de la estufa de gas lo que el señor le dijera, toma una de las ollas le vierte el agua necesaria para cocer los fideos que de antemano ha encontrado en una palangana, al prender la estufa coloca la olla y al rato veo que el agua está hirviendo aprovecha y le pone la cantidad de dos paquetes que al considerar puede saciar el hambre que tienen, al estar en su punto ideal le saca el agua y al abrir las tres latas de atún luego de ponerle un poco de aceite se las agrega y revuelve con un tenedor y al considerar que está todo listo vierte todo el contenido en tres platos, les lleva primero a ellos  al ver que están como los dejara toma de las manos a Carla que al momento abre los ojos diciendo: tengo un malestar terrible- acomódate que te he traído algo delicioso que solamente comiendo te pondrás reponer del malestar. Coloco la almohada contra la pared de madera y al ayudarla a sentar va lo-logrando lentamente darle la comida; luego despierta a Don Evaristo que sin problema va comiendo. Inmediatamente va por una de las sillas colocándola a un lado de la cama y al traer el plato empieza a masticar las pastas con el atún como las siente tan deliciosas no sé sabe si es por el hambre. Al terminar como ella no puede comer más intenta darle logrando que coma la mayor cantidad posible y por último al lavar los platos le pone al sobrante de ella otro plato encima  con el propósito de que se conserve; al tener sed al haber unos limones con agua hervida, al partirlos con un cuchillo los exprime sobre el jarrón de agua quedando una refrescante limonada que la reparte en tres vasos iguales, los toma con el propósito de llevarlos, al llegar ante ellos se los entrega y todos van tomando. Al agacharse sobre el suelo ve un paquete de cigarrillos que de una los va tomando, al abrir la cajetilla está casi llena, de la misma manera toma uno y al llevármelo a los labios con el encendedor que siempre tiene en el bolsillo lo enciende y como lleva varios días sin fumar le sabe a gloria. Al acabar el cigarro vota la colilla en el recipiente de la basura. Al oscurecer como la cama es amplia se acuesto al lado de su nueva novia que ya está mucho mejor, luego que se besan apasionadamente vuelven al asunto de los sueños. Al aclarar el día Alberto va abriendo los ojos viendo a Don Evaristo durmiendo en el mismo asiento donde lo dejara anoche, inclusive ronca como un lirón, Carla al abrir los ojos luego que se despereza le dice: ya estoy mucho mejor pero tengo un hambre increíble- Él le contesta: que ya mismo le trae lo que no consumió anoche de los fideos. Haciendo un esfuerzo se para yendo a rescatar a la cocina el plato que esta tal cual como lo ella lo dejara anoche, al traérselo ella lo devora en un abrir y cerrar de ojos. Con la panza llena se levanta y ven que Don Evaristo abre los ojos y lentamente se levanta y va diciendo: será que podremos continuar nuestro camino- Carla le contesta: ya me siento mucho mejor y creo que estoy en condiciones de seguir- Alberto:  si  es  así  vámonos  a  ver con que sorpresas nos encontramos esta vez. Don Evaristo va por la mula entre Alberto y él la cargan poniendo todo sobre el lomo del animal, luego que Alberto le paga los servicios prestados al enojado salen caminando viendo el brillo del sol que acomete contra las plantas, caminan bordeando una montaña y al ver una pequeña extensión bananera Don Evaristo toma de una de las matas de banano varios bananos maduros, al pasárselos los van consumiendo con cierto disfrute, y ya llenos de tanto comer banano siguen la trayectoria del sendero andando entre la densa vegetación, al pasar sobre un pequeño puente mirando el angosto río bordeado de árboles vislumbran con su mirada varios monos aulladores que andan de rama en rama, incluso algunas madres llevan a sus pequeños hijos en sus firmes espaldas- Carla viéndolos va diciendo: que bellos esos monos y como las madres van llevando a sus pequeños hijos, y aún me impresiona más lo rápido que se descuelgan de una rama a la otra- Don Evaristo estos astutos monos cuando pasan por una vivienda hacen de las suyas ya que se van llevando lo que van encontrando. Siguen y en el momento que con sus ojos ven un nuevo río se desvían por un camino que los lleva ante su cauce de diferentes piedras, se desvisten y como el agua esta considerablemente fría se van metiendo de a poco, como no es muy hondo se agachan y se sumergen sintiendo la vitalidad del agua- Carla: definitivamente que bueno es bañarse y más aún con este calor- Alberto: mi amor el agua en un principio se hace fría pero cuando ya el cuerpo se acostumbra es una delicia- Don Evaristo sé que el agua es una delicia pero no podemos demorarnos mucho ya que el próximo pueblo llamado Mumake siempre está retirado-  Luego de un largo silencio Carla habla: Como estamos lejos de eso que dijera Don Evaristo es mejor que salgamos y nos vistamos. Salen del caudal del río, al vestirse siguen con el movimiento de los pies por la frondosa naturaleza, caminan y caminan, en un punto alto ven a lo lejos el poblado kogi que al ir descendiendo por el camino llegan aunque no muy cansados- Don Evaristo viendo de frente Alberto va diciendo: toma el cabestro de la mula y esperen que voy a hablar con un amigo a ver si es posible pasar la noche en su lugar- Carla de acuerdo aquí mismo lo esperamos. Don Evaristo caminando los deja atrás tomando por un sendero que ya conoce, al entrar en una especie de pequeña planicie encuentra la finca, como es de esperar a su encuentro van los perros y al llegar ve justo en la puerta a su amigo Eugenio que esta poporeando muy tranquilo, al verlo se le acerca haciendo el intercambio habitual de hayo, se meten en la boca cada uno de lo que recibió del otro- Don Evaristo en kogi le habla: don Eugenio como están su mujer y sus hijos…- Están bien pero en estos momentos están donde mi cuñado participando en una minga- Que bien, será que me hace un favor- Dependiendo cual sea el favor- Es que estoy con una pareja de amigos civilizados será posible que pasemos la noche aquí en su lugar- No veo problema, además me acompañan ya que mi familia se demora varios días más- Gracias, ya regreso con ellos. Se devuelve por donde viniera de ese modo llega ante ellos que estás comiendo guayaba, le pasan una que come tranquilamente- Carla al terminar de comerse la fruta le dice: como le fue será que nos podemos quedar donde su amigo- Claro que sí además contamos esta vez con suerte ya que esta solo- Vamos. Andan por el mismo sendero y rápidamente llegan ante los perros que los aturden con los ladridos y luego ante la construcción circular viendo en la puerta al personaje que sigue como si nada poporeando- Don Evaristo: él no habla español pero salúdelo como yo le enseñe que lo debían hacer. Con Alberto intercambian las hojas de coca introduciéndolas cada uno entre su boca, Al entrar en la circular cabaña ven en el medio la hoguera prendida sentándose sobre unas piedras algo cuadradas que están alrededor, al sentarse el kogi y el arruaco se ponen a conversar sin que ellos puedan entender nada, hablan y hablan hasta que son interrumpidos por Carla que va murmurando con su voz: Don Evaristo será que su amigo tendrá comida para preparar. Él al dirigirle la mirada a su amigo kogi en su idioma le dice: será posible comer algo- Él le contesta de la misma forma y le dice: que para eso hay que meterse entre el monte de la finca haber que pueden hallar- Si es así vamos. Al ver que ellos se paran Alberto y Carla hacen lo mismo, salen los tres guiados por el kogi con ese sentido de las circunstancias pasan por entre dos palos la cerca viva y al ver varias plantas de maíz van entre ellas, entre los dos personajes van cogiendo las mazorcas que al mismo tiempo van desojando, que a la vez se las pasan a ellos. En el momento que tienen más que suficiente, pasan el otro lado de la cerca viva al ir hacia un grupo de árboles de hojas bastante rojizas, ven en sus ramas varias vainas de color verde que cuelgan- Carla que lindas cosas que cuelgan de estos árboles acaso se comen- Alberto lo de adentro, espera que tomo una. Al cogerla la abre para que aparezcas unas enormes semillas algo semejantes al frijol. Al intenta llevársela a la boca- Alberto sonriendo le habla: no se comen crudas hay que cocinarlas para poder consumirlas, ya verás lo ricas que son- Como se llaman o como suelen decirle…Tienen varios nombre como: poruto, fruto del pan, pero por lo general se le llama chachafruto- Que bueno siempre se aprende algo nuevo eso está buenísimo- En el momento que dejemos de descubrir cosas la vida perderá el sentido que tiene- Si es tal cual. Entre todos logran reunir una buena cantidad de chachafrutos- Don Evaristo ya con toda esta comida diría que nos vamos hacer una comelona increíble- Carla: vamos hacer lo que tendremos que realizar. Al volver a la construcción circular en el mismo espacio donde ya entraron, entre los cuatro desenvainan los chachafrutos al estar los frutos libres de las vainas los colocan entre una olla de aluminio al agregarle el agua necesaria lo ponen en el fogón a cocinar, desgranan el maíz al hervirlo los granos con los cuales preparan una especie de tortillas, ya todo listo para consumir se sientan con la tranquilidad del caso a comer- Don Evaristo dirigiéndole la mirada a Carla le dice: que tal los chachafrutos…- De verdad que son riquísimos que buen descubrimiento. Hablan y a la vez van comiendo cada uno a su ritmo, al acabar el kogi pone el plato al lado, de ese modo cada cual va terminando con los alimentos haciendo exactamente lo mismo, entre Alberto y ella en un pozo lavan los platos. Al estar sentados el calor los va calentando en el momento que apenas pueden mirarse deciden todos ir a preparar lo necesario para acostarse, en calma lo hacen logrando rápidamente el sueño.
Al despertarse casi todos al mismo tiempo, claro que de último lo hace Carla que al salir del saco de dormir va a sentarse donde están ellos sentados, luego que conversan los personajes va diciendo Don Evaristo: de aquí tenemos que ir al poblado Mamey cerca de ahí esta noche va haber un ritual con varios de los mamos, las mujeres como es tradición no pueden asistir vamos a ver con quien de las mujeres dejamos a Carla, tal vez acepten que asista tu Alberto, todavía no lo puedo precisar ya se verá- Alberto: ojala pueda ya que estoy interesado en ese tipo de acontecimientos- Eso no me corresponde decidirlo a mi es cuestión de los mamos kogis, hay que esperar a ver que decisión se ajusta más- Carla: otra vez voy a estar sola no me gusta para nada la idea- Alberto: pero te vas a quedar seguro con alguien de las mujeres- Bueno si me toca me toca qué más puedo hacer- Alberto luego que suelta la carcajada le agrega a la cuestión: Tan resignada. Luego se besan- Don Evaristo en son de burla habla: ya se está calentando el sitio más bien vámonos. Al levantarse de mano se despiden del hombre kogi, al volver a colocar todo sobre el lomo de la mula arrancan a buen paso, caminan calladamente por el sendero que cada vez está mejor reseñado, lo hacen de loma en loma pasando varios ríos sin que se interponga nada en su andar, de ese sentido de las vainas llegan a ver en la lejanía el poblado de donde surge un humo intenso, al llegar ven que los kogis están festejando algo, están unas parejas bailando al son de los grandes tambores y otros preparando algo. Se unen sin inconveniente alguno al festejo, haciéndolo Alberto y ella que se integran al grupo de los bailarines, bailan y bailan, luego participan de la comida que se trata de carne de danta, yuca, ñame y chachafrutos. Al acabar con los alimentos los sorprende Don Evaristo que al verlos les dirige la palabra: mi persuasión sirvió para que Alberto nos pueda a acompañar y además ella ya tiene un sitio donde seguramente va a estar a gusto, vamos que de una vez la llevamos pero primero hay que bajar las cosas de la mula, dejémosla en el bohío donde va a estar ella, vamos de una vez. Al ir el personaje cabestreando la mula atraviesan la aldea y en las tres últimos bohíos se detienen, a su encuentro sale un extraña mujer que lleva un atuendo bastante roto y algo sucio, que al verla como si la conociera a Carla la abraza, como ella siente la energía impactante de la señora ella hace lo mismo que dándose un largo instante abrazadas, luego todos aplaudimos y al rato entre todos extraen todo del lomo de la mula y luego Don Evaristo se la lleva aun lugar seguro para que paste tranquila. Con todo arreglado parten los dos a unirse al grupo de los kogis, del lugar donde están todos juntos al salir del pueblo van por el sendero de la montaña, Alberto muy atento a lo que está pasando claro sin comprender lo que los kogis hablan entre sí. Luego de una pendiente complicada llegan a una finca donde al caminar entre el platanal descubres en la poca distancia recorrida el bohío, al entrar ya están varios personajes poporeando, entre los cuales se destaca un mamo con las mismas características pero además posee unos ojos bastante vidriosos y de una mirada tan profunda que desconcierta a cualquier ser humano. Al sentarse Alberto ubicado en el círculo que hacen todos los personajes presentes, a tan solamente dos metros de la puerta. El silencio es rotundo y todos a la vez están poporeando muy concentrados esto hace que se comuniquen de otra manera que la común y corriente que es el habla, ya que la comunicación tiene que ver mucho con la percepción que hay en torno de ellos. Ya en plena oscuridad iluminados únicamente por la luz rojiza prove-niente de la fogata. Alberto siente una fuerza interior que va más allá del raciocinio humano, de esa manera se establece un ideal por la tierra que está gravemente herida por el consumo capitalista y todas sus consecuencias como la del calentamiento global. Él tiene la siguiente visión: que el mundo entra en una gran crisis debido a que el líquido primordial se escasea tanto que el planeta se seca y a consecuencia de esto estalla una guerra que gracias a las bombas nucleares los pocos sobrevivientes se trasforman en persona desfiguradas que no se pueden mirar unos a otros por lo horribles que son. Al aclarar el día todos lagrimean considerablemente, al verlo Alberto se da cuenta que todos estaban en lo mismo, haciendo un esfuerzo logra ponerse en pie sintiéndose mejor cuando sale del lugar circular, le hace la espera a Don Evaristo que aparece con el compadre Eugenio al verse los tres hacen el intercambio de hojas saludándose- Don  Evaristo  vámonos que aquí ya termino el ritual.Al devolverse una mapana ataca a Alberto pero la mano de Don Evaristo evita que lo muerda ya que la ha agarrado por la cabeza y la lanza varios metros monte adentro, sigue como si nada de esa forma llegan al pequeño poblado donde se separan de Don Eugenio y ellos dos van a al bohío donde está Carla esperándolos con un plato de comida, al sentarse sobre el suelo de tierra apoyando el plato sobre las piernas comen muy despacio- Alberto va rompiendo el hielo diciendo: tienes un buen semblante por lo visto te han tratado muy bien- Si espectacular aquí las mujeres son muy unidas y me han tratado como a un miembro de su familia, hemos hecho tantas cosas juntas, y como ellas se prestan aunque no sepa hablar kogi habido una comunicación muy  fluida y a la vez supremamente bella entre ellas y yo- Don Evaristo en son de mamar gallo dice: miren una kogi más. Todos se ríen inclusive las mujeres que están adentro-Don Evaristo: ya estuvimos hasta para la risa ahora le tocó el turno al camino, vámonos que hay que aprovechar el día. Mientras Carla va al interior del bohío a despedirse de sus nuevas amigas ellos dos van a buscar a la mula, al encontrarla fácilmente cerca  de donde la dejaron la traen al bohío y rápida-mente ponen todo en orden sobre el lomo del animal. Al salir ella se van los tres y Don Evaristo como siempre cabestreando a la mula se atrasa para dejarlos a ellos de primero, la caminata se hace agradable ya que hay en el ambiente una brisa muy agradable, al encontrarse con una pareja de kogis con ademanes se saludan siguiendo con el movimiento de sus pies y de esa forma llegan ante unas agrupadas rocas que sobresalen varias veces arriba de sus cabezas, Alberto se detiene a mirarlas lo mismo hacen Carla y Don Evaristo siendo sorprendidos por una enorme águila que surge volando detrás de las rocas y que se estaciona en la rama de un enorme ceibo y luego volando toma gran altura para desaparecer en el firmamento- Carla: si no me equivoco eso era un águila que plumaje más colorido, nunca antes había visto algo igual- Alberto: impresionante, y como salió de la parte de atrás de estas rocas, debe ser un presagio- Don Evaristo: yo creo lo mismo si no hubiera hecho lo que hizo, sigamos a ver si al menos llegamos a la Aguacatera. Caminan siempre cerca del río Guachaca, aunque lo pierdan de vista al rato vuelven a verlo, entran por un portón donde un personaje kogi le hace una seña a Don Evaristo- Él va diciendo me toca entrar espérenme aquí ya no me demoro, al verlo que va en dirección del gran bohío lo ven desaparecer entre los grandes árbo-les cómo se demora ellos aprovechan para acariciarse y besarse, al aparecer el personaje por otro lado los sorprende en esas- Diciendo: ustedes no pierden el tiempo- Al soltarse Carla le responde dici-endo: acaso para qué es la vida si no para amar- El mismo: que mujer ojala yo tuviera una al menos parecida- Alberto: usted no se haga al santo por el otro día lo vi como miraba a una de las kogis- Claro si soy un varón me gustan por mi cálida de arruaco las kogis y eso está permitido, pero la que me tiene de la cabeza es donde voy ahora que nos separemos, si vieran lo hermosa que es, porque verdaderamente es un bollo de mujer como dicen los costeños civilizados- Carla conque esas tenemos, pero si te da bolilla- Claro a eso vine ya que me la llevo a vivir con migo, bueno también vine a otras cosas como se habrán podido dar cuenta. Vamos que me muero de ver a la mujer de mis sueños. Siguen por el sendero que baja desde un punto ven el mar que a la medida que bajan desapa-rece, en un momento dado escuchan el ruido de los vehículos y en manos de nada están ante la troncal del Caribe donde se despiden de abrazo, el amigo va hacia el rio San Diego y ellos con destino del parque Tayrona.                               Fin         

