miércoles, 2 de marzo de 2016

CUENTOS BOLIVIANOS
UNA PARTICULAR VIOLACIÓN
Con el clima tan caluroso, su fastidio se trasformó en resignación. Su profesión que solamente da valor al juicio, la frialdad y la reserva; le había enseñado la lección más dura y la que más deroga a un hombre, no expresar nunca en alta voz una idea desfavorable. Le dio tan bien un largo adiestramiento jesuítico en el auto engaño, que le permite presentar al mundo un exterior más pulido, sin poder profundizar sobre la experiencia humana. Si la religiosidad no le diluyo del todo la personalidad ello se debe solamente a Laudy, ya que vivía rodeado de sus colegas severos y serviles, que solo le enseñaron a sobresalir en las formas de hablar y las detalladas amabilidades que al agradar allanan el libre camino de su interior. De esta manera su vida real se convirtió en una cárcel llena de ambivalencias y contradicciones que vive el religioso. Una calurosa mañana luciendo su habito de cura sale del monasterio, tomando la calle Cabañas, al doblar por la esquina de la calle Carlos Antonio López se cruza con su hermana que lo mira con cierto repudio y le va diciendo: vos eres un entregado ya que vuestra mirada me dice que no tienes una vida propia. Mírame a mí que soy la propia libertad en persona porque no dependo de nada y menos creo en estupideces- Él (agachando la cabeza) siento que tienes razón por ese mismo hecho quiero cambiar pero el miedo no me deja-Ven con migo que te consigo algo para que te sagúes de tu mente y de tu cuerpo esa religión de mentiras y de engaños, o todavía sigues pensando que Jesús nació sin que María concibiese- He tratado de cambiar mi forma de pensar pero siempre hay  un  obstáculo que no me lo permite y ahora mi vida esta insatisfecha- Vamos- ¿A dónde me quieres llevar?- No preguntes más y sígueme. Empiezan a mover los pies a través del andén en esa sintonía doblan por la calle Caballero y al pasar la fachada de varias casas ella al ver la construcción moderna toca la puerta que de inmediato al abrirla aparezca Lianda, la cual se sorprende al ver al hermano vestido de cura y va diciendo: yo pensé que lo de tu hermano era ficción nada más- Laudy: aquí lo tienes hecho completamente un imbécil- La amiga (haciendo un particular ademan) por favor sigan. Al seguir ante sus miradas se presenta un agradable espacio semi-abierto repleto de diferentes plantas muy floreadas y varias pinturas enmarcadas de desnudos- El cura (excitado por lo que está viendo) que extrañas pero a la vez las encuentro hermosas estas pinturas de desnudos- La hermana: veo que de una forma mejora tu vida porque anteriormente me hubieras tachado de inmoral. Ella (cambiando el enfoque hacia su amiga) en esta casa seguramente debes tener algo como para que se cambie- Espera que subo a ver que ropa de mi hermano todavía existe en esta casa. Ella al subir las escaleras desaparece en una de las puertas- Laudy (gritando) acaso donde está tu hermano…- Lianda (contestándole con un grito semejante) murió hace varios años en un accidente de motocicleta- El cura: que calamidad nunca se lo recuerdes, ni mucho menos se lo preguntes porque seguramente a ella no se le ha cerrado la herida. Al momento Lianda llevando varias prendas baja las escaleras- Ella (sonriéndose les va mostrando) tengo estas camisas, estos pantalones y creo que le van a venir de maravilla- Laudy (tomando un par de esas prendas) yo creo que estas son perfectas- Él (con un tic nervioso) donde me cambio… Lianda (alborotando su risa) si quieres aquí mismo- Preferiría otro lugar- Entonces allí hay un baño, ese otro cuarto o si quieres arriba. Donde más te guste. Al dirigirse  al  próximo  cuarto  entra  cerrando la puerta, ellas aprove-chan para murmurar varios conceptos- Lianda (a las carcajadas) tu hermano es muy apuesto- Ayúdame por favor a quitarle la virginidad. Las dos se vuelven una sola risa- Liana: qué tal si vamos a la finca que queda en las orillas del Paraná- Pero primero llamemos a Octavio. Al salir impecablemente vestido se encuentra con la amiga- ¿Dónde carajos esta mi hermana- Que importa donde este, acaso me tienes miedo- Ten cuidado con migo- Que carajo de cuidados si te veo muy bueno. Al querérsele  mandar la intención termina en nada ya que se presenta la hermana que al ver lo que sucede se ríe una y otra vez, va murmurando con su voz: lógrate hablar con Octavio…- Si claro, viene en media hora por nosotros. Vamos a preparar las cosas que vamos a llevar. Al subir a la habitación de Lianda van introduciendo ellas dos en la maleta la ropa al azar, luego bajan a la cocina y van metiendo verduras, queso, pan, pastas y arroz. Casi al mismo tiempo escuchan el pito del auto de Octavio. Salen las chicas acompañados del hermano que lleva de una mano sosteniendo la valija, Octavio se baja y con un gesto amable abre el baúl del auto donde él les ayuda a guardar la maleta, al subir Laudy al lado de Octavio y en la parte de atrás Lianda acompañada de Luís. En seguida Octavio prende el auto haciendo tomar la avenida que bordea el rio Paraná- Lianda (tomándolo de la mano) Ya verás Luís lo bueno que lo vamos a pasar- Luís (con cara de asustado) por favor suéltame la mano- Laudy (volteándose hacia atrás) acaso mi amiga no es bella…- Luís: sí que es bonita pero siempre me mira con ganas y eso me preocupa- Octavio (conduciendo) acaso eres del otro equipo, te aconsejo que la tomes y si es del caso estrangúlela. Todos se ríen menos   Luís- La hermana: acaso  te  estas   arrepintiendo  de  haber  
cambiado el habito por la libertad- No para nada, solamente un poco nervioso- Lianda (tomándolo) veras que con migo se te acabaran los nervios. Él con la mano la va apartando- Ya verás cómo vas a ceder. El pequeño vehículo va por un costado de la ruta abriéndose pasa entre los altos pastizales donde las vacas se alimentan, luego de una curva encuentran a la derecha el enorme río que al estar al lado de la vía van fondeando. Octavio al voltearse se da cuentan que están dormidos una casi encima del otro y va vociferando: como se quedaron de profundos tu hermano y Lianda- Laudy: así mi hermano será presa fácil de nuestra amiga. Se ríen sin lograrlos despertar. Al alejarse por un momento vuelven a encontrar el río sin lograr ver el otro lado, al seguir sobre pasan un grande camión y luego en el estuario encuentran diferentes embarcaciones de diferente calaje, más tarde se desvían por una carretera estrecha donde al pasar van creando espesas nubes de polvo de esa manera llegan hasta un alto portón, al bajarse Laudy logra abrir la inmensa verja que al pasarla se vuelve a trepar en el auto, avanzan unos pocos metros para llegar a la fachada de la vieja vivienda campesina, entre todos se ocupan de bajar las dos valijas y otras cosas que las colocan suavemente sobre el piso de baldosas- Octavio al abrir la puerta va diciendo: entren- Laudy: que paredes más blancas y lo que más me gusta son esas bigas que al estar algo torcidas aguantan la estructura del techo de la casa- Octavio: si este tipo de viviendas fueron construidas casi a la fuerza y con la madera que iban encontrando, sentémonos. Se sientan en los dos sofás en el mismo orden del auto- Lianda (tocándole suavemente el rostro) ahora si me vas a prestar atención ya que la merezco porque vas  a  quitarte  ese  miedo  que  te  carcome  los  huesos- Ahora  no- Octa-vio: yo sé muy bien que con la motivación del vino vas hacer lo que nunca has hecho, además Lianda es una conocedora profunda de la materia. Se queda callado como si no fuera para él- Octavio: voy a buscar el vino será que vos Laudy me ayudas a buscar en la cocina las copas. Él al sacar de su pequeña valija las botellas de vino, con la agilidad requerida descorcha una de las botellas, en ese mismo momento viene la peli negra con las copas colocándolas sobre la pequeña mesa del comedor, al servirlo todos alzando las copas efusivamente brindan para ir tomándolo poco a poco de esa forma desaparecen el contenido de las primeras dos botellas, al ver que Laudy se escapa con Octavio a un cuarto; Lianda al intentar tomarlo de la mano a Luís, corriendo se le escapa pero ella en menos de nada al darle alcance con todo el impulso se le lanza para caer sobre la espalda y al irse los dos de bruces contra el piso de baldosas. Ella aprovecha que esta algo ebrio, ingeniándoselas lo arrastra a la habitación donde con convicción lo alza acostándolo sobre la extinción de la cama, al estar el boca arriba, como una vacante o como una amazona con tal violencia se le tira que las tablas de la cama se parten y como es de suponer al ceder el colchón caen al suelo, ella sin importarle nada le introduce la mano entre la bragueta tomando el tan anhelado regalo que al acariciarlo se para, lo suelta para empezarlo a desvestir que sin poner resistencia en el momento que lo tiene completamente desnudo, tal cual ante la mirada de él se despoja lentamente la ropa que la lanza en todas las direcciones. Al estar únicamente con los pantis haciendo un movimiento lento y sensual se desprende de sus interiores, ya en el dominio de su cuerpo abre las bellas y largas piernas y tomando con una  de  sus  manos  el   pene erecto lo introduce en su vagina que al moverse hacia adelante van sintiendo algo que no se puede definir con palabras.
