CUENTOS
BOLIVIANOS
UNA PARTICULAR VIOLACIÓN
Con el clima tan
caluroso, su fastidio se trasformó en resignación. Su profesión que solamente
da valor al juicio, la frialdad y la reserva; le había enseñado la lección más
dura y la que más deroga a un hombre, no expresar nunca en alta voz una idea
desfavorable. Le dio tan bien un largo adiestramiento jesuítico en el auto
engaño, que le permite presentar al mundo un exterior más pulido, sin poder
profundizar sobre la experiencia humana. Si la religiosidad no le diluyo del
todo la personalidad ello se debe solamente a Laudy, ya que vivía rodeado de
sus colegas severos y serviles, que solo le enseñaron a sobresalir en las
formas de hablar y las detalladas amabilidades que al agradar allanan el libre
camino de su interior. De esta manera su vida real se convirtió en una cárcel
llena de ambivalencias y contradicciones que vive el religioso. Una calurosa
mañana luciendo su habito de cura sale del monasterio, tomando la calle
Cabañas, al doblar por la esquina de la calle Carlos Antonio López se cruza con
su hermana que lo mira con cierto repudio y le va diciendo: vos eres un
entregado ya que vuestra mirada me dice que no tienes una vida propia. Mírame a
mí que soy la propia libertad en persona porque no dependo de nada y menos creo
en estupideces- Él (agachando la cabeza) siento que tienes razón por ese mismo
hecho quiero cambiar pero el miedo no me deja-Ven con migo que te consigo algo
para que te sagúes de tu mente y de tu cuerpo esa religión de mentiras y de
engaños, o todavía sigues pensando que Jesús nació sin que María concibiese- He
tratado de cambiar mi forma de pensar pero siempre hay un obstáculo
que no me lo permite y ahora mi vida esta insatisfecha- Vamos- ¿A dónde me
quieres llevar?- No preguntes más y sígueme. Empiezan a mover los pies a través
del andén en esa sintonía doblan por la calle Caballero y al pasar la fachada
de varias casas ella al ver la construcción moderna toca la puerta que de inmediato
al abrirla aparezca Lianda, la cual se sorprende al ver al hermano vestido de
cura y va diciendo: yo pensé que lo de tu hermano era ficción nada más- Laudy:
aquí lo tienes hecho completamente un imbécil- La amiga (haciendo un particular
ademan) por favor sigan. Al seguir ante sus miradas se presenta un agradable
espacio semi-abierto repleto de diferentes plantas muy floreadas y varias
pinturas enmarcadas de desnudos- El cura (excitado por lo que está viendo) que
extrañas pero a la vez las encuentro hermosas estas pinturas de desnudos- La
hermana: veo que de una forma mejora tu vida porque anteriormente me hubieras
tachado de inmoral. Ella (cambiando el enfoque hacia su amiga) en esta casa
seguramente debes tener algo como para que se cambie- Espera que subo a ver que
ropa de mi hermano todavía existe en esta casa. Ella al subir las escaleras
desaparece en una de las puertas- Laudy (gritando) acaso donde está tu
hermano…- Lianda (contestándole con un grito semejante) murió hace varios años
en un accidente de motocicleta- El cura: que calamidad nunca se lo recuerdes,
ni mucho menos se lo preguntes porque seguramente a ella no se le ha cerrado la
herida. Al momento Lianda llevando varias prendas baja las escaleras- Ella
(sonriéndose les va mostrando) tengo estas camisas, estos pantalones y creo que
le van a venir de maravilla- Laudy (tomando un par de esas prendas) yo creo que
estas son perfectas- Él (con un tic nervioso) donde me cambio… Lianda
(alborotando su risa) si quieres aquí mismo- Preferiría otro lugar- Entonces
allí hay un baño, ese otro cuarto o si quieres arriba. Donde más te guste. Al
dirigirse al próximo cuarto entra cerrando la puerta, ellas aprove-chan para
murmurar varios conceptos- Lianda (a las carcajadas) tu hermano es muy apuesto-
Ayúdame por favor a quitarle la virginidad. Las dos se vuelven una sola risa-
Liana: qué tal si vamos a la finca que queda en las orillas del Paraná- Pero
primero llamemos a Octavio. Al salir impecablemente vestido se encuentra con la
amiga- ¿Dónde carajos esta mi hermana- Que importa donde este, acaso me tienes
miedo- Ten cuidado con migo- Que carajo de cuidados si te veo muy bueno. Al
querérsele mandar la intención termina
en nada ya que se presenta la hermana que al ver lo que sucede se ríe una y
otra vez, va murmurando con su voz: lógrate hablar con Octavio…- Si claro,
viene en media hora por nosotros. Vamos a preparar las cosas que vamos a
llevar. Al subir a la habitación de Lianda van introduciendo ellas dos en la
maleta la ropa al azar, luego bajan a la cocina y van metiendo verduras, queso,
pan, pastas y arroz. Casi al mismo tiempo escuchan el pito del auto de Octavio.
Salen las chicas acompañados del hermano que lleva de una mano sosteniendo la
valija, Octavio se baja y con un gesto amable abre el baúl del auto donde él
les ayuda a guardar la maleta, al subir Laudy al lado de Octavio y en la parte
de atrás Lianda acompañada de Luís. En seguida Octavio prende el auto haciendo
tomar la avenida que bordea el rio Paraná- Lianda (tomándolo de la mano) Ya verás
Luís lo bueno que lo vamos a pasar- Luís (con cara de asustado) por favor
suéltame la mano- Laudy (volteándose hacia atrás) acaso mi amiga no es bella…-
Luís: sí que es bonita pero siempre me mira con ganas y eso me preocupa-
Octavio (conduciendo) acaso eres del otro equipo, te aconsejo que la tomes y si
es del caso estrangúlela. Todos se ríen menos Luís-
La hermana: acaso te estas arrepintiendo de haber
cambiado el habito por
la libertad- No para nada, solamente un poco nervioso- Lianda (tomándolo) veras
que con migo se te acabaran los nervios. Él con la mano la va apartando- Ya
verás cómo vas a ceder. El pequeño vehículo va por un costado de la ruta
abriéndose pasa entre los altos pastizales donde las vacas se alimentan, luego
de una curva encuentran a la derecha el enorme río que al estar al lado de la
vía van fondeando. Octavio al voltearse se da cuentan que están dormidos una
casi encima del otro y va vociferando: como se quedaron de profundos tu hermano
y Lianda- Laudy: así mi hermano será presa fácil de nuestra amiga. Se ríen sin
lograrlos despertar. Al alejarse por un momento vuelven a encontrar el río sin
lograr ver el otro lado, al seguir sobre pasan un grande camión y luego en el
estuario encuentran diferentes embarcaciones de diferente calaje, más tarde se
desvían por una carretera estrecha donde al pasar van creando espesas nubes de
polvo de esa manera llegan hasta un alto portón, al bajarse Laudy logra abrir
la inmensa verja que al pasarla se vuelve a trepar en el auto, avanzan unos
pocos metros para llegar a la fachada de la vieja vivienda campesina, entre
todos se ocupan de bajar las dos valijas y otras cosas que las colocan suavemente
sobre el piso de baldosas- Octavio al abrir la puerta va diciendo: entren-
Laudy: que paredes más blancas y lo que más me gusta son esas bigas que al
estar algo torcidas aguantan la estructura del techo de la casa- Octavio: si
este tipo de viviendas fueron construidas casi a la fuerza y con la madera que
iban encontrando, sentémonos. Se sientan en los dos sofás en el mismo orden del
auto- Lianda (tocándole suavemente el rostro) ahora si me vas a prestar
atención ya que la merezco porque vas a quitarte ese miedo
que te
carcome los huesos- Ahora no- Octa-vio: yo sé muy bien que con la
motivación del vino vas hacer lo que nunca has hecho, además Lianda es una conocedora
profunda de la materia. Se queda callado como si no fuera para él- Octavio: voy
a buscar el vino será que vos Laudy me ayudas a buscar en la cocina las copas.
Él al sacar de su pequeña valija las botellas de vino, con la agilidad
requerida descorcha una de las botellas, en ese mismo momento viene la peli
negra con las copas colocándolas sobre la pequeña mesa del comedor, al servirlo
todos alzando las copas efusivamente brindan para ir tomándolo poco a poco de
esa forma desaparecen el contenido de las primeras dos botellas, al ver que
Laudy se escapa con Octavio a un cuarto; Lianda al intentar tomarlo de la mano
a Luís, corriendo se le escapa pero ella en menos de nada al darle alcance con
todo el impulso se le lanza para caer sobre la espalda y al irse los dos de
bruces contra el piso de baldosas. Ella aprovecha que esta algo ebrio, ingeniándoselas
lo arrastra a la habitación donde con convicción lo alza acostándolo sobre la
extinción de la cama, al estar el boca arriba, como una vacante o como una
amazona con tal violencia se le tira que las tablas de la cama se parten y como
es de suponer al ceder el colchón caen al suelo, ella sin importarle nada le
introduce la mano entre la bragueta tomando el tan anhelado regalo que al
acariciarlo se para, lo suelta para empezarlo a desvestir que sin poner
resistencia en el momento que lo tiene completamente desnudo, tal cual ante la
mirada de él se despoja lentamente la ropa que la lanza en todas las
direcciones. Al estar únicamente con los pantis haciendo un movimiento lento y
sensual se desprende de sus interiores, ya en el dominio de su cuerpo abre las
bellas y largas piernas y tomando con una de sus manos el pene erecto lo introduce en su vagina que al moverse
hacia adelante van sintiendo algo que no se puede definir con palabras.