AL QUERER ENCONTRAR A UN AMIGO
Sali ayer de Bogotá en un bus de la empresa Brasilia, al llegar a Santa Marta tome en el mercado un bus que me ha dejado aquí sobre la troncal del caribe, no tengo reloj pero por el sol vertiginoso calculo que son las tres de la tarde, al ver una tienda a tan solo unos pasos de aquí donde me encuentro, camino hasta allá y al entrar visualizo a una mulata en el mostrador- Le digo: me imagino que tiene algo para calmar esta sed tan bárbara que tengo- Solamente tengo gaseosas- Si no hay más deme una Coca Cola. La señora con la modorra que tiene va lentamente hasta la vieja nevera y saca una de esas bebidas y aún más lento la destapa antes que me la entregue me saco el morral depositándolo sobre el piso de cemento y al entregármela la sostengo dándome un largo trago que pasa helado por mi garganta, luego saco del bolsillo del bluyín un paquete de cigarros, al sacar mi encendedor lo enciendo, voy fumando casi al mismo tiempo voy bebiendo, de esa manera acabo con las dos cosas y termino botando en una matera la colilla del cigarrillo. Al pagarle a la señora salgo bordeando un costado de la troncal y la vez la barrera amarilla, me meto al sendero de esa manera llego ante la quebrada que caminando voy bordeando, como me acuerdo bien atravieso la quebrada caminando de piedra en piedra al llegar al otro lado subo decidido la pendiente, esquivo un camino de hormigas y al pasar al lado de una planta de banano llego ante la cabaña, al ingresar veo que las dos hamacas están ocupadas, al ver que no hay nadie más colocando el morral sobre el piso de tierra me siento sobre el banco, al rato surge de la hamaca una figura de mujer bastante morena que me dice: Si estás buscando a Alex el no viene hace más de un año por acá- Sabes donde esta...- Solamente sé que se fue de viaje- Bueno gracias. Al pararme para irme se levanta de la otra hamaca una chica rubia que me dice: ¿de dónde vienes?- De Bogotá, ¿Por qué?- No por nada, solo quiero saber que vas hacer- No sé ya que vengo en busca de mi amigo Alex que es el dueño de este lugar- La rubia sonriéndome: será posible que me acompañes a la cascada- No tengo ningún problema si lo quieres vamos, el único  inconveniente  es  donde  dejo este morral- Déjalo aquí y vamos- La morena: tranquilo que no se te va a perder- Si es así no me preocupo. Al ponerse las chanclas plásticas la chica rubia toma la delantera y yo la sigo, pasamos la quebrada andando sobre las piedras y me le pongo a su lado- Caminando me pregunta: que haces allá en Bogotá- Me dedico a la fotografía y pretendo ir a la sierra a tomar fotos para un libro de fotografía que pienso realizar, por esa razón vine en busca de mi amigo Alex ya que él conoce a varios personajes que viven allá arriba que me podrían orientar. Ella se queda como pensativa y me va diciendo: yo apenas he llegado ayer y vine aquí ya que una amiga me recomendó el lugar, pero ayer hablando con la morena Claudia me comento sobre la sierra y he quedado más que antojada. Al pasar otra vez la quebrada que en este lado tiene más agua- Le hablo: aquí si me tengo que quitar los zapatos ya que no quiero mojarlos porque mojados son un fastidio- Tienes razón. Me agacho lentamente me quito las medias y luego los zapatos quedando descalzo, para no llevarlos los escondo entre la maleza y seguimos- Ella: me agradas sé que con tico podría ir a la sierra- Vamos a ver que nos podemos idear para ir. Chocamos las manos. En un recodo del camino nos encontramos a dos jóvenes kogis que sentados sobre la arenilla comen banano, yo al mirarla a ella a los ojos le digo: esta es nuestra oportunidad voy a intentarles hablar- esa es la actitud intentémoslo. Ella se me adelantan y al acercárseles les pregunta: ustedes tienen cara de subir a la sierra. Al dudar si contestan el que tiene rostro de más joven se resuelve y le contesta: nosotros vivimos en esta dirección pero muy distante de aquí- Ella será que podremos ir con ustedes. Ellos se quedan callados y al mirarse el mismo nos responde: si van con el requerido respeto pueden ir con nosotros- Ella: Tenemos las cosas muy cerca de aquí si quieren nos acompañan a traerlas- El otro chico: preferimos esperarlos pero no se demoren porque nos tenemos que ir lo más rápido posible ya que el lugar a donde vamos está bastante retirado- Y les digo: ya venimos. Aceleramos antes de volver a pasar la quebrada reconozco la maleza y sin demora recojo mis zapatos y las medias, como  no  tenemos  tiempo  para  perder deci-do no ponérmelos prefiriendo seguir descalzo y al pasar la quebrada caminamos casi corriendo de esa forma llegamos ante la cabaña, mientras ella mete sus pertenencias yo saco mi mochila arruaca donde tengo la cámara fotográfica y meto los zapatos y las medias y vuelvo a cerrar el morral, espero a que ella termine de acomodar las cosas dentro de su morral- Al acabar me palabrea: ya tengo todo listo vamos a aprisa antes que los muchachos se vayan. Salimos bajando la pendiente teniendo que pasar por encima del camino de hormigas, y luego de pasar por las piedras la quebrada aceleramos el paso, al llegar al mismo sitio no vemos ni la sombra de los kogis- La rubia: nos han dejado mamando que hacemos- Será que seguimos a lo mejor los podemos encontrar- No se espera pienso. Al acabar de decirlo de un grupo de matas de plátano surgen los mismos personajes riéndose y burlándose de nosotros- La rubia: conque son juguetones ya habíamos pensado que se habían ido sin nosotros- El más alto le responde: eso es un oficio y hay que hacerlo bien si no puede ser de mal gusto- Yo metiendo las patas en lo que hablan: hay que basilar ya que el que no lo hace se lo hacen. Todos nos reímos sintiendo el eco de nuestras risas- El muchacho más bajo y de más prominentes cachetes: sigamos que se nos hace de noche- La rubia: si vámonos. Al ir caminando entre la jungla de árboles, de enormes plantas, luego que se saca algo del ojo la rubia va diciendo: ustedes tres como se llaman: Yo le contesto: yo soy Antonio y ustedes- El más Alto y de contextura más fuerte yo soy Virkla y él es Braulio- La chica primero el burro y luego el personaje, bueno como sea yo soy simplemente Sandra- Virkla: eres gringa- No para nada, las apariencias engañan ya que soy de Manizales- Braulio: para ir allá hay que ir por mar- No, yo por lo menos vine en bus. Todos se ríen volviéndose a escuchar el eco, al encontrar sobre la sombra del árbol muchísimas ciruelas desparramadas sobre la tierra arcillosa, las recogemos para ir comiendo- Sandra: que delicia a demás son dulces como el melado, al quedar satisfechos seguimos para que en breve tiempo espesemos a escuchar la caída de la cascada, al tenerla cerca rápidamente como un rayo Sandra se lanza al enorme charco, la seguimos y nos metemos dentro de la caída de agua sintiendo una rica sensación de vértigo increíble, al nadar de aquí para allá volvemos a la cascada y nos salimos dispuestos a seguir caminando, trepamos por las rocas viendo como las mismas rocas forman especies de piscinas, en unas inclusive se detectan peces de bellos colores, seguimos la trayectoria de las rocas loma arriba apreciando tanta belleza, al detenernos va diciendo la rubia Sandra: yo que estaba haciendo en Manizales, que ciudades de mierda y más habiendo estos paraísos- Yo le agrego a la cuestión: ni que ciudades ni qué carajo con estos lugares esos lugares apestosos de cemento son únicamente para los alienados mentales. Seguimos y en un momento dado algo como una piedra cae a muy poca distancia de nosotros y al mirar vemos que en la copa de un gigantesco árbol hay un mono titi, uno de los chicos le responde con la misma piedra y el mono yéndose de rama en rama se pierde de nosotros- Sandra: que mono y ustedes para que le responden- Virkla: no le quería hacer daño solamente lo hice  en son de juego. Al ir avanzando la cuesta se hace más empinada o sea más difícil, al dejar las rocas tomamos por un sendero que nos lleva a la cima de la montaña, al descender encontramos algo así como una gigantesca cueva- Sandra mirando hacia el interior: que cueva tan oscura y misteriosa no me metería por nada del mundo- Braulio es una cueva tan profunda que pareciera que no tiene fin, he oído de los mayores que en su interior hay extraños animales, incluso gigantescas culebras pero sigamos que se nos va hacer de noche. En instantes el cielo en dirección del mar toma colores del naranja, pasando por el rojo, el purpura y termina en rosado- Yo voy diciendo: que atardecer más increíble si no lo estuviera presenciando no lo creería. Sequimos y el contorno cada vez más se hace más oscuro, que en un momento dado tengo que sacar la linterna que afortunadamente las pilas son nuevas y por esa razón nos vamos iluminado con buena luz, caminando viendo que del cielo aparece completamente vestido de estrellas, al estar descendiendo escuchamos el torrente de agua, al estar casi al borde del río surge le la loma una luna media que por suerte ilumina el río que pasamos mojándonos los pies, al dejar el río empezamos a subir montaña arriba, al meternos en el bosque solamente nos sirve la luz de la linterna al estar extenuados nos detenemos mirando todo lo que tenemos que subir- Sandra rascándose las piernas va diciendo: que mosquitos de mierda y esta subida esta tenaz- Virka: estos civilizados sí que se quejan- Ella le saca la lengua y va murmurando: simplemente es que no estoy tan acostumbrada como ustedes. Al terminar se sienta a rascarse- Yo le digo: lo mejor que puedes hacer es ponerte un pantalón- Ella: no sé si es mejor el pantalón o quedarme como estoy ya que hace un calor insoportable- Ponte el pantalón que los mosquitos te van a masacrar- Si tienes razón ya mismo me lo pongo. Saca del morral el pantalón y se lo pone- Braulio sigamos antes que se nos haga más tarde- Yo hablo: si es mejor ya que no se cuanto más van a durar las pilas de esta puta linterna. Al mirarnos todos seguimos por el ascenso del camino luego del esfuerzo llegamos a un plano donde el muchacho más vigoroso abre el broche de alambre de púas, al pasar todos lo vuelve a cerrar, ellos van de primero y yo atrás iluminado el sendero de esa forma llegamos ante una construcción de donde sale un perro que se le tira a morder a Sandra que logra esquivarlo- Virka: quédate quieto Lobo que ellos son amigos nuestros. El perro se tranquiliza y entramos al interior del bohío y el canino nos sique, al encender un encendedor no tengo nada más que prender la fogata que está ubicada en todo el centro, al lograrla prender de una ilumina toda la construcción circular- Virka trajeron comida?- Sandra le contesta: yo tengo varios paquetes de pastas, varias latas de atún, aceite y sal- Yo digo: yo he traído arroz, tomates, varias latas de sardinas y alverjas enlatadas. Que surgieren que hagamos- Sandra: cualquier cosa da lo mismo lo importante es aplacar esta hambre que tenemos, porque nos decidimos- Yo le agrego a la cuestión: yo creo que más rápido van a estar las pastas- Luego que sonríe dice: está decidido pues hagamos las pastas con una salsa de tomate y atún. Al entregarme Braulio un par se viejas ollas de aluminio nos ponemos entre ella y yo  en  la  labor,  al  estar  los fideos y la salsa los colamos, y luego servimos de esa forma comemos en silencio- Al terminar con el contenido del plato Sandra va diciendo: o nos quedaron muy ricos o es que teníamos mucha hambre. Entre los dos kokis lavan lo que utilizamos y nosotros nos sentamos sobre las piedras que están depositadas sobre el suelo de tierra a fumar un cigarrillo- Yo le pregunto sosteniendo el cigarro: Sandra tú que hacías en Manizales- Ella contestándome: primero estudie agronomía como no me satisfacía me cambie a filosofía pero termino aburriéndome, más sumado a los problemas con mi familia desistí de vivir allá en la capital caldense y por esa simple razón estoy aquí, y no sé qué va hacer ahora en delante de mi vida- Te preocupa…- No para nada ya que la vida me marcara las pautas de cómo seguir esta existencia. Al acabar los dos jóvenes kokis de lavar la loza nos disponemos a arreglar donde vamos a dormir, ellos dos disponen las hamacas donde van a dormir ellos, nosotros colocamos cerca del fuego los aislantes y los sacos de dormir, con todo listo nos acostamos observando el fuego y al extinguirse quedamos profundos.
Sobre la madrugada me despierta una especie de silbido, como tengo la linterna tan cerca de donde estoy acostado la tomo y al encenderla voy iluminando el contorno de la construcción circulas dándome cuenta que se trata nada menos que de una serpiente de cascabel, en un principio me asusto pero resuelvo llamar alguno de los dos personajes kogis, al levantarme lo hago con movimientos lentos para no llamar la atención y sin demora toco el hombro de Virkla que de una abre los ojos y me va diciendo: que pasa…- Hay una serpiente cerca de nosotros. El al levantarse de la hamaca toma del suelo varias piedras y haciendo tremendo alboroto le va lanzando las piedras, esto hace que Sandra abra los ojos y al ver la serpiente se asusta tapándose los ojos, al acertarle una piedra en la cabeza la cascabel huye por un hueco que está al nivel del suelo sobre la pared- Sandra que peligro esa maldita serpiente, quien se dio cuenta…- Yo al escuchar el sonido de su cascabel por fortuna tenía la linterna cerca de mí pero sigamos durmiendo- Tú crees que después de haber visto esa cascabel me puedo quedar tranquila- Duérmete y confía que no va a volver- Está bien. Al reconciliar el sueño se me vienen ciertas imágenes de épocas pasadas y ya algo entrada la mañana me despiertan los cantos de los pájaros. Al abrir los ojos veo a Sandra sentada- Le pregunto: desde cuando estas en esa posición- Desde que me desperté por una pesadilla- acaso que soñaste- Con esa puta serpiente que me mordía- Tan paranoica- Me impresiono mucho verla por eso lo del sueño- Olvídate de eso y despertemos a los amigos. Cuando vamos a ver no están ni las hamacas- Ella: han desaparecido que hacemos- No se me ocurre nada. Ella salgamos a ver que vemos- salimos dándonos cuenta el sol que hay- Ella murmurándome al oído: qué tal si buscamos un sitio donde nos podamos bañar- Con este sol no es mala idea. Pero vamos con nuestras cosas- Claro no nos podemos confiar. Al guardar nuestras pertenencias en los morrales, no los colocamos y salimos viendo un panorama lleno de diferentes árboles, descendemos loma abajo por un estrecho sendero, yo tomo la iniciativa  y me adelanto para que ella me siga, en un momento dado empezamos a escuchar un sonido permanente de agua, entre los árboles vemos algo retirado el río- Ella señalando: mira allá está el río- Vamos. Al ver otro camino que se bifurca y que va en ese sentido, lo tomamos y vamos bajando entre una vegetación de diferentes plantas, al ver un charco y antes que lo pasemos surgen cantidades de mariposas que se abren paso entre la floresta- Sandra contemplando el espectáculo va diciendo: que mágica es la naturaleza que bellas mariposas- Tienes razón ya que son increíblemente bellas y además pienso que deben ser un buen presagio. Al pasar por un costado del charco encontramos al borde del sendero unas gigantescas rocas que se extienden muy arriba de nuestras cabezas y al pasarlas vemos la amplitud del río que fluye con su movimiento de agua entre múltiples piedras, lo recorremos bordeando la orilla con el propósito de encontrar un charco donde al menos podamos nadar, luego de pasar al lado de una matas de bambú vemos un salto formado por dos piedras y más abajo un lindo charco- ella mirando: mira esa caída y el charco ya tengo ganas de meterme- Si invita a eso. Al acercarnos decididos nos quitamos la ropa para quedar como hemos venido al mundo, ella sin problema se acuesta boca arriba sobre la corriente que la lanza al charco cayendo de frente, yo hago lo mismo. Al pisar el fondo bajo de piedritas nos vemos la configuración de nuestros cuerpos y luego a los ojos quedándonos como hipnotizados, al tomarnos nos abrazamos y cerrando los ojos nos palpamos los labios besándonos- Ella al abrir los ojos: desde el momento que llegaste y que te vi estando dentro de la hamaca ya me gustaste- Yo le contesto afirmándole: solo cuando te paraste de esa hamaca me di cuenta de lo bella que eres. Nos volvemos a besar y luego nos tiramos a nadar ha travesando el charco repetidas veces y al quedar algo cansados nos acostamos sobre una roca a tomar el sol quedándonos dormidos. Al abrir los ojos ella me besa diciéndome: no sé cuánto tiempo ha pasado pero siento bastante hambre- Busquemos a ver que podemos encontrar. Al ponernos la roba luego de besarnos andamos por un sendero entre un estrecho valle, en el momento que vemos un platanal nos acercamos y al ver varias plantas más anchas nos damos cuenta que se trata de nada menos de un bananal, al ver algunos bananos amarillos y maduros, del gajo vamos sacando banano por banano y lo vamos comiendo, al habernos consumido una pequeña parte del gajo nos damos por satisfechos- Sandra al tragarse el último pedazo va hablando: que delicia de bananos no sé cuántos me abre comido pero debieron ser varios- Yo igual, que hacemos. No sé pero decidamos- Seguimos avanzando- No me parece mala idea. Seguimos el sendero que bordea el río y que al separarse entramos en la densa vegetación- Ella viendo cada árbol va murmurando: estos parajes según mi concepción me identifican con el misterio- Si eso no se puede negar y mi prescripción de ser se bate en lo mismo, seguimos o nos quedamos a ver qué sucede- Sigamos a ver que encontramos. Andamos por el sendero volviéndonos a encontrar el río, al detenernos Sandra va diciendo: por  lo  visto  el camino sique del otro lado de este río- No tenemos  otra opción que atravesar el río o devolvernos- No, sigamos. Atravesamos el rio con la dificultad de la corriente, le tengo que ayudar dándole la mano y haciendo un último esfuerzo logramos alcanzar el otro lado- Ella sudando va murmurándome: pensé en un momento dado que el río nos iba a rastrar- Si se hizo difícil pero lo logramos- seguimos el sendero viendo cada pájaro que vuela alrededor de los árboles- Ella que naturaleza más imponente, estos lugares son de ensueño- Son como un poema vivo. Nos abrazamos dándonos picos y al soltarnos continuamos, al ver una finca nos entramos y al llegar ante el bohío nos salen al encuentro unos niños que al vernos se asustan volviendo al interior del bohío y a continuación sale un arsario vestido todo de algodón blanco y que calza unas botas pantaneras, que nos mira diciéndonos: que hacen por esta tierra- Yo le contesto estamos conociendo- Les gusta este lugar- Ella va murmurando con su voz: nos tiene fascinados ustedes son unos privilegiados deben saber muy bien lo mágico de estos parajes- Si este es el lugar de nosotros y lo sentimos, lo amamos y lo respetamos- Yo: debe ser así ya que de otra forma sería un irrespeto con esta bella naturaleza, nosotros seguimos- a donde van- No sabemos, bueno que sigan bien y hasta luego. Al volver encontrar el camino continuamos por este apreciando el esplendor de la naturaleza que nos rodea, al salir del valle empezamos a subir una montaña más dura que las otras, con actitud ascendemos y al girar el camino por entre la montaña encontramos una enorme cascada que viene de lo más alto de la montaña, nos sentamos a contemplar la cascada quedándonos absorbidos en la belleza de como cae a raudales la impresionante cascada- Ella estoy bastante agotada este lugar me parece excelente para pasar la noche, que tal si buscamos leña y hacemos una fogata- Se me ocurre como hay tanta piedra que hagamos un circulo y hacemos la fogata a dentro de el- Linda idea. Vamos reuniendo las piedras más circulares con la cuales disponemos del sitio haciendo el circulo, luego entre los árboles buscamos leña y al reunir una buena cantidad como para pasar la noche. Nos sentamos uno del lado del otro tomándonos las manos, en el momento que ponemos las cabezas sobre los morrales vemos algo inusual tratándose de una luz tan fuerte proveniente del firmamento que nos obliga a cambiar la vista, cuando volvemos a girar la cabeza presenciamos una gran esfera que gira alrededor de su mismo eje y que se convierte en la apariencia de un ovni y que rápidamente desaparece dejando un rastro sobre el lugar vegetativo- Ella creo que viste lo que yo pude apreciar- Como no, si fue tan real como la existencia misma, viste que primero era una bola de fuego que era tan fuerte que tuvimos que ver hacia otro lado y cuando volvimos los ojos vimos lo que es realmente un ovni que al instante desapareció, miremos el rastro. Al verificar la huella ven en el centro todo quemado- Ella viéndome: todo quedo completamente quemado y si ves bien hay un círculo exacto- Si al respecto de esto no hay dudas. Nos quedamos en silencio apreciando el firmamento que está condicionado por la cantidad de estrellas, en un mismo momento vemos varias estrellas fugases- Yo dirigiéndole la mirada le hablo: que cantidad de estrella fugases- Con lo que hemos visto es más que suficiente. Al prender con el encendedor una vela con la cual logramos encender la fogata que nos conforta entregándonos calor, al estar tan casados armamos con los dos estertores una sola cama y al meternos entre los sacos de dormir nos profundizamos inmediatamente.
A la mañana con los rayos del sol sobre mi cabeza abro los ojos sin su presencia, al pararme la busco sin poder hallarla me preocupo y trato de explicarme su desaparición. Al no saber qué hacer me desespero aún más viendo que sus cosas están como las dejáramos a noche. Me levanto y doy un rodeo por el lugar sin ningún éxito. Al no entender nada del porqué de su desaparición golpeo con mi puño con tanta fuerza que mi mano sangra contra el suelo de gramilla. Dándome por vencido a pesar del sol me vuelvo a costar cubriéndome con el saco de dormir y logro dormirme. Estando en esas siento su mano que me acaricia, al despertarme como tuve una especie de pesadilla al verle el rostro lo veo como si fuera el diablo en persona, reacciono corriendo como estoy completamente sacado de si, al tropezarme con una piedra me caigo y estando tirado la veo como realmente es y sin importarme el dolor de una de mis rodillas me levanto y la abrazo diciéndole: pensé que habías desaparecido- Solamente fui a dar un paseo me demore porque me encontré a una indígena con la cual hablamos de cosas interesantísimas, por eso vengo hasta ahora, lo que no entiendo como cuando me viste saliste corriendo. Te busque durante largo tiempo y al no hallarte me di por vencido acostándome y tuve una horrible pesadilla por eso en el momento que te vi eras el propio diablo en persona- Ella: no creo que tenga la cara de Satanás- No para nada solo lo vislumbre. Qué tal si nos metemos en la cascada. Que esperamos vamos a bañarnos. Lentamente nos desvestimos y de un solo impulso nos metemos en el pozo y nadando vamos hundiéndonos para estar sobre el torrente de agua que cae sin alcanzarnos, Al volver a hundirnos vemos a poca distancia algo así como una luz que se trasforma en un hombre de barba que viste como los indígenas y que lleva una especie de báculo, esto hace que inmediatamente volvamos a la superficie- ella me comenta: cómo es posible que esa luz se convierta en ese personaje- No lo entiendo ya que ese hecho no tiene explicación, volvamos a sumergirnos. Al volver a la profundidad seguimos viendo al personaje que con un movimiento del báculo desaparece dejando enormes burbujas, al volver a la superficie ella me va diciendo: estas aguas al parecer están como encantadas ya que ese espíritu que vimos debe ser el de los antepasados de estos pueblos- No hay más explicaciones, debe ser tal cual. Al salirnos del agua vemos una serpiente que al asustarse desaparece en el flujo de la caída de agua- Ella con cara de aterrada va murmurando: ahora la serpiente como pudo desaparecer debajo de la espesura del agua, aquí hay gato encerrado o porque todo aquí es una real incertidumbre- sí, es eso ya que no hay otra explicación. Al que renos quedar vamos en busca de más leña ya que lo poco que quedo de la noche anterior es muy poca, al irnos entre los mismos árboles encontramos una buena cantidad que trasportamos en dos y tres viajes- ella tengo un hambre increíble además ayer solamente comimos algunos bananos- Yo tengo un paquete de maní de los grandes- Porque no lo dijiste antes, de todas maneras dámelo que lo abro. Al sacarlo del morral se lo paso y ella de una lo abre depositando una buena cantidad entre su mano, al pasármelo yo hago lo mismo, de esa manera vamos comiendo hasta acabar con el contenido del paquete que deposito entre mi morral. Luego de encender la fogata nos relajamos viendo las estrellas que nos internan en un espectáculo increíble ya que vemos estrellas que van en un solo sentido a una velocidad vertiginosa que es algo así como una lluvia de estrellas- Ella en este lugar debe haber algo así como magia debido a que en poco tiempo hemos presenciado aconteci-mientos que no tienen nombre- Si no tienes la razón yo debo de estar demente. Nos reímos tanto que hay un eco que se escucha por todo el entorno y luego extenuados de tanto reírnos nos quedamos en un delicioso sueño.
Al despertarnos al mismo tiempo fluimos en el amor con la armonía de los besos, al levantarnos nos tiramos sobre el poso, nadando hasta el torrente que cae vertiginosamente que tenemos que detenernos para no ser arrojados contra las rocas- ella sosteniéndose entre el agua habla: noto que el agua esta cayendo con mucha más fuerza que ayer- Yo noto lo mismo es mejor que nos salgamos. Al salirnos escuchamos algo así como un estruendo, al escucharlo tan intensamente nos retiramos varios metros y en menos que nada vemos una sombra que al caer es nada menos que una gigantesca roca que al caer hace temblar la tierra cubriendo todo el poso y cambiando la geografía del lugar. Ella sosteniéndose su rostro con sus dos manos va hablando: con todo lo que hemos visto es mejor que nos retiremos- Vamos. Al alzar todo y meterlo entre los morrales salimos loma arriba descubriendo en la intercepción de un plano un árbol  tan  gigantesco  del cual cae un ramaje semejante a inmensas canas- ella con un gesto como de aterrada va palabreando: que árbol más particular mira cómo se extiende de arriba a abajo ese ramaje canoso- de verdad que es asombroso, y seguramente para los indígenas este árbol debe ser algo así como sagrado- Creo lo mismo. Seguimos la trayectoria del sendero, de ese modo pasamos por un lado de varias fincas y al decidirnos entramos a una de las fincas, al estar ante el bohío sale Braulio acompañado de una joven indígena, por lo tanto no creemos lo que estamos viendo- Él nos habla diciéndonos: quieren seguir… Al vernos Sandra va diciendo: estamos desconcertados pero claro que nos gustaría. Nos saludamos de mano y luego entramos  en el bohío sentándonos sobre una alargada banca, la indígena nos trae a cada uno un plato con envueltos de maíz que comemos sin decirnos nada, al acabar ella misma nos recibe los platos depositándolos en un roído balde y luego se sientan hacernos compañía- Braulio va diciendo: si quieren se pueden quedar el tiempo que deseen con nosotros- Yo le contesto: gracias, yo creo que si- Sandra: si, la oferta me gusta por eso pienso que nos debemos quedar claro que ayudando en lo que haya que hacer.
Con el pasar de los días vamos desarrollando varias actividades, como la labranza, reparando cercos, cocinando y compartiendo. Una mañana me despierto con el pie hinchado y con un dolor increíble- Sandra ese pie está bastante mal- Al verlo Braulio: eso es un nuche- Sandra que es eso…- Es un mosco que al picar deja sembrado un gusano que se va abriendo paso en este caso en el pie- Sandra con una cara de preocupada va murmurando: como se lo podemos sacar- Braulio: hay dos soluciones una es llevarlo a donde el mamo Gabriel u otra llevarlo a Santa Marta al hospital- Sandra: creo que lo mejor es llevarlo donde el mamo. Al intentarme parar me es imposible ya que el dolor se me hace insoportable- La chica kogi va diciendo: tenemos que buscar a alguien que nos ayude a llevarlo- Braulio ya vengo voy donde mi compadre Néstor a ver si nos ayuda. Al desaparecer por la puerta se aleja en la distancia. Yo con un dolor intenso me doy cuenta que además tengo algo de fiebre,  estando acostado me muevo de un lado para el otro sin lograrme calmar ya que el dolor es como un infierno. Al estar oscureciendo vuelve Braulio solo, al entrar al bohío –Va diciendo: que forma de caminar y para empeorar la situación no estaba ya se fue a una minga, pero con la mujer le deje la razón que cuando volviera viniera lo más rápido posible- Sandra que mala onda, él está cada vez peor si nos hacemos algo ya no sé qué sucederá con su estado de salud- La indígena ya se está haciendo de noche toca esperar hasta mañana a ver qué podemos hacer al respecto. Al oscurecer siento una molestia más grande sintiendo como una brasa que arde entre mi pie, Sandra con sus propias manos intenta darme del arroz de verduras que ella misma hiciera, pero no me pasa bocado y me vuelvo a voltear, al sentir que me invade la fiebre tirita todo mi cuerpo, y ya en la madrugada veo el túnel que me lleva al otro lado de esa forma muero.                     Fin.

