jueves, 19 de noviembre de 2015

EL ESCRITOR

El personaje de esta historia estando en su guardilla, camina de un lado para el otro, esquivando los li-bros que están reunidos unos sobre los otros sobre el piso de madera, con ese criterio apoya una de sus manos sobre el escritorio, mirando hacia su alre-dedor y pasando su vista por cada texto que ya rele-yo, luego le pasa revista rápidamente a los últimos libros que adquirió. Se acuesta para volverse a levantar, abre la ventana iluminando toda la habi-tación, toma posición en la única silla, al tratar de pensar sobre lo que quiere continuar de escribir no se le ocurre nada. Se pregunta mirando el trasfondo del paisaje urbano: ¿porque la musa no ha venido?, sin detener su mirada piensa en los hechos que están desarrollados en el papel, sin lograr hilar la narración y vuelve su vista a la amplitud de la calle solitaria, el muro con sus grafitis y la vastedad de las puertas y las ventanas. Se para muy decidido abriendo la puerta sale escaleras abajo a la calle, camina al azar. Piensa que tiene que cambiar la última parte para cuadrar mejor el asesinato, se acoge a la nueva idea que explora hasta matarla. Sigue atreves de su desorientado camino que lo conduce a un enorme parque, al detenerse mira hacia arriba en dirección de las copas de los árboles encontrando el azul del firmamento, luego da unos pasos sentándose silenciosamente sobre un banco de madera, de ese modo escucha el trinar de los pájaros, al volver a su memoria lo desconcierta el argumento que escribió; lo enredan en la realidad unos niños que jugando con una bola se la tiran unos a otros, estos infantes cambian el juego de la pelota por una soga que al batirla entre dos los demás saltan entreteniéndose y en un océano de risas. Prefiere alejarse para poder pensar más tranquilo, anda a un ritmo pausado hasta que arriba a la avenida donde los coches en los dos sentidos pasan a alta velocidad, la gente camina sobre el andén, apresurada cargando sus propios problemas. Va pensando que el bullicio es el enemigo número uno de la creación, prefiriendo la tranquilidad se devuelve a su encierro, al llegar extenuado se acuesta sobre su cama, y ya cuando se sienta relajado se para revisando en su biblioteca algunos de los libros, tomándolos entre sus manos hasta que se decide por Cortázar lee un cuento tras otro sinti-endo que lo alimenta, terminado con el perseguidor continua su lectura con Proust con algunos de los fragmentos del camino de Swann y por último ojea el Ulises de James Joyce al concluirlo lo pone en un lado del escritor. Se pone a escribir en la máquina, haciendo la descripción precisa de una mujer que es perseguida por un individuo, que la tiene que asesinar. Él se queda detenido en la historia queriendo que el asesino tenga características o atributos psicológicos de maldad. Lo vuelve a la realidad el hecho que escucha sonar una y tres veces la puerta, al levantarse pregunta: quien es… del otro lado de la puerta escucha una voz femenina dicien-do: soy Antonia. Él abre la puerta e inmediatamente aparece ante sus ojos el cuerpo esbelto de una mujer, que posee un lindo rosto de donde sobresalen unas gafas redondas. Él la observa con atención haciéndola seguir y ella lo saluda de beso y le va diciendo: te acuerdas de mi- Claro, no vez que te reconocí en el mismo momento que abrí la puerta, me acuerdo muy bien que hablamos en el café de la calle Mitre, para decir la verdad nunca pensé que vinieras. Pero que bien me hace verla- Ella (hacer-cándosele) que haces...- Simplemente pensaba ya que estoy escribiendo una novela, ya tengo al asesino solo me falta definir a la víctima- Parece que tienes fluidez en lo que escribes- Al menos creo que sí. Viéndola de frente la abraza y le va dicien-do: eres verdaderamente bella. La ve directamente a los ojos, lentamente la desviste sin que ella ponga resistencia, luego él hace exactamente lo mismo. Desnudos se entregan en su propia cama al juego del sexo. Terminado el acto ella rápidamente se levanta y se viste, ya en la puerta él acostado se imagina que saca una pistola, aprieta el gatillo y la ve con el poder de su imaginación como se derrum-ba en una caída seca, pero en realidad solo se va sin ni siquiera decir a dios.  

LA OTRA VISIÓN

El imperativo categórico en la visión es preservar la integridad de las cosas, fundamentación a su función más precisa. En este caso me interesa lo contrario que es trasgredir cada caso con motivo que tome otra apariencia.

El caso más particular de esto, es que todos nos trasformamos cuando alteramos los sentidos por medio del alcohol, las drogas, en el momento que subimos a grandes alturas. Esto le sucedió a cierto personaje se me metió a un lugar en frente de la plaza donde venden todo tipo de bebidas embriagantes, yo no sé si él se acuerda. Lo cierto es que de ese minúsculo establecimiento entran y salen, los que se establecen si lo logran por una brevedad de tiempo, ya que vienen otros de atrás con más que dignidad. Él se ve encerrado con la dificultad de no querer tirar lo que se tiene que beber. Este amigo para su desgracia bajo de estatura y regordete se las arregla para salir con su botella de aguardiente ilesa, se estaciona frente a otro amigo de pelo largo y de panza prolongada, lo mira hacia arriba siendo el doble de su tamaño, a este personaje lo apodan con el sobrenombre de Papá Rock, claro que él no está solo ya que esta con su trigueña que siempre está sonriendo. Todos creen en Salento que su bella sonrisa de debe a que sueña cosas que nadie sueña, si no ella puede vivenciarlas. Se bebe un trago y pasa el embace de vidrio para que siga rodando repetidas veces hasta vaciarse. En la tras luz de la botella se presenta un personaje alto, de pelo negro un poco más de los hombros que va implorando con su voz: que beben acaso ese espejismo que enloquece, no a mi denme vino chileno que con mucha dignidad soy chilombiano y ve a un guchacho que al verlo casi desaparece, este mira a través de sus ojos rasgados a una peculiar pareja que llega en bicicleta, estos se bajan de sus caballitos metálicos y saludan al chileno y al lapón que esta agachado buscando su bom, mientras el chico de pelo largo de hilo aparentemente saluda, su mujer que pareciera que vuela en zigzag esquivando a una gorda y de un salto compra dos cervezas, así como si nada se vuelve mirando en el firmamento la luna llena. En esas viene un hombre tambaleándose que va persiguiendo a su compañera para infundirle la guitarra en la cabeza, pero con más maña ella logra esquivarlo y por suerte cae una mano salvadora de un tal Garuda y lo ayuda a no derrochar el instrumento contra el pavimento, mientras en el bailadero de la esquina (la Fuente) alguien trasgrede a la paz, ya que un hombre sujeta jalándole el pelo a una muchacha, inmediatamente sale del lugar de baile un hombre panzudo y de largo bigote semejando a un bruto mariachi, si alguien lo creyera puede que saque una pistola, pero lo único que tiene es una botella de un licor confuso, la cual se la pone al muchacho en la cabeza, este como es de creerlo dobla las rodillas y cae tambaleándose sobre una de las mesas de la carpa. Pasan los soldados, pasa la poli y se arma tremendo barullo. Los amigos se hacen participes únicamente con la vista ya que como dice el refrán: es mejor cobarde vivo que héroe muerto o sea que mejor en esos casos es mejor salir a correr, claro que algunos como el viejo Mario están tan ausentes que no han visto nada. En ese mismo instante viene la brujita con su movimiento de cabellos desordenados y entonando la risa loca- Ella va diciendo: que pasa…, vamos al atrio de la iglesia y nos sentamos ya que Percifal tiene que comprar dos cervezas. Él enviste ciegamente a la gente para poderse introducir en la oficina de expendio de licores, con dos latas llega a donde su amada con la distorsión de la risa, ella que no sale de su asombro grita: que se va a desmayar, el chileno ávido en espejismos va deletreando con su voz: parece que esta misma noche se llevaron la iglesia y en su lugar pusieron otra igual. La vuelve a ver de reojo y en ese momento llega Luzma diciendo: eso debe ser debido a las cataratas de este chilombiano no al cambio de iglesia como cree él- Julián: A sí debe ser, no ven que la torre esta torcida y la puerta más deforme. La muchacha que sale de su escondite llevando unas pinturas anormales: yo me voy a establecer en algo si alguien me quiere acompañar. Entrando en entredicho sale a perseguir al viejo Mario e inmediatamente la mitad de la concurrencia, van al lugar de siempre a fumarse lo que sabemos y solo vuelven con los ojos rojos sumada la picardía que se dibuja en sus rostros y con el rastro del humo que los persigue- El chileno: que caras más delatantes, es mejor que hagamos una vaca y compremos una media- Papá Rock: acaso usted chileno es milagroso de Chiloe, con eso no hacemos ni para orinar- Entonces compremos una botella y alguna que otra de yinger. Entre todos juntan las monedas- El chileno (mirándolos con un gesto despreciativo) esto no alcanza ni para un caldo pongamos billetes. Todos ponen menos el huevo que le robo a la gallina y en vez de haber para una botella hay para tres, a Julián se le van los ojos cuando el mismo Leo chileno con la ayuda de una muchacha que salió de las fantasías de Garuda van en busca del dinámico licor, al traerlo el mismo Leo hace el papel del barman y al agregarle el hielo va haciendo la mezcla en los respectivos vasos, todos en ilusoria algarabía brindan, una y otra vez van deleitándose viendo como de la nada surge un tipo de mirada ondulada que pone la vista en dirección de los astros- Leo: bien pueda y sírvase uno. Se oye la risa alucinatoria de Percifal que redobla en el contorno de la plaza, no es el eco que se escucha si no que le contestan otras voces, y con efecto y todo pareciera que están echando las ánimas del mismo cielo- La muchacha de Julian que tiene los ojos desorbitados va diciendo: que tipo tan cansón- Ángela: déjemelo no me lo toque, ya que esa es su naturaleza- Mario (el pirómano) miren que sobre la iglesia esta fluctuando una mujer angelical- Leo: cuál es la demora vaya a pirograbarla. Percifal que ya gira en el entorno de Ángela saca una vez más su carcajada que despierta al cura que en la distancia grita: otra vez la risa del diablo que voy hacer para que esos que están allá abajo no se diviertan a costa de los ángeles. El cura girando hacia el otro extremo de la cama vuelve a consumirse en sueños, Leo (destapando la otra botella) mira al frente del parque una silueta de mujer que se pinta para despintarse en un automóvil, el cual gira y por un pelo no se estrella contra la palma de cera, esa misma que cuando la guerrilla se quiso tomar al pueblo fue impactada por varios balazos- El chileno: esos no llegan ni a Boquia- Julián: no traiga aquí chicas de la mafia- Leo que mafia y que ocho cuartos, más bien ayúdeme a servir. Al servir y llenar los vasos este último de un solo jalón se toma su ron con yinger, luego le quita a su novia Andrea la guitarra y comienza a acompañarse de su sonido a su voz de Dios que hace que los buitres aparezcan, va entonando  moliendo café y luego mariposa, al terminar se tira al suelo y besa la baldosa- Andrea levantándose va diciendo: este me traiciona hasta con una puta baldosa, y los otros no tienen ni la constancia de lo que sean bebido- Andrés: estos no cambian, más bien Leo sírvame de lo que queda de la botella. Leo: este Andrés piensa irrealidades si esto que queda es para esta garganta. Al coger la botella se la rapa la mano sin escrúpulos de Julián y de una acaba con el líquido de la botella- Leo mirándolo va diciendo: gato despreciable yo no soy Andrea, si no es porque me importa un culo lo que me acaba de hacer de lo contrario lo ponía a volar. Papá Rock da el ejemplo y cuando menos se cree todos tienen una botella de club en la mano, brindan por esto y por aquello. 

