EL
ESCRITOR
El personaje de esta historia
estando en su guardilla, camina de un lado para el otro, esquivando los li-bros
que están reunidos unos sobre los otros sobre el piso de madera, con ese
criterio apoya una de sus manos sobre el escritorio, mirando hacia su
alre-dedor y pasando su vista por cada texto que ya rele-yo, luego le pasa
revista rápidamente a los últimos libros que adquirió. Se acuesta para volverse
a levantar, abre la ventana iluminando toda la habi-tación, toma posición en la
única silla, al tratar de pensar sobre lo que quiere continuar de escribir no
se le ocurre nada. Se pregunta mirando el trasfondo del paisaje urbano: ¿porque
la musa no ha venido?, sin detener su mirada piensa en los hechos que están
desarrollados en el papel, sin lograr hilar la narración y vuelve su vista a la
amplitud de la calle solitaria, el muro con sus grafitis y la vastedad de las
puertas y las ventanas. Se para muy decidido abriendo la puerta sale escaleras
abajo a la calle, camina al azar. Piensa que tiene que cambiar la última parte
para cuadrar mejor el asesinato, se acoge a la nueva idea que explora hasta
matarla. Sigue atreves de su desorientado camino que lo conduce a un enorme
parque, al detenerse mira hacia arriba en dirección de las copas de los árboles
encontrando el azul del firmamento, luego da unos pasos sentándose silenciosamente
sobre un banco de madera, de ese modo escucha el trinar de los pájaros, al
volver a su memoria lo desconcierta el argumento que escribió; lo enredan en la
realidad unos niños que jugando con una bola se la tiran unos a otros, estos
infantes cambian el juego de la pelota por una soga que al batirla entre dos
los demás saltan entreteniéndose y en un océano de risas. Prefiere alejarse
para poder pensar más tranquilo, anda a un ritmo pausado hasta que arriba a la
avenida donde los coches en los dos sentidos pasan a alta velocidad, la gente
camina sobre el andén, apresurada cargando sus propios problemas. Va pensando
que el bullicio es el enemigo número uno de la creación, prefiriendo la tranquilidad
se devuelve a su encierro, al llegar extenuado se acuesta sobre su cama, y ya
cuando se sienta relajado se para revisando en su biblioteca algunos de los
libros, tomándolos entre sus manos hasta que se decide por Cortázar lee un
cuento tras otro sinti-endo que lo alimenta, terminado con el perseguidor
continua su lectura con Proust con algunos de los fragmentos del camino de
Swann y por último ojea el Ulises de James Joyce al concluirlo lo pone en un lado
del escritor. Se pone a escribir en la máquina, haciendo la descripción precisa
de una mujer que es perseguida por un individuo, que la tiene que asesinar. Él
se queda detenido en la historia queriendo que el asesino tenga características
o atributos psicológicos de maldad. Lo vuelve a la realidad el hecho que
escucha sonar una y tres veces la puerta, al levantarse pregunta: quien es… del
otro lado de la puerta escucha una voz femenina dicien-do: soy Antonia. Él abre
la puerta e inmediatamente aparece ante sus ojos el cuerpo esbelto de una
mujer, que posee un lindo rosto de donde sobresalen unas gafas redondas. Él la
observa con atención haciéndola seguir y ella lo saluda de beso y le va
diciendo: te acuerdas de mi- Claro, no vez que te reconocí en el mismo momento
que abrí la puerta, me acuerdo muy bien que hablamos en el café de la calle
Mitre, para decir la verdad nunca pensé que vinieras. Pero que bien me hace
verla- Ella (hacer-cándosele) que haces...- Simplemente pensaba ya que estoy
escribiendo una novela, ya tengo al asesino solo me falta definir a la víctima-
Parece que tienes fluidez en lo que escribes- Al menos creo que sí. Viéndola de
frente la abraza y le va dicien-do: eres verdaderamente bella. La ve
directamente a los ojos, lentamente la desviste sin que ella ponga resistencia,
luego él hace exactamente lo mismo. Desnudos se entregan en su propia cama al
juego del sexo. Terminado el acto ella rápidamente se levanta y se viste, ya en
la puerta él acostado se imagina que saca una pistola, aprieta el gatillo y la
ve con el poder de su imaginación como se derrum-ba en una caída seca, pero en
realidad solo se va sin ni siquiera decir a dios.
LA OTRA VISIÓN
El imperativo categórico en
la visión es preservar la integridad de las cosas, fundamentación a su función
más precisa. En este caso me interesa lo contrario que es trasgredir cada caso
con motivo que tome otra apariencia.