EN UN MOMENTO
MAGICO
Un domingo en que la
fauna humana llena los diferentes sitios de recreación del parque Caballero, un
supuesto payaso colocándose el pito entre los labios, con impecables gestos y
con perfectos ademanes, pita llamando a la gente que se aglomera en torno de
él. Al marcar su espacio empieza a correr logrando perfectas piruetas que el
público aplaude, luego de su mochila de hilo que lleva sobre su espalda saca
cinco clavijas que lanza de una en una al aire para mantenerlas varios minutos
sin dejarlas caer, por último cambia las clavijas por un número igual de
pequeñas bolas con las cuales repite la misma audacia, para terminar
fervientemente aplaudido por toda la concurrencia. Luego su único asistente le
pasa un sombrero que al pasarlo entre los asistentes le van poniendo monedas y
billetes. Al estar conforme con el pequeño espectáculo y con el dinero
recaudado que introduce en su mochila y devuelve el sombrero. En el momento que
con el dominio de sus ojos ve en el contorno, al detener su vista por dónde
quiere irse su mirada encuentra los ojos negros de una bella y aparente
indígena que con su mano le señala para que él vaya, al aproximarse donde se
encuentra ella lo toma de la mano para dirigirse entre la arboleda y de esa
forma desaparecen del ambiente.
EL POETA
Luego de observar el
precioso atardecer, el poeta sale del Carretero (Hostal de los locos
anarquistas) llevando su bolso de cuero donde siempre acostumbra a guardar
sus libros de poesía, baja la empinada calle con ese sentido llega a la avenida
dieciséis de Julio y al ir entre imágenes alucinadas toma por esa ruta hacia el centro de la Paz. Al
llegar ante la estatua del general San Martín lo saluda quitándose el sombrero
para volvérselo a colocar, de esa misma forma saluda desde la distancia a los
artesanos, luego se sienta sobre un banco viendo detenidamente el pasar de las
personas, de los automóviles que pasan en los dos sentidos. En ese movimiento
de cosas planea como entrar al prostíbulo donde siempre logra vender su
trabajo, en el momento que lo tiene descifrado en su mente, se levanta como si
tuviera un resorte en el trasero, cruza el ancho de la avenida y lo primero que
hace es esconderse detrás de una de las columnas de la particular construcción,
con todas las ganas silba que el celador al no aguantar la curiosidad va hacia
el otro lado y él muy fino no de ropas si no de actitud. Aprovecha el momento
instalándose dentro del lugar con la única intención de mostrar sus libros de
poemas, que con su convincente voz recorre las diferentes mesas logrando que
los clientes le regalen sus libri-llos a las bellas prostitutas, algo después
de haber logrado su propósito una hermosa prostituta lo llama, él no tiene
problema para sentarse- Ella (de una forma algo curiosa de interpretar su
sexualidad) ¿quieres tomar un trago con migo?- Claro que me gustaría- Si me
esperas ya vengo. Al levantase se pierde en la profundidad del lugar, al rato
vuelve con dos vasos de escocés y al
sentarse los coloca sobre la mesa- Ella ponte en esta otra silla así hablamos
de frente, ya que como estas me pareces un evasivo. El poeta hace exactamente
lo que ella dijera y la ve directamente a la cara- Ella (con gesto de
sensualidad) salud, ahora si podemos hablar. Desde la época de colegiala me
gusta la poesía, lo que leí de tus propia mano me gustó mucho porque no me
recitas algún poema que te sepas- Con una
condición que me digas como empezaste la vida que llevas- Amor la cosa es
demasiado simple, por dinero- Pero cuéntame la historia con exactitud- Que
poeta porque tanto me
interesa mi vida, si
hasta ahora me conoces- Debido a que tienes una linda actitud. Casi en el mismo instante se presenta un elegante
señor que va mostrando una amplia sonrisa y va diciendo: te quiero llevar al
mejor hotel- No prefiero estar aquí y no entiendo debido a que me quieres
llevar a otro lugar, si aquí hay excelentes habita-ciones, claro que hoy no
estoy disponible para nadie si no para este poeta. Ven que el señor va donde
está sentada otra prostituta- Ella (volviéndole a dar la mirada) Bueno te
cuento, lo mío fue por inducción de una amiga. Después de haber terminado la
segundaria me trajo a este lugar, en un principio fue duro ya que entendía que
vender el cuerpo es maldito, más cuando el que te paga es de doble moral ya que
el mínimo problema que tenga con su esposa viene y acude a nosotras. Ahora te
toca recitar el poema- Quieres que me pare- Prefiero que lo recites tal cual
estas, así puedo ver la entonación de tus labios. Él seda un largo trago y
empieza mascullando con su boca: este poema se titula crueldad y dice de este
modo: La manía de deshacer la figura de
la estatua/ el color del bronce es el color de la incertidumbre suerte de la
memoria de las vestías olvidadas/ por la crueldad legendaria de la costumbre-
Ella (emocionada) es muy profundo- Ahora me toca preguntar, no te gustaría
cambiar la vida que llevas…- Claro que siempre lo he pensado pero es un poco
tarde para emprender desde cero otra cosa. Voy por otros tragos. Al rato
regresa con otros dos vasos del mismo whisky-
Ella (luego que se sienta) no quieres ir a un lugar más pri-vado… - Aquí estoy
muy bien, además no me interesa acostarme con vos por la simple razón ya que entraríamos en otra categoría y no en
la amistad que es mi único propósito con relación a tu linda mirada- Ella eres
muy elocuente- Un poeta siempre se distingue por eso. Ahora vuelvo a mi
pregunta, no te lo digo en una forma cretina si no para ver qué piensas. Te
preocupa el futuro…- Esa palabra me causa un terrible susto ya que en este
momento mi cuerpo no deja der ser una mera mercancía, cuando pierda el encanto
que va hacer de mi vida- Por eso te digo que emprendas algo nuevo- Por lo menos
lo voy a intentar. Al darle un beso en la mejilla sale del lugar con la
complicidad del celador que al verlo se lleva un inmenso susto, ya caminado a
un costado de la avenida se encuentra una bella amiga que lo convida a dormir
con ella.
EN
UN INTI RAIMI
La tonalidad gris del
paisaje urbano, nuestro personaje viendo en la distancia la sierra nevada qué
se bifurca con la maza de nubes, los arboles con sus sombras nacaradas y los
reflejos grises, el polvo leonado y el humo de los diferentes vehículos, la
cuesta de un cementerio viviente donde los profetas acumulan las sustancias
trasparentes de los sueños con esas imágenes. Marcando lentamente el dominio de
sus pasos llega a la avenida dieciséis de Julio, viendo la quietud de la
estatua de José de San Martín, sique en dirección de la fuente que en vez de
brotar agua hay una pareja que se besa apasionadamente, luego atraviesa la
rotonda o plaza de la Porto-zuela y al
llegar al edificio de la universidad
sigue para arribar a la glorieta donde al ver un pequeño autobús se sube al lado
de un estudiante y al treparse dos muchachas el microbús arranca tomando
rápidamente la Panamericana, sube al alto y luego en vez de seguir hacia el
lago Titicaca toma en dirección del altiplano y en cuestión de una hora el
pequeño bus llega al pueblito de Tiwanaku, al bajarse sintiendo el aire
nocturno mezclado con un frío bárbaro, va llevando sus pasos con destino del
mercado donde compra un hervido y hojas de coca, se toma el hervido y empieza a
mascar las hojas observando a un grupo de papachos que discuten en aimara, por
supuesto no entiende absolutamente nada, reconfortado sale a la intemperie
viendo un aire enrarecido por las nubes y llega a lo que se asemeja a una
licorera donde adquiere a bajo precio una botella de caña, al tomarlas de las
manos del papacho la abre dándose un largo trago para sentir que le quema la
garganta. Sale del estrecho lugar con la mente completamente borrada y por
instinto de conservación ya que el frio es considerable llega ante una enorme
fogata donde el calor del fuego lo protege de la baja temperatura. Habla con
alguien pero sin captar nada de la conversación que prefiere ir a la siguiente fogata, intenta concentrarse
en la melodía que sale de unas guitarras
que tocan un grupo de jóvenes, con fervor escucha que cantan pero al sentirse
que estuviera en otro planeta lo aterriza el hecho que los músicos se retiran,
él con la conciencia en pleno camino e invadido por el hielo que hay en el
contorno descubre otra fogata donde le pasa lo de la primera vez al escuchar la
lengua aimara, trata de entender a los papachos que al estar muy alcoholizados
se carcajean que terminan contagiándolo y se pone al mismo voltaje que ellos,
doliéndole el estómago de tanto reírse se
retira en la niebla y al estar casi en la entrada del santuario arqueológico, al ver a un grupo de personas
que rodean una enorme fogata lo invade un poco el cansancio que tiene que
sentarse sobre la grama mojada. En el momento que observa que abren las puertas
de varillas de la zona arqueológica con una envión de energía se levanta y al
encender su pequeña linterna sale corriendo, al entrar se establece al lado de
una enorme estatua antropomorfa que le saca varias cabezas hacia arriba, luego
moviéndose íntegramente encu-entra el calor de su propio cuerpo encaramándose a
una pared de estructura de piedra, al descender se halla en una especie de
anfite-atro de donde cuelgan de las paredes un gran número de máscaras del
mismo material de piedra. Que inmediatamente se encuentra visualizando una
extraña alucinación como si se hubiera fumado un porro, en ese estado vuelve a
escalar la pared de piedra y al estar en la cima divisa allá abajo a la gente y
un lugar apartado donde hay un terraplén ve a una curioso pelirroja, baja con
la intención de hallarla pero le resulta imposible por el gentío, que prefiere
ponerse detrás de varias personas viendo la amplitud de la puerta del sol que
al observarla minuciosamente intuye que esta tallada en bloque de piedra,
decorada con un friso en bajorrelieve con una figura de una deidad rodeada de
cabezas humanas y de una figura de un cóndor perfecto. Al quedarse paralizado
mira detenidamente los primeros rayos del sol, a la medida que avanzan franquea
el interior de la escultura que representa el templo del sol. Esta impresión
hace volar su mente con frenesí indescriptible, bajo esa sensación observa que
la gente se va tomando de la mano para así formar varios círculos, en seguida
se prende de una chica y al tomar con la otra mano a un muchacho siente
inmiscuyéndose en la danza con un
movimiento circulatorio y concéntrico dando varias vueltas de un lado para el otro
sintiéndose como en la eternidad, en un instante su mirada encuentran los ojos
claros de la pelirroja que al agitar su cabello rojizo se vuelve a perder de su
vista, como los círculos son bastante concéntricos la vuelve encontrar a poca distancia, logran-do zafarse
de la rueda y al darle alcance a ella, le abre un espacio de esa forma logra
tomarle una de sus manos y hace exactamente lo mismo con otra mano desconocida
y de esa manera van girando que él adquiere la magia que se le sube a la
cabeza. La chica pelirroja al no querer zafarse lo jala de tal manera que van
guiados por su instinto de esa forma llegan al anfiteatro, al cruzarlo se
colocan estratégicamente logrando ver el total de las máscaras de piedra, al
dirigirse mutuamente la mirada cierran los ojos besándose y sintiéndose
abandonados en un vuelo que alberga los sueños.