En la hora del derrumbe la luna placida en mitad del cielo y el piro grabador se entusiasma y va contando sus anécdotas una por una y la consumación de las estridencias que se esfuman, a la vuelta de la luz inexistente del mirador donde sique la defunción la hace su tocayo con las mujeres de su fantasía, Leo dice cualquier cosa, Luzma piensa que el chileno está cada vez más loco, Ángela enciende un cigarrillo lográndose esfumar en su propio humo de esa forma se fuga de ella misma, en el rellano del abandono habitado solamente por su espíritu, donde Percifal no logra alcanzarla pero si le difumina un beso que la hace despertar de su letargo. Así se le da termino a la vagancia de las escenas malambericas, para que todos vuelvan a soñar el próximo encuentro, pasan los días y guíen no lo quiere es otra vez fin de semana. No importa si es puente, si es viernes, pero sí importa que sea sábado. Siendo la hora incierta de siempre, que es la hora de las estrellas donde las señoras se asustan que van a esconderse para no presenciar nada, los únicos sapos ciervos son los chismosos que con sus orejas oyen lo que no tienen que escuchar y por esa razón no saben absolutamente nada del existir, cuentan todo como creen que son las cosas de una realidad fingida y que no se han enterado que sus cabezas no sirven para pensar.

Ya no importa nada, sigamos con la luz del farol que ilumina a Elkin (artesano) que va resueltamente al billar, camina al lado de un tipo rubio y alto que pareciera que camina a cinco centímetros del suelo, va diciéndose para sí mismo el propio Elkin: este parece que en su vida no se haya reído. Al entrar se establecen a un lado de la mesa de billar, el inglés toma el taco untándole la tiza necesaria, lo coloca en frente de la bola y al tacarla de un tirón la bola que pegando en otras bolas seis van a paran en los huecos, Elkin solo mira y Paty que al llegar a la mesa lo ha observado todo- Va diciendo: acaso lo que vi fue pura ficción, o acaso fue una mano invisible que ayudo al mono. Él muy serio con el movimiento del taco mete y mete sin dejar una bola viva, el personaje mostrando los dientes hace una malévola mueca describiendo con su voz lo siguiente: muchas bolas- Elkin (más que confundido) solo pude mirar nada más, juguemos otro chico- Está bien. Mientras tanto en la distancia Percifal está sentado sobre una de las bancas leyendo con la poca luz que despide el farol, al terminal el último poema sé para sobre la misma banca gritando: viva la poesía, Ángela aplaude, al instante lo ayuda a bajar. Libres caminan cruzando la calle, se encuentran con Sarita y Andrés, la última gira en un giro concéntrico encontrando de frente a Ángela que va diciendo: hagamos algo. El pirómano que sale de su local sorprendiéndolos le agrega a la cuestión: buena idea vamos a lo de siempre si no para donde. Mueven sus pies y en el momento que pasan por el billar se les unen el rubio melancólico y Elkin, todos caminan persiguiendo sus pasos para no extraviarse de sí mismos, en su incertidumbre llegan a su destino que siempre los atrae, en la esquina habitual del parque se encuentran con el chilombiano que llevando su paraguas se peina su melena y va murmurando con su alta voz: tanto le cayó a esta sopa de letras y al perrito donde lo dejaron, que irresponsables- Andrés aunque usted no lo crea paso un duende y se lo llevo- Elkin (haciendo caras) que mala suerte pero para arreglar el hurto del perro compremos cerveza. Percifal hace un esfuerzo para no reírse y solo se carcajea- Elkin: este esta ebrio pero de la risa. Todos pasan mirando la oficina de reojo, al avanzar se meten en el super y salen con las mochilas llenas de cerveza- Sarita: cambiemos la iglesia por el parque. Frescamente van a brindar al lado del libertador, Del pirómano al otro Mario y con la mujer de las fantasías rindiéndose pleitesía con el humo circulando al Simón- Andrés va diciendo: al parecer al libertador le dio por quitarse el sombrero- Sarita: que se quite lo que quiera, déjelo ser feliz- Ángela: acaso no es libre de hacer lo que se le venga en gana- Leo: ustedes definitivamente están de la mente no ven que como esta parece imposible. Hacen sonar las botellas y de donde no se saben aparecen Andrea y Julián con un vino que al ponerle ruedas va pasando de boca en boca estacionándose en un desconocido- Julián mirando Andrea va murmurando: quien se apodero del vino…- Percifal: don Simón seguramente lo troco por la espada que sostiene en una de sus manos, quítensela si no se puede caer de donde está- Leo viéndolo va contestando: es mejor que no, ya que puede provocar una tragedia nacional- Andrea: no jodan. Va a donde está el individuo y agachándose encuentra la caja que está debajo de la banca, vuelve al movimiento de sus labios murmurando hacia afuera: aquí esta. Dándose un trago y luego uno de cerveza, luego que se ha pasado un poco del contenido por la garganta se ríe con todas las ganas estremeciendo al parque, a sus ocupantes y al libertador que sin darse cuenta cambia de postura para volver como esta- Leo: este Bolívar tiene la rara, seguro que nadie se dio cuenta de lo que hizo. En ese momento llega Betty (la Estrellita) que busca a su don Juan y va comunicándoles: Han visto a Juan- Elkin: yo lo vi ayer en Cali- Leo: ustedes están todos locos pero si solo se movió, no seamos los que somos y más bien compremos algo que peque duro como por ejemplo un ron. Ven llegar a Richi con su perra Chicha que va interviniendo con su palabra: es muy buena idea- Andrés: a ordeñar la vaca. Todos se esculcan los bolsillos, tos canguros, y los bolsos y le entregan el dinero al chileno- Julián: solo tengo estas putas monedas- Sara: este siempre se emborracha gratis- Ángela (levantando sus dos manos) por eso tiene tres novias- Percifal: hay que nombrarlas por orden: primero la botella, después la guitarra y luego la mujer que muchas veces la deja guardada en la casa- Andrea: me voy ya que con ustedes no quiero lío. La ven perderse en la oscuridad- Leo: (viéndola alejarse) menos mal que no rompe la mujer, ya que siempre la que paga las locuras es la pobre guitarra. Al ratito llega Juan buscando a su estrella predilecta, hace un movimiento que pareciera que viene del sitio de los fantasmas, en este caso él seria el ido claro para su bienestar tiene su medicina. El abrasando a la estrellita va diciendo: que le paso a la guitarra…- Richi: definitivamente que buenas son las distorsiones ya que una mujer puede ser una guitarra y viceversa- Percifal: por lo menos las dos se pueden tocar- Leo (con la cabeza que le da vueltas) es como ver una visión las dos para poder ser, una es objeto de pasión y la otra la pasión misma- Juan el (sicólogo) esto al parecer está muy bueno, vamos Leo pero no se muevan de donde están que ya venimos con lo que nos tenemos que beber- En el momento que ellos se van de la oscuridad aparece Anita que llama a Elkin diciendo: mi amor te he buscado en todo este cementerio de pueblo, por lo que siento no me tienes en cuenta para nada- Percifal: que viva la nada ya que en ella nos podemos perder- Anita (viéndolo) este poeta siempre esta chiflado- Este último: gracias a la vida es mejor estar loco que poseído por lo mismo de siempre que no transcurre y solamente se queda paralizado. Al llegar Leo y juan lo alcanzan a escuchar y va el primero que arribo refunfuñando con sus labios: Leo por eso es mejor sintonizarse en algo- Sarita: si Luzma lo oyera- Richi: pero acaso que pensó, si lo que intenta es ver lo que no piensa- Andrés: que extrañas cataratas ni parecidas al salto del Ángel o las de Iguazú. Entre leo y Juan abren las cajas de vino que al agregarles su respectivo pitillo, al repartirlas en las dos direcciones van rodando de garganta en garganta- Ángela luego que se da un pitillazo va murmurando: agregándole algo a la cuestión de Leo, yo creo que más bien sufre de catarsis- Juan luego que se da un trago con el pitillo va hablando: estas cuestiones son buenas para analizarlas, Leo simplemente es un globo que profundiza en un caos global- El inglés (saliendo de su letargo) es mejor dar círculos alrededor de si mismo- Juan: este de donde salió…- Estrellita: a lo mejor del vino. Andrea vuelve bailando y a la vez sosteniendo una botella de ron y cantado va diciendo: que pasa aquí que no pasa allá, Estrellita se le pega, bailan dándole la vuelta al libertador y Percifal le da rienda suelta a la risa, el pirómano ve a don Simón bajarse del pedestal y va diciendo: el único que salió corriendo fue el libertador que seguramente quiere liberar alguna mujer que está en brazos de algún desconocido- Andrés: si eso se llama amor yo soy un fosforo- Sarita: ¿qué dices mi amor?- Leo (interrumpiendo) como va el contenido de las cajas, denme alguna ya que me quiero embriagar. Al frente del bailadero de la esquina alguien tira una botella cayendo precisamente sobre un grupo de muchachos y la que cae del botellazo se trata de la única mujer que está con ellos, entre todos la levantan viéndola como sangra- El inglés: no será que es la virgen del Carmen- Leo: no ve que fue un botellazo- Andrés: las botellas por supuesto que las conozco, a las vírgenes no. Percifal se ríe contagiándolos a todos y en la distancia se escucha un alboroto de risas, del frente pareciera que viene un hombre de poncho- Leo: parece que es el cura que viene por el poeta- Ángela: que buena que están las cataratas, a lo mejor es el poeta que va por su cura- El sicodélico: no jodan más que ese no es el cura si no el que recibe la limosna en la iglesia, además ya no hay nadie- Estrellita me gusta este parche ya que aquí todo es insólito, pero con ustedes cualquiera termina completamente loco, por esa razón tengo mi sicólogo de cabecera- Él: aquí en este loquero el único que se salva es el poeta- Leo: no joda que este poeta es un ácido en potencia. En esas se va la luz, todo queda en completa oscuridad- Mario (el pirómano) ahora yo bien cegatón como voy a llegar hasta mi casa, si no veo un culo- Leo (riéndose) el de guíen. Percifal y Mario se ríen en dúo y aparece del espejismo comunitario la mujer fantástica, Leo trata de abarcarla abrazándola pero la mujer desaparece de sus brazos, Leo termina riéndose- Andrés: de que se reirá el chileno- Richi: ustedes no se imaginan pero qué importa que paso aquí el caso es que Leo está invocando alguna de las fantasías de Garuda, por esa razón antes de que cierren la oficina tenemos que comprar otros chorros. Después de la vaca cogen al torro por los cachos, de saludo en saludo atraviesan la calle acogiéndose en el recinto de licores- Leo (viendo a Nando el dueño) deme tres botella de ron y lo de siempre. Inmediatamente el tipo le hace caso entregándole lo que Leo dijo, con la ayuda de Andrés destapan una de las botellas colocándole con antelación el hielo y luego vierten el contenido en los vasos, brindan en total algarabía. En el instante Patty se apoya en el cuerpo de Rock y van a caer de culo contra el piso, tratan de levantarse una y otra vez sin poderlo lograr- Andrea: como dice un dicho tarahumara solo beber hasta caernos. Todos se ríen viéndolos que se coloca la mamá rock sobre el regordete de Papá rock- Leo a grito herido va diciendo: que material tan de buena calidad- Edgar (Papá Rock) este de que habla si por culpa de su imaginación estamos donde estamos, en el suelo- Leo seguramente al caer encontraron la botella de aguardiente, que al estar viva sirve para delirar a los brujos. El chileno-colombiano Camina en dirección del parque donde se devuelve fumando un cigarrillo, se encuentra con el mismo coro de risas- Leo: que sucede aquí…- Juan (al terminar de reírse) yo diría que paso allá de dónde vienes…- Leo: nada del otro mundo- Estrellita: esta pareja de los Rock les gusta besar al suelo- Ángela (tomando a Percifal por la espalda va murmurando: seguramente quieren fundar alguna religión- Andrés: ese negocio es mucho mejor que vender artesanías- Leo: basta con los predicadores, si no les predico los que ustedes quieran- Juan: destapen el ron que esto cada vez se vuelve más emocionante. Al destaparla el mismo Leo, luego que se bebe un buen trago se la pasa a luzma y ella a Ángela y de mano en mano hacen varias rondas, en el momento que vuelve a las manos de Percifal solamente llega el cadáver- Él mirando el embace vacío va diciendo: tenía nada más que una capacidad destructiva.
Al irse cada uno para su casa se queda la iglesia petrificada en lo que representa, la plaza sin sus habitantes nocturnos y ebrios, Bolívar que en vez de dormir acostado prefiere su posición habitual, la policía que se refugia de los inexistentes miedos, las pesadillas y los sueños se van a costar con los habitantes del pueblo.