EN UN MOMENTO MAGICO
Un domingo en que la fauna humana llena los diferentes sitios de recreación del parque Caballero, un supuesto payaso colocándose el pito entre los labios, con impecables gestos y con perfectos ademanes, pita llamando a la gente que se aglomera en torno de él. Al marcar su espacio empieza a correr logrando perfectas piruetas que el público aplaude, luego de su mochila de hilo que lleva sobre su espalda saca cinco clavijas que lanza de una en una al aire para mantenerlas varios minutos sin dejarlas caer, por último cambia las clavijas por un número igual de pequeñas bolas con las cuales repite la misma audacia, para terminar fervientemente aplaudido por toda la concurrencia. Luego su único asistente le pasa un sombrero que al pasarlo entre los asistentes le van poniendo monedas y billetes. Al estar conforme con el pequeño espectáculo y con el dinero recaudado que introduce en su mochila y devuelve el sombrero. En el momento que con el dominio de sus ojos ve en el contorno, al detener su vista por dónde quiere irse su mirada encuentra los ojos negros de una bella y aparente indígena que con su mano le señala para que él vaya, al aproximarse donde se encuentra ella lo toma de la mano para dirigirse entre la arboleda y de esa forma desaparecen del ambiente.  
EL POETA
Luego de observar el precioso atardecer, el poeta sale del Carretero (Hostal de los locos anarquistas) llevando  su bolso  de cuero donde siempre acostumbra a guardar sus libros de poesía, baja la empinada calle con ese sentido llega a la avenida dieciséis de Julio y al ir entre  imágenes  alucinadas  toma  por esa ruta hacia el centro de la Paz. Al llegar ante la estatua del general San Martín lo saluda quitándose el sombrero para volvérselo a colocar, de esa misma forma saluda desde la distancia a los artesanos, luego se sienta sobre un banco viendo detenidamente el pasar de las personas, de los automóviles que pasan en los dos sentidos. En ese movimiento de cosas planea como entrar al prostíbulo donde siempre logra vender su trabajo, en el momento que lo tiene descifrado en su mente, se levanta como si tuviera un resorte en el trasero, cruza el ancho de la avenida y lo primero que hace es esconderse detrás de una de las columnas de la particular construcción, con todas las ganas silba que el celador al no aguantar la curiosidad va hacia el otro lado y él muy fino no de ropas si no de actitud. Aprovecha el momento instalándose dentro del lugar con la única intención de mostrar sus libros de poemas, que con su convincente voz recorre las diferentes mesas logrando que los clientes le regalen sus libri-llos a las bellas prostitutas, algo después de haber logrado su propósito una hermosa prostituta lo llama, él no tiene problema para sentarse- Ella (de una forma algo curiosa de interpretar su sexualidad) ¿quieres tomar un trago con migo?- Claro que me gustaría- Si me esperas ya vengo. Al levantase se pierde en la profundidad del lugar, al rato vuelve con dos vasos de escocés y  al sentarse los coloca sobre la mesa- Ella ponte en esta otra silla así hablamos de frente, ya que como estas me pareces un evasivo. El poeta hace exactamente lo que ella dijera y la ve directamente a la cara- Ella (con gesto de sensualidad) salud, ahora si podemos hablar. Desde la época de colegiala me gusta la poesía, lo que leí de tus propia mano me gustó mucho porque no me recitas algún poema que te sepas- Con  una condición  que me digas como  empezaste la vida que llevas- Amor la cosa es demasiado simple, por dinero- Pero cuéntame la historia con exactitud- Que poeta porque tanto me
interesa mi vida, si hasta ahora me conoces- Debido a que tienes una linda actitud. Casi  en el mismo instante se presenta un elegante señor que va mostrando una amplia sonrisa y va diciendo: te quiero llevar al mejor hotel- No prefiero estar aquí y no entiendo debido a que me quieres llevar a otro lugar, si aquí hay excelentes habita-ciones, claro que hoy no estoy disponible para nadie si no para este poeta. Ven que el señor va donde está sentada otra prostituta- Ella (volviéndole a dar la mirada) Bueno te cuento, lo mío fue por inducción de una amiga. Después de haber terminado la segundaria me trajo a este lugar, en un principio fue duro ya que entendía que vender el cuerpo es maldito, más cuando el que te paga es de doble moral ya que el mínimo problema que tenga con su esposa viene y acude a nosotras. Ahora te toca recitar el poema- Quieres que me pare- Prefiero que lo recites tal cual estas, así puedo ver la entonación de tus labios. Él seda un largo trago y empieza mascullando con su boca: este poema se titula crueldad y dice de este modo: La manía de deshacer  la figura de la estatua/ el color del bronce es el color de la incertidumbre suerte de la memoria de las vestías olvidadas/ por la crueldad legendaria de la costumbre- Ella (emocionada) es muy profundo- Ahora me toca preguntar, no te gustaría cambiar la vida que llevas…- Claro que siempre lo he pensado pero es un poco tarde para emprender desde cero otra cosa. Voy por otros tragos. Al rato regresa con otros dos vasos del mismo    whisky- Ella (luego que se sienta) no quieres ir a un lugar más pri-vado… - Aquí estoy muy bien, además no me interesa acostarme con vos  por la simple razón  ya que entraríamos en otra categoría y no en la amistad que es mi único propósito con relación a tu linda mirada- Ella eres muy elocuente- Un poeta siempre se distingue por eso. Ahora vuelvo a mi pregunta, no te lo digo en una forma cretina si no para ver qué piensas. Te preocupa el futuro…- Esa palabra me causa un terrible susto ya que en este momento mi cuerpo no deja der ser una mera mercancía, cuando pierda el encanto que va hacer de mi vida- Por eso te digo que emprendas algo nuevo- Por lo menos lo voy a intentar. Al darle un beso en la mejilla sale del lugar con la complicidad del celador que al verlo se lleva un inmenso susto, ya caminado a un costado de la avenida se encuentra una bella amiga que lo convida a dormir con ella.
EN UN INTI RAIMI
La tonalidad gris del paisaje urbano, nuestro personaje viendo en la distancia la sierra nevada qué se bifurca con la maza de nubes, los arboles con sus sombras nacaradas y los reflejos grises, el polvo leonado y el humo de los diferentes vehículos, la cuesta de un cementerio viviente donde los profetas acumulan las sustancias trasparentes de los sueños con esas imágenes. Marcando lentamente el dominio de sus pasos llega a la avenida dieciséis de Julio, viendo la quietud de la estatua de José de San Martín, sique en dirección de la fuente que en vez de brotar agua hay una pareja que se besa apasionadamente, luego atraviesa la rotonda o plaza de la Porto-zuela y  al llegar al  edificio de la universidad sigue para arribar a la glorieta donde al ver un pequeño autobús se sube al lado de un estudiante y al treparse dos muchachas el microbús arranca tomando rápidamente la Panamericana, sube al alto y luego en vez de seguir hacia el lago Titicaca toma en dirección del altiplano y en cuestión de una hora el pequeño bus llega al pueblito de Tiwanaku, al bajarse sintiendo el aire nocturno mezclado con un frío bárbaro, va llevando sus pasos con destino del mercado donde compra un hervido y hojas de coca, se toma el hervido y empieza a mascar las hojas observando a un grupo de papachos que discuten en aimara, por supuesto no entiende absolutamente nada, reconfortado sale a la intemperie viendo un aire enrarecido por las nubes y llega a lo que se asemeja a una licorera donde adquiere a bajo precio una botella de caña, al tomarlas de las manos del papacho la abre dándose un largo trago para sentir que le quema la garganta. Sale del estrecho lugar con la mente completamente borrada y por instinto de conservación ya que el frio es considerable llega ante una enorme fogata donde el calor del fuego lo protege de la baja temperatura. Habla con alguien pero sin captar nada de la conversación que prefiere ir  a la siguiente fogata, intenta concentrarse en la melodía  que sale de unas guitarras que tocan un grupo de jóvenes, con fervor escucha que cantan pero al sentirse que estuviera en otro planeta lo aterriza el hecho que los músicos se retiran, él con la conciencia en pleno camino e invadido por el hielo que hay en el contorno descubre otra fogata donde le pasa lo de la primera vez al escuchar la lengua aimara, trata de entender a los papachos que al estar muy alcoholizados se carcajean que terminan contagiándolo y se pone al mismo voltaje que ellos, doliéndole el estómago de tanto reírse  se retira en la niebla y al estar casi en la entrada del santuario  arqueológico, al ver a un grupo de personas que rodean una enorme fogata lo invade un poco el cansancio que tiene que sentarse sobre la grama mojada. En el momento que observa que abren las puertas de varillas de la zona arqueológica con una envión de energía se levanta y al encender su pequeña linterna sale corriendo, al entrar se establece al lado de una enorme estatua antropomorfa que le saca varias cabezas hacia arriba, luego moviéndose íntegramente encu-entra el calor de su propio cuerpo encaramándose a una pared de estructura de piedra, al descender se halla en una especie de anfite-atro de donde cuelgan de las paredes un gran número de máscaras del mismo material de piedra. Que inmediatamente se encuentra visualizando una extraña alucinación como si se hubiera fumado un porro, en ese estado vuelve a escalar la pared de piedra y al estar en la cima divisa allá abajo a la gente y un lugar apartado donde hay un terraplén ve a una curioso pelirroja, baja con la intención de hallarla pero le resulta imposible por el gentío, que prefiere ponerse detrás de varias personas viendo la amplitud de la puerta del sol que al observarla minuciosamente intuye que esta tallada en bloque de piedra, decorada con un friso en bajorrelieve con una figura de una deidad rodeada de cabezas humanas y de una figura de un cóndor perfecto. Al quedarse paralizado mira detenidamente los primeros rayos del sol, a la medida que avanzan franquea el interior de la escultura que representa el templo del sol. Esta impresión hace volar su mente con frenesí indescriptible, bajo esa sensación observa que la gente se va tomando de la mano para así formar varios círculos, en seguida se prende de una chica y al tomar con la otra mano a un muchacho siente inmiscuyéndose  en la danza con un movimiento  circulatorio  y concéntrico  dando varias vueltas de un lado para el otro sintiéndose como en la eternidad, en un instante su mirada encuentran los ojos claros de la pelirroja que al agitar su cabello rojizo se vuelve a perder de su vista, como los círculos son bastante concéntricos la vuelve  encontrar a poca distancia, logran-do zafarse de la rueda y al darle alcance a ella, le abre un espacio de esa forma logra tomarle una de sus manos y hace exactamente lo mismo con otra mano desconocida y de esa manera van girando que él adquiere la magia que se le sube a la cabeza. La chica pelirroja al no querer zafarse lo jala de tal manera que van guiados por su instinto de esa forma llegan al anfiteatro, al cruzarlo se colocan estratégicamente logrando ver el total de las máscaras de piedra, al dirigirse mutuamente la mirada cierran los ojos besándose y sintiéndose abandonados en un vuelo que alberga los sueños. 