UN EXTRAÑO PERSONAJE
Irrumpieron a tocar
descompensada mente, la banda en un desa-finado sonido y bajo las quejosas repeticiones
de una melodía muy americana que se
tocaba hace muchos años; vuelven a empezar otro tema en un cuarto de tono,
reconocen una representativa canción y tienen que esforzarse para que quede
como quieren. La batería, una guitarra eléctrica y un trombón. Al ejecutar los
tres músicos dichos instrumentos que improvisando, como si alguna rara música
se estuviera interpretando en un conjunto de atizadores de hierro, manteniendo
rígidamente el ritmo. Juan se voltea para descubrir sobre la escena a un enano
bisbashi de avanzada edad, con ojos de vidrio. Estando de pie delante de la
banda. Al finiquitar la cuestión de la música todos regresan a las mesas que
está llena de embaces de cerveza- Juan (observando a Carla directamente a los
ojos) uste-des vieron al pequeño sujeto de ojos de vidrio Yana (dirigiendo su
mirada a su hermano Hugo) Juan que estás diciendo…- Hugo: yo por lo menos no vi
a alguien con esa apariencia- Carla: yo sí que lo vi, lo iba a comentar pero se
me adelanto Juan- Yana (después que toma un trago de cerveza) como era…- Juan:
es pequeño yo diría que enano, lleva puesto un chaleco de figuras algo así como
de ani-males, una especie de bufanda como de lana, pantalones bomba chotes y si
no estoy mal unas botas oscuras de cuero- Yana: me voy a levantar a ver si lo
veo. Se para atravesando lentamente la extensión del lugar, detallando con su
mirada el contorno y las diferentes mesas, al girar para esquivar a uno de los
meseros que lleva una bandeja con varios vasos y dos botellas de licor, descubre
al pequeño hombre y al encontrar en él una extraña expresión en su listo rostro
le sonríe. Ella al acercarse se agacha lo ve tal como lo detallara Juan, lo
saluda de mano y el sonriéndole le va diciendo en un raro asentó: Yo soy
Megabio, mi origen es curto y mi nación Alejandría por esa razón mí español es
muy limitado. Al entrar una poderosa luz proveniente del exterior que incluso
le impide ver bien, seguidamente viene un hombre engalanado totalmente de
blanco que trae algo semejante a un canasto, ante la mirada de los presentes se
inclina con cierto cuidado toma al enano introducién-dolo en el interior de la
forma del canasto y el hombre desaparece en la puerta. Carla al no creer lo que
sus ojos han presenciado prefiere volver a la mesa donde están sus amigos, al
llegar se sienta- Juan (sonriéndole con cierto escepticismo) lograste verlo…-
Nunca antes había visto un hombre con esa estatura, vestido con esas extrañas
ropas y con tan fortuita actitud- Yana: eso estábamos comentando. Se toman lo
que les queda de las cervezas- Hugo uste- des por lo visto se quedan yo ya me
quiero ir- Yana: entonces si es así vamos. Salen del bar del hotel Chasqui del
Sol, sintiendo el helado viento que proviene del lago Titicaca, andan
temblorosos por el territorio de cemento
exactamente por la calle Paredes, voltean por la dieciséis de Julio para
tomar la Potosí y llegar ante la vieja fachada del hostal Sonia, al entrar
suben las escaleras que viendo el patio interior Juan con la llave se encarga
de abrir la puerta y al estar en el interior de la habitación cada uno se saca
los zapatos y tal como están se meten en su correspondiente cama.
A la mañana siguiente
al levantarse, después de un caluroso baño salen dispuestos a ir al mercado. Al
franquear la puerta toman la calle Murillo para ir entre las diferentes
fachadas con una luz solar que lo invade todo, atraviesan diagonalmente la
pequeña plaza Dos de Febrero y llegan a la extensión del viejo mercado donde se
sientan sobre un alargado banco presenciando a la mamacha- La señora (con un
tono amable) Ya vieron lo que tengo- Juan: a mí me da un té de coca, con un
panecillo y de ese queso- Carla yo quiero lo mismo pero también me gustaría
comerme alguna que otra papa- Yana: si es posible yo quiero huevos revueltos,
alguno de esos pa-necillos y por supuesto té de coca- Hugo: yo únicamente
quiero té de coca- La hermana (haciéndose una cola de caballo en el cabello)
debido a que estas sin hambre- Simplemente estoy con diarrea. Al momento la
mamacha dispone los alimentos sobre la mesa, todos comen con apetito y en menos
de nada le dan termino al desayuno, luego de pagar se paran- Hugo (tomándose
con las dos manos el estómago) me siento muy indispuesto me voy al hostal a
costarme- Carla (abrazándolo) ve a descansar así te repones, yo quiero ir a caminar ya que
quiero conocer el Baño del Inca- Juan (mirando a Yana) nosotros te acompañamos.
Se despiden de Hugo y salen en el otro sentido encontrando el camino de piedra
que los lleva loma arriba, al llegar a la parte alta se sientan sobre las rocas
a presenciar la vista de Copacabana y la lejanía azul del gigantesco lago- Juan
(viendo la amplitud de ese indescriptible paisaje) que maravilla de panorámica
da ganas de quedarse en este lugar, pero sigamos. De esa forma se levantan sin
quitarle los ojos a la enormidad del paisaje, bordean el cerro empezando una
cuesta aún más parada y llegan ante la cilíndrica construcción en piedra. En el
momento que más están entregados con la presencia del maravilloso lugar los
sorprende el bimbashi que al ver a Yana tan larga es, viene donde ella está
parada, ella se agacha para darle la mano. El hombrecito apretándole la mano se
la lleva al corazón y le va diciendo en su peculiar forma de pronunciar las
palabras al oído: desde el primer momento que te vi me enamore, me gustaría
llevarte conmigo Alejandría a mi palacio, es amor, amor. Ella reaccionando se
quita de su lado y retrocede unos pocos pasos. Estando en esa escena se
presenta el hombre de vestimenta blanca, va diciendo con una suave entonación:
El bimbashi que es un importante monarca te quiere llevar a Alejandría, vivirás
en calidad de reina- Ella (más que nerviosa) como estoy no puedo estar mejor,
no es por nada pero es imposible que me enamore del pequeño hombre. No ha
terminado de hablar sintiendo una fuerza sobre humana que la levanta y sin que
ellos puedan evitarlo al aparecer una llama acompañada de varios papachos,
estos se encargan de montarla sobre camélido rumiante y la ven desaparecer
montada en el mamífero del alti-plano.