El caso más particular de
esto, es que todos nos trasformamos cuando alteramos los sentidos por medio del
alcohol, las drogas, en el momento que subimos a grandes alturas. Esto le
sucedió a cierto personaje se me metió a un lugar en frente de la plaza donde
venden todo tipo de bebidas embriagantes, yo no sé si él se acuerda. Lo cierto
es que de ese minúsculo establecimiento entran y salen, los que se establecen
si lo logran por una brevedad de tiempo, ya que vienen otros de atrás con más
que dignidad. Él se ve encerrado con la dificultad de no querer tirar lo que se
tiene que beber. Este amigo para su desgracia bajo de estatura y regordete se
las arregla para salir con su botella de aguardiente ilesa, se estaciona frente
a otro amigo de pelo largo y de panza prolongada, lo mira hacia arriba siendo
el doble de su tamaño, a este personaje lo apodan con el sobrenombre de Papá
Rock, claro que él no está solo ya que esta con su trigueña que siempre está
sonriendo. Todos creen en Salento que su bella sonrisa de debe a que sueña
cosas que nadie sueña, si no ella puede vivenciarlas. Se bebe un trago y pasa
el embace de vidrio para que siga rodando repetidas veces hasta vaciarse. En la
tras luz de la botella se presenta un personaje alto, de pelo negro un poco más
de los hombros que va implorando con su voz: que beben acaso ese espejismo que
enloquece, no a mi denme vino chileno que con mucha dignidad soy chilombiano y
ve a un guchacho que al verlo casi desaparece, este mira a través de sus ojos
rasgados a una peculiar pareja que llega en bicicleta, estos se bajan de sus
caballitos metálicos y saludan al chileno y al lapón que esta agachado buscando
su bom, mientras el chico de pelo largo de hilo aparentemente saluda, su mujer
que pareciera que vuela en zigzag esquivando a una gorda y de un salto compra
dos cervezas, así como si nada se vuelve mirando en el firmamento la luna
llena. En esas viene un hombre tambaleándose que va persiguiendo a su compañera
para infundirle la guitarra en la cabeza, pero con más maña ella logra
esquivarlo y por suerte cae una mano salvadora de un tal Garuda y lo ayuda a no
derrochar el instrumento contra el pavimento, mientras en el bailadero de la
esquina (la Fuente) alguien trasgrede a la paz, ya que un hombre sujeta
jalándole el pelo a una muchacha, inmediatamente sale del lugar de baile un
hombre panzudo y de largo bigote semejando a un bruto mariachi, si alguien lo
creyera puede que saque una pistola, pero lo único que tiene es una botella de
un licor confuso, la cual se la pone al muchacho en la cabeza, este como es de
creerlo dobla las rodillas y cae tambaleándose sobre una de las mesas de la
carpa. Pasan los soldados, pasa la poli y se arma tremendo barullo. Los amigos
se hacen participes únicamente con la vista ya que como dice el refrán: es
mejor cobarde vivo que héroe muerto o sea que mejor en esos casos es mejor
salir a correr, claro que algunos como el viejo Mario están tan ausentes que no
han visto nada. En ese mismo instante viene la brujita con su movimiento de
cabellos desordenados y entonando la risa loca- Ella va diciendo: que pasa…,
vamos al atrio de la iglesia y nos sentamos ya que Percifal tiene que comprar
dos cervezas. Él enviste ciegamente a la gente para poderse introducir en la
oficina de expendio de licores, con dos latas llega a donde su amada con la
distorsión de la risa, ella que no sale de su asombro grita: que se va a
desmayar, el chileno ávido en espejismos va deletreando con su voz: parece que
esta misma noche se llevaron la iglesia y en su lugar pusieron otra igual. La
vuelve a ver de reojo y en ese momento llega Luzma diciendo: eso debe ser
debido a las cataratas de este chilombiano no al cambio de iglesia como cree él-
Julián: A sí debe ser, no ven que la torre esta torcida y la puerta más
deforme. La muchacha que sale de su escondite llevando unas pinturas anormales:
yo me voy a establecer en algo si alguien me quiere acompañar. Entrando en
entredicho sale a perseguir al viejo Mario e inmediatamente la mitad de la
concurrencia, van al lugar de siempre a fumarse lo que sabemos y solo vuelven
con los ojos rojos sumada la picardía que se dibuja en sus rostros y con el
rastro del humo que los persigue- El chileno: que caras más delatantes, es
mejor que hagamos una vaca y compremos una media- Papá Rock: acaso usted
chileno es milagroso de Chiloe, con eso no hacemos ni para orinar- Entonces
compremos una botella y alguna que otra de yinger. Entre todos juntan las
monedas- El chileno (mirándolos con un gesto despreciativo) esto no alcanza ni
para un caldo pongamos billetes. Todos ponen menos el huevo que le robo a la
gallina y en vez de haber para una botella hay para tres, a Julián se le van
los ojos cuando el mismo Leo chileno con la ayuda de una muchacha que salió de
las fantasías de Garuda van en busca del dinámico licor, al traerlo el mismo
Leo hace el papel del barman y al agregarle el hielo va haciendo la mezcla en
los respectivos vasos, todos en ilusoria algarabía brindan, una y otra vez van
deleitándose viendo como de la nada surge un tipo de mirada ondulada que pone
la vista en dirección de los astros- Leo: bien pueda y sírvase uno. Se oye la
risa alucinatoria de Percifal que redobla en el contorno de la plaza, no es el
eco que se escucha si no que le contestan otras voces, y con efecto y todo
pareciera que están echando las ánimas del mismo cielo- La muchacha de Julian
que tiene los ojos desorbitados va diciendo: que tipo tan cansón- Ángela:
déjemelo no me lo toque, ya que esa es su naturaleza- Mario (el pirómano) miren
que sobre la iglesia esta fluctuando una mujer angelical- Leo: cuál es la
demora vaya a pirograbarla. Percifal que ya gira en el entorno de Ángela saca
una vez más su carcajada que despierta al cura que en la distancia grita: otra
vez la risa del diablo que voy hacer para que esos que están allá abajo no se
diviertan a costa de los ángeles. El cura girando hacia el otro extremo de la
cama vuelve a consumirse en sueños, Leo (destapando la otra botella) mira al
frente del parque una silueta de mujer que se pinta para despintarse en un
automóvil, el cual gira y por un pelo no se estrella contra la palma de cera,
esa misma que cuando la guerrilla se quiso tomar al pueblo fue impactada por
varios balazos- El chileno: esos no llegan ni a Boquia- Julián: no traiga aquí
chicas de la mafia- Leo que mafia y que ocho cuartos, más bien ayúdeme a
servir. Al servir y llenar los vasos este último de un solo jalón se toma su
ron con yinger, luego le quita a su novia Andrea la guitarra y comienza a
acompañarse de su sonido a su voz de Dios que hace que los buitres aparezcan,
va entonando moliendo café y luego
mariposa, al terminar se tira al suelo y besa la baldosa- Andrea levantándose
va diciendo: este me traiciona hasta con una puta baldosa, y los otros no
tienen ni la constancia de lo que sean bebido- Andrés: estos no cambian, más
bien Leo sírvame de lo que queda de la botella. Leo: este Andrés piensa
irrealidades si esto que queda es para esta garganta. Al coger la botella se la
rapa la mano sin escrúpulos de Julián y de una acaba con el líquido de la
botella- Leo mirándolo va diciendo: gato despreciable yo no soy Andrea, si no
es porque me importa un culo lo que me acaba de hacer de lo contrario lo ponía
a volar. Papá Rock da el ejemplo y cuando menos se cree todos tienen una botella
de club en la mano, brindan por esto y por aquello.