                   BAJO LA LLUVIA

Carla entra al bar de siempre, se saca la gabardina colocándola en el respaldar de la silla y su paraguas a un lado y se sienta; llega el mismo mesero saludándola: señorita como está...- No también como usted pero ahí vamos, por favor tráigame una bebida caliente que me quite este frio de mierda- Que tal un vino con canela  caliente-Si eso es justo lo que necesito- Ya se lo traigo. Se acomoda mejor cruzando las piernas, al rato de su mochila saca un libro que ojea una y otra vez. Al momento llega el mesero poniendo la copa con el vino caliente- Gracias. Saca un cigarrillo con el encendedor lo prende, lentamente aspira en bocanadas el humo y disfrutando de la lectura va tomando el vino caliente. En el momento que ya devoro varias páginas del libro, se para y paga lo consumido, luego de volver a colocarse la gabardina sale sosteniendo el paraguas a la extensión abierta de la calle donde se perfila en un andar sintiendo las primeras gotas, abre el paraguas escuchando la caída de la precipitación que a la vez que camina se hace más continua. Ve cómo se van mojando las diferentes vidrieras, la gente que corre desesperada de un lado para el otro. A pesar del aguacero ella sigue tan campante como si nada, mirando como si no viera extraviada en sus propios pensamientos, ve en la distancia a Federico con su rostro ausente, que la última vez que se vieron le dijo que no quería tener nada más con ella. Varias gotas ladeadas por la acción del viento caen sobre el paraguas para terminar sobre su nuca, ella siente un escalofrió en todo su cuerpo, respira atenta viendo el perfil de la lluvia que cayendo sobre el pavimento le salpica las zapatillas, concentrada cruza la avenida. Con tan mala suerte que en el momento que está llegan-do al otro lado de la calle un vehículo la salpica mojándola casi toda- Ella va diciendo: que mierda, porque la mayoría de los que conducen nunca están de parte de los peatones. Malhumorada cierra el paraguas que escurre agua, entra en un local despojándose de su gabardina que coloca en el respaldar de la silla junto al paraguas, se sienta al instante aparece un fulano al cual le pide un carajillo- Este va diciendo: en un breve momento se lo traigo. De inmediatamente lo tiene sobre la mesa, ella lo disfruta acompañándolo con un cigarrillo, al sacar de la mochila el mismo libro de ensayos lee apasionadamente, solo interrumpe su agradable lectura para ver en el enorme ventanal como se van haciendo figuras con la lluvia, que en su imaginación logran hacer algo más concreto, vuelve a la lectura sin darse cuenta que un grupo de muchachos que están varias mesas distante de la suya la observan hablando de ella, cierra el libro viendo la lluvia que va empapando el vidrio y que no deja ver la calle, toma la servilleta con esmero limpia el vidrio logrando claramente ver la calle, los autos que transitan como locos, los transeúntes que se atropellan unos a otros. Con una seña llama al mesero, al venir le pide lo mismo y ya sobre la segunda bebida caliente sobre la mesa, con sus zapatillas blancas cruza las piernas, enciende otro cigarrillo que acompañándose va leyendo sumida en la idea del libro. Ya cansada de leer y del lugar impersonal se levanta poniéndose la gabardina y paga, ya sobre la calzada abre el paraguas para no seguir mojándose, con la intensa lluvia distraída se abre paso entre la gente, se detiene y cruza con la complicidad del semáforo, avanza doblando encontrándose en una calle solitaria, no sabe que uno de los chicos que la observaban en ese lugar está detrás de sus pisadas. Carla en un momento dado saluda a un conocido que la deja con el saludo vivo, se mete en una callejuela angosta sin intuir que la persi-guen, a su perseguidor no le importa la lluvia si no el objeto de su deseo. Carla se detiene apreciar mejor como va cayendo el agua y va sintiendo el tacto de una mano que la agarra suavemente por el cuello, ella responde con una patada en sus partes nobles, soltándola va caer doliéndose sobre el piso y esta escena dura segundos. Lentamente se levanta con una expresión de dolor diciéndole: perdón que la he confundido con una amiga- Usted lo que es un atrevido y solo se quiso aprovechar porque me vio sola e indefensa, pero se equivocó con migo- El hombresillo: discúlpeme no sé cómo la tome y porque lo hice. La lluvia cae precipitadamente sobre la cabeza del muchacho de pelo largo y ya muy tranquilo le va diciendo: quisiera hablarle- Ella viéndolo con otros ojos le contesta: no se moje más que los dos entramos en el paragua. Hace lo que ella le dijera poniéndose al lado de ella y va diciéndole: qué tal si tomamos un café- Con este frio no es mala idea, vamos. En su andar suben por una cuesta adoquinada por donde baja el agua precipitadamente, saltan esquivando el torrente que va arreciando con todo- Él le va hablando: me imagino que tienes un nombre...- Prefiero no darte mi nombre hasta que no te conozca o sepa al menos tus intenciones por que el cuento que me confundiste no te lo creo ni a palo- Él: voy hacer sincero, te vi en ese lugar donde leías, fumabas y yo no sé qué tomabas. El caso es que saliste yo no pude resistirme sin importar deje a mis amigos, te cequí y no sé porque cuando te tuve cerca te tome del cuello- Ahora con tu franqueza nos vamos entendiendo- Si lo hice con la finalidad de conocerte- Ella (sonriéndole) ¿porque me quieres conocer?- Porque desde el primer momento que te pude ver descubrí en voz un no sé qué. Con el repentino viento la lluvia cambia de dirección mojándolos- ella sacándose el pelo de la cara va vociferan-do: acaso que me vez de especial- Mucho por eso siempre querré hablarte- No seque pensar de todo esto, por ahora no quiero ir a mi apartamento- Vives acaso con tu familia- No porque...- Simplemente me in- teresa saber- Está bien, vivo con una ami-ga que es mi compañera de estudios y tú con quien vives...- Con mi madre a la cual tengo la obligación de cuidar ya que está ciega- Ella (cortante) si quieres nos vemos en la noche, yo siempre acudo aun un bar cultural si no estoy equivocada hoy a las nueve hay un recital de poesía- Ya sé dónde es porque el poeta que va hacer la lectura es un viejo amigo- ¿Cómo se llama?- Armando Carrillo- Ella saca de su mochila un cuaderno, lo abre sacando varios volantes al entregárselo él lo revisa con atención- Si claro es mi mismo amigo- de acuerdo. Ella al despedirse le acentúa un beso en los labios y sale corriendo, él se queda ensimismado. Ella al caminar tres cuadras llega empapada, abre con la llave correspondiente la puerta del edificio, sube las gradas ya cuando está llegando al tercer piso se va la luz, sigue a puro tanteo llegando a la puerta que abre con una llave del mismo llavero, entra diciendo: Camila acaso estas- Boba acaso soy un espíritu, como has llegado de lavada. Vuelve la luz aprovecha para meterse en el baño, a los minutos sale con una falda larga y con una blusa muy colorida aparentemente sicodélica- Camila le dice: ayer estabas triste, de un día para el otro como has cambiado tu estado de ánimo, acaso volviste con el loco Federico- A ese cretino ni me lo menciones seguramente anda con la tonta de la Lina- Tu lo que estas es celosa- No me cabe que un tipo tan inteligente salga con esa tarada, que nunca opina y que cuando dice algo siempre la defeca- Si se ve a leguas que no tiene conceptos claros, no nos preocupemos y más bien preparemos algo de comer. Entre las dos cocinan pas-tas con un tuco de ajo y tomate, ya lista la cena se sienta apoyando los platos sobre la pequeña mesa, van masticando deleitan-dose- Camila no me vas a decir a dónde vas con esa pinta...