FATALIDAD
Siendo un lunes
cualquiera salgo del hostal llevando sobre mis hombros la liviana mochila, al
caminar por la calle Chile me dirijo por la sobra de los árboles para evitar
los fuertes rayos del sol, mirando las viejas construcciones, sudando por el
excesivo calor llego a la terminal de la empresa A.S.A. Ya cuando he logrado la
cola justo detrás de una pareja que lleva un niño veo la taquilla donde hay una
muchacha que le vende un boleto a un señor, concentrado ya que quiero comprar
un boleto, siento que alguien me toca suavemente la nuca; al voltearme me
sorprendo ya que veo a mi amiga Leandra con la cual me abrazo- Ella (sudándole
el rostro) que emocionante verte, ¿qué haces por aquí?- Estoy de vacaciones y
las estoy aprovechando viajando. Primero visite las cataratas, luego la represa
de Itapu y la ciudad del Este, desde hace pocos días estoy en Asunción y como
podrás ver quiero comprar el boleto para ir Santa Cruz y voz en que estas… Como
he venido varias veces a Paraguay y he tenido un pequeño inconveniente al no
encontrar a un amigo ya que volvió a Rosario y ahora quiero conocer Bolivia-
Entonces entra en la cola que viajamos juntos. Al establecerse delante de mí
los presentes se manifiestan con palabras de desaprobación. Nos quedamos
tranquilos y al pasar poco tiempo llegamos ante la ventanilla, compramos los
tiquetes y salir al espacio libre donde Leandra me va diciendo: me han
advertido que el viaje se puede demorar, seguramente tenemos tiempo para ir
algún supermercado a comprar algunos víveres- Yo viéndola le respondo: vamos
pero primero dejemos las mochilas en la empresa- De acuerdo. Caminamos en la
extensión del alargado lugar y al ver el cubículo de la empresa de buses,
hablamos y sin inconveniente dejamos las mochilas. Sin peso salimos de la
terminal por la aveni-da Ahedo, al pasar por la iglesia de piedra llamada la
Encarnación, doblamos para ver el enorme edificio al fondo de la calle,
rápidamente entramos y de los diferentes estantes vamos tomando lo que
consideramos que nos puede servir para calmar el hambre durante el trascurso
del viaje- Ella (mirándome) yo creo que con esto es suficiente- Yo
(devolviéndole la mirada) vamos, que no quiero que nos deje el autobús. Entre
los dos pagamos y cargamos las bolsas para que extenuados de calor lleguemos a
la terminal, luego de ingresar las dos mochilas en la bodega nos montamos en el
bus que en menos de nada arranca por la Quince de Agosto. Ella ocupando el
puesto de la ventanilla y yo el otro, vemos que al tomar la av. Republica el
enorme automotor lentamente ya que el tráfico es insoportable, al ver que por
fin salimos metiéndonos entre los grandes árboles que se extienden hacia las
alturas- Ella (tomándose el pelo con una especie de vincha) sabes cómo fue la
guerra del Chaco- Yo luego de que pienso le contesto: como todas las guerras en
Sur América fueron por territorio, esta violenta pugna fue entre los años 1932
y 1935- Ella: ¿cómo se desarrolló?- Desde cuando te interesan las guerras…-
Simplemente es curiosidad- Yo (riéndome) bueno que te cuento, se declaró en el
momento que el general Sala-manca ataco al fuerte paraguayo de Boquerón, como
los bolivianos en su mayoría eran del altiplano tuvieron problemas para operar
en estas tierras calurosas y húmedas, los paraguayos se aprovecharon de esta
circunstancia y con su feroz espíritu combativo terminaron derrotándolos- Que
historia más absurda- Así son todos los mal-ditos conflictos. Al estar
sufriendo la alta temperatura nos vence que nos quedamos profundos, ella
posesionando su cabeza sobre mi pecho y yo muy bien sentado apoyándome contra el respaldar,
al sentir que el bus se mueve de un lado
para el otro nos despertamos viendo el polvo que se va levantando, sentimos que
el bus va avanzando con cierta dificultad y para empeorar la situación
escuchamos los relámpagos y en la lejanía los rayos que alumbran todo el
contorno, en cuestión de minutos sentimos sobre nuestras cabezas el aguacero.
Ella al asustarse me va tomando de las manos, al sentir los rayos con todas su
fuerza las aprieta y nerviosamente va diciendo: que miedo este bus parece que
se está complicando. Al limpiar entre los dos el vidrio observamos un repentino
río amarillo que se cuela por debajo del vehículo, el bus es detenido por el
barro de esa forma empezamos a sufrir una terrible calamidad. Los pasajeros
discuten y se quejan en guaraní sin poder entender absolutamente nada. Al
momento sentimos un impresionante olor a mierda, lo verificamos en el momento
que una mamacha en pleno pacillo del bus se agacha para dejar sus excrementos-
Leandra (con cara desesperada) que inmundicia, que vamos hacer si no escampa-
Yo (sufriendo lo mismo que ella) que te digo…, no sé qué podre-mos hacer.
Sentimos que la lluvia se detiene en el instante pero vuelve para agudizarse el
sonido en el techo y sentimos como a los zapatos les va entrando agua que nos
vemos obligados alzar los pies. Desesperado me levanto sin importarme el agua
que me cubre totalmente los zapatos, de esa manera llego a donde está el chofer
sentado apoyando los pies contra la carrocería, le voy diciendo: cómo podemos
solucionar este percance tan horrible. El tipo sin contestarme se me ríe en la
cara- Yo (más desesperado) dígame por favor- Aquí estamos a la de dios ya que
estamos completamente atascados en el barro, solo podemos tener paciencia y
esperar a ver qué pasa. Vuelvo a mi lugar donde veo que Leandra que a través de
la ventana está vomitando . Pasan horas, días y apenas en el cuarto vemos que
se apacigua la lluvia- Leandra (con la cara muy pálida y temblando) que vamos
hacer que ya acabamos con los víveres- Nos toca pedirle a los pasajeros- Acaso
sabes hablar guaraní- No sé, pero con señas lograre la comida. En ese momento
que discutimos sentimos algo proveniente de las alturas que en segundos se
desploma sobre nuestras cabezas y el enorme árbol nos entierra en el lodo.
SIN
RESPONSABILIDAD
De pensamientos
especulativos, de una forma de mirar nace el sentimiento religioso
correspondiente a tergiversar las cosas a una aparente verdad que no es
alcanzable o explicable por la razón; como la otra cara de la moneda que es el
diablo. Solamente en este concepto se destituyen entidades por otras
semejantes, que apartan a la inocencia inteligible siendo que no son las únicas
descripciones posibles. Por eso ocurrió el cuento que no termino de contar.
PARA PONERSE A
PENSAR
El correspondiente
minimizor descubre que la ciencia como tal inadvertidamente confirma la tesis
de los tratados chinos más anti-guos, según la cual la forma del universo
corresponde a la constru-cción miing-tang humilde construcción de adobe y paja.
ANHELO
En cuanto cruce la
calle me halle en el lado de la sombra, pero mi voluntad contra el anhelo del
alma.
INDICE
Pag.
1------------------------------------------Una particular violación Pag.
6-------------------------------------------En un momento mágico
----------------------------------------------------------------------El
poeta Pag.
9----------------------------------------------------En un Inti Raimi
Pag. 12-----------------------------------------------Un extraño personaje Pag.
16------------------------------------------------------------Fatalidad Pag 19-------------------------------------------------Sin
responsabilidad -------------------------------------------------------Para
ponerse a pensar
-----------------------------------------------------------------------Anhelo
PROLOGO
Estos cuentos
bolivianos ocurren en varias poblaciones del altiplano y de la sierra,
destacando su cultura donde los personajes se desen-vuelven a través de estas
narraciones dándole sentido a la ficción. El cuentista se rebate en situaciones
reales, como ficticias, enmarcándolas con un sentido previo.
OBRAS DEL
AUTOR
Poesía: Los viajes del
sur, una forma de mirar, proverbios y cantares, la canción de la vida,
sortilegios, palabras del crepúsculo, como crece el abismo. Ensayos: ensayos,
la conciencia y los hombres de la tierra, literatura y otras cosas, el nadaísmo
en la literatura. Cuentos: cuentos de ciencia ficción, salentoscopio, cuentos
de Salento, cuentos del Caribe, cuentos de Villa de Leyva, Cuentos colombianos,
cuentos latinoamericanos, cuentos para niños, cuentos fantásticos, cuentos
argentinos, y este último volumen de cuentos bolivianos.