En la hora del derrumbe la
luna placida en mitad del cielo y el piro grabador se entusiasma y va contando
sus anécdotas una por una y la consumación de las estridencias que se esfuman,
a la vuelta de la luz inexistente del mirador donde sique la defunción la hace
su tocayo con las mujeres de su fantasía, Leo dice cualquier cosa, Luzma piensa
que el chileno está cada vez más loco, Ángela enciende un cigarrillo lográndose
esfumar en su propio humo de esa forma se fuga de ella misma, en el rellano del
abandono habitado solamente por su espíritu, donde Percifal no logra alcanzarla
pero si le difumina un beso que la hace despertar de su letargo. Así se le da
termino a la vagancia de las escenas malambericas, para que todos vuelvan a
soñar el próximo encuentro, pasan los días y guíen no lo quiere es otra vez fin
de semana. No importa si es puente, si es viernes, pero sí importa que sea
sábado. Siendo la hora incierta de siempre, que es la hora de las estrellas donde
las señoras se asustan que van a esconderse para no presenciar nada, los únicos
sapos ciervos son los chismosos que con sus orejas oyen lo que no tienen que
escuchar y por esa razón no saben absolutamente nada del existir, cuentan todo
como creen que son las cosas de una realidad fingida y que no se han enterado
que sus cabezas no sirven para pensar.
Ya no importa nada, sigamos
con la luz del farol que ilumina a Elkin (artesano) que va resueltamente al
billar, camina al lado de un tipo rubio y alto que pareciera que camina a cinco
centímetros del suelo, va diciéndose para sí mismo el propio Elkin: este parece
que en su vida no se haya reído. Al entrar se establecen a un lado de la mesa
de billar, el inglés toma el taco untándole la tiza necesaria, lo coloca en
frente de la bola y al tacarla de un tirón la bola que pegando en otras bolas
seis van a paran en los huecos, Elkin solo mira y Paty que al llegar a la mesa
lo ha observado todo- Va diciendo: acaso lo que vi fue pura ficción, o acaso
fue una mano invisible que ayudo al mono. Él muy serio con el movimiento del
taco mete y mete sin dejar una bola viva, el personaje mostrando los dientes
hace una malévola mueca describiendo con su voz lo siguiente: muchas bolas-
Elkin (más que confundido) solo pude mirar nada más, juguemos otro chico- Está
bien. Mientras tanto en la distancia Percifal está sentado sobre una de las
bancas leyendo con la poca luz que despide el farol, al terminal el último
poema sé para sobre la misma banca gritando: viva la poesía, Ángela aplaude, al
instante lo ayuda a bajar. Libres caminan cruzando la calle, se encuentran con
Sarita y Andrés, la última gira en un giro concéntrico encontrando de frente a
Ángela que va diciendo: hagamos algo. El pirómano que sale de su local
sorprendiéndolos le agrega a la cuestión: buena idea vamos a lo de siempre si
no para donde. Mueven sus pies y en el momento que pasan por el billar se les
unen el rubio melancólico y Elkin, todos caminan persiguiendo sus pasos para no
extraviarse de sí mismos, en su incertidumbre llegan a su destino que siempre
los atrae, en la esquina habitual del parque se encuentran con el chilombiano
que llevando su paraguas se peina su melena y va murmurando con su alta voz:
tanto le cayó a esta sopa de letras y al perrito donde lo dejaron, que
irresponsables- Andrés aunque usted no lo crea paso un duende y se lo llevo-
Elkin (haciendo caras) que mala suerte pero para arreglar el hurto del perro
compremos cerveza. Percifal hace un esfuerzo para no reírse y solo se carcajea-
Elkin: este esta ebrio pero de la risa. Todos pasan mirando la oficina de
reojo, al avanzar se meten en el super y salen con las mochilas llenas de
cerveza- Sarita: cambiemos la iglesia por el parque. Frescamente van a brindar
al lado del libertador, Del pirómano al otro Mario y con la mujer de las
fantasías rindiéndose pleitesía con el humo circulando al Simón- Andrés va
diciendo: al parecer al libertador le dio por quitarse el sombrero- Sarita: que
se quite lo que quiera, déjelo ser feliz- Ángela: acaso no es libre de hacer lo
que se le venga en gana- Leo: ustedes definitivamente están de la mente no ven
que como esta parece imposible. Hacen sonar las botellas y de donde no se saben