LAS PÉRDIDAS
Juana llega en un bus de la empresa Brasilia de Santa Marta a Buritaca, el bus al detenerse ella levantándose de la silla se baja y el ayudante le pasa su mochila, al partir el bus ella viendo que no viene ningún vehículo pasa al otro lado de la troncal y empieza a internarse por la angosta carretera, ve sobre la pared el letrero pintado de lo que corresponde a Buritaca y sigue por la trayectoria percibiendo el pavimento caliente de la carretera y sintiendo sobre su espalda el sol fuerte del medio día que hace que sude, ve de los dos lados la escasa floresta y al ir ganando terreno ve los búfalos y las vacas, el calor hace que la vía se haga insoportable de esa forma ingresa por la portada al extraño pueblo construido durante la bonanza marimbera y que iba hacer algo así como un club. Al estar entre las construcciones se decide ir a la playa, para esto pasa entre las sillas del restaurante al aire libre viendo la extensión del río que desemboca cerca de ahí en el mar, bordea la extensión del río y al ver que se puede meter al río se descuelga el morral colocando sobre la arena, luego se guita las zapatillas y se desprende de la ropa quedando con un biquini bastante atractivo, como siente el bochorno se encamina lanzándose al agua del río, nadando atraviesa el río y ya estando en la orilla del mar lo ve hasta que se decide a meterse, lo hace viendo las olas que van quebrando para ver la espuma blanca, al pasar una ola lo hace sumergiéndose, al encontrarse de frente con otra lo hace de la misma forma y la tercera la sorprende hundiéndola contra la arena saliendo rendida. Al querer devolverse se lanza contra la ola logrando que la arrastre un poco y al salir ve que alguien por medio de señas la llama. Ella nadando logra traspasar el río y al ver a su amiga Claudia la abraza diciéndole: por fin te veo ya que la última vez nos vimos en Bogotá y no nos pudimos ver más- Ella le contesta diciéndole: si esa fue la realidad pero por fin estoy aquí viéndote- Si de verdad que estoy alegre de verte, si quiere te acompaño donde mi amigo Rene- Ese es el amigo que me hablaste una vez- Si claro el mismo- entonces vamos, al ver su morral lo levanta poniéndoselo  sobre su espalda y luego toma las zapatillas que las lleva entre sus manos, al ingresar al restaurante Juana va murmurando: no me aguanto más la sed sentémonos que te convido al menos a un jugo, al ver a la señora la llaman y ella al llegar ante ellas va diciendo: tengo sancocho de pescado, mojara frita con arroz, ensalada y patacones- Juana le contesta: no deseamos nada de eso, será que tiene jugos- Solamente tengo de mango bastante frio- Ella mirando a su amiga Claudia: quieres un jugo de mango- Si con esta sed claro pero me gustaría ojala helado- Por favor tráiganos dos- La señora Contesta: ya mismo se las traigo. Al desaparecer al rato vuelve con las dos bebidas amarillentas con pitillos, las pone sobre la mesa diciendo: si desean algo más solamente tienen que llamarme- Juana haciendo un gesto le dice: gracias. La señora enseguida se aleja- Juana luego que se da un trago le murmura: será que tienes un cigarrillo- Si claro. Al sacar del bolsillo de su bermuda un paquete de Caribe le ofrece, ella saca uno y lo mismo hace la amiga encendiendo con el di esquero, de esa forma fuman y beben- Juana va hablando: desde cuando llegaste aquí a Buritaca- estoy desde hace dos meses ya que renuncie del trabajo allá en Bogotá- Todavía estas con Federico…- No me hables de ese cretino que es un traicionero, además ya logre quitármelo de la cabeza y tu relación con Felipe sigue- Terminamos hace como un mes y desde ese momento estoy mucho mejor sola- Que viva la libertad. Al acabar con las bebidas se levantan Juana tomando el morral y la zapatillas yendo donde está la señora pagándole Juana, al salir de la zona del restaurante se meten por ancho camino pasando a un lado de varias tiendas,  luego a un costado de un hostal donde al avanzar llegan ante las iguales construcciones blancas y después al tomar al atajo llegan ante la portezuela de la casa de Rene, al ingresar en el salón abierto ven que sale Gabriela de la cocina, al verla le sonríe abrazándola y le dice: como se te ve de bien- estoy full como nunca, sácate esa mochila que ya mismo nos sentamos a almorzar. Ella se saca el morral colocándolo contra la pared y se sientan ocupando la alargada mesa, al rato entre las dos sirven los cuatro platos con pescado, arroz, ensalada y patacones, al mismo tiempo sienten que abren la portezuela apareciendo Rene con su mochila kogi y poporeando va hablando: que rico huele- Gabriela: siéntate antes que se enfrié. Al sentarse él y ellas empiezan a maniobrar los cubiertos de esa forma van comiendo lentamente- Rene viendo a Juana: tú debes ser Juana la hija de mi amigo Alberto- Claro que si-Tu no te debes acordarte ya que viniste muy niña con tu padre- No me acuerdo- Claro que te vas acordar si estabas muy pequeña. Siguen masticando de pronto Rene vuelve a romper el silencio diciendo: Claudia todavía pretenden subir a la sierra- Yo por lo menos si- Juana siempre he tenido ese sueño será que puedo ir con ustedes- Gabriela: claro no puedes dejar de pasar esta oportunidad- Con guíen vamos a ir…- Rene: les aconsejo que suban con alguien conocido- Claudia: quiero subir esta vez sin nadie que me joda la existencia, además al haber subido varias veces considero que ya conozco bien el camino- Rene: insisto vayan con alguien, tres mujeres solas pueden tener problemas- Gabriela: no vamos a tener ningún tipo de inconveniente- Rene: bueno está bien no jodo más. Al acabar casi al mismo tiempo entre las tres recogen los platos lavándolos en la cocina y se acuestan a reposar el almuerzo sobre las hamacas y solo se despiertan al atardecer. Al encontrase en el patío todos van rodeándolo-Juana va diciendo: como este lugar está de bien cuidado y me sorprende ver tantos árboles frutales. Luego se empina y al estirar el brazo logra agarrar un bello mango, al morderlo esta como le gusta bastante pintón- Claudia al antojarse le dice: dame un mordisco. Al probarlo- Agrega: está muy rico- Gabriela al ver otro mango en el ramaje lo agarra de la misma manera llevándoselo a la boca- Va murmurando: este también está buenísimo- Claudia que tal si vamos a ver el atardecer- Juana: es excelente idea vamos- Rene: vayan ustedes ya que estoy esperando a unos amigos kogis. Se despiden de él y son guiadas por Claudia por un camino que al meterse entre un grupo de árboles y cocoteros llegan a la playa, sentándose sobre la arena aprecian los colores del atardecer y la extensión del mar- Juana: que magnifico atardecer esto me recuerda algo- Claudia se le lanza a serle cosquillas y le dice: si no lo cuentas vas a ver cómo te hago cosquillas- Bueno está bien, lo que iba a decir es que me acuerdo de mi ex novio ya que estuvimos hace tiempos en Capurgana y siempre íbamos a ver los atardeceres, era tan tierno- Gabriela: eso son cosas del pasado ahora hay que vivir en el presente, si no te vas a amargar- No me amargo es solamente un recuerdo y nada más. Al estar oscureciendo-  Juana empezándose a rascar va hablando: antes que nos coman estos jejenes vámonos a la casa de Rene- Claudia: huyamos de aquí. Se devuelven por el mismo camino y al estar ya oscuro llegan rápidamente a la casa, al entrar ven a Rene poporeando y dialogando con dos personajes kogis que están vestidos de planco con dos mochilas entre cruzadas, al no querer interrumpir la conversación se meten entre la amplitud del iglú quedándose dormidas inmediatamente.
En la madrugada aún suenan los grillos, Gabriela al abrir los ojos despierta a sus dos amigas- diciéndoles: es hora que empaquemos y nos vamos a la cierra- Juana  estoy  emocionada  vámonos  de  una vez. Al salir de la carpa Claudia y Gabriela depositan sus cosas en los morrales, luego entre las tres desarman el iglú y al enrollarlo lo meten entre el estuche y luego entre el morral de Claudia, antes de irse Gabriela le escribe una nota a Rene depositándola debajo de la puerta del cuarto donde duerme Rene, al colgarse los morrales salen sin hacer ruido, toman por un costado del pueblo dando una vuelta que al pasar en frente de una gigantesca casa de un parraco salen por la carretera viendo que está amaneciendo, de a poco comienza a dibujarse los árboles. Rápidamente están sobre la trocal donde espera el bus que va a Palomino, al pasar una camioneta sin que ellas hagan nada les para- Gabriela viendo al moreno que va solo le dice: nosotras vamos a Palomino- Súbanse que las llevo. Al mon-tarse en la parte de atrás de la camioneta se sientan y el hombre arranca velozmente yendo a una velocidad increíble- Juana asustada les murmura a sus amigas: que susto como va está camioneta de rápido. Las otras no le contestan. Con la velocidad que lleva la camioneta en menos de nada llega a Palomino frenando en seco en la bomba de gasolina, al bajarse con el sol a cuestas la camioneta arranca a todo lo que da- Claudia viendo el ancho de la carretera va diciendo: tenemos que buscar una tienda donde podamos conseguir alimentos para cocinar. Al pasar la trocal ven el único lugar abierto y entran tomando lo que consideran que pueden cocinar, al pagar depositan los víveres en cada una de las mochilas. Al alzarlas y colocárselas siente de una vez el peso- Juana: ahora si esta mochila pesa como el demonio- Claudia: claro que sí pero no nos queda otra opción que llevarlas cargadas como están. Se meten entre las casas del pueblo con el sol de frente y rápidamente atraviesan esa parte del pueblo, viendo los inmensos árboles que les regala sombra, empiezan a subir la larga cuesta entre diversas curvas que van de un lado hacia el otro- Juana paremos un momento a descansar- Claudia: que floja, sigamos que hasta ahora estamos saliendo y paramos más bien más arriba. Siguen movilizando los pies subiendo la cuesta para su favor entre las sombras de los árboles, se encuentran a un arsario que baja en una mula varios racimos de plátano que rápidamente lo dejan atrás, al hacerse la subida más drástica logran coronar la cima de la montaña- Gabriela ya hemos caminado mucho merecemos un descanso por lo menos. Juana al sacar de la pesada  mochila una botella de agua al darse un largo trago se la pasa a Gabriela que al hacer lo mismo se la da a Claudia que bebe de la misma forma, Juana al quererse sentar sobre una piedra no ve una serpiente verde brillante y al tirarle ella asustada logra retroceder unos pasos lográndose distanciar, al ver que la serpiente va en dirección de ellas reaccionan colocándose lo más rápido posible los morrales sobre sus espaldas saliendo huyendo de la serpiente, con el temor caminan, caminan hablando del hecho y solamente se detienen en el momento que sus pies no dan más, lentamente se bajan los morrales y se sientan sobre un tronco de un árbol que esta caído atravesado sobre el sendero- Juana luego del susto con la serpiente y de la larga caminada estoy terriblemente cansada- Gabriela: descansemos ya que este andar hasta hora comienza, Juana por favor dame del agua que estas tomando. Todas pasándose el agua logran en algo refrescar sus gargantas. Claudia estando muy relajada al mirar a sus amigas les habla: tenemos que seguir avanzando vámonos. Se levantan lentamente de último lo hace Juana, al volverse a colocar los morrales sobre la espalda reanudan la caminada, van descendiendo a un pequeño valle que lo cruza un río angosto que a la vez esta entre enormes árboles, al irse acercando escuchan el sonido del río y luego al tenerlo a tan solamente unos pocos metros- Juana aprovechemos y nos metemos. Al descolgarse los morrales se desvisten totalmente, al meter los pies sienten el frio del agua y luego al ver el poco fondo suavemente se lanzan mojando la totalidad de sus cuerpos- Juana que agua más refrescante de verdad que ya tenía calor- Gabriela: claro que hace calor. Al relajarse en la tranquilidad del agua, Gabriela ve que alguien que está escondido entre la vegetación las está viendo- Indicando con una de sus dos manos va diciendo: miren hacia allá que alguien nos está observando cómo nos bañamos. Al ver algo del sujeto le lanzan piedras viendo a través de la floresta que huye- Juana: somos tenaces logramos que la pinta huyera. Al volverles la tranquilidad metidas entre el agua de una corriente suave aprecian claramente las diferentes formas de la vegetación- Juana al ver a sus amigas ensimismadas en el factor naturaleza va hablándoles: no creen que tenemos que emprender la caminada- Claudia si ya fue más que suficiente es mejor que sigamos. Al salir por las piedras del curso del río de inmediato se visten y al estar listas se acomodan los morrales sobre la espalda y empiezan agilizar los pies entre una espesa floresta que a medida que avanzan se hace más tupida- Juana entre este monte debe haber todo tipo de animales- Gabriela: si seguramente serpientes, gatos monteses e incluidas nosotras. Se ríen dispersando sus carcajadas entre el follaje, al seguir la trayectoria del camino este se empieza a empinar viendo la montaña iluminada por los rayos solares- Juana haciendo un extraño gesto va murmurando: que subidita la que se nos viene- Claudia: para que lo dices si no nos queda otra opción que subir. Al volverse a callar siguen por el amplio sendero que sube entre los árboles que en unos casos se asemejan a personajes misteriosos- Claudia rompiendo el silencio va hablando: mi estómago esta vacío qué tal si nos detenemos a comer algo- Juana si de verdad que hace hambre. Se detienen al lado de una extraña roca que tiene algo así como una pequeña abertura semejante a un pozo- Gabriela: que tal con los aguacates, las zanahorias, los tomates y las cebollas hacemos una ensalada que acompañamos con el pan que compramos- Claudia: manos a la obra. Entre todas con sus respectivos cuchillos parten en pedazos semejantes las verduras, luego al partir en el medio el enorme aguacate al quitarle la cascara lo parten en pedazos lográndose hacer una rica ensalada, que cada una acompañándose de un buen pedazo de pan comiendo cada una en su plato. Al terminar Juana va diciendo: que rica que nos salió la ensalada ya que estaba como para chuparse los dedos- Gabriela  si  estaba  realmente deliciosa y además cumplió la misión de quedar más o menos llena- Gabriela ya estamos satisfechas sigamos que así bajamos la ensalada y el pan. Con un esfuerzo se levantan mirándose y vuelven al asunto de caminar a través de la pendiente arborizada por enormes ramajes que a veces oculta el sol, avanzando lentamente debido al peso de sus morrales las toma la tarde que va decayendo lentamente- Juana ya con cara de cansancio va hablando: estos pies míos no pueden más- Claudia: tu sí que te quejas… Mentiras solamente es una broma, sí aprovechemos este claro dejando de caminar. Al estar paradas se quitan los morales y al sacar Claudia de su morral el estuche del iglú lo saca, al extenderlo uniendo las barrilla logran sin problemas armarlo y de último le colocan las estacas enterrándolas- Juana sacando de su morral el pan con el cuchillo lo parte en tres partes iguales y lo reparte de ese modo se lo van comiendo en instantes lográndolo acabar- Gabriela casi durmiéndose va agregándole a la cuestión: con este sueño que tengo me quiero dormir. Sin decirlo las demás al poner la cabeza sobre lo que pueden se quedan sumergidas en el sueño sin enterarse sobre la lluvia que cae durante toda la noche.
 Al despertarse de una en una aún llueve que en vez de levantarse prefieren seguir durmiendo, siendo despertadas por la luz extenuante de un relámpago que al ser el mismo rayo suena semejante a algo que estalla, esto sucede repetidas veces que ellas asustadas se abrazan- Gabriela: esto lo que parece es una tormenta- Claudia: no hay que dudarlo espero que ustedes no tengan algo como llaves, algo de metal que atraigan esos malditos rayos. A continuación el iglú se comienza a mover de un lado para el otro entrándole el agua procedente del aguacero que hace que queden completamente inundadas. Al mermar la lluvia escampa saliendo el sol y ellas aprovechan para salir del iglú, inmediatamente al cortar con el machete Gabriela dos palos, ella misma los entierra un poco distante uno del otro y las otras dos extienden una delgada cuerda y entre todas desarman el iglú extendiéndolo y colgando todo lo que se mojó- Juana que buena tarea ahora creo conveniente que busquemos leña- Claudia: con la madera mojada tú crees que la lograremos prender- Al menos podemos intentarlo- Gabriela ella tiene razón, esta noche va hacer frío seguramente es conveniente que tengamos al menos fuego. Se dispersan a buscar leña, al estar Juana en esas como esta todo mojado para su mala suerte confunde una serpiente con un palo y al querer tomarlo el error le cuesta caro ya que la muerde e inmediatamente va sintiendo un frio interno que la va invadiendo, como se siente tan mal no logra orientarse y desesperada rápidamente le circular el veneno entre sus venas que al doblegarse sus piernas cae precipitadamente contra la tierra y al poco tiempo muere sin que sus amigas se enteren sobre lo sucedido con ella- Al trascurrir el tiempo Gabriela mirando la leña que han logrado reunir, le dirige la mirada a su amiga- Diciéndole: que pasara con Juana que no viene con la leña- Claudia: temo que le paso algo, pronto va a oscurecer búsquenosla. Van en su búsqueda merodeando el lugar sin éxito alguno sorprendiéndolas la noche que tienen que regresar y con la poca luz vuelven armar el iglú- Claudia: no entiendo cómo pudo desaparecer nuestra amiga Juana- Gabriela: me preocupa no será que le sucedió algo- Como que…- No sé, tantas cosas que le pueden suceder como por ejemplo se pudo caer a un abismo, a lo mejor la mordió una serpiente o la pico una tarántula o tantas otras cosas posibles, porque si estuviera como la vimos antes que se nos perdiera no crees que ya hubiera regresado- Si claro, que hacemos- esperar que aparezca ya que con esta oscuridad y con las pilas ya gastadas es imposible que la podamos encontrar más bien intentemos hacer un fuego. Entre las dos van colocando los diferentes palos de una forma que se les facilite encenderlos, con mucha dificultad logran prenderlo eso si creando un humeral terrible- Claudia: estoy preocupada por  nuestra amiga ha desaparecido estoy segura que le ha sucedido algo- Estoy casi segura pero la esperanza es lo último que se pierde, no nos alarmemos y esperemos- Que vamos a esperar si estuviera bien ya hubiera venido- Ella con lo despistada que es seguramente está perdida- Busquémosla- Con esta oscuridad es imposible a demás nos puede suceder algo terrible- Tienes razón no nos queda otra cosa que esperar a que aparezca- Así es, más bien preocupémonos por nosotras dos y busquemos a ver que podemos encontrar para comer. Al buscar entre sus morrales hallan varias latas de atún, de sardinas y de verduras- Claudia sintiendo hambre: se me ocurre que abramos una lata de atún y esa lata de espárragos- Si hagámoslo antes de que nos muramos del hambre. Claudia con el cuchillo a pesar de la oscuridad logra abrir las dos latas, y sirve en los dos platos el contenido que inmediatamente comienzan a comer- Claudia luego que come el segundo bocado va diciendo: con está hambre cualquier cosa sabe a gloria- Sí que me sabe bueno. Al acabar sienten el vacío que ha dejado Juana- Gabriela casi llorando: no puedo con esta pena ya que seguramente Juana está sufriendo o a lo mejor está muerta- No digas eso porque puede venir en cualquier momento- Tú crees que podrá ver algo con esta maldita oscuridad, estoy segura que le pasó algo. Las dos se abrazan lamentándose por su amiga, lloran sin poder detener las lágrimas y muy tristes a pesar de que todo sigue mojado se van a dormir estrechándose una contra la otra logran dormirse y al amanecer un ruido como si alguien raspara algo las despierta asustadas- Gabriela casi temblando: si escuchaste- claro que oí que pudo haber sido- Si no nos enteramos por nosotras mismas no lo sabremos- Se me ocurre que puede ser Juana- Ese ruido no me parece que pueda ser ella pero veamos de que se trata. Al salir de iglú ven a un burro que está mordiendo el iglú y ellas decididas tirándole todo lo que encuentran logran que el pequeño equino se vaya- Claudia maldito burro menos mal que reaccionamos a tiempo si no nos hubiera destruido el iglú- Si claro nada más mira el hueco que le hizo, inmediatamente me pongo a coserlo- No antes sin buscar a Juana- Entonces hagámoslo ya. Al ponerse los zapatos bastamente húmedos se ponen en su búsqueda y como una hora más tarde la hayan cerca de un árbol boca abajo sin vida, al quererla levantarla el cuerpo inerte se les cae- Gabriela ya lagrimeando dice: creo que está muerta- Claudia llorando le contesta: Lo dudas, mira como esta de palidad que hacemos con su cuerpo- Se me ocurre que enterarla- Pero si no tenemos ni una pala- Bueno ingeniémosla. Con un palo y el machete haciendo tremendo esfuerzo logran hacer un hoyo no mucho más grande de su tamaño y al depositarla la tapan con la misma tierra- Claudia que trabajo que nos dio enterrarla- No pudimos hacer otra cosa como la íbamos a dejar a si no más, ahora merece que le hagamos un ritual se te ocurre algo- cantémosle y le votamos hojas encima de su sepultura- No es mala idea hagámoslo. Caminando pasando entre los árboles van recogiendo las hojas y cuando tienen una buena cantidad se las ponen encima de la tierra donde ella está sepultada y le cantan va-rias canciones que terminan extenuadas y tristes- Claudia que-brando el silencio va diciendo: y ahora que…- Gabriela con gesto triste le contesta: solo nos falta pensar que hacemos con sus pertenencias- no se me ocurre nada- Porque no las enterramos o las tiramos- se me ocurre que lo mejor sería enterrarlas como hicimos con ella- Está bien. Al empezar a cavar una con el machete y la otra con el mismo palo de igual manera logrando un pequeño hueco bastante superficial al sacar lo de comer del morral y una cinta que ella solía a veces colocarse sobre el cabello decidiéndola dejar de recuerdo, colocan el morral tapándolo con la misma tierra- Gabriela quiero irme de aquí antes que este dolor acabe con migo- Si recojámonos todo y vámonos. Hacen lo dicho sin importarles que las cosas estén aún mojadas rápidamente las introducen entre los dos morrales y decididas empiezan la travesía sin darse cuenta que están perdidas- Gabriela tomando conciencia: esto no es ningún camino y mucho menos sabemos a dónde nos dirigimos- Que despistadas que somos- No despistadas debe ser la pena que no se sabe cuándo lograremos superar- Bueno si es cierto pero tenemos que volver a encontrar otra vez el camino. Caminan abriéndose paso entre la floresta, con toda la dificultad del mundo durante largo tiempo sin lograr orientarse y completamente confundidas al cerrarse el cielo con la espesa niebla no se dan cuenta que están bordeando un abismo donde van cayendo precipitadamente desa-pareciendo del planeta                       Fin.