Hoy se cumple mi primer
año que llegue a la Paz, me acuerdo que los primeros días tuve dificultades con
la respiración ya que cami-naba una cuadra y me ahogaba; hoy en día por fortuna
puedo andar lo que se me antoje sin fatigarme. Quiero celebrar este pequeño
aniversario con lo que más me atrae, que se trata de una buena compañía, el
cine y la rumba. Referente a lo primero que mencione me levanto de la cama y
tomo el teléfono y marco la numeración de mi nueva amiga, ella misma me
contesta- Hola Raúl como de antemano sé que quieres celebrar a lo grande tu
primer año aquí en la Paz, me baño y salgo para allá- Chao te espero. Para
adelantar la cuestión después de un suculento desayuno me baño y me visto con
las prendas acostumbradas ya que me resultan más cómodas, al poco tiempo siento
el timbre al abrir la puerta surge Dada con sus crespos rubios al aire, con su
rostro sonrosado y llevando un overol del mismo color azulado de sus ojos. Le
brindo un desayuno, al sentarse después de haberlo servido me siento y la
acompaño a que disfrute de los huevos revueltos, los panes, del jugo de naranja
y del café- Ella (moviendo la cejas como es su costumbre) cual es el plan-
Primero vamos a la casa de Augusto a ver una película, luego vamos a almorzar a
la pizzería de mi predilección, si alcanzamos vamos a la cinemateca y en la
noche luego de que comamos algunas cositas nos vamos de descontrol- Veo que lo
tienes todo planeado- Con antelación. Se estremecen de la risa. Al acabar el
desayuno ella se encarga de lavar los platos y de poner todo en orden, luego
salimos tomados de la mano bajando las escaleras con el propósito de tomar la
calle, al atravesar la plaza San Pedro vamos calle arriba para encontrar el
pequeño edificio, al tirar un piedrecilla a la venta-na aparece asomado el rostro
de Augusto- Ya les abro. Casi al ins-instante viene y nos abre la puerta del
edificio- Él: hola muchachos se les ve muy bien- Dada (con su sonrisa de
siempre) no vez que hoy estamos de celebración. Nos regala a cada uno un
sincero abrazo y va diciendo: ya lo olvidaba pero subamos. Subimos los cortos
escalones de esa forma llegamos ante la puerta del depar-tamento que él mismo
se encarga en abrir, al entrar vemos libros apiñados en todas partes y cuadros
surrealistas pegados a las paredes- Augusto: nos sentamos- Yo (sentado
lanzándole los cabe-llos al aire a Dada) que film pudiste conseguir…- Logre
rebuscarme Henry y June de Philip Kaufman, bienvenido al paraíso de Alan Parker
y la hoguera de las vanidades De Brian de Palma. Estando hablando sobre el tema
sienten un padrazo en la ventana seguido de un grito- Augusto (levantándose) no
hay duda que es la loca de la Pamela bueno voy a bajar abrirle. Por la puerta
desaparece y al momento llega con la pelinegra que luce un sombrero hongo y una
graciosa falda floreada- Ella (acomodando el trasero en una de las sillas)
caras de nada,¿ qué hacen?- Dada nos disponemos a ver una película- que bueno
pero que hay- Augusto suavemente la empuja y de esa forma le da una leve
palmada en la cola y va describiendo con
sus labios: Henry y June, bienvenidos al paraíso y la hoguera de las vanidades-
Yo: propongo una votación- Dada: yo elijo la hoguera de las vanidades- Pamela
(mirando Augusto con ciertas ganas) a mí me gustaría ver Henry y June- Augusto:
yo me matricularía con bien venido al paraíso- Yo (luego que le doy un beso en
los labios a Dada) entonces como los tres eligieron cada uno una diferente, el
film que yo elija ese será el que veremos- Dada: (viéndome a través del circulo
formado por sus dedos) eres un evasivo pirata mezclado con el carácter de un
holgazán. Todos nos reímos como niños- Augusto (dirigiéndome la mirada) no tene-mos
todo el día para resolver este pequeño dilema- Yo voy diciendo: voto por Henry
y June- Dada (mostrando su risa de siempre) o sea que no la cambias por nada
del mundo- Yo: no interpretes lo que no es, solo lo dije por cambiar el sentido
de las cosas ya que todas son magníficas- Augusto: como dijera Pamela eres un
pretencioso- Dada (con la misma risita de siempre) no jodamos más y veamos lo
que ya está decidido- Pamela: como defiendes a tu amorcito- Como quieres que no
lo defienda si es el cielo personificado- Augusto: ustedes se encargan del
Barreto, Pamela y yo traemos el proyector del cuarto. Hacemos lo dicho y ellos
colocan el proyector en la mesa acostumbrada, ya todo listo Augusto pone el
enorme royo y enciende el aparatejo, al apagar Pamela la luz la cinta se
proyecta en la pared y todos expectantes en silencio vemos la película hasta el
final- Augusto (dirigiéndonos la mirada) pueden decir algo sobre el maravilloso
film que acabamos de presenciar- Dada: la intensa relación amorosa que se
enfoca en hechos reales y los productos de la propia imaginación del director:
colaborando en un par de mitos literarios- Yo: Que tal el personaje de
June…Dada (abrazándome) me agrado de sobremanera el manejo del misterio que le
da un tono distinto al film, y representa una fuerza sexual terriblemente demoniaca-
Pamela: pero el film con lleva una figura trágica increíble, pero el conjunto
de la película me sedujo- Yo: genial, pero creo que no podemos agregar algo
más, más bien pensemos que vamos a fabricar para el almuerzo para que podamos
llegar a la hora exacta a la cinemateca- Daba no me quiero perder a Isadora-
Augusto empecemos de una vez y que tal si hacemos unas pastas- Pamela: apoyo la
idea. Todos intervenimos en la cocina que
rápidamente logramos nuestro premio, nos
sentamos a comer con un silencio acogedor y le damos jaque mate a los fideos,
después de lavar la loza salimos a la calle- Pamela se manifiesta diciendo:
ayer me vi un hermoso documental sobre la película María del escritor
colombiano Jorge Isaacs, es el primer largometraje colombiano. Lo vi muy
acertado a Luís Ospina, sin sentir el recorrido arribamos al lugar donde está
la pequeña plaza, en el momento que hacemos la cola nos encontramos con Fedra,
Raquel y Orlando el peruano- Este último: que pereza ver está película- Raquel
(empujándolo) si no quieres verla no irrespetes a los que si queremos verla. Al
entrar nos sentamos en la primera fila donde podemos estirar las piernas, en
instantes se apaga la luz para que aparezca la bella actriz Vanessa Redgrave
danzando libremente con el tras fondo de la hermosísima Grecia que el film
alcanza un esplendor inusitado, con tono muy alto y además una autentica obra
de arte de enfrentamiento y ruptura contra un costumbrismo y una moral muy
establecida. Al prenderse la luz de la sala nos desperezamos y nos paramos- Yo
(viendo a los pocos asistentes que van saliendo) que tal les pareció el film-
Dada (luego que me da un beso) no hay palabras para describir tanta belleza
estética- El peruano: la sentí muy amanerada- Raquel: es que voz eres un
socarrón- Fedra (empujándolo) es que no ha podido salir de la alienación mental-
Orlando (rabiando) seniles gustos como soy me marcho. Sale prácticamente
corriendo de la sala- Pamela: que tipo más cretino como hacen ustedes mujeres
para andar con ese espécimen- Raquel simplemente lo conocimos ayer pero
afortunadamente ya se marchó. Salimos sobre el atardecer viendo la parte más
baja de la Paz, nos sentamos sobre unos escalones a presenciar los colores cálidos que se
reflejan en la cierra nevada- nevada- Augusto: ya oscureció que hacemos…-
Pamela (luego que se ríe) no hagamos nada más bien vamos a ver que vemos en la
avenida Dieciséis de Julio. Nos paramos, bajamos la empinada calle y al llegar
a dicha avenida pasamos la calle para que en la plataforma que separa la avenida
veamos a los artesanos parchando- Un negrito: no se quieren tomar un chorro con
nosotros- Fedra: magnífica idea, entonces hagamos una vaca- otro artesano
bastante flaco (con cara de charrúa) yo pongo los cachos. En el ambiente se
escucha una sola risa. Yo (sosteniendo el dinero que hemos reunido entre todos)
Dada mira cuanto hay y acompáñame- Ella (contando los bolivianos) hay suficiente
para lo queramos comprar- El cha-rrúa (a los gritos) compren vino. Nosotros dos
al atravesar la avenida caminamos una y dos cuadras, de esa forma vemos la
vieja edificación donde está ubicada la licorera, entramos- Yo (viendo al
individuo dueño) cuánto cuesta la caja de vino mendocino o esa otra chilena- El
tipo (moviendo graciosamente el mostacho) el primero cuestas tanto y el otro
vale esto- Yo (viendo a Dada) cual llevamos…- La chica de overol: el que cueste
menos-Yo (volteo la cabeza en dirección del señor) denos del mendocino cuatro
cajas. Hacemos el intercambio del dinero por los vinos y salimos llevando cada
uno dos cajas, atravesamos la avenida viendo a una chica que hace con fuego
malabares, colocamos las cajas de vino abajo del pedestal de San Martín y vamos
rodando las cajas- Pamela (luego que se da un trago) que ganas de bailar que
tengo. Al rato llega una morena que canta con una voz prodigiosa No woman no
cry, se les suma un par de rastas que tocan unos bongos y se prende la fiesta-
Dada (tomándome) que bueno ahora si vamos a gozar- Yo (moviéndome con el ritmo)
que cadencia que tiene esta hermosa mujer. La beso viendo girar el fuego-
Augusto (tomado a Pamela de los hombros) que delicia esta música. Choca los
labios con su amiga, vuelve a rodar de uno en uno las cajas del vino y luego de
tomarse el último trago la morena interpreta con su mágica voz One love people
get ready y otras tantas que logramos bailar. Al desapa-recer los músicos y la
cantante todo queda en silencio escuchándose únicamente el pasar de los
vehículos- Pamela (algo ebria) que se hizo todo esa bonita gente- Dada: nos
colgamos o que sucedió con la alegría, con los tambores y con la morena, o
acaso era una mera alucinación nada más- Augusto: definitivamente ustedes son
un solo despiste porque yo vi que subieron por esas escaleras- Yo: que hacemos
aquí parados vamos tras ellos. Con la actitud de caminar vamos avanzando por la
trayectoria de la avenida con ese sentido arribamos a la Plaza San Francisco
donde al estar lo bastante ebrios vemos la iglesia barroca algo empinada- Dada
(riéndose como siempre) esta iglesia esta como torcida- Augusto: los torcidos
somos nosotros, más bien sigamos. Empezamos a ascender y al andar tres cuadras
entramos en el bar de dos plantas, lo primero que hacemos es procurarnos cada
uno una Paceña que tomamos al ritmo de la música del altiplano. De esa forma
tomamos una, dos y tres cervezas que en un momento dado tenemos que sostenernos
entre todos, al ser unos dispuestos borrachos las alzamos a ellas y las
montamos en un taxi.