- Voy al recital de poesía del viejo Armando- Ese que arma hasta un cañón y se ataca de la risa, me imagino que no vas sola- No, exactamente voy con un chico que conocí hoy, y le narra todo lo que sucedió con el muchacho- La amiga luego que se ríe murmura con su voz: se ve al menos que es un loco divertido- Ella cambiando de tema le responde: donde esta Francisco- Según por lo que me conto se fue de viaje- ¿Para dónde?- El misterioso nunca cuenta para donde se va, solamente me dijo que era por motivo de trabajo, el que se embala es él- No será como la otra vez que dijo que se iba yo no sé para donde y al día siguiente lo encontramos leyendo en su aparta-mento- Me cago de la risa no será que esta con sus acostumbradas lecturas- No tiene nada de raro ya que es un antisocial y vos sabes que lee como un condenado a muerte_ Carla: me llegó la hora de irme, porque no vienes- Caigo más tarde con Juliana la morocha y si es posible con dos franceses que conocimos ayer- Acaso quedaron de verse, si todo es posible. De todas maneras iré a joderte la vida. Sale riendo, baja las escaleras y al salir abre el paraguas, se enfrenta con la soledad de la lluvia bajando por la trece, dobla por la cuarta en ese momento la niebla le quita la visibilidad, el agua insistente cae sobre el paraguas en un golpeteo monótono. Ella pensativa si al menos lloviera un poco menos, de esa forma llega al bar, entra abriéndose espacio entre la gente, saluda a una pareja de amigos que están de pie hablando, al flaco de siempre que charla con una rubia desconocida. Se detiene buscando con la mirada a su nuevo amigo pero no hay al menos alguien que se le parezca, prefiere sentarse en la única mesa libre. Se dice así misma los hombres insistentes son los más incumplidos. Él la sorprende estampándole un beso en los labios- ella sonriendo le dice: de donde sales. Estaba en el baño por esa razón no me viste, lo único de que estoy seguro que te he sorprendido una vez más ya que vives ensoñando o volando en tus fantasías. Al terminar de decirlo viene el poeta murmurando con su voz: Hola viejo Pablo- Ya debes estar preparado para lo que se viene- Armando observando a la chica va respondiendo: si claro, tu hermosa debes ser Carla, me acuerdo que te conocí una noche en el Chorro- Si me acuerdo que esa noche nos embriagamos hablando de metafísica, del cosmos, de los seres imaginarios de Borges, y no me acuerdo de que otro tema- Sí que me acuerdo, estaba-mos con Maribel la de los crespos- A propósito la volviste a ver- Claro con ella siempre estoy en sintonía- Sabes a donde la puedo encontrar...- Pablo: me la encon-tré hace un par de días, me dijo algo así que te necesitaba para algo- No sabes para que sería- No me dijo para qué. En ese mismo instante ven en la distancia que va entrando desenredándose las mechas, ellos con una seña le indican que vaya donde están ellos, ella esquivando a varias personas llegan donde están ellos, tirándosele al poeta lo hace retroceder contra una mesa llena de gente, el poeta antes de caer toma rápidamente una copa de vino, ya en el suelo se la toma de un solo jalón y va diciendo: a tu honor viajera. Todos los de la mesa aplauden haciendo tremendo alboroto, al levantarse abraza a Maribel proporcionándose un largo beso, al acabar Armando va entonando lo siguiente: será que me ayudan a llevar esa mesa que está en ese rincón, a la parte de adelante. Entre todos cargan la pesada mesa a un lugar estratégico, enseguida toda la concurrencia hace silencio, al rato se presenta la dueña del bar, con su corta falda haciendo un esfuerzo se para sobre la mesa y les dirige la palabra a todos: como ustedes en este momento va a leer sus poemas el poeta Armando Carrillo. Al bajarse la chica él se acerca una silla, se sienta y saca del bolsillo de la chaqueta varias hojas mecanografiadas,  empieza con su voz fuerte a leer poema tras poema apoyándose en la música que solo puede escuchar él, al concluir el último poema una copa cae de una de las mesas, sonando por breve lapso  de tiempo un murmullo en el aire.
Carla: por fin podemos hablar, te gusta la poesía de Armando- A mí en tender es muy buena ya que la veo muy vivencial- Pienso lo mismo. Cambiando de tema sé muy poco de tu vida, por ejemplo que te gusta hacer- Estrictamente a pintar no hago otra cosa- Eres figurativo, abstracto o que otra cosa- En una época fui figurativo ya que necesitaba afirmarme, ya ha pasado mucho tiempo de eso ahora tengo un concepto muy claro de lo que hago, me abstraigo pintando algo vasado en el subconsciente, logrando ser más surrealista que otra cosa- Logras vender tus pinturas- Ustedes las mujeres siempre con esas preguntillas, si cuando alguien está interesado. He participado en varias colectivas. Yo siempre he creído en el arte por el arte, para nada me preocupa el vender ya que el techo y la comida las tengo aseguradas, como te dije antes vivo con mi madre, ella tiene una buena renta por eso tiene la posibilidad de que siempre hay alguien que la cuide, ella no me molesta y es muy poco lo que interviene en mi vida, y mucho menos con su ceguera puede molestar a alguien. Él la toma de la mano y va agregando: nena me gustas en demasía, ahora si voy hacer atrevido. Le suelta la mano para abrazarla y ella sin poner resistencia siente como al chocar sensiblemente la besa y ella va haciendo lo mismo, con ese sentido se besan una y otras veces voluptuosamente, la toma de la mano diciendo: este encuentro amerita una botella de vino, espera que voy a pedirla. Va viendo como el poeta besa a la peli crespa, esquiva a la gente lográndose colocar en frente de la barra, al ver al novio de la dueña: amigo llévenos a esa mesa una botella del mejor vino y por supuesto dos copas. El regresa y se sienta en la misma silla donde esta ella ensimismada de emoción, al llegar el muchacho con la botella y las copas él se encarga de verter el vino, primero en la copa de ella y luego en la suya, chocan los vasos juntando los labios, toman, se besan una y otras veces, hasta que son interrumpidos por Camila y sus amigos que se van sentando sin preguntar- Ella: les luce el amor, tú debes ser el amigo el coqueto. Sin impórtales nada se levantan a bailar al ritmo de la música cubana, con la presencia de Camila, la amiga y los dos franceses, al detenerse la melodía bailan la siguiente que culmina en aplausos y se vuelven a sentar- Juliana: bailan demasiado bien,  como se llama tu nuevo enamorado- Pablo- Él (haciendo varios  gestos) si soy tal cual, como se llaman ellos- Camila: ellos me dijeron sus nombres pero como todo se llama se me olvidaron sus nombres- El de bigote va diciendo: no se preocupe que lo entiendo, yo soy André y mi amigo es Marcel, quieren tomar algo más que nosotros invitamos- Camila: como ellos están tomando vino tomemos vino- Marcel: el vino es para acompañar la comida, me apetece algo más fuerte- André: que tal ron- Juliana es perfecto. Entre todos hacen señas, esta vez se presenta la dueña diciendo: en que les puedo servir- Juliana: tráiganos un ron Abana Club, con hielo y vasos- Ya mismo vengo y se los traigo. Al poco tiempo aparece otra chica con la bandeja con todo lo que pidieron va murmurando con su dulce voz: este pedido es para ustedes...