UN EXTRAÑO PERSONAJE
Irrumpieron a tocar descompensada mente, la banda en un desa-finado sonido y bajo las quejosas repeticiones de una melodía  muy americana que se tocaba hace muchos años; vuelven a empezar otro tema en un cuarto de tono, reconocen una representativa canción y tienen que esforzarse para que quede como quieren. La batería, una guitarra eléctrica y un trombón. Al ejecutar los tres músicos dichos instrumentos que improvisando, como si alguna rara música se estuviera interpretando en un conjunto de atizadores de hierro, manteniendo rígidamente el ritmo. Juan se voltea para descubrir sobre la escena a un enano bisbashi de avanzada edad, con ojos de vidrio. Estando de pie delante de la banda. Al finiquitar la cuestión de la música todos regresan a las mesas que está llena de embaces de cerveza- Juan (observando a Carla directamente a los ojos) uste-des vieron al pequeño sujeto de ojos de vidrio Yana (dirigiendo su mirada a su hermano Hugo) Juan que estás diciendo…- Hugo: yo por lo menos no vi a alguien con esa apariencia- Carla: yo sí que lo vi, lo iba a comentar pero se me adelanto Juan- Yana (después que toma un trago de cerveza) como era…- Juan: es pequeño yo diría que enano, lleva puesto un chaleco de figuras algo así como de ani-males, una especie de bufanda como de lana, pantalones bomba chotes y si no estoy mal unas botas oscuras de cuero- Yana: me voy a levantar a ver si lo veo. Se para atravesando lentamente la extensión del lugar, detallando con su mirada el contorno y las diferentes mesas, al girar para esquivar a uno de los meseros que lleva una bandeja con varios vasos y dos botellas de licor, descubre al pequeño hombre y al encontrar en él una extraña expresión en su listo rostro le sonríe. Ella al acercarse se agacha lo ve tal como lo detallara Juan, lo saluda de mano y el sonriéndole le va diciendo en un raro asentó: Yo soy Megabio, mi origen es curto y mi nación Alejandría por esa razón mí español es muy limitado. Al entrar una poderosa luz proveniente del exterior que incluso le impide ver bien, seguidamente viene un hombre engalanado totalmente de blanco que trae algo semejante a un canasto, ante la mirada de los presentes se inclina con cierto cuidado toma al enano introducién-dolo en el interior de la forma del canasto y el hombre desaparece en la puerta. Carla al no creer lo que sus ojos han presenciado prefiere volver a la mesa donde están sus amigos, al llegar se sienta- Juan (sonriéndole con cierto escepticismo) lograste verlo…- Nunca antes había visto un hombre con esa estatura, vestido con esas extrañas ropas y con tan fortuita actitud- Yana: eso estábamos comentando. Se toman lo que les queda de las cervezas- Hugo uste- des por lo visto se quedan yo ya me quiero ir- Yana: entonces si es así vamos. Salen del bar del hotel Chasqui del Sol, sintiendo el helado viento que proviene del lago Titicaca, andan temblorosos por el territorio de cemento  exactamente por la calle Paredes, voltean por la dieciséis de Julio para tomar la Potosí y llegar ante la vieja fachada del hostal Sonia, al entrar suben las escaleras que viendo el patio interior Juan con la llave se encarga de abrir la puerta y al estar en el interior de la habitación cada uno se saca los zapatos y tal como están se meten en su correspondiente cama.
A la mañana siguiente al levantarse, después de un caluroso baño salen dispuestos a ir al mercado. Al franquear la puerta toman la calle Murillo para ir entre las diferentes fachadas con una luz solar que lo invade todo, atraviesan diagonalmente la pequeña plaza Dos de Febrero y llegan a la extensión del viejo mercado donde se sientan sobre un alargado banco presenciando a la mamacha- La señora (con un tono amable) Ya vieron lo que tengo- Juan: a mí me da un té de coca, con un panecillo y de ese queso- Carla yo quiero lo mismo pero también me gustaría comerme alguna que otra papa- Yana: si es posible yo quiero huevos revueltos, alguno de esos pa-necillos y por supuesto té de coca- Hugo: yo únicamente quiero té de coca- La hermana (haciéndose una cola de caballo en el cabello) debido a que estas sin hambre- Simplemente estoy con diarrea. Al momento la mamacha dispone los alimentos sobre la mesa, todos comen con apetito y en menos de nada le dan termino al desayuno, luego de pagar se paran- Hugo (tomándose con las dos manos el estómago) me siento muy indispuesto me voy al hostal a costarme- Carla  (abrazándolo)   ve  a  descansar  así te repones, yo quiero ir a caminar ya que quiero conocer el Baño del Inca- Juan (mirando a Yana) nosotros te acompañamos. Se despiden de Hugo y salen en el otro sentido encontrando el camino de piedra que los lleva loma arriba, al llegar a la parte alta se sientan sobre las rocas a presenciar la vista de Copacabana y la lejanía azul del gigantesco lago- Juan (viendo la amplitud de ese indescriptible paisaje) que maravilla de panorámica da ganas de quedarse en este lugar, pero sigamos. De esa forma se levantan sin quitarle los ojos a la enormidad del paisaje, bordean el cerro empezando una cuesta aún más parada y llegan ante la cilíndrica construcción en piedra. En el momento que más están entregados con la presencia del maravilloso lugar los sorprende el bimbashi que al ver a Yana tan larga es, viene donde ella está parada, ella se agacha para darle la mano. El hombrecito apretándole la mano se la lleva al corazón y le va diciendo en su peculiar forma de pronunciar las palabras al oído: desde el primer momento que te vi me enamore, me gustaría llevarte conmigo Alejandría a mi palacio, es amor, amor. Ella reaccionando se quita de su lado y retrocede unos pocos pasos. Estando en esa escena se presenta el hombre de vestimenta blanca, va diciendo con una suave entonación: El bimbashi que es un importante monarca te quiere llevar a Alejandría, vivirás en calidad de reina- Ella (más que nerviosa) como estoy no puedo estar mejor, no es por nada pero es imposible que me enamore del pequeño hombre. No ha terminado de hablar sintiendo una fuerza sobre humana que la levanta y sin que ellos puedan evitarlo al aparecer una llama acompañada de varios papachos, estos se encargan de montarla sobre camélido rumiante y la ven desaparecer montada en el mamífero del alti-plano.