EL
PELIGRO
Su designación llego en
los primeros días de febrero, le sorprendió un tanto verse destinado al
consulado de Cochabamba. Le habían dado por entender luego de su aprendizaje de
español, podría conse-guir incluso un puesto de mayor rango en la Paz, donde su
conocimiento del idioma le resultaría muy útil y a pesar del desaliento del
primer momento, acepto la suerte con buena voluntad y se incorporó al cuerpo
diplomático de esa oficina asumiendo con tal elocuencia la responsabilidad.
Torcía la cara melancólicamente, al unísono comentando con los otros empleados
las diferencias institucionales, la jerga del español y en su soledad
contemplaba desde las ventanas de su larga oficina los verdes de las montañas.
Después de asistir en su propia oficina a una reunión del programa de
cooperación decide salir del quinto piso donde está establecido el consulado,
al tomar el ascensor que lo lleva a la primera planta sale a la calle viendo el
bello jardín del edificio y en la otra acera va hacia su automóvil, al estar
ocupándolo lo enciende dándole arran-que tomando la calle Antezana, al
desviarse por la calle Quito frena el auto a un lado del restaurante que le han
recomendado, se baja invadiéndolo la oscuridad de la noche. Al entrar lo
sorprende el letrero de los castores y completamente solo se sienta abordando
la mesa que tiene un mantel igual a los otros de color café claro, casi en el
momento se presenta un mesero muy bien ataviado y luciendo un corto bigote
entregándole la carta, él luego que la revisa va diciendo: quiero pato con
salsa de berenjena con papas y ensalada- El tipo: de beber que quiere…- Un vino
tinto ojala chileno o argentino. ¿Cuánto se demora?- Más o menos veinte
minutos. El mesero se retira y él se queda observando las pinturas que cuelgan
de las paredes, en su distracción se presenta una muchacha teñida su cabellera
de rojo, que luce un gabán negro y botas con el mismo tono- Me puedo sentar- Él
(mirándola como extrañado) bien pueda. La chica al sentarse
lo observa detenidamente- Usted por su apari- encia se ve que no es
latinoamericano- Soy del sur de Francia y si le interesa trabajo en el servicio
diplomático y usted a que se dedica…- No me gusta que me traten de usted, dime
mi nombre que soy Carla- Él (viendo lo atractiva que es) lo entiendo, yo soy
Théophile Vigny. Son interrumpidos por el mesero que va disponiendo los
cubiertos, los platos y la botella de vino con su correspondiente copa y va
diciendo: a la dama se le ofrece la carta- Ella: claro que me apetece verla. Al
entregarle la carta ella lentamente la revisa y luego va diciendo: yo quiero un
corte de asado pero por favor que la carne este muy roja- Entiendo, la quiere
tres cuartos y con que la quiere acompañar- Ella (luego que le dirige la mirada
al cónsul francés) la pretendo acompañar con papas a la francesa y ensalada de
remolacha- Ya regreso con el pedido suyo- Theóphile (luego que la observa
detenidamente) yo ya le dije en que me ocupo ahora cuénteme sobre su oficio- soy
pintora, me gusta pintar desnudos suelo hacerlo en acrílico y sobre formatos
grandes. Si quiere después de la cena vamos a mi estudio- Si claro, me encantaría
ya que quiero comprar algo para decorar mi aparta-mento ya que las paredes
están completamente desnudas, pero primero quiero ir a un bar a tomar un trago-
Perfecto vamos. En el momento llega el mesero con el pedido que inmediatamente
coloca sobre la mesa donde está sentada la estrambótica chica, comen sin
musitar palabra en una observación constante y mutua, al terminar el francés no
le permite que pague lo consumido y le entrega al mesero el dinero
correspondiente de los dos pedidos, salen y al ayudarla a entrar al auto, dando
la vuelta entra tomando el volante le va diciendo: conoces un bar que sea
tranquilo y con buena música- Yo por lo general
voy a un bar que queda a una cuadra de la plaza Colón, se llama Pricafe. Al
encender el vehículo salen a la av. Ramón Rivero que a los lados dispone de
bellos árboles, al tomar la calle Veinticinco de Mayo al voltear por dicha
plaza el señor Vigny parquea justo a un lado del lugar, se bajan observando la
fachada sicodélica y al entrar suena música electrónica- Él (casi gritando)
este lugar no va con migo, será que no hay otro bar más sobrio- Ella (mirándolo
con cierta rabia) entonces vamos al bar Celebritos que queda muy cerca de aquí.
Vuelven al auto y al salir despacio ella va diciendo: siga derecho y doble en
la próxima cuadra que se trata de la calle España. Él hace exactamente lo que
ella le indicara y al avanzar tres cuadras- Ella es aquí. Estaciona el auto
justo al frente del lugar, luego entran en un espacio completa-mente blanco muy
bien alumbrado lo bastante convencional, al sentarse observa que la chica se
carcajea de tal forma que los presentes la miran como bicho raro, al mismo
tiempo suena unicornio de Silvio Rodríguez, al terminar la canción y al dejar
de reírse se presenta una joven que les entrega una pequeña carta con los
diferentes cocteles- Vigny que prefieres…- Una margarita- Yo quiero saber que
contiene el barbados- La muchacha: ginebra, jugo de naranja y ananá- Si,
tráigame ese. Al momento se presenta la chica trayendo una bandeja los tragos
que dispone sobre la pequeña mesa- Desde hace cuánto de dedicas al arte de la
pintura- Desde muy niña comencé a estudiar con varios maestros y luego con el
pasar del tiempo me largue sola- Fuera
de pintar desnudos que más pintas- Hablar sobre lo que pinto me parece erróneo
ya que las obras de arte hablan por sí solas- A qué se debe tanto misterio…- Ya
que lo mío es pintar y no hablar- Él (mirándole las unas tan largas y moradas)
comprendo muy bien lo que me dijiste más bien luego que nos tomemos los
cocteles vamos a tu estudio. Al pedir un segundo coctel se lo toman escuchando
la música- Ella. Esa música social me aburre de sobremanera, yo prefiero el
punk, el metal o por lo menos el rock de los años setenta- Yo soy más de la
música francesa de los años cincuenta o del jazz. Luego de un suspenso al pagar
él salen y ya sobre el automóvil pensando la chica: ahora si me voy a divertir
con este francesito y va modulando lo siguiente: tienes que tomar la av.
Libertad. Estando en la mencionada avenida luego de pasar uno de los tantos
semáforos- Ella: al pasar por el estadio dobla en sentido de la derecha. Al
pasar escuchan a la multitud que grita
gol, dobla por donde ella le dijera- Detente que ya llegamos. Se bajan viendo
la fachada de dos pisos, al abrir la puerta se presenta un espacio extraño y
pintado con colores agrestes – Ella: sigamos por este otro lado. Entran a una
sala adornada con esculturas, enormes pinturas donde están sentadas dos chicas
más estrafalarias que ella, las chicas al verlos se levantan del sofá- La de
cabello verdoso: de donde sacaste este andrajo- Lo encontré en un restaurante,
los presento ella es Mariza y la de pelo gris y azul es Vinguina. Se saludan
con un apretón de manos y se sientan ocu-pando otro sofá- Mariza que vamos a
tomar- Yo no vine en son de fiesta vine a ver las pinturas- Vinguina (en el
oído de Mariza) cierra la puerta con llave que a este no lo vamos a gozar de lo
lindo- Carla subamos al taller. Ascienden por una pendiente lisa rodeada de
barandas a un amplio estudio y al ver las pinturas de crueles escenas queda
espantado- Esto para nada me gusta. Al aparecer las dos chicas entre las tres
lo van tomando haciéndole una zancadilla que cae sobre el suelo de baldosas
para que entre las dos desconocidas lo sostengan, a pesar
de las protestas Carla le saca los zapatos, el
traje, el pantalón y por último arañazos le quita los pantaloncillos. Al estar
como vino al mundo lo paran y lo empujan como si se pasaran una pelota, luego
al verlo tan torpe en sus movimientos de una en una se quitan sus prendas y
entre las tres lo van empujando para bajarlo al primer piso donde en el cuarto
lo colocan sobre la cama, le brincan encima haciendo que se queje y solo lo
dejan de hacer cuando lo ven extenuado, al verlo más tranquilo le hacen todo
tipo de cosas, desde morderlo hasta doblegarlo como si fuera un objeto. Herido
lo toman de los genitales haciéndolo excitar para turnárselo dejándolo como un
andrajo, sobre la madrugada entre las tres lo levantan llevándolo a la avenida
para que un camión lo atropelle y de último para no crear sospecha toman el
auto y lo abandonan en un basurero.