aparecen Andrea y Julián con un vino que al ponerle ruedas va pasando de boca
en boca estacionándose en un desconocido- Julián mirando Andrea va murmurando:
quien se apodero del vino…- Percifal: don Simón seguramente lo troco por la
espada que sostiene en una de sus manos, quítensela si no se puede caer de
donde está- Leo viéndolo va contestando: es mejor que no, ya que puede provocar
una tragedia nacional- Andrea: no jodan. Va a donde está el individuo y
agachándose encuentra la caja que está debajo de la banca, vuelve al movimiento
de sus labios murmurando hacia afuera: aquí esta. Dándose un trago y luego uno
de cerveza, luego que se ha pasado un poco del contenido por la garganta se ríe
con todas las ganas estremeciendo al parque, a sus ocupantes y al libertador
que sin darse cuenta cambia de postura para volver como esta- Leo: este Bolívar
tiene la rara, seguro que nadie se dio cuenta de lo que hizo. En ese momento
llega Betty (la Estrellita) que busca a su don Juan y va comunicándoles: Han
visto a Juan- Elkin: yo lo vi ayer en Cali- Leo: ustedes están todos locos pero
si solo se movió, no seamos los que somos y más bien compremos algo que peque
duro como por ejemplo un ron. Ven llegar a Richi con su perra Chicha que va
interviniendo con su palabra: es muy buena idea- Andrés: a ordeñar la vaca.
Todos se esculcan los bolsillos, tos canguros, y los bolsos y le entregan el
dinero al chileno- Julián: solo tengo estas putas monedas- Sara: este siempre
se emborracha gratis- Ángela (levantando sus dos manos) por eso tiene tres
novias- Percifal: hay que nombrarlas por orden: primero la botella, después la
guitarra y luego la mujer que muchas veces la deja guardada en la casa- Andrea:
me voy ya que con ustedes no quiero lío. La ven perderse en la oscuridad- Leo:
(viéndola alejarse) menos mal que no rompe la mujer, ya que siempre la que paga
las locuras es la pobre guitarra. Al ratito llega Juan buscando a su estrella
predilecta, hace un movimiento que pareciera que viene del sitio de los
fantasmas, en este caso él seria el ido claro para su bienestar tiene su
medicina. El abrasando a la estrellita va diciendo: que le paso a la guitarra…-
Richi: definitivamente que buenas son las distorsiones ya que una mujer puede
ser una guitarra y viceversa- Percifal: por lo menos las dos se pueden tocar-
Leo (con la cabeza que le da vueltas) es como ver una visión las dos para poder
ser, una es objeto de pasión y la otra la pasión misma- Juan el (sicólogo) esto
al parecer está muy bueno, vamos Leo pero no se muevan de donde están que ya
venimos con lo que nos tenemos que beber- En el momento que ellos se van de la
oscuridad aparece Anita que llama a Elkin diciendo: mi amor te he buscado en
todo este cementerio de pueblo, por lo que siento no me tienes en cuenta para
nada- Percifal: que viva la nada ya que en ella nos podemos perder- Anita
(viéndolo) este poeta siempre esta chiflado- Este último: gracias a la vida es
mejor estar loco que poseído por lo mismo de siempre que no transcurre y
solamente se queda paralizado. Al llegar Leo y juan lo alcanzan a escuchar y va
el primero que arribo refunfuñando con sus labios: Leo por eso es mejor
sintonizarse en algo- Sarita: si Luzma lo oyera- Richi: pero acaso que pensó,
si lo que intenta es ver lo que no piensa- Andrés: que extrañas cataratas ni
parecidas al salto del Ángel o las de Iguazú. Entre leo y Juan abren las cajas
de vino que al agregarles su respectivo pitillo, al repartirlas en las dos
direcciones van rodando de garganta en garganta- Ángela luego que se da un
pitillazo va murmurando: agregándole algo a la cuestión de Leo, yo creo que más
bien sufre de catarsis- Juan luego que se da un trago con el pitillo va
hablando: estas cuestiones son buenas para analizarlas, Leo simplemente es un
globo que profundiza en un caos global- El inglés (saliendo de su letargo) es
mejor dar círculos alrededor de si mismo- Juan: este de donde salió…-
Estrellita: a lo mejor del vino. Andrea vuelve bailando y a la vez sosteniendo
una botella de ron y cantado va diciendo: que pasa aquí que no pasa allá,
Estrellita se le pega, bailan dándole la vuelta al libertador y Percifal le da
rienda suelta a la risa, el pirómano ve a don Simón bajarse del pedestal y va