FATALIDAD
Siendo un lunes cualquiera salgo del hostal llevando sobre mis hombros la liviana mochila, al caminar por la calle Chile me dirijo por la sobra de los árboles para evitar los fuertes rayos del sol, mirando las viejas construcciones, sudando por el excesivo calor llego a la terminal de la empresa A.S.A. Ya cuando he logrado la cola justo detrás de una pareja que lleva un niño veo la taquilla donde hay una muchacha que le vende un boleto a un señor, concentrado ya que quiero comprar un boleto, siento que alguien me toca suavemente la nuca; al voltearme me sorprendo ya que veo a mi amiga Leandra con la cual me abrazo- Ella (sudándole el rostro) que emocionante verte, ¿qué haces por aquí?- Estoy de vacaciones y las estoy aprovechando viajando. Primero visite las cataratas, luego la represa de Itapu y la ciudad del Este, desde hace pocos días estoy en Asunción y como podrás ver quiero comprar el boleto para ir Santa Cruz y voz en que estas… Como he venido varias veces a Paraguay y he tenido un pequeño inconveniente al no encontrar a un amigo ya que volvió a Rosario y ahora quiero conocer Bolivia- Entonces entra en la cola que viajamos juntos. Al establecerse delante de mí los presentes se manifiestan con palabras de desaprobación. Nos quedamos tranquilos y al pasar poco tiempo llegamos ante la ventanilla, compramos los tiquetes y salir al espacio libre donde Leandra me va diciendo: me han advertido que el viaje se puede demorar, seguramente tenemos tiempo para ir algún supermercado a comprar algunos víveres- Yo viéndola le respondo: vamos pero primero dejemos las mochilas en la empresa- De acuerdo. Caminamos en la extensión del alargado lugar y al ver el cubículo de la empresa de buses, hablamos y sin inconveniente dejamos las mochilas. Sin peso salimos de la terminal por la aveni-da Ahedo, al pasar por la iglesia de piedra llamada la Encarnación, doblamos para ver el enorme edificio al fondo de la calle, rápidamente entramos y de los diferentes estantes vamos tomando lo que consideramos que nos puede servir para calmar el hambre durante el trascurso del viaje- Ella (mirándome) yo creo que con esto es suficiente- Yo (devolviéndole la mirada) vamos, que no quiero que nos deje el autobús. Entre los dos pagamos y cargamos las bolsas para que extenuados de calor lleguemos a la terminal, luego de ingresar las dos mochilas en la bodega nos montamos en el bus que en menos de nada arranca por la Quince de Agosto. Ella ocupando el puesto de la ventanilla y yo el otro, vemos que al tomar la av. Republica el enorme automotor lentamente ya que el tráfico es insoportable, al ver que por fin salimos metiéndonos entre los grandes árboles que se extienden hacia las alturas- Ella (tomándose el pelo con una especie de vincha) sabes cómo fue la guerra del Chaco- Yo luego de que pienso le contesto: como todas las guerras en Sur América fueron por territorio, esta violenta pugna fue entre los años 1932 y 1935- Ella: ¿cómo se desarrolló?- Desde cuando te interesan las guerras…- Simplemente es curiosidad- Yo (riéndome) bueno que te cuento, se declaró en el momento que el general Sala-manca ataco al fuerte paraguayo de Boquerón, como los bolivianos en su mayoría eran del altiplano tuvieron problemas para operar en estas tierras calurosas y húmedas, los paraguayos se aprovecharon de esta circunstancia y con su feroz espíritu combativo terminaron derrotándolos- Que historia más absurda- Así son todos los mal-ditos conflictos. Al estar sufriendo la alta temperatura nos vence que nos quedamos profundos, ella posesionando su cabeza sobre mi pecho  y  yo  muy  bien sentado apoyándome contra el respaldar, al  sentir que el bus se mueve de un lado para el otro nos despertamos viendo el polvo que se va levantando, sentimos que el bus va avanzando con cierta dificultad y para empeorar la situación escuchamos los relámpagos y en la lejanía los rayos que alumbran todo el contorno, en cuestión de minutos sentimos sobre nuestras cabezas el aguacero. Ella al asustarse me va tomando de las manos, al sentir los rayos con todas su fuerza las aprieta y nerviosamente va diciendo: que miedo este bus parece que se está complicando. Al limpiar entre los dos el vidrio observamos un repentino río amarillo que se cuela por debajo del vehículo, el bus es detenido por el barro de esa forma empezamos a sufrir una terrible calamidad. Los pasajeros discuten y se quejan en guaraní sin poder entender absolutamente nada. Al momento sentimos un impresionante olor a mierda, lo verificamos en el momento que una mamacha en pleno pacillo del bus se agacha para dejar sus excrementos- Leandra (con cara desesperada) que inmundicia, que vamos hacer si no escampa- Yo (sufriendo lo mismo que ella) que te digo…, no sé qué podre-mos hacer. Sentimos que la lluvia se detiene en el instante pero vuelve para agudizarse el sonido en el techo y sentimos como a los zapatos les va entrando agua que nos vemos obligados alzar los pies. Desesperado me levanto sin importarme el agua que me cubre totalmente los zapatos, de esa manera llego a donde está el chofer sentado apoyando los pies contra la carrocería, le voy diciendo: cómo podemos solucionar este percance tan horrible. El tipo sin contestarme se me ríe en la cara- Yo (más desesperado) dígame por favor- Aquí estamos a la de dios ya que estamos completamente atascados en el barro, solo podemos tener paciencia y esperar a ver qué pasa. Vuelvo a mi lugar donde veo que Leandra que a través de la ventana está vomitando . Pasan horas, días y apenas en el cuarto vemos que se apacigua la lluvia- Leandra (con la cara muy pálida y temblando) que vamos hacer que ya acabamos con los víveres- Nos toca pedirle a los pasajeros- Acaso sabes hablar guaraní- No sé, pero con señas lograre la comida. En ese momento que discutimos sentimos algo proveniente de las alturas que en segundos se desploma sobre nuestras cabezas y el enorme árbol nos entierra en el lodo.
SIN RESPONSABILIDAD
De pensamientos especulativos, de una forma de mirar nace el sentimiento religioso correspondiente a tergiversar las cosas a una aparente verdad que no es alcanzable o explicable por la razón; como la otra cara de la moneda que es el diablo. Solamente en este concepto se destituyen entidades por otras semejantes, que apartan a la inocencia inteligible siendo que no son las únicas descripciones posibles. Por eso ocurrió el cuento que no termino de contar.
PARA PONERSE A PENSAR
El correspondiente minimizor descubre que la ciencia como tal inadvertidamente confirma la tesis de los tratados chinos más anti-guos, según la cual la forma del universo corresponde a la constru-cción miing-tang humilde construcción de adobe y paja.
ANHELO
En cuanto cruce la calle me halle en el lado de la sombra, pero mi voluntad contra el anhelo del alma.
 
INDICE
Pag. 1------------------------------------------Una particular violación Pag.  6-------------------------------------------En un momento mágico   ----------------------------------------------------------------------El poeta Pag.  9----------------------------------------------------En un Inti Raimi Pag. 12-----------------------------------------------Un extraño personaje Pag. 16------------------------------------------------------------Fatalidad Pag  19-------------------------------------------------Sin responsabilidad -------------------------------------------------------Para ponerse a pensar -----------------------------------------------------------------------Anhelo 
 PROLOGO
Estos cuentos bolivianos ocurren en varias poblaciones del altiplano y de la sierra, destacando su cultura donde los personajes se desen-vuelven a través de estas narraciones dándole sentido a la ficción. El cuentista se rebate en situaciones reales, como ficticias, enmarcándolas con un sentido previo.
OBRAS DEL AUTOR
Poesía: Los viajes del sur, una forma de mirar, proverbios y cantares, la canción de la vida, sortilegios, palabras del crepúsculo, como crece el abismo. Ensayos: ensayos, la conciencia y los hombres de la tierra, literatura y otras cosas, el nadaísmo en la literatura. Cuentos: cuentos de ciencia ficción, salentoscopio, cuentos de Salento, cuentos del Caribe, cuentos de Villa de Leyva, Cuentos colombianos, cuentos latinoamericanos, cuentos para niños, cuentos fantásticos, cuentos argentinos, y este último volumen de cuentos bolivianos.