PROVENIENTE DE LA LUZ
Rafael luego de caminar algo así como tres jornadas durante horas llega divisando el pueblo kogi de Comandita, al entrar un viejo amigo de años al reconocerlo lo saluda sacando el hayo de su pequeña mochila de ese modo intercambian el saludo y luego al mirarse los ojos el amerindio le va diciendo en kogi: tu años lejos de este pueblito- El con todos los años que estuvo con los amerindios logro aprender el dialecto y va diciendo: si claro, hace por lo menos diez años que no subía aquí a la sierra ya que por cosas de la vida me tuve que ausentar del país- En qué país estabas…- En Alemania me fui en un principio a estudiar música, pero al pasar el tiempo me enamore de una francesa que vivía a ya en Berlín y como es lógico me fui a vivir a un pequeño apartamento con ella, la relación fue estable pero como todo empieza todo termina y aquí estoy ante ti, y tú ya debes de tener mujer e hijos- Claro vamos a la finca para que los conozcas- si vamos. A pesar del peso del morral no se lo baja ni un segundo y va siguiendo al amigo kogi, al separarse del pueblo toman una angosta trocha que entre el monte los lleva a la cumbre y luego que bajan a la extensión de un promisorio valle llegan a la pequeña finca recibiéndolos los perros y al ladrar hacer tanto escándalo que al salir del pequeño bohío  se va presenta la mujer koki con un pequeño niño sobre sus brazos y otro mucho más grande acompañado de una bella niña- El amigo indígena le dice a su mujer: este es un viejo amigo en esos años éramos como uña y mugre o sea inseparables- Que bueno que allá venido- Si no lo hacía por lo menos hace diez años- Siga que como he preparado comida entre y coma con nosotros. Al entrar se da cuenta que viven muy modestamente pero a la vez todo esta  impecablemente limpio, se sientan y luego se acomoda la madre con su pequeño hijo sobre una banca hecha con troncos y al poner al pequeño niño en una especie de cuna ella misma les sirve en un modesto plato una buena cantidad de frijoles con plátano y yuca, al tener tanta hambre empieza muy concentrado a comer que al mascar con tantas ganas en instantes desaparece toda los saludables alimentos- Rafael viendo que ellos no han acabado va hablando: tenía tanta hambre ya que anoche fue la última vez que probé bocado- El amigo koki le habla: siempre fuiste un comelón de mierda- Eso no se puede negar aún menos cuando es la realidad. Los dos amigos se ríen contagiando a la mujer, al niño y a la niña. De esa forma sin alterar nada hablan de las locuras realizadas en esos años y se ríen una y otras veces hasta quedar extenuados, ya tarde en la noche ellos se van a dormir a otro lugar y el al quedarse cuelga su hamaca entre las derruidas vigas que al acostarse logra casi inmediatamente reconciliar el sueño.
Ya en la mañana al despertarse se encuentran él, el personaje kogi y la mujer inmediatamente la pareja calienta lo que quedo de la noche pasada, al estar caliente comen todos satisfaciendo el hambre, luego se dirigen al camino encontrándose con otros hombres kogis, al darle un machete empieza a deshierbar el camino viendo a los otros que hacen lo mismo, al darle al machete logrando su parte entre todos van despejando el sendero, al sacarse ampollas tiene que detener el trabajo viendo que todos han terminado con la labor- Mira cómo se me ha ampollado la mano, debe ser solamente falta de costumbre ya que no lo hacía desde esa época- Él le contesta: si eso es falta de trabajo. Haciéndose bromas se ríen y decididos vuelven al lugar del bohío donde el esta vez con plátanos, con carne seca y yuca prepara rápidamente el almuerzo, que al estar sentados sobre el banco comen en completo silencio, al acabar la mujer se encarga de lavar  lo que han utilizado y al estar lleno se recuesta sobre la hamaca logrando un sueño profundo, al despertarse se pone a leer u libro de cuentos de Cortázar, al estar leyendo el perseguidor el amigo kogi lo interrumpe diciéndole esta noche vamos a ir a donde el mamo Vetulio ya que va haber una reunión. Al irse el personaje sigue leyendo y al terminar de leer el cuento empieza con otro y luego consecutivamente lee hasta que oscurece, al levantarse la mujer kogi amablemente le pasa un plato lleno de comida, se come un poco ya que no tiene tanta hambre y se lo da a los perros, luego sale con el amigo en dirección del bohío del mamo Vetulio,  al  caminar ven un grupo de personajes que al unirse a ellos van llegando ante la morada, al entrar ven al mamo sentado al lado del fuego poporeando, se unen sentándose alrededor de la fogata, duran callados la mayoría de la noche. Rafael estando en esas ve una luz intensa que se vislumbra en su interior, la luz toma la imagen agudizada de él viéndose en otro plano de la existencia, donde visualiza la tierra como si estuviera en otro planeta a la vez siente un vértigo que lo aleja de la imagen a un túnel donde vislumbra a seres tan extraños. En el momento que vuelve en si ve a todos orando en silencio tan sentados como el esta y comprende que es un homenaje a la tierra.                          Fin.
                        
UNA PARTICULAR TRAVÉSIA
Diana que es una atractiva muchacha venida del valle del Cauca llega de noche a Palomino, al bajarse algo tarde en la noche del bus de la empresa guajira, el propio ayudante al sacar la mochila del interior de la recamara de la bodega le entrega la mochila, al ver que el bus arrancando desaparece por la extensión de la troncal, piensa lo que tiene que hacer decidiéndose por entrar en un silvestre restaurante y al sentarse le pide a la señora que atiende un plato con picadillo de pescado, arroz y ensalada, al demorarse un poco le trae el plato con lo que ella le pidiera, tranquilamente disfruta de su retrasada comida- Un personaje la interrumpe diciéndole: si quiere ahora que acabe le puedo indicar un hostal- Ella al no agradarle el personaje le miente diciendo: ya tengo, de todas maneras muchas gracias. Sigue comiendo pensando en lo desagradable de aquella presencia. Luego de que acaba con el contenido del plato se levanta y va al mostrador donde le paga a la señora, vuelve a la mesa a recoger su pesada mochila que se la va poniendo sobre la espalda, al salir del lugar se aleja y luego al ver un particular letrero de un hostal diciéndose pasa la troncal, en ese momento el mismo tipo la llama diciéndole vulgaridades, ella haciéndose la que no es con ella entra llamando la atención de una francesa que le  dice a quemarropa: vienes a hospedarte aquí- Si claro- Tienes que esperar un poco ya que el dueño se fue a realizar una diligencia- Tengo calor será que aquí me venden una cerveza- Claro ya misma te la doy. La francesa abre en enfriador y saca una de las cervezas y se la pasa a ella que se sienta, luego saca un paquete de pechis al sacarlo enciende el cigarro sin filtro, va tomando y fumando casi al mismo tiempo ensimismada en sus pensamientos. Al acabar pone la colilla entre el cenicero y como a pesar del largo viaje no se siente para nada cansada le pide a la francesa otra cerveza, la chica de cabello rasta haciendo la misma operación que ya realizara se la entrega, al recibirla luego que se da un corto trago no duda en prender otro cigarrillo que fuma lentamente acompañándolo con la cerveza, al estar  en  esas  es  sorprendida por un fulano con apariencia morena que le dice: te piensas alojar aquí…- Claro, por lo menos esta noche si- De dónde vienes- Ella pensando ya está el interrogatorio le contesta: vengo del valle del Cauca de un pueblo llamado Buga- Que haces ahí- Asia, ya que me retire de trabajar en el ingenio ya que tenía un puesto como asistente, el trabajo era bien pago pero no me gustaba lo que me tocaba realizar y no me pregunte más porque no le voy a contestar ya que estoy gastada de tanta preguntad era. Al acabar el tipo le dice: si quieres te muestro la habitación compartida. Si claro muéstramela. Al levantarse persigue al tipo atravesando un patio llegan ante una puerta entrando a la habitación de varias camas continuas- Ella le habla: por esta noche es bien, al desvestirse y quedarse desnuda se introduce entre la sabana floreada, estando acostada siente pasar cada vehículo sin que pueda reconciliar el sueño, para empeorar la situación siente que alguien prende la luz y escucha que se desviste y sin apagar la luz se acuesta, ella al no aguantar más la luz encendida decide levantarse a apagarla y al acostarse de nuevo escucha al tipo que ronca como una marmota, menos con esto puede dormir, se le hace una eternidad lo que hace que esta acostada y muy temprano sin haber podido obtener el completo descanso se levanta casi maldiciendo y se pone la bermuda,  una corta camiseta y las chanclas plásticas, sale por donde viniera al ver únicamente a un joven que está barriendo le dice: por lo que veo el dueño no está- No, se fue en la madrugada  a Santa Marta y no regresa sino hasta la noche- Entonces me imagino que le puedo pagar a usted. Al darle el dinero correspondiente a la noche sale al ver un lugar entra y pide un jugo que al dárselo la misma señora a la que se lo pidiera lo toma velozmente ya que no quiere ver más la troncal, al quererse irse se lo paga a la señora y sale calle abajo en dirección de la playa, camina una, dos y tres cuadras, al ver en la distancia un letrero que lee mar azul,  al voltear no duda en entrar por una especie de garaje abierto, al ver a un muchacho que esta acostado sobre una de las dos hamacas le pregunta: aquí tienen habitaciones- El muchacho al parase le contesta: las tenemos individuales o compartidas- Me deja ver una compartida- Entre no más pero con cuidado que hay personas que duermen. Al entrar con cierto cuidado ve los camarotes ocupadas por diferentes personas que están dormidos y al ver el único camarote libre se decide por la  parte de arriba y sin pormenores de nada se sube acostándose inmediatamente siente el aire proveniente del ventilador, se duerme al toque quedándose inconsciente durante varias horas, en el momento que abre los ojos visualiza a una rubia que se está cambiando y se levanta escuchando la voz de la europea que le va diciendo: tú debes vivir cerca de aquí- Sé que soy algo morena pero eso no quiere decir que sea de estos lares- De estos que…- Lares o sea de estos lugares ya que soy valluna a mucho honor- De cual valle…- ella pensando estos europeos no saben ni donde están parados- el valle es una región al sur de este país y yo soy de un pequeño pueblo llamado Buga que a la vez queda cerca de Cali- Claro allá donde bailan salsa- Ella le dice: voy almorzar- Si quieres te acompaño así no almorzamos solas- Me parece buena idea- entonces vamos. Al salir ella le dice: por favor espérame un toque que pongo este morral dentro del cuarto. Al ponerlo sobre la pared se vuelve encontrando a la rubia y las dos salen por el mismo garaje viendo un pequeño vehículo pintado con un paisaje marítimo, ya sobre el ancho sendero toman en dirección del pueblo, al ver en las primeras casas un pequeño lugar de comidas, se sienta ocupando la única mesa a la intemperie y al rato una señora con unos rulos sobre su cabeza les habla: hoy tengo un delicioso sancocho de pescado con tostadas de plátano, ensalada y arroz- la Europea: que es eso que dijo- la valluna le contesta: eso es como una sopa muy espesa con pescado- Si voy a probarla a ver como sabe y como es. Al poco tiempo se las trae las misma señora poniendo los platos sobre la mesa- la europea rubia luego que se da la primera cucharada le dice: como se llama la caleña que tengo a mi lado- que forma más particular de preguntarme mi nombre, me llamo Liliana y en Cali me llaman Liliana la Dulce… Porque la llaman Dulce- Porque soy más apetitosa que una fruta, mentiras porque a alguien le dio por esas- Eres cómica por esa razón me gusta estar con tico. Al quedarse calladas van disfrutando de los alimentos y solamente acaban sin dejar nada entre los cuatro platos- La rubia me gusto ya que estaba buenísimo- Eso veo porque solamente dejaste las espinas del pescado- Eres chistosa, que haces allá en Cali- No me nombres esa ciudad ya que odio las tales ciudades ya que eso no es lo que merece una persona sensible como yo, que humero más cochino, que bulla más inhóspita y es un cagadero con edificios, centros comerciales, puentes y semáforos- Se ve claramente que la odias- La mayoría de veces sí pero cuando está el agite de la rumba la quiero con ganas- Me encanta tu buen sentido del humor pero no me has dicho que haces allá- ahora nada ya que yo misma me eche de ese vendito ingenio azucarero ojala se pudran todos, pero por favor las preguntas déjalas para lanzarlas al mar o donde más quieras, basta de preguntad era- Está bien, que tal si pedimos una cerveza- Con este calor ojala helada. Al traérselas la señora como pidieron la cerveza refrescándose la van tomando- Yo ya te dije mi nombre ahora faltas vos para que me digas el tuyo, si no es imposible creer que estoy con vos- Chistosa me llamo Lynsh soy de Manchester en Inglaterra y deje mis estudios para poder viajar- Ha Lynsh entonces eres un vaga como yo- Si exactamente soy igual y que viva el Caribe. Chocan los dos envases y se toman lo que queda de un solo trancazo- La Rubia: qué tal si vamos a la playa- A eso creo que he venido, no esperemos al que no vendrá y vámonos. Al pagarle lo consumido cada una a la señora salen dispuestas a mover los pies, caminan sintiendo el sol de la tarde que es menos fuerte pero sí que se siente viendo los nuevos lugares de hospedaje, los árboles diferentes y al llegar cerca de la playa ven varias motocicletas parqueadas y varios neumáticos negros de gran tamaño, luego empiezan a ver las palmeras, sobre la distancia el mar de diferentes tonalidades azules y las olas con sus movimientos de espuma blanca- Liliana  viendo  cada  detalle del entorno marino va diciendo: esto si es el paraíso mismo llevado al extremo- Lynsh: si tienes razón ya que no podría ser si no eso que vos dijiste. Se acercan a la orilla  viendo en la lejanía el vuelo inminente de los pelicanos que pasan velozmente volando a mucha distancia de sus cabezas- Lynsh: tengo unas ganas impresionantes de meterme- Claro vamos de una vez al agua, no lo pensemos más y vamos al ataque. La rubia riéndose se quita todo menos el panty dejando sus tetas al aire al verla la caleña hace lo mismo mostrando sus bellos senos, al correr se lanzan sin prejuicios al mar que las recibe en vueltas en una ola que al reventar las hace tragar agua- La Dulce va murmurando casi en el oído de la rubia: hay que tener cuidado porque hay una tenas corriente que te quiere llevar lejos. Al acabarlo de decir una ola las envuelve hundiéndolas y salen casi sin los pantis- Lynsh que olas más increíbles, mira allá como revientan que tal si vamos y las buscamos- Vos estas de la cabeza no vez lo grande que revientan y con esta corriente seguramente nos ahogaremos yo me quedo donde estoy ya que prefiero seguir viviendo. La rubia no le hace caso y se arriesga hiendo en dirección de las enormes olas, al estar cerca una tremenda ola la hace prácticamente volar y al reventar la hunde de una forma increíble y sale segundos más tarde recibiendo una ola tan poderosa como la pasada  y esta vez ella la logra pasar por debajo sintiéndose una hé-roe de las olas, la próxima se le lanza agarrándola bien que la lleva casi hasta la orilla- Ella al encontrarse a la caleña le habla: viste lo bien que la tome- Claro la primera casi te hace volar claro que al reventar no sé si tragaste agua, la segunda la pasaste por debajo increíblemente y la tercera la tomaste demasiado bien que te trajo hasta casi la orilla- Vamos- No soy un pez como vos, al mar le tengo mi respeto ya que una vez casi me ahogo si no es por un mancito no te estuviera contando esto. La chica insistente vuelve a donde están reventando las olas, al pasar varias por debajo, ve en la distancia que se está armando lentamente una increíblemente gran- de y viéndola retrocede en dirección del horizonte varios pasos y cuando la ve venir se le lanza y la ola la saca por el aire y al volverla recibir la lanza entre un remolino que la lleva casi hasta la playa- Al llegar la caleña donde está ella le dice: esta vez la ola te hizo prácticamente elevarte y al volver te mando con una fuerza impresionante que si hay alguien te lo llevas por delante. Vamos al río. Si vamos. Al salirse del océano caminan en el límite entre el mar y la arena dejando sus huellas que el agua se encarga de borrar caminan con la dificultad que se les hunden los pies en la arena mojada, al buscar un mejor terreno van más rápido y sin hacer tan grande esfuerzo, al aproximarse ven la extensión del rio y las montañas al fondo y la sierra nevada tapada por las mazas de nubes, al llegar a la orilla ven los diversos palitos distribuidos por toda la orilla, al tocar el agua dulce del río se van hundiendo lentamente y apenas pueden nadar ya que es muy pandito, cerca de ellas ven una torcaza que al planear pasa tan solo un poco de sus cabezas. Al ver que van surgiendo los colores rojizos del atardecer salen del río y se sientan a presenciar el espectáculo del crepúsculo, al volverse los colores más intensos hay una luz tan fuerte que se hace notar, al irse desvaneciéndose los tonos de colores se va oscureciendo, al haber tanta brisa sienten el frío que les pega en todo el cuerpo- Liliana: hace frio que tal si caminamos de vuelta. Al empezar a caminar las intercepta  la  oscuridad  pero ven surgir de a poco las estrellas y al llegar al mismo punto de donde llegaron a la playa ven sus camisetas y sus chanclas se las ponen siguiendo tan campantes como siempre y viendo debajo de las estrellas las formaciones estilísticas de los árboles y sin darse cuenta llegan al desvió del hostal. Al entrar ven a un joven bastante rubio y de barba que al estar sentado ocupando la única mesa está tocando una guitarra como todo un experto en la materia, al entrar en la cocina ven entre la nevera varias botellas de cerveza- La rubia: que ganas de tomarme una cerveza- La caleña: deben ser para tomar, saquemos un par y luego las pagamos. Hacen lo dicho tomando de la nevera las dos cervezas se sientan en la otra banca de la mesa, al encender  cada  una  un cigarrillo fuman y beben de lo lindo viendo al perso-naje interpretar la guitarra y que de vez en cuando canta en inglés, al ver que se hace tarde Liliana le dice a su nueva amiga: tengo hambre que tal si vamos a buscar algo para comer, si estoy de acuerdo pero primero me quiero sacar esta pega chenta de mi cuerpo- Entonces vamos a bañarnos de una. Sin importarles nada se meten a la vez en el único baño y se bañan juntas jabonándose y al volverse a juagar salen cada una con su toalla que al secarse se visten muy rápidamente y ya fresquitas salen del hostal al ancho sendero, al voltear ven una moto que con luces encendida las sobrepasa, al caminar muy relajadas se demoran para llegar a donde la misma señora donde almorzaron, vuelven a sentarse ocupando esa única mesa y la señora al verlas se le viene diciéndoles: no se imaginan las empanada que tengo- La caleña: de que son…- las tengo de pescado, de camarones y de langostinos- la extranjera: por favor denos dos de cada una de las cuales acabas de mencionar. Ya mismo se las traigo. Al sacarlas de la caliente vitrina las coloca en una canastilla y luego se las pone sobre la mesa- Diciéndoles: disfrútenlas que están riquísimas- La rubia: de una vez tráiganos dos cervezas lo más frías que le sea posible. Va y vuelve con las cervezas que de inmediato pone sobre la mesa. Al probar una empanada de camarones ella va murmurando: que delicia de empanada- La gringa: creo que son las más ricas que me he comido en la vida- Vos eres una exagerada. Se le burla riéndose y ella inocentemente se ríe de igual forma creando una rebelión de risas. Van comiendo lentamente una por una hasta exterminarlas, prenden cada una un cigarro que fuman dispersando el humo en el ambiente, al acabar con el líquido amarillento piden más cervezas al terminarlas otras más, se levantan un poco ebrias y al pagarle lo consumido a la señora se retiran un poco en zigzag de esa forma llegan  al  hostal  sin ver a nadie entrar al cuarto y se mete cada una en su camarote que ya eligieron con antelación y de una vez se quedan profundas.
 Al escuchar la algarabía de los cantos de los pájaros se despierta primero la inglesa que con cuidado llama a su amiga, al sentir que la toca de una abre los ojos diciendo: que rubia más azarosa déjame seguir durmiendo un poco más. Al volverse a dormir la rubia inglesa sale del cuarto, luego del lugar con sus pasos largos llega en menos de nada al pueblo donde en una especie de tienda compra un enorme mango, una papaya normal y varios bananos, al salir paga y vuelve más rápido de lo que vino, al llegar ve a la caleña sentada y le dice: me ayudas a preparar una ensalada de frutas…- Claro vamos. Entran en la cocina viendo a un langarucho que está preparando unos huevos revueltos, ellas sin importarle su presencia toman dos tablas y parten lo que la inglesa comprara en pedacitos y al estar todo como lo pensado disponen los pedazos de frutas en dos platos hondos, al sentarse ocupando la mesa algo alargada comen concentradamente sin importarle nada más- Al reanudar de hablar la caleña le dice: se me ocurre que cuando acabemos con esta delicia vayamos donde la gente de los neumáticos y alquilemos un par para ir río adentro y lanzarnos al rio que no llevara al mar- Que idea más buena trato echo hagámoslo que no nos vamos a repentir. Al acabar la casi morena se encarga de lavar los cubiertos y todo la loza que utilizaron. Al estar listas con sus biquinis puestos salen al encuentro del lugar de las motos, como hace calor lo tratan de hacer por debajo de los árboles que a la vez les dona su sombrío, al llegar la caleña le pregunta a uno de los señores: ustedes deben alquilar estos neumáticos- Cachaca para que cree que los tenemos- señor por favor jálele al respetico que no soy ninguna cachaca- entonces de dónde eres, de aquí de la costa no eres ni por el putas por lo que veo naciste allá en el interior por esa razón eres cachaca y a joder- Que joda vale el alquiler como dicen ustedes de esa monda- solo cuesta tanto y si quieren una moto las pueden llevar al punto donde se van a tirar con esta vaina al río- al pagarle la inglesa le dice a un muchacho: nos puede llevar- Claro para eso estoy aquí, no más móntense que ya mismo las llevo. Al treparse en la misma silla el hombre de una con el pie enciende la motocicleta y al arrancar va por el sendero no a mucha velocidad te todas maneras sienten el viento sobre sus cuerpos que en algo las refresca, el joven detiene la moto en la troncal al pasar un autobús sique pasando lo ancho de la vía y sigue por una suave cuesta, al ver el rio en la distancia después de doblegar varias curvas las deja cerca de la orilla del río. Ellas se lanzan en la parte más honda y con la ayuda de los neumáticos logran flotar sobre el agua que las arrastra viendo de los dos lados la floresta de grandes árboles, con la corriente las va llevando por un paisaje que a medida se ensancha de agua del río se ve más sintonizado, al ver en la profundidad un pez de gran tamaño se asustan montándose sobre el neumático pero al sentirlo algo caliente se vuelven a introducir entre el agua, que las arrastra en un acto seguido al mar.                             Fin.