diciendo: el único que salió corriendo fue el libertador que seguramente quiere
liberar alguna mujer que está en brazos de algún desconocido- Andrés: si eso se
llama amor yo soy un fosforo- Sarita: ¿qué dices mi amor?- Leo (interrumpiendo)
como va el contenido de las cajas, denme alguna ya que me quiero embriagar. Al
frente del bailadero de la esquina alguien tira una botella cayendo precisamente
sobre un grupo de muchachos y la que cae del botellazo se trata de la única
mujer que está con ellos, entre todos la levantan viéndola como sangra- El
inglés: no será que es la virgen del Carmen- Leo: no ve que fue un botellazo-
Andrés: las botellas por supuesto que las conozco, a las vírgenes no. Percifal
se ríe contagiándolos a todos y en la distancia se escucha un alboroto de
risas, del frente pareciera que viene un hombre de poncho- Leo: parece que es
el cura que viene por el poeta- Ángela: que buena que están las cataratas, a lo
mejor es el poeta que va por su cura- El sicodélico: no jodan más que ese no es
el cura si no el que recibe la limosna en la iglesia, además ya no hay nadie-
Estrellita me gusta este parche ya que aquí todo es insólito, pero con ustedes
cualquiera termina completamente loco, por esa razón tengo mi sicólogo de
cabecera- Él: aquí en este loquero el único que se salva es el poeta- Leo: no
joda que este poeta es un ácido en potencia. En esas se va la luz, todo queda
en completa oscuridad- Mario (el pirómano) ahora yo bien cegatón como voy a
llegar hasta mi casa, si no veo un culo- Leo (riéndose) el de guíen. Percifal y
Mario se ríen en dúo y aparece del espejismo comunitario la mujer fantástica,
Leo trata de abarcarla abrazándola pero la mujer desaparece de sus brazos, Leo
termina riéndose- Andrés: de que se reirá el chileno- Richi: ustedes no se
imaginan pero qué importa que paso aquí el caso es que Leo está invocando
alguna de las fantasías de Garuda, por esa razón antes de que cierren la
oficina tenemos que comprar otros chorros. Después de la vaca cogen al torro
por los cachos, de saludo en saludo atraviesan la calle acogiéndose en el
recinto de licores- Leo (viendo a Nando el dueño) deme tres botella de ron y lo
de siempre. Inmediatamente el tipo le hace caso entregándole lo que Leo dijo,
con la ayuda de Andrés destapan una de las botellas colocándole con antelación
el hielo y luego vierten el contenido en los vasos, brindan en total algarabía.
En el instante Patty se apoya en el cuerpo de Rock y van a caer de culo contra
el piso, tratan de levantarse una y otra vez sin poderlo lograr- Andrea: como
dice un dicho tarahumara solo beber hasta caernos. Todos se ríen viéndolos que
se coloca la mamá rock sobre el regordete de Papá rock- Leo a grito herido va
diciendo: que material tan de buena calidad- Edgar (Papá Rock) este de que
habla si por culpa de su imaginación estamos donde estamos, en el suelo- Leo
seguramente al caer encontraron la botella de aguardiente, que al estar viva
sirve para delirar a los brujos. El chileno-colombiano Camina en dirección del
parque donde se devuelve fumando un cigarrillo, se encuentra con el mismo coro
de risas- Leo: que sucede aquí…- Juan (al terminar de reírse) yo diría que paso
allá de dónde vienes…- Leo: nada del otro mundo- Estrellita: esta pareja de los
Rock les gusta besar al suelo- Ángela (tomando a Percifal por la espalda va
murmurando: seguramente quieren fundar alguna religión- Andrés: ese negocio es
mucho mejor que vender artesanías- Leo: basta con los predicadores, si no les
predico los que ustedes quieran- Juan: destapen el ron que esto cada vez se
vuelve más emocionante. Al destaparla el mismo Leo, luego que se bebe un buen
trago se la pasa a luzma y ella a Ángela y de mano en mano hacen varias rondas,
en el momento que vuelve a las manos de Percifal solamente llega el cadáver- Él
mirando el embace vacío va diciendo: tenía nada más que una capacidad
destructiva.
Al irse cada uno para su
casa se queda la iglesia petrificada en lo que representa, la plaza sin sus
habitantes nocturnos y ebrios, Bolívar que en vez de dormir acostado prefiere
su posición habitual, la policía que se refugia de los inexistentes miedos, las
pesadillas y los sueños se van a costar con los habitantes del pueblo.