                                            
Hoy se cumple mi primer año que llegue a la Paz, me acuerdo que los primeros días tuve dificultades con la respiración ya que cami-naba una cuadra y me ahogaba; hoy en día por fortuna puedo andar lo que se me antoje sin fatigarme. Quiero celebrar este pequeño aniversario con lo que más me atrae, que se trata de una buena compañía, el cine y la rumba. Referente a lo primero que mencione me levanto de la cama y tomo el teléfono y marco la numeración de mi nueva amiga, ella misma me contesta- Hola Raúl como de antemano sé que quieres celebrar a lo grande tu primer año aquí en la Paz, me baño y salgo para allá- Chao te espero. Para adelantar la cuestión después de un suculento desayuno me baño y me visto con las prendas acostumbradas ya que me resultan más cómodas, al poco tiempo siento el timbre al abrir la puerta surge Dada con sus crespos rubios al aire, con su rostro sonrosado y llevando un overol del mismo color azulado de sus ojos. Le brindo un desayuno, al sentarse después de haberlo servido me siento y la acompaño a que disfrute de los huevos revueltos, los panes, del jugo de naranja y del café- Ella (moviendo la cejas como es su costumbre) cual es el plan- Primero vamos a la casa de Augusto a ver una película, luego vamos a almorzar a la pizzería de mi predilección, si alcanzamos vamos a la cinemateca y en la noche luego de que comamos algunas cositas nos vamos de descontrol- Veo que lo tienes todo planeado- Con antelación. Se estremecen de la risa. Al acabar el desayuno ella se encarga de lavar los platos y de poner todo en orden, luego salimos tomados de la mano bajando las escaleras con el propósito de tomar la calle, al atravesar la plaza San Pedro vamos calle arriba para encontrar el pequeño edificio, al tirar un piedrecilla a la venta-na aparece  asomado  el  rostro de Augusto- Ya les abro. Casi al ins-instante viene y nos abre la puerta del edificio- Él: hola muchachos se les ve muy bien- Dada (con su sonrisa de siempre) no vez que hoy estamos de celebración. Nos regala a cada uno un sincero abrazo y va diciendo: ya lo olvidaba pero subamos. Subimos los cortos escalones de esa forma llegamos ante la puerta del depar-tamento que él mismo se encarga en abrir, al entrar vemos libros apiñados en todas partes y cuadros surrealistas pegados a las paredes- Augusto: nos sentamos- Yo (sentado lanzándole los cabe-llos al aire a Dada) que film pudiste conseguir…- Logre rebuscarme Henry y June de Philip Kaufman, bienvenido al paraíso de Alan Parker y la hoguera de las vanidades De Brian de Palma. Estando hablando sobre el tema sienten un padrazo en la ventana seguido de un grito- Augusto (levantándose) no hay duda que es la loca de la Pamela bueno voy a bajar abrirle. Por la puerta desaparece y al momento llega con la pelinegra que luce un sombrero hongo y una graciosa falda floreada- Ella (acomodando el trasero en una de las sillas) caras de nada,¿ qué hacen?- Dada nos disponemos a ver una película- que bueno pero que hay- Augusto suavemente la empuja y de esa forma le da una leve palmada en la cola y va describiendo  con sus labios: Henry y June, bienvenidos al paraíso y la hoguera de las vanidades- Yo: propongo una votación- Dada: yo elijo la hoguera de las vanidades- Pamela (mirando Augusto con ciertas ganas) a mí me gustaría ver Henry y June- Augusto: yo me matricularía con bien venido al paraíso- Yo (luego que le doy un beso en los labios a Dada) entonces como los tres eligieron cada uno una diferente, el film que yo elija ese será el que veremos- Dada: (viéndome a través del circulo formado por sus dedos) eres un evasivo pirata mezclado con el carácter de un holgazán. Todos nos reímos como niños-  Augusto (dirigiéndome la mirada) no tene-mos todo el día para resolver este pequeño dilema- Yo voy diciendo: voto por Henry y June- Dada (mostrando su risa de siempre) o sea que no la cambias por nada del mundo- Yo: no interpretes lo que no es, solo lo dije por cambiar el sentido de las cosas ya que todas son magníficas- Augusto: como dijera Pamela eres un pretencioso- Dada (con la misma risita de siempre) no jodamos más y veamos lo que ya está decidido- Pamela: como defiendes a tu amorcito- Como quieres que no lo defienda si es el cielo personificado- Augusto: ustedes se encargan del Barreto, Pamela y yo traemos el proyector del cuarto. Hacemos lo dicho y ellos colocan el proyector en la mesa acostumbrada, ya todo listo Augusto pone el enorme royo y enciende el aparatejo, al apagar Pamela la luz la cinta se proyecta en la pared y todos expectantes en silencio vemos la película hasta el final- Augusto (dirigiéndonos la mirada) pueden decir algo sobre el maravilloso film que acabamos de presenciar- Dada: la intensa relación amorosa que se enfoca en hechos reales y los productos de la propia imaginación del director: colaborando en un par de mitos literarios- Yo: Que tal el personaje de June…Dada (abrazándome) me agrado de sobremanera el manejo del misterio que le da un tono distinto al film, y representa una fuerza sexual terriblemente demoniaca- Pamela: pero el film con lleva una figura trágica increíble, pero el conjunto de la película me sedujo- Yo: genial, pero creo que no podemos agregar algo más, más bien pensemos que vamos a fabricar para el almuerzo para que podamos llegar a la hora exacta a la cinemateca- Daba no me quiero perder a Isadora- Augusto empecemos de una vez y que tal si hacemos unas pastas- Pamela: apoyo la idea. Todos intervenimos en la cocina  que  rápidamente logramos nuestro premio, nos sentamos a comer con un silencio acogedor y le damos jaque mate a los fideos, después de lavar la loza salimos a la calle- Pamela se manifiesta diciendo: ayer me vi un hermoso documental sobre la película María del escritor colombiano Jorge Isaacs, es el primer largometraje colombiano. Lo vi muy acertado a Luís Ospina, sin sentir el recorrido arribamos al lugar donde está la pequeña plaza, en el momento que hacemos la cola nos encontramos con Fedra, Raquel y Orlando el peruano- Este último: que pereza ver está película- Raquel (empujándolo) si no quieres verla no irrespetes a los que si queremos verla. Al entrar nos sentamos en la primera fila donde podemos estirar las piernas, en instantes se apaga la luz para que aparezca la bella actriz Vanessa Redgrave danzando libremente con el tras fondo de la hermosísima Grecia que el film alcanza un esplendor inusitado, con tono muy alto y además una autentica obra de arte de enfrentamiento y ruptura contra un costumbrismo y una moral muy establecida. Al prenderse la luz de la sala nos desperezamos y nos paramos- Yo (viendo a los pocos asistentes que van saliendo) que tal les pareció el film- Dada (luego que me da un beso) no hay palabras para describir tanta belleza estética- El peruano: la sentí muy amanerada- Raquel: es que voz eres un socarrón- Fedra (empujándolo) es que no ha podido salir de la alienación mental- Orlando (rabiando) seniles gustos como soy me marcho. Sale prácticamente corriendo de la sala- Pamela: que tipo más cretino como hacen ustedes mujeres para andar con ese espécimen- Raquel simplemente lo conocimos ayer pero afortunadamente ya se marchó. Salimos sobre el atardecer viendo la parte más baja de la Paz, nos sentamos sobre unos escalones a presenciar  los  colores  cálidos  que  se reflejan en la cierra nevada- nevada- Augusto: ya oscureció que hacemos…- Pamela (luego que se ríe) no hagamos nada más bien vamos a ver que vemos en la avenida Dieciséis de Julio. Nos paramos, bajamos la empinada calle y al llegar a dicha avenida pasamos la calle para que en la plataforma que separa la avenida veamos a los artesanos parchando- Un negrito: no se quieren tomar un chorro con nosotros- Fedra: magnífica idea, entonces hagamos una vaca- otro artesano bastante flaco (con cara de charrúa) yo pongo los cachos. En el ambiente se escucha una sola risa. Yo (sosteniendo el dinero que hemos reunido entre todos) Dada mira cuanto hay y acompáñame- Ella (contando los bolivianos) hay suficiente para lo queramos comprar- El cha-rrúa (a los gritos) compren vino. Nosotros dos al atravesar la avenida caminamos una y dos cuadras, de esa forma vemos la vieja edificación donde está ubicada la licorera, entramos- Yo (viendo al individuo dueño) cuánto cuesta la caja de vino mendocino o esa otra chilena- El tipo (moviendo graciosamente el mostacho) el primero cuestas tanto y el otro vale esto- Yo (viendo a Dada) cual llevamos…- La chica de overol: el que cueste menos-Yo (volteo la cabeza en dirección del señor) denos del mendocino cuatro cajas. Hacemos el intercambio del dinero por los vinos y salimos llevando cada uno dos cajas, atravesamos la avenida viendo a una chica que hace con fuego malabares, colocamos las cajas de vino abajo del pedestal de San Martín y vamos rodando las cajas- Pamela (luego que se da un trago) que ganas de bailar que tengo. Al rato llega una morena que canta con una voz prodigiosa No woman no cry, se les suma un par de rastas que tocan unos bongos y se prende la fiesta- Dada (tomándome) que bueno ahora si vamos a gozar- Yo (moviéndome con el ritmo)  que  cadencia que  tiene  esta  hermosa mujer. La beso viendo girar el fuego- Augusto (tomado a Pamela de los hombros) que delicia esta música. Choca los labios con su amiga, vuelve a rodar de uno en uno las cajas del vino y luego de tomarse el último trago la morena interpreta con su mágica voz One love people get ready y otras tantas que logramos bailar. Al desapa-recer los músicos y la cantante todo queda en silencio escuchándose únicamente el pasar de los vehículos- Pamela (algo ebria) que se hizo todo esa bonita gente- Dada: nos colgamos o que sucedió con la alegría, con los tambores y con la morena, o acaso era una mera alucinación nada más- Augusto: definitivamente ustedes son un solo despiste porque yo vi que subieron por esas escaleras- Yo: que hacemos aquí parados vamos tras ellos. Con la actitud de caminar vamos avanzando por la trayectoria de la avenida con ese sentido arribamos a la Plaza San Francisco donde al estar lo bastante ebrios vemos la iglesia barroca algo empinada- Dada (riéndose como siempre) esta iglesia esta como torcida- Augusto: los torcidos somos nosotros, más bien sigamos. Empezamos a ascender y al andar tres cuadras entramos en el bar de dos plantas, lo primero que hacemos es procurarnos cada uno una Paceña que tomamos al ritmo de la música del altiplano. De esa forma tomamos una, dos y tres cervezas que en un momento dado tenemos que sostenernos entre todos, al ser unos dispuestos borrachos las alzamos a ellas y las montamos en un taxi.