- Marcel: si claro, es lo que hemos pedido. Ella tranquilamente sirve cada cosa en su lugar, al verla irse van brindando chocando todos los vasos- Marcel: me gusta este barrio, ya veo que todos los que lo habitan se conocen, y si alguien no lo conocen es bienvenido, no hay como las personas abiertas de corazón. En poco tiempo he conocido gente que toda mi vida en Francia- André: los parisinos somos complicados, delicados hasta el ridículo. Prendidos se paran a bailar, se intercam-bian las parejas, fuman como si hubiera una chimenea presente. Acabada la botella de ron va diciendo Marcel: invito a otra botella de ron que corre por mi cuenta- Pablo (mirando directamente a los ojos a Carla) yo me voy si quieres venir con migo- Ella: claro que voy. Se paran despidiéndose con ademanes recogiendo sus pertenencias, salen ella abriendo el famoso paraguas ya que sique lloviznando, al doblar la esquina la lluvia se acentúa aún más- Carla: como llueve, estas seguro que no hay problema con tu madre- En absoluto, si entras sin hablar mi mamá ni se entera. El agua se filtra por los zapatos- Ella (sintiendo el frío) mis pies parecen una sopa. Cruzan la cuarta sobre la calzada- Él: por fin llegamos- Que casa más grande- Él Abriendo con la llave la enorme puerta: calla. La madre sentada en la oscuridad con su bastón palpa los zapatos de él, va diciendo: Hijo mío quítate las medias y los zapatos que te puedes refriar. Ella se pone nerviosa y sin querer golpea con uno de sus pies un enorme jarrón- La madre: ¿que sonó?- Él le contesta: me tropecé con el jarrón- Ten cuidado, ahora que llegaste me voy a costar. Indicándole con un ademan a su amiga que suba las escaleras- Mamá no quieres que te ayude-No para nada, me se valer por sí misma. Al subir por los escalones toman el corredor tanteando entran a la habitación y él al encender la luz cierra la puerta- Carla (al oído) se ve muy joven- Si tienes razón su ceguera no es un impedimento y al contrario siempre se le ve muy bien- Ella (escuchando la lluvia que golpea en el techo de tejas de barro) me encanta tu casa cuantos viven aquí- Mi madre, la enfermera y yo- La veo muy grande para ustedes tres- Así es inclusive hay varios cuartos que nunca se abren. Ya en el estudio- Una vez le dije que la pusiéramos en venta, la única respuesta que conseguí fue un rotundo no, que a ella solo la sacan muerta. Nunca más insistí- No te da susto vivir en esta mansión- No aquí me siento a mis anchas ya que puedo disponer del espacio, si seguimos por esa otra puerta vamos a encontrar tres salones con mis cuadros. Él abre la puerta encendiendo la luz entran a un lugar increíblemente amplio, de las paredes cuelgan vistosas pinturas de desnudos- El: estas son de mi primera época- Ella: aquí lo que hay es una galería- Si, desde ese tiempo me entrego a mi trabajo ya que mi vida es tan solitaria, que bueno que ahora tengo una novia. Se abrazan y se besan largamente- Ella (mostrándole su sonrisa) que feliz me siento, déjame ver esa pintura. Ella la ve detenidamente agregando: que formas más alucinantes- Vamos al otro espacio. El mismo se encarga de abrir la otra puerta, enciende la luz. Ella entra seguido por él, se sientan sobre un viejo sofá sintiendo extraños pasos- Ella (asustada) quien camina- Él abrazándola le contesta: no es nada tranquilízate- Ella: pero si escuche como si alguien caminara- Tranquila que en estas casas viejas por lo general tráquea la madera- Que boba que soy debe ser mi propia paranoia o la falta de costumbre ya que nunca antes había estado en una casa tan grande- No sientas miedo, ni mucho menos te preocupes. La toma por la espalda, la voltea lentamente encontrando el aroma de sus labios, en un movimiento sensible se encuentran sus lenguas. Él le saca la gabardina, luego la camisola cuando intenta quitarle la falda ella se resiste y le va hablando: por favor tan pronto no- ÉL (desesperado) quiero de una vez conocer tu esbelto cuerpo- En este momento tengo una sensación que nunca antes había sentido, seguramente es a la desconfianza que le tengo a esta casa- Pero dime que sientes- A ver cómo te explico, si es como algo extraño una sensación de miedo que me produce por dentro un escalofrió- No te pongas así que estas con migo que nada ni nadie te va hacer daño- No es ni siguiera eso, es una cuestión que no se explicar. Relájate y ponte lo más cómoda posible. Ella se zafa y pone la cabeza contra el respaldar, él la observa que respira con cierta dificultad- Él: quieres que te traiga alguna cobija- Ella no hay necesidad ya que no tengo frío. Preferiría que me abrases. Al abrazarla ella le dice con una vos tierna: dime como comenzaste a pintar. Siendo muy niño en la primaria me entro la fiebre que me la pasaba dibujando, ya en la segundaria por esa razón tuve problemas con las matemáticas y otras materias que con mi ingenio hice trampa de esa forma pude terminar el bachillerato, ingrese en la facultad de bellas artes pero en el tercer semestre me retire ya que la academia es una maldición, preferí seguir mi propio camino- Que bien que lo hayas echo. Si no pudo ser de otra forma, ahora me toca a mí preguntar, cómo ha trascurrido tu vida... Nací en un pequeño pueblo de Caldas, estudie con monjas a las cuales deteste desde un principio, empecé a leer a escondidas porque esas brujas siempre estuvieron en contra del verdadero saber, afortunadamente mi padre que era la oveja negra de la familia siempre me apoyo, gracias a él termine literatura a finales del año pasado- Que bien porque a mí los buenos libros siempre me gustaron, un libro es como un buen amigo. Los libros te llevan a conocer verdaderamente al ser humano. Tiernamente lo besa una y otra vez. Él luego que la acaricia le murmura: tienes hambre- Si, de pronto comer algo me hace bien. Espera que vaya a la cocina a buscar algo de comer. Al bajar él, ella es atemorizada por una sombra que la cubre de oscuridad, sin poder hacer nada se le baja la presión que inmediatamente pierde el conocimiento, en el momento que él sube con una bandeja de picadas y una botella de vino tinto la encuentra tumbada en el sofá, la toma de la cintura- Ella (abriendo los ojos más de lo normal y con voz de terror) por favor no me toques. Se levanta retrayéndose del sofá- El: acaso que sentiste trata de tranquilizarte. Ella se desvanece cayéndose del sofá, él con el cuidado requerido la levanta llevándola al cuarto donde acostumbra dormir, con esfuerzo logra meterla entre la sabana y las cobijas y hace lo mismo metiéndose en un lado quedándose profundamente dormido. Ya con los primeros cantos de los gallos abre los ojos a través de la escasa luz viendo la palidez de la muchacha, le toma el pulso dándose cuenta que esta sin vida, él se toma la cabeza gritando desesperado y acto seguido vuelve aparecer la sombra de su madre y al instante su figura despelucada que le va murmurando: te Alberti que no me trajeras mujeres a esta casa tu solo me perteneces a mí. Al instante lo estrangula, lo único que queda es el murmullo apacible de la lluvia que humedece las horas que culminan en la extensión de lo que ya no tiene nombre. 