BAJO LA
LLUVIA
Carla
entra al bar de siempre, se saca la gabardina colocándola en el respaldar de la
silla y su paraguas a un lado y se sienta; llega el mismo mesero saludándola:
señorita como está...- No también como usted pero ahí vamos, por favor tráigame
una bebida caliente que me quite este frio de mierda- Que tal un vino con
canela caliente-Si eso es justo lo que
necesito- Ya se lo traigo. Se acomoda mejor cruzando las piernas, al rato de su
mochila saca un libro que ojea una y otra vez. Al momento llega el mesero
poniendo la copa con el vino caliente- Gracias. Saca un cigarrillo con el
encendedor lo prende, lentamente aspira en bocanadas el humo y disfrutando de
la lectura va tomando el vino caliente. En el momento que ya devoro varias
páginas del libro, se para y paga lo consumido, luego de volver a colocarse la
gabardina sale sosteniendo el paraguas a la extensión abierta de la calle donde
se perfila en un andar sintiendo las primeras gotas, abre el paraguas
escuchando la caída de la precipitación que a la vez que camina se hace más
continua. Ve cómo se van mojando las diferentes vidrieras, la gente que corre
desesperada de un lado para el otro. A pesar del aguacero ella sigue tan
campante como si nada, mirando como si no viera extraviada en sus propios
pensamientos, ve en la distancia a Federico con su rostro ausente, que la
última vez que se vieron le dijo que no quería tener nada más con ella. Varias
gotas ladeadas por la acción del viento caen sobre el paraguas para terminar
sobre su nuca, ella siente un escalofrió en todo su cuerpo, respira atenta
viendo el perfil de la lluvia que cayendo sobre el pavimento le salpica las
zapatillas, concentrada cruza la avenida. Con tan mala suerte que en el momento
que está llegan-do al otro lado de la calle un vehículo la salpica mojándola
casi toda- Ella va diciendo: que mierda, porque la mayoría de los que conducen
nunca están de parte de los peatones. Malhumorada cierra el paraguas que
escurre agua, entra en un local despojándose de su gabardina que coloca en el
respaldar de la silla junto al paraguas, se sienta al instante aparece un
fulano al cual le pide un carajillo- Este va diciendo: en un breve momento se
lo traigo. De inmediatamente lo tiene sobre la mesa, ella lo disfruta acompañándolo
con un cigarrillo, al sacar de la mochila el mismo libro de ensayos lee
apasionadamente, solo interrumpe su agradable lectura para ver en el enorme
ventanal como se van haciendo figuras con la lluvia, que en su imaginación
logran hacer algo más concreto, vuelve a la lectura sin darse cuenta que un
grupo de muchachos que están varias mesas distante de la suya la observan
hablando de ella, cierra el libro viendo la lluvia que va empapando el vidrio y
que no deja ver la calle, toma la servilleta con esmero limpia el vidrio
logrando claramente ver la calle, los autos que transitan como locos, los
transeúntes que se atropellan unos a otros. Con una seña llama al mesero, al
venir le pide lo mismo y ya sobre la segunda bebida caliente sobre la mesa, con
sus zapatillas blancas cruza las piernas, enciende otro cigarrillo que
acompañándose va leyendo sumida en la idea del libro. Ya cansada de leer y del
lugar impersonal se levanta poniéndose la gabardina y paga, ya sobre la calzada
abre el paraguas para no seguir mojándose, con la intensa lluvia distraída se
abre paso entre la gente, se detiene y cruza con la complicidad del semáforo,
avanza doblando encontrándose en una calle solitaria, no sabe que uno de los
chicos que la observaban en ese lugar está detrás de sus pisadas. Carla en un
momento dado saluda a un conocido que la deja con el saludo vivo, se mete en
una callejuela angosta sin intuir que la persi-guen, a su perseguidor no le
importa la lluvia si no el objeto de su deseo. Carla se detiene apreciar mejor
como va cayendo el agua y va sintiendo el tacto de una mano que la agarra
suavemente por el cuello, ella responde con una patada en sus partes nobles,
soltándola va caer doliéndose sobre el piso y esta escena dura segundos. Lentamente
se levanta con una expresión de dolor diciéndole: perdón que la he confundido
con una amiga- Usted lo que es un atrevido y solo se quiso aprovechar porque me
vio sola e indefensa, pero se equivocó con migo- El hombresillo: discúlpeme no
sé cómo la tome y porque lo hice. La lluvia cae precipitadamente sobre la
cabeza del muchacho de pelo largo y ya muy tranquilo le va diciendo: quisiera
hablarle- Ella viéndolo con otros ojos le contesta: no se moje más que los dos
entramos en el paragua. Hace lo que ella le dijera poniéndose al lado de ella y
va diciéndole: qué tal si tomamos un café- Con este frio no es mala idea,
vamos. En su andar suben por una cuesta adoquinada por donde baja el agua
precipitadamente, saltan esquivando el torrente que va arreciando con todo- Él
le va hablando: me imagino que tienes un nombre...- Prefiero no darte mi nombre
hasta que no te conozca o sepa al menos tus intenciones por que el cuento que
me confundiste no te lo creo ni a palo- Él: voy hacer sincero, te vi en ese
lugar donde leías, fumabas y yo no sé qué tomabas. El caso es que saliste yo no
pude resistirme sin importar deje a mis amigos, te cequí y no sé porque cuando
te tuve cerca te tome del cuello- Ahora con tu franqueza nos vamos entendiendo-
Si lo hice con la finalidad de conocerte- Ella (sonriéndole) ¿porque me quieres
conocer?- Porque desde el primer momento que te pude ver descubrí en voz un no
sé qué. Con el repentino viento la lluvia cambia de dirección mojándolos- ella
sacándose el pelo de la cara va vociferan-do: acaso que me vez de especial-
Mucho por eso siempre querré hablarte- No seque pensar de todo esto, por ahora
no quiero ir a mi apartamento- Vives acaso con tu familia- No porque...-
Simplemente me in- teresa saber- Está bien, vivo con una ami-ga que es mi
compañera de estudios y tú con quien vives...- Con mi madre a la cual tengo la
obligación de cuidar ya que está ciega- Ella (cortante) si quieres nos vemos en
la noche, yo siempre acudo aun un bar cultural si no estoy equivocada hoy a las
nueve hay un recital de poesía- Ya sé dónde es porque el poeta que va hacer la
lectura es un viejo amigo- ¿Cómo se llama?- Armando Carrillo- Ella saca de su
mochila un cuaderno, lo abre sacando varios volantes al entregárselo él lo
revisa con atención- Si claro es mi mismo amigo- de acuerdo. Ella al despedirse
le acentúa un beso en los labios y sale corriendo, él se queda ensimismado.