EL PELIGRO
Su designación llego en los primeros días de febrero, le sorprendió un tanto verse destinado al consulado de Cochabamba. Le habían dado por entender luego de su aprendizaje de español, podría conse-guir incluso un puesto de mayor rango en la Paz, donde su conocimiento del idioma le resultaría muy útil y a pesar del desaliento del primer momento, acepto la suerte con buena voluntad y se incorporó al cuerpo diplomático de esa oficina asumiendo con tal elocuencia la responsabilidad. Torcía la cara melancólicamente, al unísono comentando con los otros empleados las diferencias institucionales, la jerga del español y en su soledad contemplaba desde las ventanas de su larga oficina los verdes de las montañas. Después de asistir en su propia oficina a una reunión del programa de cooperación decide salir del quinto piso donde está establecido el consulado, al tomar el ascensor que lo lleva a la primera planta sale a la calle viendo el bello jardín del edificio y en la otra acera va hacia su automóvil, al estar ocupándolo lo enciende dándole arran-que tomando la calle Antezana, al desviarse por la calle Quito frena el auto a un lado del restaurante que le han recomendado, se baja invadiéndolo la oscuridad de la noche. Al entrar lo sorprende el letrero de los castores y completamente solo se sienta abordando la mesa que tiene un mantel igual a los otros de color café claro, casi en el momento se presenta un mesero muy bien ataviado y luciendo un corto bigote entregándole la carta, él luego que la revisa va diciendo: quiero pato con salsa de berenjena con papas y ensalada- El tipo: de beber que quiere…- Un vino tinto ojala chileno o argentino. ¿Cuánto se demora?- Más o menos veinte minutos. El mesero se retira y él se queda observando las pinturas que cuelgan de las paredes, en su distracción se presenta una muchacha teñida su cabellera de rojo, que luce un gabán negro y botas con el mismo tono- Me puedo sentar- Él (mirándola como extrañado) bien pueda. La  chica  al  sentarse lo observa detenidamente- Usted por su apari- encia se ve que no es latinoamericano- Soy del sur de Francia y si le interesa trabajo en el servicio diplomático y usted a que se dedica…- No me gusta que me traten de usted, dime mi nombre que soy Carla- Él (viendo lo atractiva que es) lo entiendo, yo soy Théophile Vigny. Son interrumpidos por el mesero que va disponiendo los cubiertos, los platos y la botella de vino con su correspondiente copa y va diciendo: a la dama se le ofrece la carta- Ella: claro que me apetece verla. Al entregarle la carta ella lentamente la revisa y luego va diciendo: yo quiero un corte de asado pero por favor que la carne este muy roja- Entiendo, la quiere tres cuartos y con que la quiere acompañar- Ella (luego que le dirige la mirada al cónsul francés) la pretendo acompañar con papas a la francesa y ensalada de remolacha- Ya regreso con el pedido suyo- Theóphile (luego que la observa detenidamente) yo ya le dije en que me ocupo ahora cuénteme sobre su oficio- soy pintora, me gusta pintar desnudos suelo hacerlo en acrílico y sobre formatos grandes. Si quiere después de la cena vamos a mi estudio- Si claro, me encantaría ya que quiero comprar algo para decorar mi aparta-mento ya que las paredes están completamente desnudas, pero primero quiero ir a un bar a tomar un trago- Perfecto vamos. En el momento llega el mesero con el pedido que inmediatamente coloca sobre la mesa donde está sentada la estrambótica chica, comen sin musitar palabra en una observación constante y mutua, al terminar el francés no le permite que pague lo consumido y le entrega al mesero el dinero correspondiente de los dos pedidos, salen y al ayudarla a entrar al auto, dando la vuelta entra tomando el volante le va diciendo: conoces un bar que sea tranquilo y con buena música- Yo  por  lo  general voy a un bar que queda a una cuadra de la plaza Colón, se llama Pricafe. Al encender el vehículo salen a la av. Ramón Rivero que a los lados dispone de bellos árboles, al tomar la calle Veinticinco de Mayo al voltear por dicha plaza el señor Vigny parquea justo a un lado del lugar, se bajan observando la fachada sicodélica y al entrar suena música electrónica- Él (casi gritando) este lugar no va con migo, será que no hay otro bar más sobrio- Ella (mirándolo con cierta rabia) entonces vamos al bar Celebritos que queda muy cerca de aquí. Vuelven al auto y al salir despacio ella va diciendo: siga derecho y doble en la próxima cuadra que se trata de la calle España. Él hace exactamente lo que ella le indicara y al avanzar tres cuadras- Ella es aquí. Estaciona el auto justo al frente del lugar, luego entran en un espacio completa-mente blanco muy bien alumbrado lo bastante convencional, al sentarse observa que la chica se carcajea de tal forma que los presentes la miran como bicho raro, al mismo tiempo suena unicornio de Silvio Rodríguez, al terminar la canción y al dejar de reírse se presenta una joven que les entrega una pequeña carta con los diferentes cocteles- Vigny que prefieres…- Una margarita- Yo quiero saber que contiene el barbados- La muchacha: ginebra, jugo de naranja y ananá- Si, tráigame ese. Al momento se presenta la chica trayendo una bandeja los tragos que dispone sobre la pequeña mesa- Desde hace cuánto de dedicas al arte de la pintura- Desde muy niña comencé a estudiar con varios maestros y luego con el pasar del tiempo me largue sola-  Fuera de pintar desnudos que más pintas- Hablar sobre lo que pinto me parece erróneo ya que las obras de arte hablan por sí solas- A qué se debe tanto misterio…- Ya que lo mío es pintar y no hablar- Él (mirándole las unas tan largas y moradas) comprendo muy bien lo que me dijiste más bien luego que nos tomemos los cocteles vamos a tu estudio. Al pedir un segundo coctel se lo toman escuchando la música- Ella. Esa música social me aburre de sobremanera, yo prefiero el punk, el metal o por lo menos el rock de los años setenta- Yo soy más de la música francesa de los años cincuenta o del jazz. Luego de un suspenso al pagar él salen y ya sobre el automóvil pensando la chica: ahora si me voy a divertir con este francesito y va modulando lo siguiente: tienes que tomar la av. Libertad. Estando en la mencionada avenida luego de pasar uno de los tantos semáforos- Ella: al pasar por el estadio dobla en sentido de la derecha. Al pasar escuchan a la multitud  que grita gol, dobla por donde ella le dijera- Detente que ya llegamos. Se bajan viendo la fachada de dos pisos, al abrir la puerta se presenta un espacio extraño y pintado con colores agrestes – Ella: sigamos por este otro lado. Entran a una sala adornada con esculturas, enormes pinturas donde están sentadas dos chicas más estrafalarias que ella, las chicas al verlos se levantan del sofá- La de cabello verdoso: de donde sacaste este andrajo- Lo encontré en un restaurante, los presento ella es Mariza y la de pelo gris y azul es Vinguina. Se saludan con un apretón de manos y se sientan ocu-pando otro sofá- Mariza que vamos a tomar- Yo no vine en son de fiesta vine a ver las pinturas- Vinguina (en el oído de Mariza) cierra la puerta con llave que a este no lo vamos a gozar de lo lindo- Carla subamos al taller. Ascienden por una pendiente lisa rodeada de barandas a un amplio estudio y al ver las pinturas de crueles escenas queda espantado- Esto para nada me gusta. Al aparecer las dos chicas entre las tres lo van tomando haciéndole una zancadilla que cae sobre el suelo de baldosas para que entre las dos desconocidas lo  sostengan,  a  pesar  de  las protestas Carla le saca los zapatos, el traje, el pantalón y por último arañazos le quita los pantaloncillos. Al estar como vino al mundo lo paran y lo empujan como si se pasaran una pelota, luego al verlo tan torpe en sus movimientos de una en una se quitan sus prendas y entre las tres lo van empujando para bajarlo al primer piso donde en el cuarto lo colocan sobre la cama, le brincan encima haciendo que se queje y solo lo dejan de hacer cuando lo ven extenuado, al verlo más tranquilo le hacen todo tipo de cosas, desde morderlo hasta doblegarlo como si fuera un objeto. Herido lo toman de los genitales haciéndolo excitar para turnárselo dejándolo como un andrajo, sobre la madrugada entre las tres lo levantan llevándolo a la avenida para que un camión lo atropelle y de último para no crear sospecha toman el auto y lo abandonan en un basurero.  