UN VIAJE
INDESCRIPTIBLE
Martha ha viajado
durante varios días, al llegar desde la Paz
a Oru-ro en un bus de una empresa boliviana que se detiene en la terminal, se
baja pensado que se tiene que encontrar con su amiga Irene, saca del bolsillo
de uno de los bolsillos de su mochila la pequeña libreta, ve página por página
de esa forma encuentra el nombre del hostal donde seguramente estará hospedada
su amiga. Decidida sale de la terminal a la avenida Villarroel donde sin ningún
lío detiene un taxi, en el momento que se sube al lado del taxista este le
ayuda a colocar en la silla de atrás la mochila- El tipo: donde la llevo….- Voy
al hostal Copacabana- Si no estoy mal ese alojamiento queda cerca de la
estación del ferrocarril- No sé ya que es la primera vez que vengo a esta
ciudad, en todo caso lléveme. El buen hombre arranca el vehículo por la avenida
Velazco Calvarro que es surcada por enormes abetos, luego que pasa a un costado
del mercado Cam-pero sique pocas cuadras hasta la mencionada posada donde al
detener el auto le ayuda a bajar y que ella se coloque la mochila sobre la
espalda, luego de pagarle por la carrera toca el timbre y a los pocos minutos
una señora abre la puerta- Le puedo servir en algo- Si no estoy mal una amiga
llamada Irene me está esperando en este hostal- La señora (como pensativa) ella
es una chica de cabello rubio que al parecer es porteña- Si es la misma que
estoy buscando- Ella está en el restaurante almorzando bien pueda entre. Al
entrar la señora la guía al restaurante donde ve sentada a su amiga acompañada
de otra chica de cabello abundante y negro- Ella en el momento que la ve
inmediatamente se levanta de la silla abrazándola- Irene (sonriéndole) que bien
que te ves, siéntate que te presento a Vanesa. Se saludan con un cariñoso beso
y se sienta al lado de su amiga- Desde cuando saliste de Bogotá- Más o menos
tres meses- Entonces llevas viajando todo ese tiempo y como te ha ido- bueno
fuera que me robaron en Lima la cámara no he tenido más percances y vos desde
cuando llegaste… Hace dos meses a Bolivia y desde hace dos días estoy en Oruro,
estamos planeando ir mañana temprano con Vanesa al salar de Uyuni- Seria
increíble ir con ustedes dos- Vanesa (metiendo la cucharada) vamos que
seguramente es un lugar mágico, ya almorzaste- No, qué tal está el almuerzo-
Irene: es simple pero esta delicioso. Entre todas le hacen señales a la especie
de indígena que está atendiendo otra mesa, al terminar de colocar el último
plato viene donde ellas- La chica veo que necesitan otro almuerzo- Martha
tráigamelo lo más aprisa que le sea posible- Ya mismo. Sin hacerla esperar
mucho tiempo le trae el menú- Ella (viendo que ellas ya acabaron) que rico
pollo y las pa-pas ni se digan. Al acabar las tres se paran y Irene va murmurando: vamos a que dejes la
mochila en la habitación que hay una cama de más. Suben las escaleras y al
estar en la segunda planta ven la extensión de las calles, entran al cuarto
donde Martha descarga la mochila al lado de la cama donde va a dormir, se
sientan sobre la cama a leer en esas las sorprende la noche que al estar
satisfechas con el almuerzo se quedan profundamente dormidas y solo se
despiertan muy temprano en la mañana- Irene como pudimos dormir tanto, ahora
tengo un hambre terrible- Vamos a desayunar que tenemos que irnos. Luego que se
bañan salen cargando sus respectivas mochilas por las escaleras viendo que el
sol sale entre las montañas, al llegar donde está sentada la señora, le pagan
agradeciéndole y salen a la calle donde ven a un grupo de indígenas que pasan
vistiendo sus ropas típicas- Martha ustedes que algo conocen deben saber dónde
podemos desayunar- Vanesa (atándose el cabello) vamos al mercado campero.
Caminan las pocas cuadras necesarias y llegan a la alargada construcción de adobe
donde hay un montón de gente, entran esquivando a varios indígenas y al
encontrar el comedero se establecen sentadas al frente del mostrador donde una
mamacha está colocando una olla en la estufa de gas profano- La mujer de las
faldas largas: tengo mute, queso de cabra, huevos hervidos, pan recién hecho y
té de coca- Irene (dirigiéndole la mirada a sus amigas) que tal si pedimos un
poco de todo eso y tres tés- Martha: magnífica idea- Vanesa denos en tres
platos un poco de todo lo que tiene. Al momento la mamacha les va depositando
en tres platos un poco de todo y les pone los tres recipientes con té que
hierve, van comiendo concentradas, viendo a varios niños indígenas
que se persiguen jugando- Irene: en Bolivia se respira una paz que estimula-
Vanesa este pueblo es feliz ya que preservan sus costumbres. Al acabar le pagan
sonriéndole a la seño-ra y salen por donde entraron para detenerse en un
costado de la construcción- Irene: donde quedara el municipal tur- Vanesa: si
preguntamos lo sabremos- Martha entonces preguntemos. Esta última al ver a un
señor que luce un largo poncho se le acerca- Usted por casualidad sabe dónde
queda el municipal tur…- El señor (pensativo) ya recuerdo ese lugar queda en la
plaza Diez de Febrero, doblen por esta calle y más o menos al caminar cuatro
cuadras encontraran la plaza- gracias. Andan las cuatro cuadras de esa forma
ven en la edificación donde está ubicada la empresa de turismo una enorme
camioneta, al entrar un joven cachetón las aborda diciéndoles: ¿van al salar de
Uyuni?- Irene: por eso estamos aquí, cuánto cuesta la ida para allá- El señor
gringa vale tanto y están de buenas porque quedan tres puestos libres en la
camioneta. Al rato se montan al lado de varios europeos que no las determinan
para nada, el conductor se sube arrancando el vehículo. Al salir de Oruro
encuentran una vía estrecha sin pavimentar, avanzan dando tumbos entre una
columna de polvo- Irene que carreterita más terrible ya me duele el culito-
Martha (poniéndole sin querer el co-do a uno de los europeos en el rostro) que
viajecito. Al sentir el mareo Vanesa vomita a uno de los extranjeros- Que dice
palabras ininteligibles, avanzan y avanzan con la misma nube de polvo y al
llegar al pequeño pueblo de Uyuni la camioneta se detiene en una roída vivienda
desde donde se divisa el desierto salado, se bajan bastante pálidas con sus
mochilas sobre la espalda y lo primero que hacen es sentarse a respirar- Martha
(viendo a Vanesa) que vomi-tada la que le
pegaste al rubio- Irene: lo tenía
merecido por mirar-nos como si fuéramos cosas que europeos más estúpidos e
igno-rantes, a que vienen a este continente a vernos como si fuéramos sus
esclavos, que asco.- Vanesa: pero no generalicemos que tam-bién los hay buenas
personas. Luego que le compran panecillos y té del de siempre salen andando
metiéndose sobre el casi infinito desierto de sal, caminan marcando sus huellas
sin darse cuenta que se alejan, como hipnotizadas por el espectáculo que les
ofrece la naturaleza. Al salir el sol ven sus siluetas dibujadas de una forma
extraña sobre la sal y en la distancia el reflejo aparente de agua- Irene (al
detenerse) en este momento las nubes blancas se confunden con la sal, cual es
cual…- Martha (saltando) increíble y alucinante. Al seguir andando sienten
tantas cosas que se tornan indescriptibles, como alucinadas se dan cuenta que
llegan en mitad de la nada a un especie de isla que contrasta con la sal con su
tierra aparentemente rojiza, observan los variados cactus que inclusive algunos
se extienden al cielo, ensueñan y sueñan como si todo fuera una sola vivencia.
EXPEDICIÓN EN UN SUSESO IMCOMPRENSIBLE
Ana siendo una chica
arriesgada y talentosa realiza un vuelo en la empresa boliviana de aviación, de
la capital a la pequeña población de Trinidad, al desembarcar del avión al
aeropuerto de dicha población, sale cargando su mochila donde lleva todo lo
necesario para su expedición, toma un taxi que la lleve al puerto. Al llegar ve
el alargado muelle donde encuentra a su amigo Roberto Casini el italiano, a su
novia Alicia que se trata de limeña, y a Prasta que es de nacionalidad checa,
con los cuales se saluda de beso- Ella (sofocada) que calor tan increíble,
dirigiéndole la mirada al italiano agrega: ya consiguieron la canoa- Roberto
(con su asentó) lo único que faltabas eras vos porque ya hable con un hombre
que nos va alquilar una embarcación, y hemos comprado los víveres necesarios
para la travesía, vamos que el hombre seguramente nos estará esperando.