Ella al caminar tres cuadras llega empapada, abre con la llave correspondiente
la puerta del edificio, sube las gradas ya cuando está llegando al tercer piso
se va la luz, sigue a puro tanteo llegando a la puerta que abre con una llave
del mismo llavero, entra diciendo: Camila acaso estas- Boba acaso soy un
espíritu, como has llegado de lavada. Vuelve la luz aprovecha para meterse en
el baño, a los minutos sale con una falda larga y con una blusa muy colorida
aparentemente sicodélica- Camila le dice: ayer estabas triste, de un día para
el otro como has cambiado tu estado de ánimo, acaso volviste con el loco
Federico- A ese cretino ni me lo menciones seguramente anda con la tonta de la
Lina- Tu lo que estas es celosa- No me cabe que un tipo tan inteligente salga
con esa tarada, que nunca opina y que cuando dice algo siempre la defeca- Si se
ve a leguas que no tiene conceptos claros, no nos preocupemos y más bien preparemos
algo de comer. Entre las dos cocinan pas-tas con un tuco de ajo y tomate, ya
lista la cena se sienta apoyando los platos sobre la pequeña mesa, van
masticando deleitan-dose- Camila no me vas a decir a dónde vas con esa
pinta...- Voy al recital de poesía del viejo Armando- Ese que arma hasta un
cañón y se ataca de la risa, me imagino que no vas sola- No, exactamente voy
con un chico que conocí hoy, y le narra todo lo que sucedió con el muchacho- La
amiga luego que se ríe murmura con su voz: se ve al menos que es un loco
divertido- Ella cambiando de tema le responde: donde esta Francisco- Según por
lo que me conto se fue de viaje- ¿Para dónde?- El misterioso nunca cuenta para
donde se va, solamente me dijo que era por motivo de trabajo, el que se embala
es él- No será como la otra vez que dijo que se iba yo no sé para donde y al
día siguiente lo encontramos leyendo en su aparta-mento- Me cago de la risa no
será que esta con sus acostumbradas lecturas- No tiene nada de raro ya que es
un antisocial y vos sabes que lee como un condenado a muerte_ Carla: me llegó
la hora de irme, porque no vienes- Caigo más tarde con Juliana la morocha y si
es posible con dos franceses que conocimos ayer- Acaso quedaron de verse, si
todo es posible. De todas maneras iré a joderte la vida. Sale riendo, baja las
escaleras y al salir abre el paraguas, se enfrenta con la soledad de la lluvia
bajando por la trece, dobla por la cuarta en ese momento la niebla le quita la
visibilidad, el agua insistente cae sobre el paraguas en un golpeteo monótono.
Ella pensativa si al menos lloviera un poco menos, de esa forma llega al bar,
entra abriéndose espacio entre la gente, saluda a una pareja de amigos que
están de pie hablando, al flaco de siempre que charla con una rubia desconocida.
Se detiene buscando con la mirada a su nuevo amigo pero no hay al menos alguien
que se le parezca, prefiere sentarse en la única mesa libre. Se dice así misma
los hombres insistentes son los más incumplidos. Él la sorprende estampándole
un beso en los labios- ella sonriendo le dice: de donde sales. Estaba en el
baño por esa razón no me viste, lo único de que estoy seguro que te he
sorprendido una vez más ya que vives ensoñando o volando en tus fantasías. Al
terminar de decirlo viene el poeta murmurando con su voz: Hola viejo Pablo- Ya
debes estar preparado para lo que se viene- Armando observando a la chica va
respondiendo: si claro, tu hermosa debes ser Carla, me acuerdo que te conocí
una noche en el Chorro- Si me acuerdo que esa noche nos embriagamos hablando de
metafísica, del cosmos, de los seres imaginarios de Borges, y no me acuerdo de
que otro tema- Sí que me acuerdo, estaba-mos con Maribel la de los crespos- A
propósito la volviste a ver- Claro con ella siempre estoy en sintonía- Sabes a
donde la puedo encontrar...- Pablo: me la encon-tré hace un par de días, me
dijo algo así que te necesitaba para algo- No sabes para que sería- No me dijo
para qué. En ese mismo instante ven en la distancia que va entrando
desenredándose las mechas, ellos con una seña le indican que vaya donde están
ellos, ella esquivando a varias personas llegan donde están ellos, tirándosele
al poeta lo hace retroceder contra una mesa llena de gente, el poeta antes de
caer toma rápidamente una copa de vino, ya en el suelo se la toma de un solo
jalón y va diciendo: a tu honor viajera. Todos los de la mesa aplauden haciendo
tremendo alboroto, al levantarse abraza a Maribel proporcionándose un largo
beso, al acabar Armando va entonando lo siguiente: será que me ayudan a llevar
esa mesa que está en ese rincón, a la parte de adelante. Entre todos cargan la
pesada mesa a un lugar estratégico, enseguida toda la concurrencia hace
silencio, al rato se presenta la dueña del bar, con su corta falda haciendo un
esfuerzo se para sobre la mesa y les dirige la palabra a todos: como ustedes en
este momento va a leer sus poemas el poeta Armando Carrillo. Al bajarse la
chica él se acerca una silla, se sienta y saca del bolsillo de la chaqueta
varias hojas mecanografiadas, empieza
con su voz fuerte a leer poema tras poema apoyándose en la música que solo
puede escuchar él, al concluir el último poema una copa cae de una de las mesas,
sonando por breve lapso de tiempo un
murmullo en el aire.