UN VIAJE INDESCRIPTIBLE
Martha ha viajado durante varios días, al llegar desde la Paz a Oru-ro en un bus de una empresa boliviana que se detiene en la terminal, se baja pensado que se tiene que encontrar con su amiga Irene, saca del bolsillo de uno de los bolsillos de su mochila la pequeña libreta, ve página por página de esa forma encuentra el nombre del hostal donde seguramente estará hospedada su amiga. Decidida sale de la terminal a la avenida Villarroel donde sin ningún lío detiene un taxi, en el momento que se sube al lado del taxista este le ayuda a colocar en la silla de atrás la mochila- El tipo: donde la llevo….- Voy al hostal Copacabana- Si no estoy mal ese alojamiento queda cerca de la estación del ferrocarril- No sé ya que es la primera vez que vengo a esta ciudad, en todo caso lléveme. El buen hombre arranca el vehículo por la avenida Velazco Calvarro que es surcada por enormes abetos, luego que pasa a un costado del mercado Cam-pero sique pocas cuadras hasta la mencionada posada donde al detener el auto le ayuda a bajar y que ella se coloque la mochila sobre la espalda, luego de pagarle por la carrera toca el timbre y a los pocos minutos una señora abre la puerta- Le puedo servir en algo- Si no estoy mal una amiga llamada Irene me está esperando en este hostal- La señora (como pensativa) ella es una chica de cabello rubio que al parecer es porteña- Si es la misma que estoy buscando- Ella está en el restaurante almorzando bien pueda entre. Al entrar la señora la guía al restaurante donde ve sentada a su amiga acompañada de otra chica de cabello abundante y negro- Ella en el momento que la ve inmediatamente se levanta de la silla abrazándola- Irene (sonriéndole) que bien que te ves, siéntate que te presento a Vanesa. Se saludan con un cariñoso beso y se sienta al lado de su amiga- Desde cuando saliste de Bogotá- Más o menos tres meses- Entonces llevas viajando todo ese tiempo y como te ha ido- bueno fuera que me robaron en Lima la cámara no he tenido más percances y vos desde cuando llegaste… Hace dos meses a Bolivia y desde hace dos días estoy en Oruro, estamos planeando ir mañana temprano con Vanesa al salar de Uyuni- Seria increíble ir con ustedes dos- Vanesa (metiendo la cucharada) vamos que seguramente es un lugar mágico, ya almorzaste- No, qué tal está el almuerzo- Irene: es simple pero esta delicioso. Entre todas le hacen señales a la especie de indígena que está atendiendo otra mesa, al terminar de colocar el último plato viene donde ellas- La chica veo que necesitan otro almuerzo- Martha tráigamelo lo más aprisa que le sea posible- Ya mismo. Sin hacerla esperar mucho tiempo le trae el menú- Ella (viendo que ellas ya acabaron) que rico pollo y las pa-pas ni se digan. Al acabar las tres se paran  y Irene va murmurando: vamos a que dejes la mochila en la habitación que hay una cama de más. Suben las escaleras y al estar en la segunda planta ven la extensión de las calles, entran al cuarto donde Martha descarga la mochila al lado de la cama donde va a dormir, se sientan sobre la cama a leer en esas las sorprende la noche que al estar satisfechas con el almuerzo se quedan profundamente dormidas y solo se despiertan muy temprano en la mañana- Irene como pudimos dormir tanto, ahora tengo un hambre terrible- Vamos a desayunar que tenemos que irnos. Luego que se bañan salen cargando sus respectivas mochilas por las escaleras viendo que el sol sale entre las montañas, al llegar donde está sentada la señora, le pagan agradeciéndole y salen a la calle donde ven a un grupo de indígenas que pasan vistiendo sus ropas típicas- Martha ustedes que algo conocen deben saber dónde podemos desayunar- Vanesa (atándose el cabello) vamos al mercado campero. Caminan las pocas cuadras necesarias y llegan a la alargada construcción de adobe donde hay un montón de gente, entran esquivando a varios indígenas y al encontrar el comedero se establecen sentadas al frente del mostrador donde una mamacha está colocando una olla en la estufa de gas profano- La mujer de las faldas largas: tengo mute, queso de cabra, huevos hervidos, pan recién hecho y té de coca- Irene (dirigiéndole la mirada a sus amigas) que tal si pedimos un poco de todo eso y tres tés- Martha: magnífica idea- Vanesa denos en tres platos un poco de todo lo que tiene. Al momento la mamacha les va depositando en tres platos un poco de todo y les pone los tres recipientes con té que hierve, van comiendo concentradas, viendo a varios  niños  indígenas que se persiguen jugando- Irene: en Bolivia se respira una paz que estimula- Vanesa este pueblo es feliz ya que preservan sus costumbres. Al acabar le pagan sonriéndole a la seño-ra y salen por donde entraron para detenerse en un costado de la construcción- Irene: donde quedara el municipal tur- Vanesa: si preguntamos lo sabremos- Martha entonces preguntemos. Esta última al ver a un señor que luce un largo poncho se le acerca- Usted por casualidad sabe dónde queda el municipal tur…- El señor (pensativo) ya recuerdo ese lugar queda en la plaza Diez de Febrero, doblen por esta calle y más o menos al caminar cuatro cuadras encontraran la plaza- gracias. Andan las cuatro cuadras de esa forma ven en la edificación donde está ubicada la empresa de turismo una enorme camioneta, al entrar un joven cachetón las aborda diciéndoles: ¿van al salar de Uyuni?- Irene: por eso estamos aquí, cuánto cuesta la ida para allá- El señor gringa vale tanto y están de buenas porque quedan tres puestos libres en la camioneta. Al rato se montan al lado de varios europeos que no las determinan para nada, el conductor se sube arrancando el vehículo. Al salir de Oruro encuentran una vía estrecha sin pavimentar, avanzan dando tumbos entre una columna de polvo- Irene que carreterita más terrible ya me duele el culito- Martha (poniéndole sin querer el co-do a uno de los europeos en el rostro) que viajecito. Al sentir el mareo Vanesa vomita a uno de los extranjeros- Que dice palabras ininteligibles, avanzan y avanzan con la misma nube de polvo y al llegar al pequeño pueblo de Uyuni la camioneta se detiene en una roída vivienda desde donde se divisa el desierto salado, se bajan bastante pálidas con sus mochilas sobre la espalda y lo primero que hacen es sentarse a respirar- Martha (viendo a Vanesa) que vomi-tada  la  que  le pegaste al  rubio- Irene: lo tenía merecido por mirar-nos como si fuéramos cosas que europeos más estúpidos e igno-rantes, a que vienen a este continente a vernos como si fuéramos sus esclavos, que asco.- Vanesa: pero no generalicemos que tam-bién los hay buenas personas. Luego que le compran panecillos y té del de siempre salen andando metiéndose sobre el casi infinito desierto de sal, caminan marcando sus huellas sin darse cuenta que se alejan, como hipnotizadas por el espectáculo que les ofrece la naturaleza. Al salir el sol ven sus siluetas dibujadas de una forma extraña sobre la sal y en la distancia el reflejo aparente de agua- Irene (al detenerse) en este momento las nubes blancas se confunden con la sal, cual es cual…- Martha (saltando) increíble y alucinante. Al seguir andando sienten tantas cosas que se tornan indescriptibles, como alucinadas se dan cuenta que llegan en mitad de la nada a un especie de isla que contrasta con la sal con su tierra aparentemente rojiza, observan los variados cactus que inclusive algunos se extienden al cielo, ensueñan y sueñan como si todo fuera una sola vivencia.  