UN AMOR IMPOSIBLE

Pablo siendo un estudiante de filosofía de la capital, al dormir en paz las horas razonables del vuelo, es despertado por el altavoz con voz de mujer que va diciendo: sujétense los cinturones que el avión va a decolar en el aeropuerto tal. Él mira a través de la ventanilla el paisaje tropical muy verde sintiendo el vacío, el avión rápidamente toma la pista, en un tiempo breve siente detenerse el avión. Ve por la ventanilla como van trayendo rodadamente la escalerilla hasta que la colocan en la puerta, haciendo un gesto de pereza se levanta caminando entre los pasajeros que bajan lentamente. En el momento que desciende por la escalerilla siente la atmósfera caliente y pegajosa, entre el grupo de personas logra tocar con sus pies el suelo caliente, se dirige entre estas a la construcción donde recibe su pequeña mochila donde lleva todo lo necesario para esos días que piensa pasar al lado de sus primos. Sale llevado por sus propios pies a pesar de la lluvia que se confunde con el bochorno, él que es un desconocido y un desconocedor del lugar, sale a la carretera donde se detiene en la sombra de un inmenso árbol de mango, se para tan largo estirando el brazo hace una seña con el dedo a cada auto que pasa sin lograr que nadie se detenga, con toda la paciencia toma de una de las ramas un mango el cual come sin apuro, transpirado de sudor ve como una chiva de la cual cuelga un mulato que va gritando: Cerete, Lorica. La destartalada chiva de un frenazo se detiene, él se trepa al acomodar la mochila sobre el suelo se sienta entre las diferentes personas, al lado de una señora que lleva un niño de pelo quieto. A la medida que el automotor avanza dando saltos abriéndose paso en la vía que va entre una naturaleza exuberante, divisa con su mirada plantaciones, diferentes árboles, juncos y una que otra vaca. La gente va hablando pareciendo que discute con su amplia sonrisa, al pasar una curva una señora grita: parada. En el momento que el morocho conductor detiene la chiva se baja llevando una gallina, el bus vuelve arrancar entre charco y charco de esa forma entra en una alargada población- Pablo al ver a un señor que está sentado tomándose un boli le pregunta: señor como se llama este pueblo- Cachaco acaso nunca has venido a Cerete. Al bajarse un reducido grupo de personas y otras que se trepan acomodándose donde hay lugar, el simple automotor arranca pero antes se ha subido una joven que trata de acomodarse entre la gente. Él va viendo la carretera que bordea el río Sinú hasta que por fin la chiva llega a Lorica, él se baja ayudando a una señora, camina lo necesario para llegar a una de las tiendas donde se toma una gaseosa helada, al terminarla pone el embace sobre el mostrador y sale abordado por el calor y al llegar a una de las esquinas del parque luego que pasa por la sombra de un  almendro se sube en un viejo yipeto- el señor conductor volteándose para verlo le dice: va a San Bernardo del Viento- Para allá voy. Luego que se sube una señora con un pequeño niño en los brazos, al estar lleno el pequeño automotor arranca por una carretera que en terraplén baja y sube, deteniéndose en la orilla del río. Carlos se para viendo que de la otra orilla viene el planchón, al ver a una señora que vende arepas de huevo le compra una que se la va comiendo sintiendo el tremendo calor. Al arribar el planchón se vuelve a sentar viendo como el chofer lentamente arranca para introducir el jipeto dentro del planchón, lo mismo ocurre con un camión de ganado que va desocupado, de un pequeño vehículo y de dos viejos automóviles. Con la capacidad justa arranca el planchón que lentamente llega a la otra orilla, después del camión arranca el conductor el pequeño jipeto, ya extenuado por el cansancio se queda incómodamente dormido con la mochila entre las piernas, al despertarse se da cuenta que ya está en su lugar de destino, luego de una pareja haciendo un esfuerzo se baja, resuelto se dirige a una construcción de techumbre de palma, le pregunta a un barrigón que está sentado sobre una mecedora lo siguiente: usted por casualidad conoce a la familia Martínez Camargo- Claro como no si en este pueblo nos conocemos toditos, camine por esa dirección dos cuadras y al lado de una palmera encontrara una casa de dos plantas de color azul, esa es la casa. Haciendo lo que el señor le indico llega ante la alta vivienda, en la puerta toca una y dos veces, inmediatamente sale a la terraza una chica con largas trenzas que le grita: Pablo ya mismo le abro la puerta, al bajar lo hace seguir adentro de la peculiar construcción, estando en un patio en sementado con diferentes masetas de plantas muy floridas, la saluda de beso, luego saluda al gordo de su primo con un apretón de manos, termina aplicándole un beso en la mejilla a la mujer gorda- Pablo va diciendo: estoy muy conmovido porque no vengo desde la niñez que vine con el abuelo- con cara de sorprendida va diciendo la joven Lucia: de verdad cómo pasa el tiempo ya eres todo un hombre- Alan: me sorprendes ya que no has cambiado mucho solo veo un hombre hecho y derecho- Pablo: a ustedes se les ve de igual forma- La señora Inés: sigamos a la sala. Entra de primero viendo unos cuadros de santos horrorosos, y en el extremo hay un enorme abanico de patas que suena con un estruendo semejando a un avión. Lucia acercándole una de las mecedoras para que se siente, casi al mismo tiempo llega el hermano Guillermo, que al verlo lo saluda con un emocionante abrazo y le va dirigiéndole la palabra: que bueno que allá venido nuestro primo, si en años no nos vemos, no joda esto merece celebrarlo ya mismo traigo un ron tornillo. Desaparece por una puerta para aparecer por la otra por la cual entraron trayendo la famosa botella, le dirige la palabra a su hermana diciendo: Lucia que pasa que no has traído el hielo y los vasos- Estoy ensimismada de la emoción aún no lo creo, ya mismo traigo lo dicho. Ella desaparece por una puerta para llegar por la otra cargando una bandeja que contiene los vasos, el hielo y dos Coca Colas, ella misma se encarga de servir dándole a cada uno su correspondiente vaso- Alan: ahora si brindemos, salud por la llegada de mi sobrino. Chocan alegremente los vasos esta acción se repite durante toda la noche hasta que Pablo se emborracha, es llevado por sus primos a la hamaca donde duerme profundamente como un niño.
A la mañana siguiente se despierta debido al calor teniendo un fuerte dolor de cabeza, afortunadamente aparece la empleada una morena con una jarra con hielo de tamarindo- Él (tembloroso) donde están mis primos- Ella respondiéndole con su asentó golpeado: están en la finca vacunado al ganado, solo regresaran como es su costumbre en las horas de la tarde- El sintiéndose mejor sin preocuparse por nada se sienta en una mecedora  debajo del abanico de techo a leer, solamente es interrumpido para el almuerzo, ya cuando el sol se hace más soportable sale a caminar por el pueblo. Ya cuando regresa encuentra a sus primos, en la noche juegan a las cartas en el momento que el juego llega a su fin, lucia los convida a ver una película del oeste. En el camino se encuentran con otros amigos y en patota van al callejón donde está ubicada la antigua sala destechada de cine, al entrar se sientan en la primera fila donde aprecian claramente las estrellas, en instantes el que se encarga de proyectar la película, da comienzo al film que es el dominio de los blancos sobre los indios mapaches. El calor incesante y la cinta tan estúpida hacen salir a Pablo en busca de la poca brisa, camina sudando a mares perdido en su mayéutica, al no poder más se recuesta contra la enorme construcción circular que capta el agua de lluvia, al sentirse más fresco divisa con su vista el espectáculo que proporcionan las estrellas, de su concentración lo saca una bella rubia- Ella sonriéndole le dice: que bella noche me quieres acompañar a caminar- Él sin poder creer lo que está viendo le contesta: si, ya que no tengo nada que hacer- Ella: cómo es posible que no te allá visto antes- Él (mirándola de arriba abajo) no vivo en este pueblo solamente llegue ayer- Ella (con una sonrisa malévola) se ve que no conoces nada de este pueblo- Solamente tengo imágenes ya que vine siendo un niño- Ella con su voz dulce y terrible) ¿conoces la playa?