UN HECHO INCREIBLE
Al despertarme en un lugar para mi indescifrable, de la espesa hierba me levanto pensando donde estoy, mi memoria está completamente anulada no sé por qué, intento enfocar mi pensamiento sin lograr concentración alguna. Me vuelvo a sentar sobre una de las tantas piedras y en la lejanía veo moverse lo que podría ser una serpiente, mi raciocinio lo confirma al verla agilizar la extensión de su alargado cuerpo y por último la veo que se pierde entre la floresta. Al verla como desapareció vuelvo a lo mismo a ver por qué no entiendo el hecho que este donde estoy. Trato de ir tras mis recuerdos sin poderlo lograr, solamente veo un ave que cruza el firmamento que yo veo. Me desespero porque no se ni dónde estoy, desubicado como estoy no entiendo nada. Al ver una flor la voy tomándola llevándome a la boca, inmediatamente siento su fragan-cia en mi paladar y suspiro por dentro, eso no me identifica con nada si no al contrario me pierdo en mi sensibilidad. Pienso en tantas cosas posibles sin dar en el blanco y como loco me rio de mí mismo. Camino de un lado para el otro como en la situación de un prisionero sin poder vislumbrar al menos algo del porque estoy aquí, de donde me encuentro, camino por un sendero rodeado de una floresta casi impenetrable al pasar por las piedras para cruzar el ancho del río, ya sobre el otro extremo al querer avanzar mi vista se fija detenidamente en un caballo que lleva un sujeto de camisa blanca y de pantalón de la misma tonalidad de algodón que lleva el cabello más largo de los hombros, al verlo detalladamente claramente veo que se trata de un amerindio- Al posarse a poca distancia de la mía me pregunta algo que por el dialecto en que me lo dice no entiendo, como no le contesto sique como si nada su camino viéndolo desaparecer entre el paisaje. Al sentarme pienso él porque del amerindio sin llegar a una conclusión exacta. Enfoco mi pensamiento en donde estoy sin lograr una contestación exacta, a un más pienso quien soy sin ni siquiera acercarme a mi razón de ser. Más confundido que un ser alienado mentalmente sigo el sendero camino y camino sin sentir hambre, muchas veces mis manos se me disparan en continuos ejercicios incomprensibles, el que me vea pensara que estoy algo así como loco. Al llegar ante una construcción circular mi imaginación circula por mi mente como algo así que le perteneciera al cosmos, a la vez veo figuras circulares como si viera varios soles al mismo tiempo. Al estar en otra parte una mano me sorprende al tocarme, volviendo a la realidad veo claramente ante mí a un joven con la misma apariencia que el hombre del caballo largo y me vuelvo a preguntar: dónde estoy… El muchacho en un buen español me pregunta: ¿de dónde vienes? Yo como desconozco mi procedencia y seguramente sobre todo lo que me quiera preguntar simplemente le señalo el cielo- Él dice que si soy un dios- Yo le contesto: no para nada solamente un ser de carne y hueso. Al sentir lo que soy me toco varias veces el pecho y el viendo lo que hago se carcajea, al verlo reírse de mi huyo corriendo como estoy algo torpe al enredarme con una piedra me caigo de un solo sopetón y sintiendo la raspadura en una de las rodillas me levanto y en un acto seguido me desprendo del pantalón de pana y al revisar la pequeña herida me veo como lo que soy, me toco el rostro tratando de explicarme lo que soy sin encontrar al menos el sentido de las cosas más primarias, luego dirijo la vista hacia todo lo que mi vista va descubriendo y al ver las hojas de un enorme árbol me empino tomando varias, al sentarme contra la espesura diferente de la grama, las veo hoja por hoja sintiendo que le pertenecen al árbol, me trato y al querérselas devolver el viento hace que se dispersen volando, eso hace que entre un poco en razón acordándome como me llamo, de mi novia Laura, del perro que siempre me acompaña, de la casa donde vivo y al a vez siento hambre miro alrededor y descubro a lo lejos el único árbol de guayaba, al ir en ese sentido sin inconveniente llego ante el árbol sin esforzarme llego a garrar la rama de esa forma cojo varias guayabas que al sentarme sobre el desigual pasto como de una por una hasta quedarme sin nada y como estoy satisfecho me a recuesto contra la grama logrando inmediatamente quedarme dormido, no se qué tiempo trascurrió desde que me dormí hasta que me despierto viendo sobre el firmamento la luna tan grande que comprendo que se trata nada menos que de la luna llena, esto da hincapié para que mis recuerdos se me vengan dándole sentido a mi existencia, con la mente más clara intuyo que estoy en algún lugar de la sierra nevada, ya más tranquilo empiezo a caminar aprovechando la luz lunar que se ve todo prácticamente como si estuviera de día, ando hasta encontrar un río donde veo reflejada la luna en sus aguas, esto me hace que retroceda hasta cuando vi esa luz tan intensa y azulosa que es lo último que presencie antes de estar aquí donde me encuentro, al recuperar en gran parte la memoria me acuerdo que en el momento que vislumbre aquella luz que me cegó estaba en el lago de Tota en playa blanca ya que esa noche estaba con mi novia Laura en el cuarto del hotel y que al salir en busca de la playa al poco tiempo que me senté sobre el alargado muelle me sucedió eso tan extraño pero aun no comprendo porque estoy aquí viendo esta hermosa luna llena y solo siento la preocupación de Laura al haber desaparecido. Me tomo la cabeza pensando que tengo que saber cómo vine a parar aquí y como me traslade de un lugar a otro tan rápidamente. Trato de aclarar a un más mi mente pero solo logro ver a la luna que me ilumina a mí y a todo lo que estoy viendo. Al volver a lo mismo solo recuerdo esa luz que nunca viera antes que al ser tan fuerte y de una intensidad nunca imaginable sin saber al menos de dónde provenía. Me pregunto si viniera de un ovni, de una nave espacial y por qué no de otro planeta. Al ver todo claramente me hago en la sombra de un gigantesco árbol dándome cuenta que se trata de un ceibo, al darme cuenta que lo que quiero es la luz que me movilizo hacia la claridad donde veo la luna inmensa sobre el cielo, como no tengo miedo de nada al ver una gigantesca roca la trepo sentándome en una sobresaliente de la misma roca, sintiéndome que poseo algo más de espíritu veo detenidamente la luna que me ilumina perfectamente con una luz blanca, miro alrededor la iluminación de todo el contorno pensando por qué vine aquí no a otro lugar y no logro comprenderlo pero pienso que dé vio ser por algo. Al estar largo tiempo desisto y me descuelgo y camino tranquilo iluminado por la luna de esa forma visualizo una construcción circular distante de mí, al alcanzar con mis pasos dicha construcción veo que se trata de un enorme bohío. Como la puerta está completamente abierta entro viendo a varios personajes sentados alrededor del fuego, intuyo que me puedo acercarme y al sentarme les veo los rostros iluminados por la luz del fuego, alguien me pasa algo como una calabaza y pequeño palo; luego de otras manos me pasa una pequeña mochila en vez de tomarla introduzco una de mis manos logrando agarrar unos cuantas hojas que intuyo que deben ser de coca que las meto entre la boca colocándolas a un costado o sea en el reverso de mi cachete, que al empezar a apretarlas contra los dientes siento que me energizan de sobremanera. Al ver como el compadre que tengo a uno de mis lados repito con el palo la misma operación frotando el palo me lo pongo logrando atrapar la sustancia blanca, y sigo haciendo lo mismo que los demás hombres hasta encontrarme en la profundidad de mi mente el origen del mundo y luego veo claramente que fui traído aquí por un ovni. Al sorprendernos la luz del día nos paramos al mismo tiempo y vamos retirándonos hacia el exterior de la peculiar vivienda, al salir me intercepta uno de los hombres que viste de blanco y que lleva una larga trenza que me dice: como usted vino a parar a este lugar sagrado- Yo le contesto que me perdí y que vine gracias a la iluminación lunar- El hombre a la manera de un sabio me habla: usted no se perdió lo trajo aquí algo que vuela. Me quedo perplejo por su afirmación y al verlo directamente a los ojos siento algo que si le pongo razón pierde el sentido y me callo. Al salir caminando reconfortado por las hojas salgo sin peso de culpa poporeando, camino y camino durante muchísimas horas e incluso en la noche sin detenerme de esa manera siento que voy llegando a la civilización al ver un enorme apara tejo  con cables de alta tensión con firmo mi sentimiento y al seguir el sendero este me trae a un poblado que está en la orilla de una gran carretera, al ver una estación de servicio veo a un hombre que le está poniendo gasolina a un camión, en el momento que el camión se va yo me le acerco diciéndole: como se llama este pueblo… El hombre seguramente pensando que estoy chiflado me contesta: si no se ha enterado está en palomino Guajira. Inmediatamente recapacitando sé dónde estoy y sigo mi trayectoria pasando la troncal, al revisar mi bolsillo del pantalón para mi mala suerte no encuentro ni un mísero billete viendo grave mi situación, al entrar en un lugar abierto me siento al lado de un extranjero que al verme simpática-mente me dice: desea comer algo- si tengo hambre ya que acabo de venir de la sierra sin un maldito peso en el bolsillo- El tipo pide dos desayunos  a la señora que atiende y en menos que nada no los trae colocándolos sobre la mesa, empiezo a tomarme el jugo de naranja y luego que termino con los huevos revueltos me tomo el café sintiendo que el espíritu me vuelve al cuerpo. Al despedirse el sujeto extranjero con un apretón de manos veo que al salir se pierde de mi vista, al ver a un señor le pido el favor que si me puede regalar unas monedas para hacer una llamado por celular- El dándome el celular me contesta: no me gusta dar dinero pero le presto mi celular haga las llamadas que necesite. Al tomarlo le marco a mi novia Laura encontrando que está en correo de voz, vuelvo a intentarlo escuchando esta vez la voz de mi novia que dice: con quien tengo el gusto de hablar- Yo le contesto: mi amor soy yo. Luego de un largo silencio vuelvo a escuchar su voz que me habla: yo pensé que te habías ahogado allá en playa blanca- No estoy vivo y nunca fue mi intención hacerte preocupar- Yo te daba por muerto inclusive llame a todo el mundo, que los bomberos y la policía fue a tu rescate sin lograr hallar tu cuerpo- como lo habían de encontrar si por un caso excepcional aparecí en la sierra y ahora por suerte estoy aquí en Palomino- A donde… en Palomino Guajira, no me vayas a colgar sé que necesitas una explicación por eso creo conveniente que vengas lo más rápido posible- Dios mío aun no lo creo que este hablando con tico ya que estuviste más de una semana desaparecido- Tranquila ya te explicare por qué estoy aquí en Palomino- Pero ven por favor que de verdad como te lo he dicho siempre te amo- Pero como hago para llegar allá- Es simple toma un avión a Santa Marta y del aeropuerto te vienes en un taxi cueste lo que cueste yo cubro los gastos del viaje, lo único que debes hacer es traerme la billetera que está llena de dinero- Ya mismo voy para allá pero donde te encuentro, yo viendo el letrero del hostal Paraíso Marino mira en el hostal Paraíso Marino- espéreme allá- Te estaré esperando.                     Fin.