EXPEDICIÓN EN UN SUSESO IMCOMPRENSIBLE  
Ana siendo una chica arriesgada y talentosa realiza un vuelo en la empresa boliviana de aviación, de la capital a la pequeña población de Trinidad, al desembarcar del avión al aeropuerto de dicha población, sale cargando su mochila donde lleva todo lo necesario para su expedición, toma un taxi que la lleve al puerto. Al llegar ve el alargado muelle donde encuentra a su amigo Roberto Casini el italiano, a su novia Alicia que se trata de limeña, y a Prasta que es de nacionalidad checa, con los cuales se saluda de beso- Ella (sofocada) que calor tan increíble, dirigiéndole la mirada al italiano agrega: ya consiguieron la canoa- Roberto (con su asentó) lo único que faltabas eras vos porque ya hable con un hombre que nos va alquilar una embarcación, y hemos comprado los víveres necesarios para la travesía, vamos que el hombre seguramente nos estará esperando. Resueltos caminan por el muelle y en la distancia ven al mulato en el bote, al acercarse les hace una clara señal con motivo que se monten, lo hacen trasladando sus mochilas y saltando del muelle a la piragua- El hombre (dirigiéndose a Roberto) deme el dinero acordado y el bote será completamente de ustedes, pero no se olviden entregárselo a mi hermano Alirio- Roberto tome el dinero que yo me encargo del resto. Al irse el mulato por el muelle, Roberto se encarga de encender el motor fuera de borda, arranca dándole alcance a una pequeña lancha con el sentido de las cosas saludan a los pocos tripulantes, van por medio del río Mamore entre esteros y observando de los dos lados del enorme río la cerrada selva- Ana que belleza de como se aprecia la jungla que rodea el río- Roberto cuando alguien necesite agua puede tomar de esos dos galones, por ahora voy a probar suerte con la pesca. Toma una de las dos cañas que haciendo un movimiento logra lanzar el nailon con el anzuelo, de esa forma va rastreando, al tiempo y en el momento que siente el jalón enrollando el nailon ven el salto del enorme pez, en una lucha encarnizada logra con la ayuda de una pequeña malla extraer el pescado del agua que al quererse resistir con el plano del machete le da un golpe certero que logra doblegar al animal- La limeña: este es mi hombre. Al acabar de decir le aplica tremendo beso en los labios, las restantes aplauden. Siguen navegando para encontrar los colores cálidos del atardecer que se reflejan  en  las  nubes  y  a  la  vez en las aguas del rio, creando una
atmosfera alucinante- Roberto ven está belleza- Prasta (con su mal asentó) es increíble, si no lo estuviera viendo no lo creería- Roberto (dirigiéndoles la mirada a las chicas) esto que vamos hacer lo tenemos que ejecutar con mucho tacto, vamos a desembarcar allá donde se ven esas viviendas rusticas. El italiano gira el motor para que la embarcación vaya lateralmente y de esa forma atraca al lado de las viviendas de caña y paja, se baja primero Ana que se coloca un sombrero artesanal, luego Prasta y Alicia la peruana y de último Roberto, son sorprendidos en tierra firme por toda una concurrencia de indígenas que llevan los rostros pintados, el que parece de un rango mayor les hace un ademan incomprensible, se adelanta Ana haciendo unas precisas señas que entienden dándoles como respuesta otro ademan de bienvenida, les indican que tomen un sendero el cual Ana interpreta de maravilla, caminan por la extensión de la selva sintiendo que los mosquitos los devoran, Ana reparte entre sus dos amigas y el italiano un ungüento que con antelación del viaje hiciera en la Paz, tratándose de ajo, y otras plantas para tal efecto, al aplicárselo sienten tal descanso que los relaja- La limeña: que buen ungüento ahora me siento libre de estos terribles mosquitos- La checa: es buenísimo. Siguen andando entre la jungla guiados por aquellos indígenas, pasan ante una misteriosa laguna donde hay enormes hojas más o menos redondeadas, ven en una de aquellas hojas una enorme boa que al verlos se asusta meti-éndose entre el agua amarillenta, siguen caminando entre la oscuridad guiados por las grandes antorchas viendo los enormes árboles que se extienden con dirección del firmamento, pasan un puente rustico hecho con enormes troncos y de esa forma llegan a un poblado de malocas algo alargadas, el mismo hombre toma de la
mano a Roberto, indicándole con un ademan a la peruana, y a Prasta que se agarren de la mano, al hacerlo los lleva a una de las malocas que está ubicada entre dos gigantescas ceibas, al entrar ven una rudimentaria mesa con vasijas de barro que contienen exóticas frutas- Roberto (con cara de preocupado) es extraño que no haya venido Ana con nosotros, espero que sepa cuidarse ya que nunca se sabe la intención de esta gente. Del otro lado, al querer ir donde están sus amigas y Roberto es retenida por el mismo indígena que haciendo un gesto la empuja violentamente que va caer directa-mente contra el suelo arenoso, al pararse la toma de la mano lleván-dola a una alejada maloca, al entrar aprecia varias extrañas y hermosas flores que cuelgan de una zona del tejado de palma, una rustica mesa con varias recipientes alargados de barro y colgado un hamaca de una especie de cabuya, el tipo con sus mismas manos le da varios de los frutos exóticos que ella pensativa va comiendo ilustrando en su mente las intenciones del indígena, luego que come recargando fuerza aprovechando que el tipo esta absorbido en ella lo empuja y al verlo caer de espaldas, ella aprovecha y corre introduciéndose sin querer selva a dentro. Asfixiada por la carrera se sienta sobre lo que cree que es un tronco que en el momento que se mueve se da por enterada que se trata nada menos de una boa constrictor, despabilándose se impulsa en tremenda carrera encon-trándose con el indígena que al verlo se le lanza abriendo los brazos, prefiriendo esto que lo otro siente que con un extraño puñal le desgarra las ropas dejándola como la naturaleza la creo, de esa misma manera la toma con sus fuertes manos alzándola por el hombro llevándola entre la densa vegetación, estando en esas observa  en  la  copa  de  los  arboles el viaje intermitente que hacen unos monos aulladores, cargando sobre los hombros a pequeñas criaturas de su misma especie, avanzan en un estrecha y enorme raíz de un increíble árbol ven la figura de un tigrillo, el hombre a la fuerza la lanza suavemente manteniéndola con su mano agachada, al estar completamente encuclillas observan al grande tigrillo que husmea a su alrededor, él con la prisa toma una piedra y la lanza donde el tigrillo que con la agilidad felina la rastrea y al olerla la toma en su boca dentuda desapareciendo entre la agreste vegeta-ción, ella respira descansando diciéndose a sí misma: que impresio-nante lo que hizo este hombre. Al momento siente que la vuelve a tomar cargándola de la misma forma que antes, la lleva sobre sus fuertes hombros entrándola a la misma y alta vivienda deposi-tándola sobre la hamaca, al rato aparece una anciana con tres bellas indígenas que llevan antorchas, una la rodea como jugando con el fuego, otra la acaricia inyectándole suavemente como un calmante y la tercera la pinta con un pequeño rodillo de madera logrando sobre su piel perfectas figuras simétricas, esto la logra cautivar que mira la situación con otros ojos y al hombre lo nota con su extraña belleza. Al irse las mujeres quedan solos, el silbando una rara tonada va hasta un rincón de la maloca de donde extrae una hoja con una sustancia de color café y amarillenta, y un tubo de palo de doble boca. Al venir a la hamaca donde ella está acostada le indica la forma de aplicarlo en la nariz  y en los labios, sintiendo la magia existente en el entorno se aplica la sustancia impulsándola por la boca de esa forma logra introducirla en las fosa nasal, sintiendo al instante que todo se ilumina y que su espíritu le pertenece a la selva; luego siente una atrición por el ser de conocimiento, el hombre lo percibe que sin pensarlo se introduce en la hamaca y la va tomando  suavemente  para  encontrar la delicia de sus labios, haciendo piruetas en un sentido y en otro amándose, en el momento que la penetra le toma con las dos manos los pequeños senos, ella siente un éxtasis que la eleva metafóricamente y ya en la mañana sintiendo los hombros en que tiene apoyada la cabeza escucha el concierto más increíble del canto de los diferentes pájaros.
Al llegar a esa maloca Roberto, su novia y la checa no creen ver lo que está pasando con Ana- Roberto (asombrado) es increíble lo que estos ojos están viendo, que ha pasado en este lugar- Ana (radiante de felicidad) nada que les incumba- La limeña (con la misma expre-sión de novio) que trasformación que has tenido, no lo entiendo pero si eso te hace feliz aprovéchalo. Vienes con nosotros o te quedas con tu indígena porque nosotros ya nos llegó el momento de irnos- Me quedo ya que esto aunque no lo crean lo venía soñando. Al despedirse de ella y de él de beso vuelven a ocupar sus puestos en la embarcación alejándose de la reserva indígena río adentro.  
EL MALESTAR DE UN SUFRIDO VIAJE
Marcela que siempre ha querido conocer Coroico, ella siendo una muchacha de un temperamento pacifico e inquieto, camina saliendo de la capital en plena vía destapada toma el pequeño microbús, al montarse se sienta al lado de lo que pareciera una gringa, ve inquita a otros varios extranjeros. Llevando su pequeña mochila ve a través de la ventanilla la imponencia de la cordillera andina, al ir el vehículo desafiando cada curva, ve cada abismo que la impacta negativamente que prefiere no mirar, en un trayecto al encontrarse de frente con un auto y con otros vehículos que van en ese otro sen-tido, se arma un lío bárbaro que el microbús tiene que retroceder la totalidad de dos kilómetros, de esa única forma los observa pasar, cuando quiere pasar un bus tropieza con una de las piedras, ella tapándose los ojos impide ver como ese bus va rodando por el abismo, el chofer abre la puerta para ver de cerca el espectáculo, los pasajeros hacen lo mismo y por supuesto ella que trata de descifrar con su mirada donde quedo el bus, al perderse en esa infinidad nadie puede saber que ocurrió con el bus, al volverse a montar los extranjeros ella los imita haciendo lo mismo, el último que se sube es el conductor que nervioso por el hecho maneja sin poderse concentrar del todo, de esa manera el microbús va a los tumbos, ella al sentir tremendas ansias abre la ventana vomitando la totalidad de que tiene en el estómago, que el viaje se le hace una eternidad.  
INDICE
Pag. 1---------------------------------------------------------------El festejo  Pag. 6--------------------------------------------------------------El peligro Pag. 11---------------------------------------------Un viaje indescriptible Pag 14-----------------------Expedición en un suceso incomprensible Pag. 19-----------------------------------El malestar de un sufrido viaje

Estos cuentos de este cuentista, poeta y ensayista están enmarcados en lo que es Bolivia, en su magia y en la fuerza de su raza amerin-dia. La narrativa es simple pero a la vez es muy profunda y se establece en un mundo libertario donde sobre salen sus personajes. Este escritor que ha ganado el premio Asunción Silva que es el premio más importante que se le otorga a un poeta colombiano y el premio Casa de las Américas por sus cuentos, a nivel continental.
Comentario del poeta Carlos Arista.




                       
                                      

                 
                      
             






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