- de pronto cuando la vea recuerde algo- Quieres ir…-  Pero ahora- Con esta noche tan estrellada no es una tentación- Si claro, el mar en la noche es un poema vivo. Ella mirándolo con cierta ternura lo toma de la mano suavemente- El aún sorprendido le dice: Tienes algo de una belleza indescriptible que ya adoro. De ese modo caminan, él extasiado por su belleza va pensando si es la muerte. Se ríe- Ella me agrada de sobremanera tu risa- Que bueno es reírse verdad- Si, más aún cuando se anda de noche estrellada con una bella mujer. Caminando lo observa con la escasa luz de las tinieblas, él viendo concentradamente la redondez de su bello rostro, de donde brotan la profundidad de unos ojos marinos que pareciera que tejen las estrellas, al mismo tiempo va diciendo: que noche más bella no te asusta la noche- Ella con la misma sonrisa le contesta: pero si le pertenezco como le puedo temer. En ese momento ven como entre los árboles nace la luna casi llena, seguida por una luz clara y tersa- El volviéndole la mirada le va pronunciando: por eso eres progenitora de la belleza. El lleno de deseo se aproxima, la acaricia su rostro y cerrando los ojos se besan largamente, pausando se besan intensamente abriendo sus ojos de cielo- El: como me tienes de embrujado es como si fueras el cielo y el mar a la vez. Perplejo cae de rodillas recitándole un poema de Fernando Pessoa que se sabe de memoria, en el momento que termina siente la arena cálida, viendo el reflejo de la luna que se dibuja entre las olas. Ella se extasía y con su voz melodiosa improvisa una canción: como está la mar que respira en la estancia del amor, que se entrega bajo el preámbulo del sueño, he aquí la mar misma en flor que nos entrega la abundancia. Ya capitulado el poema ella corre atravesando los cocoteros, él la sigue y de un salto le da alcance atrayéndola contra su cuerpo, sacándose la ropa la desviste descubriendo la belleza de sus formas de donde sobresalen unos senos dorados. Ella desnuda alumbrada por la luna corre, el haciendo lo mismo la alcanza tomándola de la mano, en ese sentido se lanzan al mar en calma volviéndose abrazar, al pasar una suave ola se besan de mil maneras y ardiendo van entre la piel, mezclándose en un frenesí, él la penetra como una vela punzante en la sangre, salen del agua donde ella lo vuelve a tomar y encima de él repetidas veces se funden en un mismo cuerpo. Él tumbado boca arriba sobre la arena ve como ella se sienta sobre la misma arena entonando la siguiente canción: mi amor tiene sed, soy mujer de tus labios tan sabios en amor como este mar que nos acaricia, y mi rostro entre tu ser como las manos frescas del naufragio. Al volverse abrazar se acuestan sintiendo la brisa que los arrulla logrando dormir en un breve lapso de tiempo, ella acariciándolo lo despierta diciéndole: volvamos antes que salga el sol- No vez lo bien que estamos aquí- Tengo cosas urgentes que hacer, no insistas yo me voy- Vamos que podemos volver en cualquier momento- Tal vez. Ella al pararse le da la mano, Él de un impulso se levanta.  Al  volverse a vestir caminan viendo a través de los ojos el firmamento- Él viéndola va murmurando: ¿porque estás tan pálida?- Debe ser la fatiga, si me ves mal ni me mires- ¿Nena que te pasa?- Tú no sabes por eso no me preguntes más. Andando en silencio llegan al pueblo, caminan por la vía destapada unas pocas cuadras- Él rompiendo con el silencio va diciendo: que rápido hemos llegado, si quieres te acompaño hasta tu casa- Está bien acompáñame. Al volver a besarse él siente algo incomprensible en todo su cuerpo, al verla a los ojos ve traslucirse el infinito. Él Sintiendo algo extraño doblan por un solar llegan ante varias casas, pasan al lado de las tres viviendas y en la cuarta que se trata de una humilde construcción de bareque y palma, al estar la puerta abierta ella entra, él quedando con las palabras en la boca ve como se cierra. El retoma el camino con los colores cálidos del alba llega a la casa de sus primos, al tocar en la puerta es la propia Lucia que le abre regaña diente diciendo: que paso anoche que nos dejaste como unos imbéciles en el cine, a donde te fuiste descarado de mierda…Él sintiéndose a penado le contesta: discúlpeme prima que salí del cine porque no me aguante el calor, al ir al tanque de agua conocí una bella rubia con la cual estuve en la playa- ella descarado con que con esas tenemos, es mejor que recojas tus cosas y te vayas con esa muchachita al carajo- El mirándola  entona con su vos: compréndeme- Mi familia ha decidido que no lo queremos ver más en esta casa, por favor recoja sus cosas y váyase de una vez. Con rabia entra a la casa,  al entrar al cuarto con la presencia de todos saca las cosas de la hamaca introduciéndolas de afán entre la mochila, al salir ni los mira. Con la conciencia tranquila camina hasta un abandonado parque se sienta en un roída banca protegido por la sombra del enorme árbol, al ver varios mangos maduros se levanta empinándose logra arrancar uno de estos frutos, al volverse a sentarse lo come quedando más que satisfecho, inmediatamente se queda dormido pero al rato lo despierta los potentes rayos del sol, prefiere sacar de un bolsillo de la mochila el libro la caya ciencia, lee con el apetito del lector de esa forma se le pasa el tiempo, al intuir que se acerca el medio día decide ir a buscar a la bella rubia, al ir en la dirección equivocada no encuentra la casa, sintiéndose perdido le pregunta a una señora describiendo a la muchacha, ella le contesta con cara temerosa con un no rotundo, insiste con un señor que le contesta lo mismo. Viendo más razonable a una loca que anda con una escoba amenazando al que se va encontrando en su camino, él sin miedo se le acerca diciéndole pausadamente: usted debe conocer a una linda rubia de ojos azules, debe saber dónde vive- Debe ser la que está muerta, vivía en esa dirección. Si no se me quita lo levanto a escobazos. Él pega la carrera para detenerse en la casa humilde donde la chica entrara, toca la puerta roída por la inclemencia del clima y del tiempo, en la primera instancia nadie responde, vuelve a tocar hasta que sale a su encuentro una anciana con cara de sorprendida le dice: en que le puedo servir, o que necesita de mi- Estoy buscando a una joven bastante rubia del mismo color de sus ojos, la cual no se su nombre- La anciana haciendo un gesto de amargura le contesta con su voz entrecortada: porque me viene a infortunar si ella murió hace más de cinco años- Él (desfigurado de la impresión) no me la niegue si ayer fui con ella a la playa. Ella sin modular palabra se entrega al llanto, al rato al ver la cara de él medio reacciona diciendo: eso es imposible, siga que lo saco de su locura. Al entrar ve todo humilde y deteriorado, al doblegar la puerta del cuarto la viejita saca del viejo escaparate la fotografía de la joven y agrega: no sé porque me hace esto si esa muerte me sigue destruyendo. No se imagina lo buena que era, así como un ángel. Luego de una pequeña cómoda le saca un álbum de fotos, le muestra una por una de las imágenes que coinciden con la misma joven. Él no cree insistente le murmura: es ella misma pero estoy seguro que no está muerta, por nada del mundo le mentiría que como se lo dije antes anoche estuve con ella- La anciana se le vuelven a precipitar las lágrimas llorando a mares, él no sabe qué hacer solo de pena le acaricia el arrugado rostro, eso hace que reaccione con su débil voz: créamelo por lo que más quiere, si quiere lo llevo al cementerio y le muestro la tumba donde reposa eternamente. Pablo en su desconcierto de locura sale corriendo, desaparece en el mismo yipeto que lo trajera a San Bernardo del Viento. 