ZONA PROHIBIDA
Juan Carlos que ha venido expresamente de Bogotá al no encontrar a su novia en el Rodadero en el apartamento que le pertenece a su padre, desiste de ella tomando un bus que lo deja cerca de la troncal, al caminar silbando sus canciones preferidas durante varias cuadras llega sudando a la vía que comunica Santa Marta con la Guajira. Al detenerse piensa que debe comprar alimentos para poder sostenerse varios días en alguna de esas playas, al ver una enorme tienda va hasta allá entrando dentro del lugar viendo a un moreno que le pegunta: que quiere que le dé- El piensa y le contesta: deme diez latas de atún, papas por lo menos un kilo, espaguetis si deme diez de esos paquetes, necesito unos tres de esos paquetes de todito, un paquete de velas y un botellón de agua- Que más desea…- si deme por lo menos cuatro paquetes de galletas dulces ojala variadas, esa olla de aluminio y por favor dígame cuánto cuesta todo. El tipo sumando todo en una calculadora le dice: todo le cuesta la suma de cincuenta seis mil pesos. El saca la billetera y saca un billete de cincuenta y tres de dos mil pesos y se los entrega, como tiene el moral con únicamente un pantalón, un traje de baño, una y dos camisetas y algunos pantaloncillos, sin problema ordenadamente dispone todo entre el morral al cerrarlo se lo coloca sobre la espalda sintiendo el peso sale del lugar a la vía donde ve pasar todo tipo de vehículos que les pone la mano con la intención que alguien lo lleve, de ese modo hace que se detenga un camión que lleva un remolque vacío- El conductor al abrirle la puerta le dice a donde va…- No sé pero yo le digo- Como así que no sabe a dónde va- Conozco muchos lugares de esta zona pero aún no me he decidido ya que solamente pretendo estar solo de esa forma solamente podre relajarme- Si es así súbase. Se sube al lado del conductor que acelera el camión avanzan de ese modo pasa Calabazo, la entrada del parque Tayrona donde el chofer compra un bolsa de naranjas, al entregarle una con la navaja suiza la pela botando las cascaras por la ventanilla, se la va comiendo viendo el paisaje de las bananeras y los diferentes árboles. Luego que pasa el puente sobre el río Piedras vota lo que le quedo. Al cerrar los ojos los vuelve abrir al pasar el camión sobre el puente del río Guachaca, a la medida que van avanzando sienten el calor proveniente del mismo camión. Al haber un retén de la policía él se agacha para que no lo vean y al seguir  avanzando  por  la  carretera  viendo  las manchas  que  se asemejan a charcos de agua, el al ver a un costado de la vía el letrero del río San Diego le dice al conductor: Aquí me quedo. Al detener el hombre el camión abre la puerta y al ponerse el morral vuelve a cerrarla viendo que el automotor sigue por la troncal, El piensa por donde debe seguir, y al andar bordeando la vía encuentra un camino que sin dudar lo va tomando viéndolo todo a su alrededor, al pasar frente a un enorme caucho empieza a bordear el río, con la mirada atenta camina de esa forma atravesando un sin número de bananos, más adelante un bosque de diferentes árboles y al escuchar el sonido de las olas empieza a divisar los cocoteros que al meterse entre ellos logra ver a poca distancia el majestuoso Caribe de arena blanca, al acercarse aún más camina hasta el borde de la playa donde sin preámbulos se quita la ropa para ponerse el vestido de baño y tranquilamente al meterse en el océano se lanza traspasando por debajo la primera ola, hace lo mismo con la siguiente y con la tercera que lentamente se está armando y justo un momento antes que rompa se le lanza  logrando que estrepitosamente lo revuelque llevándolo cerca de la orilla. Sale exhausto sentándose sobre la arena blanca viendo las olas y los tonos azules del mar, al sentir hambre saca del morral una lata de atún que inmediatamente la abre con su navaja suiza y luego uno de los paquetes de todito, de la misma lata va comiendo atún que lo acompaña de papas, platanitos y chicharrones pero siempre con la mirada hacia el mar, al acabar con el atún y con medio paquete de todito cierra el paquete metiéndolo entre su morral. Al sentir calor va a una sombra de un cocotero y se acuesta apoyando la cabeza contra el morral quedándose instantáneamente dormido, al abrir los ojos ve que el sol ha descendido lo suficiente como para caminar, se levanta al colocarse el morral empieza a andar bordeando el océano, al cruzar casi la totalidad de la playa en un instante ve en la distancia una solitaria carpa canadiense, al aproximarse ve claramente custodiada por la sombra de uno de los cocoteros a una bella pelirroja que sentada sobre la arena lee concentradamente un libro de pasta verde. No sabe si hablarle o seguir, al verlo parado a poca distancia le dice: siéntate que yo no muerdo- dándose cuenta de su belleza se sienta apoyando sus manos sobre la arena le contesta: como una mujer puede estar sola en este paraíso- Generalmente prefiero estar sola que mal acompañada. Al acercarse prácticamente arrastrándose junto a ella le vuelve a dirigir la palabra diciéndole: Si pienso lo mismo por eso vine a este lugar solitario pero nunca creí que iba a encontrar menos a una mujer tan bella coincidencia o no tal vez es cuestión del destino. Se dan la mano- Él le pregunta: desde cuanto estas aquí…- desde esta mañana que llegue del Tayrona, me fui porque estaba insoportable porque había muchísima gente que el camping parecía un barrio de ciudad- La gente es estúpida se aprietan como ratas habiendo tantas playas bellas y solitarias- Si así es por eso el mundo está como está- Se puede saber tu nombre…, con quien estabas en el parque Tayrona- Yo soy Clara Al darle un beso en la mejilla ella continua: y estaba con unos amigos pero ellos se la pasaban siempre bebiendo y rumbeando, eso me molestaba ya que yo solamente quería disfrutar del mar y estar sobre todo tranquila eso hizo que me fuera- Pero como supiste de este lugar- Que pregunta, bueno como sabía que en Palomino iba encontrar lo mismo vine por cuestión de azar nada más, y vos como viniste a parar acá- Lo mismo por azar ya que venia del Rodadero y no quería por nada del mundo estar más, entonces decidí venirme a dedo por suerte un camionero me recogió y al sentir que este era el lugar me baje sin saber absolutamente nada y aquí estoy con la grata sorpresa de encontrarte- Si tuvimos suerte- claro que sí. Él viéndola detalladamente le dice: qué tal si vamos a la desembocadura del río- ¿Dónde está?- Me imagino que hacia el otro lado- Si es así vamos que me interesa conocerla, no lo había hecho por el temor de dejar mis cosas solas- Yo creo que aquí no viene nadie o has visto a alguien- desde que llegue solo te he visto a vos- entonces vamos. Al levantarse él de primero dándole la mano la ayuda a que se levante y le habla: será que puedo meter este morral dentro de tu carpa- Claro, ven que te la abro. Ella al abrir la carpa saca su mochila arruaca e introduce el morral al lado del de ella y la vuelve a cerrar,  empiezan a caminar bordeando la orilla  sintiendo  el  sol  sobre  sus espaldas y la brisa proveniente del mar, avanzan sintiendo que el agua les golpea suavemente los pies, al ver sobre la distancia la sorprendente desembocadura aligeran los pasos de ese modo intencionado llegan ante la desembocadura del río en el mar- ella emocionada por lo que está vislumbrando con su mirada va murmurando con su voz: qué lindo paraje si no estuviera viendo pensaría que es pura fantasía nada más- Si tal cual pero además se ve como el río en esta parte está más ancha ya que en dirección de las montañas se estrecha entre los enormes árboles. Al terminar de hablar saca de su mochila arruaca un carretel de hilo de pescar- Me recuerdas a mi abuelo que en Corrientes me llevaba a pescar.  Al aproximarse a la desembocadura ella se sienta viendo como él  lanza el nailon bastante lejos y le dice: veo que tienes experiencia en la pesca- Lo trato de hacer con frecuencia ya que me gusta de sobremanera. Al  trascurrir el tiempo lentamente siente un tirón e inmediatamente con la agilidad requerida luchando y rápidamente trae del anzuelo un bello y grade jurel lográndolo sacarlo del agua – Ella viendo el pescado como se mueve luchando- Va murmurán-dole: que buena pesca, bravo ya tenemos una buena cena- Quien te dijo a vos que te voy a dar, mentiras tú me has traído buena suerte por lo tanto es para los dos. al sacarle el anzuelo con la navaja le extrae las vísceras que las entierra entre la arena, luego le habla: con esta pesca es más que suficiente mañana será otro día, por ahora te convido a nadar. Luego de trepar el pescado en una pequeña palmera corren tirándose arena al mismo tiempo, al cansarse de lo mismo se sientan sobre la arena viendo el paisaje del río que culmina en la perspectiva de serranía- Él al sentir calor le dice: siento que hace calor que tal si nos metemos al agua- Estupenda idea vamos que no aguanto más este bochorno. Al tirarse a la corriente del río nadan cruzando el río, se vuelven a devolver para volverlo a cruzar, al estar en el otro lado ella le lanza una manotada de arena, al quererla agarrar sale corriendo y él va tras ella lográndole hacer zancadilla ella tan larga como es cae de rodillas, el no duda en lanzarse suavemente de esa forma la va tomando por la cintura y al encontrar los labios se besan para volverse a besar una y otra vez- Ella al abrir los ojos le murmura al oído: me gustas mucho, desde el mismo momento que te vi- Mentirosa solamente son artimañas de mujer porque cuando te vi no soltaste el libro ni un instante- Pero te vi y no sabes de qué manera y no son artimañas como crees tú- Eso lo dije por vacilar ya que te veo integra. Ella lo aprieta contra sus senos y al volver a encontrar los dos labios se besan exaltando su parte más sensual- ella de verdad que me gustas me gustaría seguir viajando con voz- Solo eres una novelera, nunca me tomes en serio ya que soy un vacilador de tiemplo completo. Mi plan es subir a la sierra si quieres puedes venir con migo- Ella luego que se ríe le contesta: claro ya me di cuenta tu forma constante de bromear pero si me interesa ir a la sierra con vos cuando nos vamos- No hay prisa un día de estos que nos levantemos con las ganas que se requieren para subir- Si no nos adelantemos a los hechos y vivamos este presente que nos está regalando la vida- si así debe ser, que tal si vamos al otro extremo- Sería bueno. Caminan muy decididos entre el agua y la arena, a veces corriendo y otras veces caminando de vez en cuando le dirigen la vista hacia el mar logrando ver en la lejanía el horizonte. Al llegar al extremo encuentran enormes rocas donde la rompiente se sube tirando agua por todas las direcciones, él adelantándose dándole la mano la ayuda a trepar de esa manera se posesionan sentándose viendo las señales del atardecer, que cambia en cuestión de minutos del  naranja al rojo y luego toma un color purpureo encendido, que al ir cayendo la noche lentamente va desapareciendo hasta observar la aparición de las primeras estrellas- Ella vámonos que ya hay una tenue luz- Si vamos lo más rápido posible si no nos toca pasar a nado el rio en oscuras. Al bajar ella se apoya en sus hombro de esa manera lo logra, corren hasta la desembocadura por suerte les queda lo último de luz, pasan  nadando logrando llegar rápidamente al otro lado sin ningún tipo de inconveniente- Ella va hablando: por suerte lo pudimos pasar con lo último de la luz ya estoy tranquila porque antes de pasarlo con esta poca claridad me dio un poco de miedo- Eso es lo que hacen los pensamientos lo mejor es no prestarles atención- Si tienes razón pero no es tan fácil, Sabes que olvidamos el pescado- Como podemos ser tan olvidadizos- no te preocupes que voy en su búsqueda- Espera que te doy la linterna. Al sacar de la carpa la linterna se la da y él corriendo desaparece entre la oscuridad, en menos de lo que se levanta un caballo regresa cargando el enorme pescado, al llegar algo agitado le va diciendo: tú te encargas de buscar leña- Eso está resuelto acaso no la vez detrás de la canadiense- Que loco no la había visto, bueno voy a sacarle las escamas a este jurel. Al sacar de la arruaca la navaja alejándose un poco empieza a sacarle las escamas al pescado lográndolo rápidamente- Ella viendo que ha terminado le habla: como lo vamos a asar- Se me ocurre que al poner dos horquetas lo atravieso con un palo llevando esta presea al medio y luego coloco el palo entre las dos horquetas, que tal te parece la idea- Lógica pero a mí no se me hubiera ocurrido- Manos a la obra. Mientras ella pone en una buena disposición los palos él atraviesa con un palo el pescado de la boca a la última aleta logrando posicionar con criterio el pescado, al ayudarle con las dos horquetas enterrándolas él mismo se encarga de encender un enorme fuego lentamente se va convirtiendo en brazas y cuando él considera que están listas para colocar el pescado se va asando muy despacio hasta que por fin esta, ella con el cuchillo logra dividir los dos lados y se encarga de servirlos en los dos platos y se sientan sobre la arena a comer- ella al probarlo va murmurando: que exquisitez-   que  esta  delicioso.  Sin  ha-blar  pero si viéndose de cuando en vez lo van disfrutando hasta darle termino- Ella solamente hemos dejado las espinas y el dorso central ya que de verdad lo gozamos como debe ser. Al estar más que satisfechos se acuestan sobre la arena ella apoyada sobre el pecho de él, al estar más relajados cierran los ojos durmiéndose. Él al abrir los ojos con la mano le toma uno de los pies que empieza suavemente a besarlos; ella al sentir se despierta reaccionando le acaricia el pecho, de esa forma empiezan a jugar con sus cuerpos tocándose con las manos ágilmente. Cada uno desviste al otro, al encontrar sus redondeados senos suavemente con los labios los acaricia logrando que ella se vaya excitando lentamente, luego ella  con cierto instinto le besa los testículos que hace que el pene se le pare, excitados de sobre manera los dos. Ella con un movimiento de cintura hace que la penetre sintiéndolo a dentro de ella, en movimientos paulatinos llegan al orgasmo que eso hace que ella gima prolongadamente como una gata pelirroja. Al terminar con la acción del amor se levantan y se meten entre la carpa.
Se la pasan de amor consumido a amor por consumirse, cuando les queda tiempo caminan por diferentes lugares cerca o dentro de la playa misma, él pesca de vez en cuando y siempre están dispuestos a presenciar cada atardecer de esas forma se les pasan los días sin que nadie los interrumpa, solo una vez siendo una mañana un mono pecho colorado al descolgarse de uno de los cocoteros y en el pre-ciso momento que se están besando, el muy vivo al ver que no lo ven se adentra en carpa logrando extraer de la mochila uno de los paquetes de galletas y al salir  se sienta golpeando el paquete contra la arena. Ellos al querer reaccionar intentan atraparlo pero el mono llevándose el paquete corre ágilmente subiéndose en el redondeado tronco del cocotero donde al volverlos a ver logrando desprender un coco lo bota como en calidad de intercambio- Ella que precioso mono que agilidad para hacer todo lo que hizo- Yo diría más bien que maestro de los monos. Se ríen con ganas dejando el murmullo de sus risas en el ambiente de la playa- Ella al rato con cara de cansada habla: tengo  sueño  vayámonos  a  costar. Al entrar entre la canadiense, al acostarse muy pronto se quedan dormidos profundamente. Al salir el sol sienten tanto calor, que deciden salir de la canadiense y al desayunar Clara va hablando: hoy ciento que es el día perfecto para subir a la sierra- Siento y pienso lo mismo. Se besan repetidas veces y luego desayunan con galletas y atún, ya satisfechos desarman la canadiense colocando las estacas y la carpa entre el estuche y como de antemano ya tienen todas sus cosas entre los morrales simplemente se paran poniéndose cada uno su morral sobre la espalda de ese modo empiezan agilizar sus pies por el camino, andan muy despacio viendo todo a su alrededor. Al llegar a la troncal después que pasan varios vehículos logran pasar el ancho de la vía. En una tienda compran una botella de agua que él va llevando- Clara: por donde nos vamos- Yo creo que lo mejor sería preguntar. Al ver a un fulano ella se le acerca y le pregunta: usted se ve a leguas que es de este lugar por lo tanto debe saber cuál es el camino más directo para ir a la sierra- El señor viendo lo buena que está le contesta: mire allá hay caserío por ese lado creo que es lo más conveniente- Gracias. Siguen por donde indicara el señor, van por entre las viviendas ladrándoles los perros de ese modo encuentran el sendero- Juan Carlos: malditos perros como aturden. Luego que se calla mirándola a ella vuelve a la palabra: este seguramente es el camino que nos llevara a la sierra- Yo creo lo mismo sigamos. Al dejar las construcciones empiezan a ascender loma arriba viendo un árbol de tamarindo, al acacharse recogen varios de los frutos café claro, y van comiendo sintiendo el fuerte sabor- Ella hace poco conocí el tamarindo desde esa vez me encanto- Si es riquísimo pero lo mejor es en jugo y ojalá con mucho hielo- Con este calor no estaría nada mal pero por favor cállate- Tu pretendes callarme. Le toma la nalga y ella solamente lo mira. Al ver un grupo de amerindios arsarios intercambian saludos y siguen hacia adelante viendo la floresta que se alza por encima de sus cabezas. Al ir subiendo se encuentran a otro personaje de semejan-tes características al de los anteriores- Este les dice: a donde van- Ella: simplemente a la sierra pero no sabemos exactamente a donde ya que estamos subiendo por primera vez- El arsario: tengan cuidado que a veces se encuentran mapanas y otras serpientes por estos caminos- Juan Carlos: lo vamos a tener en cuenta y gracias por decírnoslo. Al ir avanzando la cuesta se hace más prolongada y al llegar a la cima desde la distancia ven el azul del mar, al encontrar varios caminos- Clara quitándose el pelo del rostro va hablando: cuál de todos estos caminos nos convendrá- Vamos por este haber que pasa. Van por el camino que dijera Juan Carlos viendo la extensión de varios potreros por lo tanto ven pastando varias vacas de la raza cebú y luego se entran entre la jungla de inmensos arboles viendo las ardillas que corren de un lado al otro- Clara: que bellas ardillas además hay muchísimas- Si son muy bonitas, al estar entre los árboles ven el mismo río San Diego que se extiende en la distancia, al seguir la dirección de la pendiente en un extraño lugar encuentran varias rocas que sobre pasan su tamaño- Clara: considero que este es un buen sitio para descansar- Si claro descansemos. Al poner los morrales en el piso de tierra escalan con la ayuda de él y se posan sentándose en la cúspide de una de las rocas viendo el hermoso paisaje de árboles- Clara va diciendo: que sitio más increíble pero por favor pásame la botella de agua si no quieres verme morir de la sed. Él de inmediato le pasa el botellón y ella se da varios tragos y al pasárselo a él hace lo mismo- Juan Carlos: considero que debemos seguir- Si claro vamos. Al bajar de la roca él le da la mano ayudándola a descender, ya sobre el suelo de tierra vuelven a retomar el sendero, por donde caminan horas enteras sin bajar el ritmo, al llegar ante el mismo río que han dejado varias veces se deciden a quitarse la ropa y se bañan viendo que el sol pronto va a desaparecer- Que delicia de agua aunque este helada- No ves que este río viene de los propios nevados- Ya me lo imaginaba pero considero que este es un lugar bueno para acampar- Salgámonos y armemos la canadiense. Al salir se secan con la toalla de ella y luego se visten, al estar listos entre los dos disponen de la carpa armándola en la parte más plana- Clara antes que oscurezca debemos ir por leña. Fácilmente encuentran palos de todo tipo que van llevando cerca de la canadiense, hacen varios viajes y en menos de un pedo ya tienen más que suficiente, entre los dos disponen de la fogata y en un acto seguido la prenden logrando una buena llama, se quedan un buen rato ensimismados en lo que es el fuego y en las brasas que arden de lo lindo- Ella va hablando: que mágico es el fuego uno se podría quedar horas contemplándolo- Si es así, y además te va llevando a su encantamiento. Al oscurecer como es verano el cielo se va prendiendo en tonos rojizos y al insinuarse con tonos más fuertes y más naranjas el cielo lentamente se va apagando y en el momento que oscurece sale fluyendo entre las inmensas montañas la luna que le da un tono rosa al macizo nevado  - Clara va murmurando con su voz: me encanta el hecho de ver este espectáculo tan sublime. Al mirar hacia el otro lado ven a la vez varias estrellas fugaces que atraviesa gran parte del cielo- Clara: voy a pedir un deseo que seguramente se me va a dar. Él haciéndole cosquillas nena si no me dices el deseo te voy hacer más cosquillas- Ella: para nada te lo voy a decir ya que eso es solamente mío. Al insistir haciéndole cosquillas ella se retuerce de la risa invadiendo con sus carcajadas todo el escenario campestre- Está bien guarda el secreto donde no lo vea- Que hombre más cascarrabias- Si por eso no me voy a poner de mal genio al contrario quiero que seas feliz- No, tan bello. Se quedan en silencio con la mirada hacia el firmamento y al trascurrir el tiempo deciden irse a dormir a la canadiense.
Muy temprano se despiertan a la vez, al arreglar todo desayunan galletas con último atún de lata, al ponerse los morales siguen el curso del camino que los lleva loma arriba. Al llegar a una extraña explanación- Ella viendo el lugar: qué lugar más extraño- Sí que lo es, mira esos socavones. No acaba de decirlo y se presentan dos kogis con su típica vestimenta poporeando el de más edad va algo hablando en su dialecto que ellos no entienden- El otro que si habla español: este lugar para nosotros es sagrado por lo tanto para ustedes es zona prohibida, para los hombres menores ya que es un cementerio de nuestros abuelos por favor les pido que se retiren o que se devuelvan por donde han venido, de lo contrario les puede caer un maleficio- Ella asustada le contesta al kogi: no es nuestra intención hacer daño- Sin intención y con intención ya les dije que se fueran- Juan Carlos viéndolo con respeto le murmura: Bueno está bien nos retiramos. Como al bajárseles el ánimo se quedan como paralizados, pero al ver como los mira los dos personajes kogis y el respeto que impone su presencia.  Al no poder avanzar más con pena y todo deciden devolverse por donde han llegado, duran no se entiende más bajando que lo que subieron. Al llegar a la troncal toman un bus a Riohacha y de ahí un campero al Cabo de la Vela.
                                                Fin.                                       

UN AMOR INESPERADO
Ana Lucia sentada en la arena de la bahía de Santa Marta viendo hacia el Morro, va pensando quiero ir a Ciudad Perdida pero sin guía, como ayer estuve en el mercado es posible que allá encuentre un contacto interesante. Como el cielo está completamente tapado por las nubes, se levanta viendo hacia la montaña los truenos, al pasar la avenida primera se instala en el andén por un momento viendo la construcción del banco de la Republica, al preferir seguir anda a un costado del parque de esa forma llega a la catedral viendo que empieza a llover sin importarle la lluvia que la va mojando va por esas calles llegando a la avenida que luego que pasa un bus seguido por otros vehículos cruza hacia el otro lado metiéndose por un costado del mercado. Viendo los diferentes almacenes logra visualizar un sitio de tamales y empanadas, se acerca al mostrador viendo a una mujer le pide un jugo de tamarindo y una empanada de huevo, al darle la señora el vaso de jugo y la empanada se sienta muy tranquilamente a disfrutar de las dos cosas viendo a las diferentes personas que acuden al lugar, al acabar se levanta internándose en los lugares de las verduras y las frutas, al ver a un personaje kogi que custodia un bulto de café, se le acerca y le pregunta: amigo usted debe saber cómo puedo ir a la Ciudad Perdida. El hombre la mira de arriba abajo y luego le contesta: yo creo que lo más conveniente es que acuda a una empresa de turismo- Prefiero hacerlo sola debido a que no me gusta viajar con tanta gente y además por lo generar hablan inglés u otros idiomas, eso no va con migo- Que le digo yo, si mire tome un bus hasta Guachaca ahí preguntara ojala algún kogi por el camino que conduce a Teyuna que es la misma Ciudad Perdida, el camino está muy bien enmarcado por eso no va a tener problema para orientarse- Muchas gracias por la información. Como llueve aún más fuerte decide ir al hostal, al llegar completamente empapada el de siempre le abre la puerta, al ir por el corredor sube las gradas encontrando la puerta de su habitación que sin dificulta abre con la llave, luego de bañarse se va directamente a la cama donde duerme   plácidamente hasta la mañana siguiente. Al pararse de la cama va directamente al baño hacer sus necesidades, luego se baña y al salir del baño se pone su vieja bermuda y una camiseta verde nueva que comprara el día que llego a Santa Marta y de último sus zapatillas, luego de peinarse sus rizos al tomar el morral sale bajando las escaleras y le paga a la recepcionista los dos días que estuvo en el hotel, como ya sabe a dónde tomar el bus va al mercado y en una esquina escucha al muchacho que grita: parque Tayrona, Guachaca, Cabañas de Buritaca y Palomino. Al acercarse al bus se sube detrás de una señora que lleva cargado a un pequeño niño, al ver un puesto libre en la ventanilla se sienta sin poder estirar sus piernas ya que el bus es supremamente estrecho, al subirse otros pasajeros el bus arranca tomando la vía que conduce a San Pedro Alejandrino, al salir de Santa Marta estrecha y todo se duerme, el bus al llegar a Guachaca el ayudante al tocarle uno de los hombros se despierta medio asustada diciendo: carajo que pasa. Al escucharla todos los pasajeros se carcajean, el muchacho le contesta: ni un carajo no ve que llegamos a Guachaca. Al pararse ve que todos se están burlando de ella en esas circunstancias se baja sintiendo el pavimento hirviendo, al sentir la potencia del sol ve un lugar abierto se sienta ocupando una de las mesas, la chica al acercarse le dice: hola gringa desea un jugo- Ella le contesta no soy gringa soy charrúa o sea de Uruguay, si quiero un jugo de tamarindo- La muchacha con cierta rabia le contesta: estos extranjeros piensan carajo que están en su casa de todas maneras ya mismo se lo preparo. Al escuchar el ruido procedente de la licuadora en menos de nada se lo trae poniéndolo sobre la mesa, ella pensativa de a poco lo va tomando hasta terminarlo, luego de pagarlo sale y al ver que no viene ningún vehículo atraviesa el ancho de la vía, al ver a un joven que cabestrea una mula cargada de plátanos se le acerca preguntándole: cuál es el camino para ir a Teyuna o sea Ciudad Perdida, yo he visto que los gringos van por ese camino allá hacia la izquierda- Gracias. Al ver el camino que el muchacho le dijera no duda en tomarlo, camina a buen ritmo ya que sus piernas largas le ayudan, como alguien le regalo un mapa de la zona ve que primero tiene que llegar a la Aguacatera. Al ver la cuesta sus pies van subiendo la largura de la montaña, se cruza con dos hombres armados pero ella como si nada sique la trayectoria del sendero que esta vez va descendiendo de esa forma ve el letrero de la finca la Aguacatera, no entra si no sigue subiendo una montaña mayor que la primera con la ventaja de que el sol ha sido tapado por las nubes, camina y anda viendo diferentes paisajes más o menos todos iguales y de ese sentido llega ante una cabaña circular, al entrar una señora la saluda diciéndole: viene sola- Claro que si- bienvenida al campamento quiere tomar un tinto- Me gustaría mucho- Ve esa silla siéntese, no me demoro ya que el café ya está preparado y lo tengo en un termo calientico. Ella al poner el morral sobre el suelo de baldosas  se sienta y al estar cómoda ve la simpleza de la construcción y las pocas cosas que hay. La señora al traerle el tinto se lo va tomando despacio y sin afán- La señora usted por lo que veo es gringa- Las apariencias engañan ya que soy uruguaya a mucho honor o sea charrúa- Donde queda ese lugar- Muy lejos de aquí allá en sur del continente- Bueno no entiendo nada pero no importa, se va a quedar aquí a dormir- ya me toco por que las circunstancias son las que mandan realmente- Cuando termine con el tinto le indico donde puede dormir- Gracias. Al prender un cigarrillo la señora empieza a toser que se levanta para no tragar humo y solo vuelve en el momento que lo termino- Venga que le muestro donde puede dormir. Al seguir a la señora la lleva a una enorme habitación con muchos camarotes, ella al escoger el lugar de dormir pone al lado del camarote el morral y se acuesta ya que está cansada debido a la larga caminata, al tratarse de dormir escucha varios pasos y enseguida ve a un grupo de extranjeros arribar a la habitación, ella se hace la dormida para que no le hablen y sin comer se queda dormida sin preocuparse de la bulla que hacen los extranjeros, solo cuando se duermen todos queda el lugar en silencio.
Al venir la mañana se despierta algo tarde viendo que los extranjeros se han ido, ella se despereza saliendo de la cama, se ba-ña rápidamente para ponerse lo mismo del día anterior, al salir de del enorme cuarto se encuentra a la señora que le dice: su desayuno está listo sobre la mesa vaya que se le enfría- Gracias, sabe qué hora es- Por lo menos son las nueve de la mañana. Ella al sentarse ocupando la mesa dispone su desayuno a su antojo y al terminar con el contenido del plato y de la taza se levanta, le paga a la señora y va a la habitación por la mochila que al colgársela sale tranquilamente del lugar. Empieza a recorrer el sendero acelerando el paso viendo los diferentes árboles que le traen ciertos recuerdos de otros lugares, al encontrarse un amplio río como siente el calor se desviste y se entrega a la funcionalidad del agua que la refresca y solo sale en el momento oportuno a vestirse y a caminar subiendo la larga cuesta que se abre paso en curvas en los dos sentidos, al detenerse delante de un arbusto ve algo semejante a una culebra pero se da cuenta que es un palo curvo nada más, esto la tranquiliza siguiendo la trayectoria del camino de ese modo llega al campa-mento ve al mismo grupo de extranjeros como no quiere nada con ellos prefiere seguir y ya muy entrada la tarde se detiene a observar a un grupo de pájaros de diferentes colores, entregada en la contemplación decide pasar la noche y saca rápidamente su hamaca que la amara bien sujetada de dos árboles no tan grandes como los demás, al sacar un paquete de maní, de pistachos y almendras se sienta sobre la hamaca a comer lo hace lentamente hasta que se siente satisfecha, luego saca un poco de mariguana y los papelillos con los cuales arma un barreto bastante considerable, escuchando el canto de los pájaros que se confunde con el chirriar de las chicharas y el leve murmullo del viento lo prende para irlo consumiendo lentamente, al sentirse trabada se acuesta sobre la hamaca a presenciar el misterio de las estrellas, de esa manera primeramente ve una estrella fugaz que cruza gran parte del firmamento, luego otra y otras que alucinada se profundiza siendo despertada sobre la madrugada por una lluvia que de a poco la va mojando a ella inmediatamente saca un plástico con el cual se cubre totalmente, solo se lo saca en el momento que escampa viendo la luz proveni-ente de las montañas, enrolla el pastico amarándolo a la mochila y vuelve  al  asunto  del  paquete  de maní y de esos otros frutos secos. Al acabar con el medio paquete decididamente desamara la hamaca y la mete entre la mochila, dispuesta a caminar moviliza los pies apurando el paso entre la floresta sintiendo la húmeda del lugar, al ver en la distancia una enorme culebra se detiene a observar las formas de los rombos y los colores de su piel, al irse la larga culebra jungla adentro sique como si nada. Ella misma se sorprende en el momento que llega a un poblado llamado Mutanyi, al recórrelo va observando los bohíos más o menos iguales, los niños que libremente corren de un lugar a otro, algún que otro personaje que sentado poporea siempre sonriente. Al sentarse a acariciar una pequeña niña se le acerca un joven kogi que le pregunta: de donde vienes, te gusta este pueblo- Bueno son dos preguntas a la vez, vengo de Santa Marta y claro que me agrada este lugar ya que lo siento muy magico- El kogi: estoy seguro que no eres de allá- Claro que no soy de un lugar que queda muy lejos- Cuatro o cinco días de camino- Caminando creo que por lo menos un año- Así queda de lejos- Si claro- Entonces como viniste…En avión a Bogotá- Que es eso- Es algo así algo que vuela- Acaso es un gran pájaro- Algo así- ¿Te gusta este lugar? Ya te dije que si es muy peculiar y tiene una magia que me impresiona- Quieres venir a una finca donde yo vivo- Me encantaría ya que seguramente voy a conocer sus costumbres y quien sabe tantas cosas más- Entonces vamos. Luego que se dirigen la mirada caminan saliendo del poblado montaña arriba por un camino algo estrecho. Ella mira que el nuevo amigo esta siempre sonriendo y además se da cuenta que tiene unas facciones verdaderamente lindas- Ella deletreando prácticamente la forma de sus ojos cafés claro le dice: cómo te llamas- Kamanza- Que quiere decir…- hombre de montaña- Que lindo nombre a demás va muy bien con tu personalidad alegre, si me entiendes- Claro, he aprendido el español y me gusta tanto como el kogi- Que bueno pero no pueden olvidar su idioma y su cultura que es original y es autóctona de nuestro continente, por ejemplo yo soy charrúa pero nosotros si hemos perdido la lengua y prácticamente toda nuestra cultura tan solo conservamos el mate y se sabe muy poco o casi nada de nuestros antecesores ya que los europeos acabaron con ellos- Esos rubios como tú acaban con todo- Sé que heredado la raza pero soy diferente ya que amo la vida y tengo respeto por mis semejantes- Entiendo tu eres más como nosotros que como ellos- Si así soy yo, no sería capaz ni siquiera de matar una mosca- Que es el mate- Que retentiva, es una hierba cuando lleguemos te la muestro y si quieres te convido a tomarla, yo creo como es una yerba parecida a un té te va a gustar- Si me gustaría y si es autóctona más aún. Hablando llegan sin que ella se dé cuenta de todo lo que han caminado- Ella: veo que hemos llegado- El amigo ya te presento a mi mujer y a mi hijo que nació hace menos de tres meses- Me encantaría conocerlos. El hombre  gritando  en  su  idioma  con  su voz melodiosa: Kalama te quiero presentar a alguien muy especial. La chica tan bella como él sale al exterior cargando su bebe, se dan la mano calidosamente  y luego se besan la bella pareja- Ella efusivamente les dice: yo me llamo Ana Lucia, puedo ver al bebe- El amigo: claro, se ve claramente por tu mirada que eres una buena mujer- Por lo menos lo intento. La chica kogi le muestra el bebe que al verla le sonríe de una bella forma- Ana Lucia: qué lindo que es además como me sonrió- Kamanza: entra con nosotros al bohío. Al entra ve la construcción bastante sólida y primitiva ya que se trata únicamente de una mesa, un fogón de leña, unos cuantos utensilios de cocina y varias hamacas- Ana Lucia que lindo bohío me gusta porque es simple pero a la vez muy acogedor- Kalama: me agradas mucho por eso me gustaría que te quedaras con nosotros- Gracias, claro que me encantaría ya que los siento muy cercanos a lo que soy. Se  dan  cada  una  un beso en el pómulo y sonríen- Eso si me quedo colaboro en todo lo que allá que hacer- Kalama: es poco lo que hay que hacer ya que preferimos el ocio, debes tener hambre- Si claro al venir de la Samaria como dicen algunos he caminado mucho- Kamanza: está bastante lejos, espera que caliente una sopa de chachafrutos. Ella como la leña está prácticamente prendida no tiene si no que soplar y en un acto mágico se prende la pequeña fogata, luego coloca la olla de barro que ella misma hiciera y rápidamente al estar la sopa sirve en tres platos hondos de barro, llenándolos se sientan sobre las planas piedras que con cucharas de palo se van comiendo la sopa a expensas de su sonrisas- Ana Lucia que suerte o será que el destino hizo que los conociera, no más cuando entre al pueblo sentí la armonía que me lleno el espíritu y esta sopa lo confirma ya que esta increíblemente deliciosa- Kalama: nuestra cultura se identifica con las cosas simples y entre menos se tenga se es más espiritual ya que estas más conforme consigo mismo- Eres una sabia muy hermosa- Donde aprendieron español tan bien- Nunca fuimos a una escuela eso es voluntad de nosotros mismos- Eso es supremamente valioso o sea es espiritual ya que son las ganas y nada más- Kamanza: es  así  ya  que la voluntad de hacer y de amar es lo más rico que puede tener una persona- Es tan cierto como existir. Al acabar todos Ana Lucia sale de la casa al encontrar lo que pareciera una urna funeraria le colabora lavando los platos con el agua que tiene la enorme olla de barro y con todo lavado las colocan donde cree que van los utensilios- Kalama: eres eficiente- Tengo que serlo porque vivo sola- No tienes un hombre- No lo tengo- Lo deseas- Claro el amor es supremo ya que nacimos de él y es la única verdadera trascendencia. Si me entienden- Kalama: aunque hables un poco raro al hablar tan claro se te entiende muy bien, además escucharte dan ganas de entender lo que dices. Se quedan callados sintiendo que por esta noche ya se dijeron todo lo que tenían que hablar. Al despedirse de beso en la mejilla todos se acuestan en una Hamaca como el silencio es todo se duermen felices.