Resueltos caminan por el muelle y en la distancia ven al mulato en el bote, al
acercarse les hace una clara señal con motivo que se monten, lo hacen
trasladando sus mochilas y saltando del muelle a la piragua- El hombre
(dirigiéndose a Roberto) deme el dinero acordado y el bote será completamente
de ustedes, pero no se olviden entregárselo a mi hermano Alirio- Roberto tome
el dinero que yo me encargo del resto. Al irse el mulato por el muelle, Roberto
se encarga de encender el motor fuera de borda, arranca dándole alcance a una
pequeña lancha con el sentido de las cosas saludan a los pocos tripulantes, van
por medio del río Mamore entre esteros y observando de los dos lados del enorme
río la cerrada selva- Ana que belleza de como se aprecia la jungla que rodea el
río- Roberto cuando alguien necesite agua puede tomar de esos dos galones, por
ahora voy a probar suerte con la pesca. Toma una de las dos cañas que haciendo
un movimiento logra lanzar el nailon con el anzuelo, de esa forma va
rastreando, al tiempo y en el momento que siente el jalón enrollando el nailon
ven el salto del enorme pez, en una lucha encarnizada logra con la ayuda de una
pequeña malla extraer el pescado del agua que al quererse resistir con el plano
del machete le da un golpe certero que logra doblegar al animal- La limeña:
este es mi hombre. Al acabar de decir le aplica tremendo beso en los labios,
las restantes aplauden. Siguen navegando para encontrar los colores cálidos del
atardecer que se reflejan en las nubes y
a la vez
en las aguas del rio, creando una
atmosfera alucinante-
Roberto ven está belleza- Prasta (con su mal asentó) es increíble, si no lo
estuviera viendo no lo creería- Roberto (dirigiéndoles la mirada a las chicas)
esto que vamos hacer lo tenemos que ejecutar con mucho tacto, vamos a
desembarcar allá donde se ven esas viviendas rusticas. El italiano gira el
motor para que la embarcación vaya lateralmente y de esa forma atraca al lado
de las viviendas de caña y paja, se baja primero Ana que se coloca un sombrero
artesanal, luego Prasta y Alicia la peruana y de último Roberto, son
sorprendidos en tierra firme por toda una concurrencia de indígenas que llevan
los rostros pintados, el que parece de un rango mayor les hace un ademan incomprensible,
se adelanta Ana haciendo unas precisas señas que entienden dándoles como
respuesta otro ademan de bienvenida, les indican que tomen un sendero el cual
Ana interpreta de maravilla, caminan por la extensión de la selva sintiendo que
los mosquitos los devoran, Ana reparte entre sus dos amigas y el italiano un
ungüento que con antelación del viaje hiciera en la Paz, tratándose de ajo, y
otras plantas para tal efecto, al aplicárselo sienten tal descanso que los
relaja- La limeña: que buen ungüento ahora me siento libre de estos terribles
mosquitos- La checa: es buenísimo. Siguen andando entre la jungla guiados por
aquellos indígenas, pasan ante una misteriosa laguna donde hay enormes hojas
más o menos redondeadas, ven en una de aquellas hojas una enorme boa que al
verlos se asusta meti-éndose entre el agua amarillenta, siguen caminando entre
la oscuridad guiados por las grandes antorchas viendo los enormes árboles que
se extienden con dirección del firmamento, pasan un puente rustico hecho con
enormes troncos y de esa forma llegan a un poblado de malocas algo alargadas,
el mismo hombre toma de la
mano a Roberto,
indicándole con un ademan a la peruana, y a Prasta que se agarren de la mano,
al hacerlo los lleva a una de las malocas que está ubicada entre dos
gigantescas ceibas, al entrar ven una rudimentaria mesa con vasijas de barro
que contienen exóticas frutas- Roberto (con cara de preocupado) es extraño que
no haya venido Ana con nosotros, espero que sepa cuidarse ya que nunca se sabe
la intención de esta gente. Del otro lado, al querer ir donde están sus amigas
y Roberto es retenida por el mismo indígena que haciendo un gesto la empuja
violentamente que va caer directa-mente contra el suelo arenoso, al pararse la
toma de la mano lleván-dola a una alejada maloca, al entrar aprecia varias
extrañas y hermosas flores que cuelgan de una zona del tejado de palma, una
rustica mesa con varias recipientes alargados de barro y colgado un hamaca de
una especie de cabuya, el tipo con sus mismas manos le da varios de los frutos
exóticos que ella pensativa va comiendo ilustrando en su mente las intenciones
del indígena, luego que come recargando fuerza aprovechando que el tipo esta
absorbido en ella lo empuja y al verlo caer de espaldas, ella aprovecha y corre
introduciéndose sin querer selva a dentro. Asfixiada por la carrera se sienta
sobre lo que cree que es un tronco que en el momento que se mueve se da por
enterada que se trata nada menos de una boa constrictor, despabilándose se
impulsa en tremenda carrera encon-trándose con el indígena que al verlo se le
lanza abriendo los brazos, prefiriendo esto que lo otro siente que con un
extraño puñal le desgarra las ropas dejándola como la naturaleza la creo, de
esa misma manera la toma con sus fuertes manos alzándola por el hombro
llevándola entre la densa vegetación, estando en esas observa en la copa de
los arboles el viaje intermitente que hacen unos
monos aulladores, cargando sobre los hombros a pequeñas criaturas de su misma
especie, avanzan en un estrecha y enorme raíz de un increíble árbol ven la
figura de un tigrillo, el hombre a la fuerza la lanza suavemente manteniéndola
con su mano agachada, al estar completamente encuclillas observan al grande
tigrillo que husmea a su alrededor, él con la prisa toma una piedra y la lanza
donde el tigrillo que con la agilidad felina la rastrea y al olerla la toma en
su boca dentuda desapareciendo entre la agreste vegeta-ción, ella respira
descansando diciéndose a sí misma: que impresio-nante lo que hizo este hombre.
Al momento siente que la vuelve a tomar cargándola de la misma forma que antes,
la lleva sobre sus fuertes hombros entrándola a la misma y alta vivienda deposi-tándola
sobre la hamaca, al rato aparece una anciana con tres bellas indígenas que
llevan antorchas, una la rodea como jugando con el fuego, otra la acaricia inyectándole
suavemente como un calmante y la tercera la pinta con un pequeño rodillo de
madera logrando sobre su piel perfectas figuras simétricas, esto la logra cautivar
que mira la situación con otros ojos y al hombre lo nota con su extraña
belleza. Al irse las mujeres quedan solos, el silbando una rara tonada va hasta
un rincón de la maloca de donde extrae una hoja con una sustancia de color café
y amarillenta, y un tubo de palo de doble boca. Al venir a la hamaca donde ella
está acostada le indica la forma de aplicarlo en la nariz y en los labios, sintiendo la magia existente
en el entorno se aplica la sustancia impulsándola por la boca de esa forma
logra introducirla en las fosa nasal, sintiendo al instante que todo se ilumina
y que su espíritu le pertenece a la selva; luego siente una atrición por el ser
de conocimiento, el hombre lo percibe que sin pensarlo se introduce en la
hamaca y la va tomando suavemente para encontrar la delicia de sus labios, haciendo
piruetas en un sentido y en otro amándose, en el momento que la penetra le toma
con las dos manos los pequeños senos, ella siente un éxtasis que la eleva
metafóricamente y ya en la mañana sintiendo los hombros en que tiene apoyada la
cabeza escucha el concierto más increíble del canto de los diferentes pájaros.
Al llegar a esa maloca
Roberto, su novia y la checa no creen ver lo que está pasando con Ana- Roberto
(asombrado) es increíble lo que estos ojos están viendo, que ha pasado en este
lugar- Ana (radiante de felicidad) nada que les incumba- La limeña (con la
misma expre-sión de novio) que trasformación que has tenido, no lo entiendo
pero si eso te hace feliz aprovéchalo. Vienes con nosotros o te quedas con tu
indígena porque nosotros ya nos llegó el momento de irnos- Me quedo ya que esto
aunque no lo crean lo venía soñando. Al despedirse de ella y de él de beso
vuelven a ocupar sus puestos en la embarcación alejándose de la reserva
indígena río adentro.
EL MALESTAR DE UN SUFRIDO
VIAJE
Marcela que siempre ha
querido conocer Coroico, ella siendo una muchacha de un temperamento pacifico e
inquieto, camina saliendo de la capital en plena vía destapada toma el pequeño
microbús, al montarse se sienta al lado de lo que pareciera una gringa, ve
inquita a otros varios extranjeros. Llevando su pequeña mochila ve a través de
la ventanilla la imponencia de la cordillera andina, al ir el vehículo
desafiando cada curva, ve cada abismo que la impacta negativamente que prefiere
no mirar, en un trayecto al encontrarse de frente con un auto y con otros
vehículos que van en ese otro sen-tido, se arma un lío bárbaro que el microbús
tiene que retroceder la totalidad de dos kilómetros, de esa única forma los observa
pasar, cuando quiere pasar un bus tropieza con una de las piedras, ella
tapándose los ojos impide ver como ese bus va rodando por el abismo, el chofer
abre la puerta para ver de cerca el espectáculo, los pasajeros hacen lo mismo y
por supuesto ella que trata de descifrar con su mirada donde quedo el bus, al
perderse en esa infinidad nadie puede saber que ocurrió con el bus, al volverse
a montar los extranjeros ella los imita haciendo lo mismo, el último que se
sube es el conductor que nervioso por el hecho maneja sin poderse concentrar
del todo, de esa manera el microbús va a los tumbos, ella al sentir tremendas
ansias abre la ventana vomitando la totalidad de que tiene en el estómago, que
el viaje se le hace una eternidad.
INDICE
Pag.
1---------------------------------------------------------------El festejo Pag.
6--------------------------------------------------------------El peligro Pag.
11---------------------------------------------Un viaje indescriptible Pag
14-----------------------Expedición en un suceso incomprensible Pag.
19-----------------------------------El malestar de un sufrido viaje
Estos cuentos de este
cuentista, poeta y ensayista están enmarcados en lo que es Bolivia, en su magia
y en la fuerza de su raza amerin-dia. La narrativa es simple pero a la vez es
muy profunda y se establece en un mundo libertario donde sobre salen sus
personajes. Este escritor que ha ganado el premio Asunción Silva que es el
premio más importante que se le otorga a un poeta colombiano y el premio Casa
de las Américas por sus cuentos, a nivel continental.
Comentario del
poeta Carlos Arista.
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