                  UNA INCOCEBIBLE MUJER
La luna inmensa reflejando en el aire una ventisca fría, en un aposento colonial de viajeros de todo el mundo. Él salón alumbrado con una fuerte luz ama-rilla donde un grupo de personas de diferentes países sentados ocupando una de las mesas discuten sobre ecología; ocupando otra mesa una rubia concentrada escribe en un portátil, en la misma mesa una pareja discute sobre cuestiones íntimas. Del interior del hotel viene una mujer exageradamente maquillada, de labios carmesí muy pintados, sosteniendo una mirada exorbitante con una expresión fuera de lo común. Busca donde sentarse escuchando que hablan en diferentes idiomas que hace que flote un murmullo en el contorno, al decidirse se sienta ocu-pando la única mesa libre como si estuviera detenida en el tiempo, pensando en lo que le gustaría hacer. Resuelta va a la cocina de donde trae un café y una cerveza en cada mano, se sienta como si quisiera mostrar su vestido floreado. En pleno dominio de si misma abre un libro seguramente de algún existen-cialista francés, entre página y página bebe café que lo acompaña con la cerveza. Ella se vuelve la curiosidad de los presentes, un muchacho rubio se sienta al lado, la observa detenidamente y luego la interrumpe preguntándole en un mal español: porque el café con cerveza. Ella ensimismada en su lectura no atina a responder y sigue con su lectura, de repente voltea la mirada inquisitiva hacia el gringuito diciéndole en un francés mezclado con isleño griego: acaso usted es un fracasado, no vive su propia historia, usted que necesita de mí- Él sintiéndose intimidado le contesta en un mal español: es que estoy muy sorprendido por su forma de actuar y por su belleza enigmática. Ella no le pone atención ya que prefiere seguir leyendo absorbida en los hechos de su novela. El gringo de mal genio se levanta- Ella vuelve la mirada sobre él diciéndole: no se asuste siéntese, discúlpeme si lo herido en su amor propio- Él al volverse a sentar le responde: no es para tanto, solo estoy intrigado de donde provienes- Ella: eso no es importante ya que vivo únicamente del presente, y antes que me interrumpieras estaba leyendo este libro- De que se trata la novela…- De un extranjero que llega a una ciudad del norte de África mediterránea y se confronta con ese mundo rebelde e ilusorio- Él (mirándola directamente a los ojos) por lo existencial, por el carácter del suceso como tal. Se para con sus erguidos pasos desapareciendo de la vista del gringo para volver llevando su dosis de café y cerveza, se sienta cruzando las piernas encendiendo con una mechera antigua un tabaco negro y largo, el cual aspira votándole el humo al joven en la cara- El (tosiendo le vuelve hacer la misma pregunta) de porque mezcla la cerveza con el café…- A usted no le incumbe pero ya que esta tan interesado en saber, es una simple costumbre que viene de mis antepasados- El: lo siento mucho si la molesto- Claro que lo logra, no me gusta la gente de los países del norte ya que en mi concepto son muy racionales y son la plaga que afecta al mundo. En mi nación ustedes desde siempre están metidos tratando de usurpar en una cultura milenaria que ustedes por su ignorancia desconocen y que por lo tanto merece respeto, que es lo que usted no ha hecho con migo preguntándome estupideces. Ella se levanta provocándolo y diciendo: vasta. Se sienta en otra mesa que acaban de desocupar otros extranjeros, al lado de ella se sienta un hombre colorado característico del sur de Francia, pone su maletín sobre la mesa para sacar una libreta de anotaciones, escribe sin interrupciones. Ella enfrenta su calma interrumpiéndolo con su mirada, el siendo muy cortes le quiña el ojo mientras todos los del lugar observan expectantes- Ella va diciéndole: quiero irme de este hostal porque no me acompaña. El primero pone cara de duda que la cambia por una de satisfacción y le va murmurando con su acento francés: si es así vamos. De la silla se paran al mismo tiempo y salen del hotel extraviándose en la fría noche.


EL MALABARISTA

La tarde lánguida del domingo sin sol que se fija en las caras obtusas de los mayores, que lo único que se atreve a pensar es en el laburo del día siguiente; los niños que van y vienen corriendo, saltando con sus infatigables risas. La gente que se va amontonando dejando un bache libre donde una pareja se sienta a conversar sin que nadie los perturbe, ella rubia y él ligeramente moreno. Todo se paraliza en el momento que llega un hombre con un sombrero alto y pintado su rostro con pequeñas mariposas, de un caminar ágil que con fuerte silbido llama a la concurrencia que lentamente se va aproximando, él con convicción de guerrero hace que la gente lo rodee dejando un espacio entre él y el público, una chica que no se sabe de dónde sale le entrega una aparente bicicleta de solamente una llanta. El malabarista se sube pedaleando, de esa forma maniobra sobre el aire unos círculos de platicos sin dejarlos caer recorriendo varios giros en el pequeño espacio, al entregarle a la chica los círculos con agilidad maniobrando con los pedales recoge del suelo unas bolas que haciendo piruetas en movimiento las lanza en el aire sin dejarlas caer y al terminar con la acción cae parado firmemente sobre sus pies, agachándose hace un gesto de aprobación. Mientras la mayoría de las personas lo miran sorprendidas, la misma chica le trae tres antorchas que las levanta mostrándoselas al público, circunstancial aparece la joven que vierte de una botella plástica el líquido inflamable sobre las antorchas, que con una cerilla prendida las enciende haciéndolas girar en un mismo sentido creando una imagen circular de un esplendor indescriptible, repitiendo una y otra vez el giro yéndose por los diferentes ángulos del cuerpo, que desaparece en el momento que se extingue el fuego para reaparecer quitándose el sombrero que lo distribuye entre la gente que lo atribuye con monedas y billetes. En el término de la acción le entrega el sombrero lleno de dinero a Marcia que se sienta sobre sus pantorrillas a ordenar las monedas y los billetes de esa manera los puede contar- Ella (con cara de satisfacción) valió la pena- Él le contesta: para esta historia es lo justo- Ella insistente le dice: claro con críticas favorables, renuncias orgánicas y con herejía de sumatorias a la manera del charlestón- Es lo de siempre, es mejor conservar la sonrisa más aún cuando hay para comer un asado, después hacemos la fiesta y vaya que es bueno compartir la vida con los amigos. En esos instantes surge de la oscuridad de la noche Catalina la flautista acompañada de Nacho el guitarrista, ellos al sentarse a un lado de ellos entonan una linda melodía que los compañeros acompañan con sus voces, y las palmas. La chica sosteniendo la flauta con sus labios le da más vida a la letra. Al terminar Marcia guarda el dinero en su bolso de cuero, luego enciende un  cigarrillo que va aspirando lentamente diciendo: chicos que bueno que se juntaron con nosotros. Luego dirigiéndole la mirada a nacho agrega: vos sos como un gato perpetuo que mezcla el sonido de la guitarra con la voz de Catalina y esperando la luz de las farolas para entonar el mejor ritmo- La flaca Marcia: mi estómago no aguanta más sin comer, yo creo que a ustedes les pasa lo mismo. Qué tal si reunimos dinero suficiente y compramos no sé – Catalina alzándose la falda responde: si no me toca dárselo a alguien- El malabarista: dejémonos de bromas para después de la cena, pienso que hacer un asado es un barullo bárbaro por eso es mejor comprar algo que el lugar nos permita- Marcia movamos las nalgas y compremos pan, queso, lo que podamos de fiambre y por supuesto vino. Se levantan emprendiendo la dirección de la calle Alberti, en una esquina entran en una rotisería donde compran lo acordado y otras cosas más- Nacho: ahora si vamos a cenar en serio. Salen y solamente en un momento vuelven abordar la penumbra del parque Lezama, la flaca con la cara como paralizada en ella es capaz de comprender entre risita y risita va diciendo: si la gente comprendiera que la vida es tan simple y que la simpleza  la lleva a estar fuera de las preocupaciones para estar más viva- Catalina: me parece que coexis-ten ya que toman sus vidas de encierro agobiándose unos a otros. El malabarista caminando saca del bolsillo varias peloticas con la cuales juega tirándolas sin dejarlas caer y tranquilamente va diciendo: por-que al no sentir lo que hacen hablan de cosas tan impersonales sin ni siquiera enterarse de que la vida es un juego, donde se tiene un papel que lo vas desarrollando. Por esa razón lo que más me gusta es divertirme practicando malabares sin hacerle mal a nadie. Marcia intenta con tres bolos que al agitarlos los eleva por el aire para volverlos a tomar hasta que caen de su control- Ella: me equivoque eso quiere decir que comamos. Se sientan sobre la grama hablando, mientras entre las dos mujeres parten en mitades los panes, rellenándolos de queso y con los distintos tipos de fiambres, ya listos los emparedados los van consumiéndose acompañados por el vino, el malabarista silbando una y otra vez y luego dice: yo creo que la relación de todo es química por esa razón el amor nos mueve- Marcia (luego que termina con el primer san duche) los árboles muchas veces son más despiertos que algunas personas que no están alertas, si no que están fantaseando con cuestiones que no son y que no son otra cosa que basura de los pensamientos sin objetivos reales y claros. La flaca Marcia se levanta, enciende las antorchas las hace girar en el aire pero terminan cayendo sobre su propia ropa que se va prendiendo, el malabarista saca de donde puede un pulóver con la cual ahoga la llama librándola a ella que se queme- Nacho: tienes que tener más cuidado la próxima vez- El malabarista: Vos no te preocupes a mí eso me paso como mil veces, lo único que te aconsejo es que no lo dejes de intentar pero siempre tienes que estar muy concentrada en lo que estás haciendo, como dicen por ahí la práctica hace al maestro. Él gira sobre sí mismo concentrado con su energía toma las antorchas que con la maniobra ilumina esplendor con una continua llama que toma varias apariencias hasta que se extingue el fuego donde todo desaparece en la absoluta oscuridad.                                                                
            
                                                            

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