Ana Lucia se despierta escuchando el lloriqueo del bebe, al salir de la hamaca ve a Kamanza le dirige la palabra: que tal durmieron- Él le contesta: muy bien y tú….- De maravilla ya que descanse lo suficiente, que tal si preparo el desayuno- Mira ahí encontraras lo necesario para preparar el desayuno- Voy a ver que hay. Al buscar encuentra huevos, tomates y cebolla, pica los tomates y las cebollas, luego bate los huevos, al agregarle leña a lo que usan como estufa soplando logra encender el fuego y de esa forma cocina los huevos revueltos y además hace café, al estar el desayuno listo se sientan los tres a consumirlo y en menos de nada lo desaparecen, como ya han terminado ella se encarga de lavar lo que han utilizado colocando los platos, las cucharas de palo y las tres tazas en el lugar acostumbrado- Ella sonriendo va diciendo: como ya termine de lavar lo que utilizamos en el desayuno he pensado ir a ciudad perdida, eso sí voy y vuelvo- Kalama cargando su bebe le contesta: ve que aquí te esperamos. Al salir sin nada como no sabe por dónde ir le pregunta a un mujer kogi: tú debes saber por dónde cojo para ir a Teyuna- Mira vez ese camino es por ahí. Al hacerle caso toma el sendero y al caminar durante mucho tiempo observándolo todo, ve a poca distancia los círculos de los cimientos de las antiguas viviendas Tayrona y el camino en piedra, Al recorrerlo sintiendo la energía va observando cada elemento que conforma el lugar, al sentarse sobre un escalón de piedra ve los aparentes cimientos acompañados por la integridad del paisaje que la conmueve por dentro, al estar en esas la sorprende un joven Kogi que le habla con una voz dulce: tú debes ser la mujer que llegaste ayer al pueblo- Como lo sabes si hasta ahora te veo- Porque tu pasaste por la casa de mis padres y yo estaba justo en la puerta- Que raro porque hasta ahora es que te veo- Me puedo sentar- Claro siéntate- Como aprendiste el español- Como he ido varias veces a Santa Marta a vender mi café me ha tocado a aprenderlo- Conque cultivas café- Si tengo tres socios con los cuales lo cultivamos- Ella lo ve sintiendo algo especial le pregunta: cómo te llamas- Wacali y tu…- Ana Lucia y soy charrúa- Que es eso…- Es nuestra cultura y nos hacemos denominar con esta palabra. Se quedan extasiados mirando el esplendor de la naturaleza, pero a veces se miran con cierto deseo- Wakali me tengo que ir a hacer pero como sé que estas en la casa de Kamanza y Kalama de pronto nos vemos allá- Pero como sabes que estoy en su casa- Un pajarito me lo dijo no mentiras como aquí se sabe todo, hasta luego. Ella viéndolo como desaparece en la distancia se queda pensando diciéndose así misma que lindo hombre. Al sentir que tiene que volver al pueblo se levanta empezando la vuelta sin detenerse llega más rápido de lo que vino, al entrar al pueblo ya cogida de la tarde viendo el movimiento de las diferentes personas llega pero sin detenerse va a la finca y ante la puerta de la casa, al verla Kalama que carga su bebe la saluda con un beso diciéndole: que tal Teyuna…- es bellísimo además para ustedes debe ser algo así como un templo- Si es un lugar sagrado ya que ahí están nuestros antepasados- Más claro no puede cantar el agua. Se ríen y luego Ana Lucia le habla: donde esta Kamanza- Se fue a una reunión de un mamo- Guíen es el mamo o sea que significa para ustedes por favor explícamelo- El mamo es nuestro guía espiritual ya que tiene profundos conoci-mientos que abarca al mundo incluyéndonos a nosotros, es que para nosotros ustedes los civilizados son los hijos menores  y nosotros somos los hijos mayores- Claro lo comprendo claramente, llanamente nosotros somos unos consumistas que destruimos la tierra- Así es. Entremos que preparo algo para comer ya que debes tener hambre por lo que caminaste- Te tengo el bebe- No tranquila tu descansa que lo pongo en la hamaca. Al acostarse como se siente cansada se queda dormido y solamente se despierta al llamarla Kalama. Se levanta y al pasarle el plato se sientan a comer concentradamente hasta que terminan, entre las dos lavan los platos la olla y las cucharas de palo, como está la noche muy oscura ya que no hay luna prefieren meterse en la hamaca a dormir.
Ana Lucia al abrir los ojos ve a su amiga que sentada con dos agujas teje una mochila, se levanta y al verla la indígena le dice: se ve que dormiste bien, mira ahí está tu desayuno. Ella al tomar el plato con los huevos revueltos viéndola como teje va comiendo a un ritmo pausado demorándose para acabar, luego lava el plato y la cuchara de palo y se sienta al lado de su nueva amiga diciéndole: me gusta que me enseñaras a tejer mochilas- Claro que si mañana mismo te empiezo a enseñar- Tengo tantos deseos de aprender a tejerlas. Al pasar el día se presenta Kamanza con el amigo que ella conociera en Teyuna- al saludarse Ana Lucia le dice: que bueno que hayas venido- El viéndola directamente a los ojos: si quería verte. Y le entrega unas flores que recogiera en el camino- Que flores más bellas- Quieres que vayamos a un sitio mágico a ver las estrellas…-Por qué no vamos. Al despedirse con un ademan salen de la casa viendo el firmamento completamente lleno de estrellas- Ella mirándolo: que noche más hermosa- Te la regalo es toda tuya- No quiero ser egoísta es del que la quiera ver y nada más- Tienes razón pero al apreciarla tus ojitos bellos también te corresponde- Que galán. Al llegar a una pequeña colina donde hay una roca impresionante- Él  le  dice: subamos  que  vamos  a ver  mejor  el panorama. Él va subiendo y dándole la mano la va ayudando para que rápidamente lleguen a la cima de la roca, al sentarse viendo las estrellas él le toma la mano diciéndole: con mucho respeto te voy a decir lo siguiente: que el momento que te mire allá donde están nuestros espíritus, recibí una luz celestial que me indico que tú eras la mujer de mi destino- Ella azarada y nerviosa no sabe que decir. Pero siente un poder que se le sale de las manos y al acercar los rostros intrépidamente se besan y se abrazan sintiendo su correspondiente calor humano quedándose así durante mucho tiempo. Ella sin lograr despertar del sueño del amor le dice: no abra problema de que yo sea blanca y extranjera para la comunidad o ya habido otro caso como el nuestro- Eso me tiene sin cuidado porque siento una llama en este corazón que nunca dejare que se extinga- Ella sintiendo le habla: yo también estoy enamorada y donde tu vayas yo iré pase lo que pase por que mi mundo es tu mundo- Claro que sí ya que desde el primer beso somos una misma esencia. Al cerrar los ojos se vuelven a besar sintiendo la integridad del cielo y la tierra.                                        

LA HISTORIA PERSONAL DE UN KOGI
Estando posesionado sobre una gigantesca roca viendo el pano-rama de árboles y del río, recuerdo mi linda infancia viniéndose ciertas imágenes como: mi bautismo en el río, la primera vez que popo ríe, la vez que conocí al mamo Ángel y otras tantas escenas de mi vida. Hoy  tengo  dieciséis años  soy consciente de mi familia, de mis hermanos y mis hermanas kogis y tengo comunicación abierta con mis ancestros y los espíritus que no debo olvidar ya que sin ellos no soy la esencia de lo que soy. Sé que llevo un tiempo considerable sobre esta roca sagrada, veo la escena del atardecer de colores cálidos que rápidamente se extingue para que completa-mente oscurezca y aparezcan en el firmamento las estrellas que son tantas que seguramente son un número infinito. Desciendo de la roca y sin pormenores sigo el camino que me lleva al bohío donde vivo con mi hermano un poco menor que yo, ya que le llevo un poco más de un año. Al llegar al bohío entro viendo a mi hermano que metido en la hamaca esta poporeando muy concentrado en lo que esta, él al ver que he llegado voltea la cabeza hacia mí viéndome, para girarla en la posición que la tenía. Como veo que hay en la olla de barro comida me sirve en un plato y al sentarme en la puerta viendo las estrellas como, luego al sentarme en la hamaca que hiciera una de mis hermanas me propongo paporrear, lo hago al meterme el hayo al lado del pómulo derecho como acostumbro hacerlo, duro haciéndolo hasta la madrugada quedándome dormido hasta entrada un poco la mañana. Como sé que tengo que ir a la playa por conchas me levanto viendo que mi hermano ya no está y salgo muy decidido a caminar, rápidamente agilizo el andar de mis pies bajando por el sendero, aunque voy rápido observo todo lo que me va rodeando, los diferentes árboles, arbustos y la variedad de plantas, al encontrarme de frente con una serpiente mapana no dejo que reaccione y velozmente la tomo por la cabeza para lanzarla con todo lo que da mi mano fuera de mi alcance. Al empezar a llover no me importa ya que soy resistente al agua, y todo y mojado sigo, al llegar la noche camino a sabiendas de mi instinto y poporeo esto me da más ánimos de seguir, ya en la mañana escucho el ruido civilizado o sea el de los diferentes vehículos que van y vienen por la troncal, al entrar al pueblo camino hasta la vía y al ver que no pasa ningún automotor paso el ancho de la vía siguiendo en dirección de la playa, camino por el sendero viendo a los dos lados los potreros enmarcados por cercos de alambre de púas y los pocos árboles, al ver en la distancia los cocoteros siento que estoy llegando a mi destino, al ver la playa me desvisto y como llegue al mundo corriendo me lanzo de cabeza contra el agua salada, cada vez que viene una ola la sobrepaso por debajo, al arribar donde rompen las olas hago que me eleven. Al querer regresar a la playa me le lanzo antes de que rompa y esta con su fuerza me lleva prácticamente hasta la playa, lentamente salgo a la playa al vestirme recojo mi mochila de la cual saco una mochila bastante grande de algodón y al ir caminando bordeando el océano voy recogiendo todo tipo de conchas de esa manera rápidamente logro llenar la enorme mochila, al colgármela sobre la espalda retirándome de la playa de arena blanca voy rumbo de vuelta a mi territorio, al ver un burro a pesar de que intenta patearme lo agarro poniéndole el lazo, luego bien cerrada la mochila la coloco sobre el lomo amarándola  con un buen nudo sintiendo que me he liberado del peso. Al encontrarme con un compadre tal cual como yo, como tengo dinero de los últimos sacos de café que vendiera- Le digo en kogi: compadre vamos a echarnos algunas cervezas- Él me contesta de la misma manera: Vamos carajo que para eso somos indígenas y de los propios. Al ver una tienda nos  acercamos al ver a la dueña le digo: buena señora véndame dos cervezas heladas. Al entregar-melas sentados ocupando una de las mesas como un tiro nos tomamos cada uno la cerveza, al pedir más vamos tomando mamándonos gallo con ese sentido llenamos la mesa de embaces y al estar bastante borrachos ya de noche salimos, yo llevando el burro cabresteado, pasamos la troncal y al ver una construcción de una casa me acuesto sobre el piso de cemento quedándome completamente dormido. Al despertarme un tipo civilizado me dice: indio váyase de aquí antes que le meta un tiro- Yo le contesto indio no kogi y a mucho honor. Salgo sin ponerle bolas al sujeto pero eso sí cabestreando al burro, al dejar las últimas casas del pueblo empiezo a caminar enfrentando la pendiente y al poporear mi cuerpo se va llenando de fuerza y animado camino rápido como los kogis sabemos hacerlo, camino y ando entre la floresta día y noche ya muy tranquilo llego al pueblo saludando a mis compadres y comadres kogis que no dudan en devolverme el saludo. Al llegar al bohío lo único que hago es meterme entre la hamaca a si dejo soltar el motivo de los sueños soñando con la joven que quiero conquistar. Al abrir los ojos veo a mi hermano que estando en la hamaca esta poporeando que me sonriéndome me dice: mañana tenemos que ir a limpiar las matas de café- Yo devolviéndole la sonrisa le contesto: tranquilo mañana lo hacemos y me quedo poporeando el resto del día y parte de la noche, al otro día nos encaminamos al lugar donde tenemos las plantas de café y empezamos cada uno con el machete a despejar las plantas durando hasta bien entrada la tarde- Él me dice que buen trabajo mira como están las plantas de café sin maleza. Al despedirme intercambiando hayo salgo rumbo donde están las mujeres, camino rápido pero sin afán ya que andar es mi profesión predilecta, al llegar al enorme bohío no entro si no me asomo viendo a todas las mujeres que están hilando y tejiendo mochilas, al dirigirle la mirada a la mujer de mis sueños ella intuitiva abandona la labor y sale a mi encuentro, al llegar ante mi nos alejamos yéndonos a un bosque, al mirar que no haya ningún curioso nos tomamos y abrazándonos nos besamos de lo lindo y al desnudarnos la beso pasando mis labios por todo su cuerpo, luego le tomo los redondeados senos besándolos repetidas veces y al excitarse me lleva a una roca donde al recostarse abriendo las piernas y yo en esa posición la penetro suavemente haciendo que gima nos vamos moviendo con un movimiento pausado y así conseguimos un bello orgasmo, repetimos eso una y otra vez mas hasta quedar extenuados  tirados  abrazados  sobre la mansa hierba quedándonos sumergidos en el mundo de los sueños. Al amanecer abrimos los ojos ebrios de amor, al levantarme le doy la mano para que se pare vamos a la roca viendo a un burro que trata de comerse nuestra ropa al tirarle una piedra suavemente deja de joder con nuestra ropa y no la ponemos, la acompaño al lugar donde vive y yo sigo mi ruta para llegar al bohío, al bañarme en la chorrera me siento liviano de toda culpa y sentado sobre el suelo empiezo mi tarea de machacar con una piedra plana las conchas, al estar haciendo eso durante largo tiempo logro de las conchas un fino polvo que meto entre una de mis mochilas. Al pasar el tiempo como ella esta embarazada me la traigo a vivir aquí con migo y más tarde antes que nazca el bebe al haber hecho cerca del cafetal mi propio bohío nos trasladamos y a los pocos días con la ayuda de una de nuestras parteras veo con estos ojos parir al bebe que se trata de un baroncito y luego con el trascurrir del tiempo tenemos varios hombrecitos y varias mujercitas.     Fin. 

AL HALLAR A UN MAMO
Fernando luego de caminar durante tres jornadas largas llega por suerte al poblado kogi, al entrar viendo los semejantes bohíos, a los perros y a los niños que jugando se corretean, al ver a un hombre que viste de blanco y que lleva un peculiar gorro como cualquier kogi- sonriéndole le pregunta: tú debes saber dónde puedo encontrar al mamo Elías- este preguntándose qué quera este civilizado con el mamo le contesta: él vive lejos de aquí y no estoy para darte la información al respecto- Es que lo necesito para hablar sobre ciertos asuntos- No insista- Bueno está bien. Se distancia del personaje y va caminando entre las peculiares viviendas circulares, al ver una mujer que está inmersa tejiendo una mochila al acercase donde ella está sentada- Le dice: usted debe saber dónde puedo hallar al mamo Elías- Eso no es competente con nosotras las mujeres tiene que preguntarle a un hombre- Amiga es que lo necesito para un asunto indispensable- No, como le dije eso no es el caso para nosotras las mujeres- Sabe de alguien que le pueda preguntar- No sé y si lo sabría no se lo diría por nada y así me rogara- Bueno está bien. Al no comprender por qué no le quieren dar la información de donde se encuentra el mamo prefiere irse del poblado, camina montaña arriba al ver en la distancia una pequeña finca con tres bohíos, avanza hacia esa dirección de esa forma entra en la finca viendo el sembrado de caña, yuca y  otras plantas que él no sabe de qué son, al ver a un joven que sentado sobre una extraña roca lo interfiere preguntándole: amigo usted por casualidad sabe dónde puedo encontrar al mamo Elías. Él se queda callado viéndolo y luego de ese suspenso le dice: cuenta con suerte amigo ya que tengo que ir para allá espéreme aquí un momento que ya vuelvo- Haga lo que tiene que hacer y aquí lo espero. Al verlo que desaparece entre la floresta se sienta sobre la misma roca, al pasar  un tiempo considerable se desespera mirando hacia todas las dire-cciones siendo sorprendido por el kogi que le tocándole la espalda- Le dice: Me demore ya que estaba recolectando hayo para llevarle al mamo Elias, ahora si vámonos. El joven koki camina tomando la iniciativa y él lo va siguiendo, por una cuesta dura y difícil que poco a poco van superando al llegar a la cima de la montaña, el joven koki lo lleva por otro camino que curveando baja de ese modo pasan atravesando lo que podía ser un cementerio indígena- El koki rompiendo el silencio le dice: este lugar es considerado sagrado ya que aquí están enterrados nuestros abuelos- Si claro, eso pensé ya que el terreno indica algo así- Sigamos que todavía nos falta un trecho largo. Sin detenerse avanzan entre enormes árboles viendo las enormes nubes que cubren completamente el cielo y en la  distancia ven los truenos, en una especie de meseta encuentran algo así como una pequeña lagunilla y toman otra pendiente aún mayor que la anterior- Fernando dirigiéndole la mirada al joven le dice: que subidita tan jodida- Si es así pero estoy acostumbrado y además el hayo ayuda a que no sea tan dificultosa, toma de mi mochila varias hojas. Él al tomarlas de la mochila del joven hace lo que este le dijera al rato sintiéndose mejor ve que el esfuerzo es mucho menor. Al ver entre un grupo de árboles el modesto bohío, al aproximarse ven sobre el techo de paja una especie de canasto bastante grande que tiene las ofrendas en barro y otros objetos incomprensibles que le llaman aún más la atención- En seguida le pregunta al kogi: que son esos extraños objetos que hay arriba del techo de paja: son ofrendas que ha dispuesto el mamo Elías, entremos. Al ir hacia el interior del lugar son invadidos por un misterioso humo, sin ver al mamo descubre Fernando solamente sus ojos vidriosos que lo asustan y luego la totalidad de su presencia que infunde respeto, al sentir que el corazón esta acelerado  Le hace una venia y este le contesta con un peculiar gesto dándole a entender que se siente, se sientan viendo al mamo que poporea en silencio y envuelto con el resplandor del humo. Al estar callados al oscurecer el lugar toma una apariencia aún más misteriosa que a la vez infunde respeto. El mamo se contorsiona parándose y haciendo exactos movimientos pone madera en el centro del bohío y mágicamente la prende volviéndose la apariencia del lugar como un centro de luz que inclusive entre las ranuras del techo se ve la clara luz proveniente de las estrellas. El mamo saca de una vasija de barro un poporo y con un movimiento preciso se lo entrega a Fernando que moviendo el palo alrededor del poporo como acariciándolo, a la medida que se va sucediendo la noche sintiendo en la extensión de su cuerpo y su mente algo indescifrable e incomprensible pero que a la vez no lo preocupa. Sin musitar palabra algo muy fuerte en el ambiente de cierta forma los comunica, pensando sobre lo mismo que se trata nada menos que el factor de la existencia, al alucinar Fernando ve que de la puerta surge algo así como una presencia de una sombra que al iluminarse se convierte en un personaje con apariencia amarillenta de oro que los acompaña por el infinito de las visiones. Al surgir la luz del día la apariencia instantáneamente desaparece sin dejar rastro- Fernando impresionado por todo lo que sintió y viera le pregunta al mamo: de guíen es esa presencia tan increíble…- Este al iluminarse con un resplandor procedente del mismo centro de la vivienda circular le contesta es Djicuahá es un hijo  del sol. El sol manda a decir que recibió mi pagamento- El muchacho pensativo va diciendo: la mente del mamo es firme y al estar conectada con la madre universal solo habla con personas que están a su mismo nivel. Al salir del bohío al muchacho lo lleva a la zona de cultivos, al ver una mata de gigantescas hojas el con una pala la desentierra para que aparezca unos tubérculos algo grandes de una apariencia amarillenta, luego entre los dos debajo de un enorme árbol van tomando varios aguacates, al poner los cuyos en una olla de barro con un considerable fuego los cocinan y al estar blandos los comen acompañados de aguacate- Al acabar Fernando habla: nunca antes había comido algo ni semejante, que sabor más peculiar y a la vez fuerte. El mamo lo mira sonriéndole- El joven simplemente habla: sí que es rico. El mamo le dirige primero la mirada al joven y luego a Fernando, se levanta y al empezar a andar ellos lo siguen, caminan a paso lento cuesta abajo bordean un lindo río de color verdoso y de enormes piedras denominado río Tucurinca, luego de andar un trecho largo empiezan a cruzan la estructura de un puente de madera bastante elevado sobe el río- Al estar en la pate media del puente el mamo se detiene y dice: todo puente es un símbolo ya que el puente une y separa; pasa por encima de un sitio, un rio y nos lleva hacia lo desconocido. A la vez pasar un puente es arriesgarse y liberarse. Solamente totalmente es comprendido por nosotros los mamos. Sique caminando mirando en dirección de las nubes para luego mirar sobre el sendero por donde van pisando, al subir una larga pendiente descubierta llegan ante un plano de como pequeñas lomas donde el mamo se sienta más concentrado viendo ellos sus movimientos lentos y precisos que culmina tomándose con sus manos el pecho, luego de respirar fuerte se levanta para tomar la vuelta- Fernando dirigiéndole la mirada a el joven kogi le va murmurando: seguramente creo que ese lugar que visitamos es un lugar sagrado y lo que no pude entender que estaba haciendo el mamo realizando esos raros movimientos. Al no tener respuesta prefiere quedarse callado moviendo los pies al ritmo del mamo, al devolverse pasan por el mismo puente y bordeando el mismo río vuelven al lugar del mamo, al entrar se sientan a poporear en silencio y al oscurecer el mamo de la misma forma que la noche anterior enciende el fuego, haciendo eso se presentan varios muchachos aprendices del mamo, sobresaliendo un joven personaje iKa educado entre los kogis de apariencia más morena, al saludar con un ademan toman cada uno un lugar rodeando el fuego. Al estar todos poporeando en completo silencio vislumbran un personaje de apariencia algo robusta que toca una especie de trompeta de calabazo, la música los trasporta a otros lugares sintonizados con el inframundo de la memoria colectiva. Al desvanecerse la música y el personaje entra la luz solar.                               Fin.

LA PREDESTINACIÓN DE UN KOGI
Hantaí que es un muchacho Ika que vive del otro lado de la sierra, en la parte alta. Que factores de desobediencia hicieron que se separara de su familia y se fuera a vivir solo a un terreno, él que es de una incomprendida inteligencia al relacionarse con el mamo Manuel que lo acogió enseñándole los prodigios del conocimiento el cual asumió tranquilamente. El que con elementos como palos, piedras lograra hacerse su propio bohío en el cual vive feliz, que al aprender de otras personas de su misma etnia las labores del campo como es un guerrero tiene una extensa huerta que es lo que generalmente se alimenta. Estando sobre una roca viendo a la distancia la extensión del valle del río Cataca, siente como una señal que viene del exterior a su interior, al ponerse a meditar comprende que tiene que bajar a un pueblo kogi a encontrarse con alguien, sin saber ni el por qué ni mucho menos de guíen se trata eso no impide de que lo haga. Al descender por el angosto camino que el mismo marcara siempre viendo la floresta, al ver entre varias piedras a una serpiente coral de colores rojo, negro y amarillo se sienta a visualizarla detenidamente ya que estas serpientes posen la magia del porqué de las cosas, viéndola se interroga así mismo sabiendo que al conocer a alguien en especial su vida va a cambiar. Al ver que la pequeña serpiente se aleja entre el espeso monte se levanta a caminar a un ritmo pausado va viento todo lo que se va encontrando descubriendo un mundo de símbolos que lo conectan consigo mismo, al llegar a Cumandita en la entrada del poblado su mirada se encuentra con los ojos de una bella mujer de ojos cafés similares a los de él, de unos pronunciados labios, de cabello negro y largo que lleva un collar de muchas vueltas y que viste una larga prenda de algodón. Solo deja de mirarla a los ojos en el momento que ve su esbelto cuerpo, al mismo tiempo ella claramente le dice en kogi: siento que tú eres el hombre. Huantaí sin responderle simplemente la toma de la mano y al encontrase los labios se besan de lo lindo, luego dándole la mano se la lleva por el mismo camino por donde él vino, por cuestiones de la vida en el mismo sitio ven la misma serpiente coral que rápidamente se aleja hacia unas piedras- Ella le habla: ella en este momento es la única testigo de este amor, yo desde hace varios días  sabía que tu ibas a venir por mí  ya que los sueños son infalibles, no mienten, y sé que te llamas Hantaí y que perteneces a los ikas- Si así es ya que yo también te vislumbre en sueños, al llegar él la hace amablemente entrar y con la única presencia de los espíritus la besa en la frente y ella como es prácticamente de la misma altura logra captar los labios lográndose dar un beso pausado y largo, con la tranquilidad del amor la desviste lentamente descubriendo un cuerpo de mujer fresco y bien formado, al desvestirse él la lleva a la única hamaca que al estar muy bien amarrada resiste sus pesos, besándose ardientemente él la acaricia los senos y al bajar los labios con suaves besos le acaricia el cuello; mientras ella le acaricia la fuerte espalda, al excitarse al mismo tiempo el la penetra sintiéndolo a dentro, se mueven al mismo tiempo y como un volcán llegan al orgasmo, lo hacen una y otra vez ella al culminar la acción ya se siente embarazada de él. Como se han quedado profundos entrepierna dos solo se despiertan en la primera hora de la mañana- Ella luego que abre los ojos va diciendo: tengo un hambre terrible ojala tengas algo al menos de comer- Como no, acompáñame a la huerta que seguramente conseguiremos algunas cosas. Al levantarse se ponen lo que se quitaron en la noche y van directamente a la huerta recorriéndola recogen maíz que allí mismo van pelando, chachafrutos, yuca y una enorme ahuyama que ellos cargando las llevan al interior de la construcción circular, pelando los chachafrutos y partiendo todo lo demás con un viejo cuchillo y sobre una roída tabla, introducen todo dentro de la única olla de barro y al hacer él mismo un fuego ella la coloca suavemente la única olla de barro sobre una rejilla de metal, la sopa al empezar a hervir en menos de nada al haber ablandado todo lo que le pusieron, ella sirve en el único plato que afortunadamente es lo suficientemente hondo para que quepa una buena cantidad de sopa, comen turnándose la única cuchara de palo de esa forma repiten varias veces y al estar satisfechos vuelven a la hamaca.
Con el transcurrir del tiempo el siembra más productos agrícolas, ella con un telar que fabricara teje en algodón que intercambian con otros koguis pantalones, camisas, faldas y además mochilas que truecan por otras cosas y además con arcilla hace platos diferentes, pocillos que queman en un rustico horno que el hiciera entre la tierra. Al ir creciendo materialmente, a ella a la vez le va creciendo la pansa y en el río con la ayuda de él traen al bebe al mundo.  Fin.

COMO UNA ESTRELLA QUE CAE DEL CIELO
Luego de haber hecho un pagamento en unas gigantescas rocas, luego que desde el abismo han observado el abierto panorama de nubes y los truenos que han alumbrado por un momento más el día. Ya muy entrada la tarde los dos mamos salen dispuestos a andar lo necesario para arribar al pueblo, pero la oscuridad es implacable que prefieren acampar en un lugar abierto, como hace ya a esta hora de la noche un poco de frio van con la ayuda de su buena intuición a buscar madera lo más posible seca, sin tener algún inconveniente logran juntar una buena cantidad y al encenderla con el criterio de la facilidad colocan sobre las brasas envueltos de maíz cubierto de hojas de plátano y guineos que al estar calientes comen encontrando la satisfacción de los alimentos, luego comienzan a ejecutar el ritual del poporo. Al abrirse completamente el cielo ven concentra-damente la iluminación de las estrellas que surcan lentamente toda la extensión del firmamento y estando muy presentes aprecian las diferentes estrellas fugases que en muchos casos atraviesan gran parte del cielo. En un momento dado el cielo se ilumina tanto que tienen que voltear su vista hacia otro lado y en solamente instantes ven que va cayendo una enorme bola de fuego que en segundos se estrella contra el sintiendo un fuerte movimiento terrífico. Ellos tranquilos pero a la vez aterrado por lo que han apreciado, al mirarse deciden levantarse a ver qué ha ocurrido, al comenzar a andar ven algo distante como una inmensa bola de fuego, al acercarse ven que lentamente se apaga volviéndose como la masa de un fuerte metal parecido al hierro. Ellos pensando el porqué de tan increíble suceso se vuelven a dirigir la mirada y el mamo Garabito le dice al mamo Santiago Herminias: que será este interrogante- Intuyo que deben ser las fuerzas del bien que quieren aplacar la fuerza de los hombres menores y hay que tener dignidad para poderlos aguantar y llevar por el camino del bien. Aprecian la maza de metal durante mucho tiempo buscando el significado de su presencia enfocando el mundo que se quiere revelar.                        

LAS CIRCUNSTANCIAS EN CONTRA
Desde el día que empecé a caminar hasta este momento que estoy ante un largo abismo desde donde veo el mar, siento la presencia de mi soledad que en mi inspira hacia el conocimiento de los viejos y futuros acontecimientos. Me siento pensando sobre mi misma introspección que solo podré superar al encontrarme a mí mismo. Al decidirme volver a mis pasos, como iluminado por algo externo a mi ser me levanto, al caminar bajo el efecto de lo que me fume veo las hojas de los árboles más brillantes, más colores y mi cabeza la siento liberada de toda presión interna. Ando sintiendo el funcionamiento perfecto de la naturaleza al encontrarme con un personaje kogi desvía la mirada y sigue como si no me hubiera visto esta situación hace que me sienta más solo de lo que estoy, pero hay una fuerza en mí que me dice que no estoy solo ya que todo lo que me rodea tiene su propia existencia que aunque sea distinta siempre me está acompañando. Andando reflexiono sobre el tema logrando que me sienta muy bien. En esa circunstancia mental empiezo a divisar los techos de paja que están bastante retirados de donde yo estoy, sigo sin preocupación con la prolongación de los pasos logro entrar en el pueblo, al verme un grupo de mujeres inmediatamente desaparecen de mi vista, sintiéndome un extraño empiezo a rodear las construcciones circulares de piedra, madera y paja. Al ver a un par de niños que juegan con unos palos imitando a los burros, al verme desaparecen sintiéndome que no estoy invitado y que al contrario mi presencia para nada es grata. Pero al querer comunicarme insisto en querer experimentar un nuevo contacto con uno de los kogis decidiendo entrar en uno de los bohíos, al entar no veo a nadie, decido colocar mi mochila sobre el suelo y al ver un banco me siento. Al sacar un libro de la historia de la filosofía empiezo concentradamente a leer, al escuchar que alguien entra veo arribar a dos personajes koguis uno más viejo que el otro, que al mismo tiempo se sientan a mi lado y al dirigirles la mirada me ven como objeto extraño. Se quedan callados- al intentarme comunicar con  un gesto esquivan mi mirada y luego salen por donde entraron como si nada, esto hace que mis pensamientos queden en nada, decido levantarme y retirarme hacia el exterior del bohío, al salir veo a los mismos niños y unas mujeres que al verme desaparecen como un acto de magia. Al retirarme del lugar camino hasta antes que se oculte el sol, armo mi iglú entre varios árboles y como lo último que me queda de la cranola y mi acuesto sintiendo el viento que choca contra el iglú y pronto me duermo.
Como me dormí tan temprano antes que amanezca abro los ojos sintiendo la fría húmeda en todo mi cuerpo, eso hace que me levante rápidamente, al querer salir busco la linterna y me retiro como tengo tremenda orinada orino viendo la poca luz existente, iluminado por la linterna logro juntar algunos palos que anqué se sienten húmedos están bastante secos y al colocarlos entre lazados con lo que me queda de vela intento préndelos logrando nada más un humero y luego de un rato largo con la insistencia logro encenderlos y al poner los últimos guineos logro que se derritan por dentro aunque su cascara ha quedado bastante negra, al sacarlos de las brasas lentamente se van enfriando, al esperar  que se enfríen un poco con la única cuchara me los voy consumiendo sintiendo toda la extensión de su néctar  y pensado si debo permanecer aquí en la sierra o devolverme a la civilización. Al pensar lo primero desarmo el iglú y pongo lo que utilizado dentro de la mochila y decidido camino loma arriba observando todo lo que existe, al no ver una larga serpiente la maldita me muerde el muslo enterrándome los colmillos, mi primera reacción es de miedo pero esto no impide colocarme con un lazo un torniquete para que no se disperse el veneno en toda la sangre, al no saber qué hacer me desespero pensando que debo acudir donde alguien que me pueda ayudar. Sigo el sendero a ver si encuentro a alguien o al menos una vivienda. Avanzo y avanzo sin éxito alguno pero no desisto de mi intención, al caminar durante mucho tiempo sintiendo un malestar que poco a poco se va tomando mi cuerpo, logro  ver  a  lo lejos un  bohío al acercarme casi arrastrándome logro entrar a la vivienda pero en ese momento pierdo el conocimiento.
Al despertarme veo a un kogui algo viejo que intuyo que debe ser un mamo, el hombre al terminar la labor en mi muslo me dice en un enredado español: de milagro llego a donde mi compadre Ramón a tiempo, antes que el veneno le causara la muerte, tuve que succionarle en la mordedura lográndole sacar todo el veneno e hizo bien hacerse el torniquete de lo contrario ya hubiera perecido ya que el veneno de la mapana en ocasiones es mortal, tiene que estar aquí mientras su cuerpo se restablece y trate de no fatigarse ya que se encuentra bastante débil. Con el pasar de los días me estoy mejorando aunque lentamente gracias a las atenciones del mamo y su aprendiz. Al sentirme bien decido devolverme a la civilización y lo hago con más precaución de la que vine sin quitarle la mirada al suelo que voy pisando, en la segunda jornadas de diferentes sufrimientos sobre todo en el momento que me pica un mosco en el brazo dejándome un nuche que se me va inflamando provocándome un dolor intenso. Me siento sobre una enorme que está enclavada muy cerca de un gigantesco ceibo al intentar sacarme el gusano sintiendo la enormidad del árbol, por más que con dos dedos me aprisione el brazo el intento es fallido y al contrario el dolor aumenta, de esa forma grito y pateo el suelo sin encontrar consuelo al dolor. Desesperado me levanto con la intensión de andar, lo hago postrado en el sufrimiento al encontrarme a un sujeto bastante arsario bastante entrado en años que cabestrea una mula- Al detenerse justo al frente de mi me va diciendo algo que es incomprensible para mí, al mirar hacia el firmamento me vuelve a visualizar diciéndome: con esa cara de sufrimiento se ve claramente que le pasa algo fuerte- Yo a pesar del dolor que me tiene acalambrado el brazo haciendo un gran esfuerzo le contesto: mira como tengo este brazo. Al verlo con gesto de impresionado: tengo que sacarle ese nuche antes que se meta más adentro, veo que todavía es posible pero para eso me tiene que acompañar donde vivo- Yo desesperado y sin poder asumir el miedo le digo: por lo que más quiera- Vamos que no vivo lejos. Al desviarnos del camino tomamos otro semejante que nos lleva entre largos pastales y diversos arbustos, camino esforzándome y quejándome por el dolor que a veces se confunde con un ardor como si estuviera quemándome por dentro del brazo. Andamos y caminamos sintiendo que en cualquier momento puedo desvanecerme del sufrimiento, cuando llegamos ante un bohío bastante derruido no lo puedo creer, luego que suelta al equino entramos en la circunferencia de la construcción de piedras, palos y tierra, el viejo me hace sentar sobre una destartalada cama y me dice: para poderle sacar ese maldito nuche tengo que buscar unas hierbas y calentarlas en agua, trate de aguantarse el dolor que ya vengo. Al verlo desaparecer siento que el dolor me cala por dentro, al demorarse se me hace una eternidad y por fortuna lo veo llegar sosteniendo con una de su manos varias hojas y un tallo de color café, e inmediatamente prende la fogata al haber introducido lo que trajo en una vieja ollita y al estar consumido por el dolor viéndola que hierve durante largo rato. Cuando él considera que ya está lista vierte el líquido caliente en un pocillo y al lograr que al menos se enfrié  un poco hace que me lo tome sintiendo muy caliente, luego con lo que ha quedado del li-quido y de las plantas con una piedra las es tripa y con eso con las dos manos apretando el nuche y sintiendo que se me va a venir el mundo encima poco a poco hace que aparezca la cabeza del gusano y con más fuerza logra sacar el enorme gusano, siento enseguida un alivio en todo el cuerpo y el alma pero quedo desvanecido sobre la cama y no sé cuánto tiempo quedo en ese estado.
Me despierto viendo a una joven arsario que lleva una camisola completamente blanca, que a la vez luce sobre su cuello varias vueltas de collar y el cabello negro largo, al sentirme sin nada de energía me va dando con su misma mano una espesa sopa que con dificultad voy tomando, cucharada por cucharada logro tomarme con su vendita ayuda toda la sopa, al rato me siento un poco mejor y vuelvo a acostarme, entre sueños y sopas logro recuperar las fuerzas. Al volver en mí no sé cómo agradecerles los cuidados que me han proporcionado con tanta dedicación amorosa. Al entenderlo todo me entero que la joven es la nieta del viejo y que viven ellos dos en la desbaratada construcción, al pasar los días una mañana después que me despido salgo volviendo a la civilización.    Fin              

COMENTARIO
Este autor cartagenero al vivir una temporada larga y al realizar varios viajes por la sierra logra el conocimiento de la región, una fluida comunicación con los mundos arruacos, kogis y arsarios logrando conocer su cosmovisión espiritual ya que compartió con estos pueblos ancestrales. Por eso pudo escribir tan pretenciosos cuentos que nos llevan a vivir a otro mundo, su visión de poeta hace que lo logre con cierta precisión de carácter vivencial sumada a una buena inventiva que logra narran historias descriptivas y geniales.
Ana Bustamante.

INDICE
Pag. 1---------------------------------------Un lugar como para quedarse
Pag. 14--------------------------------------------Una maravillosa estadía
Pag. 20--------------------------------------- Un viaje hacia la eternidad
Pag. 28-------------------------------------Al querer encontrar un amigo
Pag. 46--------------------------------------------------------Las perdidas
Pag. 60-----------------------------------------------Proveniente de la luz
Pag. 71---------------------------------------------Una particular travesía
Pag. 74--------------------------------------------------Un hecho increíble
Pag. 83-----------------------------------------------------Zona prohibida
Pag. 89------------------------------------------------Un amor inesperado
Pag. 100---------------------------------- la historia personal de un kogi
Pag. 111-----------------------------------------------Al hallar un mamo
Pag. 115------------------------------------La predestinación de un kogi
Pag. 119----------------------------Como una estrella que cae del cielo
Pag. 122-------------------------------------Las circunstancias en contra
Pag. 123-------------------------------------------------------Comentario.

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