Carla:
por fin podemos hablar, te gusta la poesía de Armando- A mí en tender es muy
buena ya que la veo muy vivencial- Pienso lo mismo. Cambiando de tema sé muy
poco de tu vida, por ejemplo que te gusta hacer- Estrictamente a pintar no
hago otra cosa- Eres figurativo, abstracto o que otra cosa- En una época fui figurativo
ya que necesitaba afirmarme, ya ha pasado mucho tiempo de eso ahora tengo un
concepto muy claro de lo que hago, me abstraigo pintando algo vasado en el
subconsciente, logrando ser más surrealista que otra cosa- Logras vender tus
pinturas- Ustedes las mujeres siempre con esas preguntillas, si cuando alguien
está interesado. He participado en varias colectivas. Yo siempre he creído en
el arte por el arte, para nada me preocupa el vender ya que el techo y la
comida las tengo aseguradas, como te dije antes vivo con mi madre, ella tiene
una buena renta por eso tiene la posibilidad de que siempre hay alguien que la
cuide, ella no me molesta y es muy poco lo que interviene en mi vida, y mucho
menos con su ceguera puede molestar a alguien. Él la toma de la mano y va
agregando: nena me gustas en demasía, ahora si voy hacer atrevido. Le suelta la
mano para abrazarla y ella sin poner resistencia siente como al chocar
sensiblemente la besa y ella va haciendo lo mismo, con ese sentido se besan una
y otras veces voluptuosamente, la toma de la mano diciendo: este encuentro
amerita una botella de vino, espera que voy a pedirla. Va viendo como el poeta
besa a la peli crespa, esquiva a la gente lográndose colocar en frente de la
barra, al ver al novio de la dueña: amigo llévenos a esa mesa una botella del
mejor vino y por supuesto dos copas. El regresa y se sienta en la misma silla
donde esta ella ensimismada de emoción, al llegar el muchacho con la botella y
las copas él se encarga de verter el vino, primero en la copa de ella y luego
en la suya, chocan los vasos juntando los labios, toman, se besan una y otras
veces, hasta que son interrumpidos por Camila y sus amigos que se van sentando
sin preguntar- Ella: les luce el amor, tú debes ser el amigo el coqueto. Sin
impórtales nada se levantan a bailar al ritmo de la música cubana, con la
presencia de Camila, la amiga y los dos franceses, al detenerse la melodía
bailan la siguiente que culmina en aplausos y se vuelven a sentar- Juliana:
bailan demasiado bien, como se llama tu
nuevo enamorado- Pablo- Él (haciendo varios
gestos) si soy tal cual, como se llaman ellos- Camila: ellos me dijeron
sus nombres pero como todo se llama se me olvidaron sus nombres- El de bigote
va diciendo: no se preocupe que lo entiendo, yo soy André y mi amigo es Marcel,
quieren tomar algo más que nosotros invitamos- Camila: como ellos están tomando
vino tomemos vino- Marcel: el vino es para acompañar la comida, me apetece algo
más fuerte- André: que tal ron- Juliana es perfecto. Entre todos hacen señas,
esta vez se presenta la dueña diciendo: en que les puedo servir- Juliana:
tráiganos un ron Abana Club, con hielo y vasos- Ya mismo vengo y se los traigo.
Al poco tiempo aparece otra chica con la bandeja con todo lo que pidieron va
murmurando con su dulce voz: este pedido es para ustedes...- Marcel: si claro,
es lo que hemos pedido. Ella tranquilamente sirve cada cosa en su lugar, al
verla irse van brindando chocando todos los vasos- Marcel: me gusta este barrio,
ya veo que todos los que lo habitan se conocen, y si alguien no lo conocen es
bienvenido, no hay como las personas abiertas de corazón. En poco tiempo he
conocido gente que toda mi vida en Francia- André: los parisinos somos
complicados, delicados hasta el ridículo. Prendidos se paran a bailar, se
intercam-bian las parejas, fuman como si hubiera una chimenea presente. Acabada
la botella de ron va diciendo Marcel: invito a otra botella de ron que corre
por mi cuenta- Pablo (mirando directamente a los ojos a Carla) yo me voy si
quieres venir con migo- Ella: claro que voy. Se paran despidiéndose con
ademanes recogiendo sus pertenencias, salen ella abriendo el famoso paraguas ya
que sique lloviznando, al doblar la esquina la lluvia se acentúa aún más-
Carla: como llueve, estas seguro que no hay problema con tu madre- En absoluto,
si entras sin hablar mi mamá ni se entera. El agua se filtra por los zapatos-
Ella (sintiendo el frío) mis pies parecen una sopa. Cruzan la cuarta sobre la
calzada- Él: por fin llegamos- Que casa más grande- Él Abriendo con la llave la
enorme puerta: calla. La madre sentada en la oscuridad con su bastón palpa los
zapatos de él, va diciendo: Hijo mío quítate las medias y los zapatos que te
puedes refriar. Ella se pone nerviosa y sin querer golpea con uno de sus pies
un enorme jarrón- La madre: ¿que sonó?- Él le contesta: me tropecé con el
jarrón- Ten cuidado, ahora que llegaste me voy a costar. Indicándole con un
ademan a su amiga que suba las escaleras- Mamá no quieres que te ayude-No para
nada, me se valer por sí misma. Al subir por los escalones toman el corredor
tanteando entran a la habitación y él al encender la luz cierra la puerta-
Carla (al oído) se ve muy joven- Si tienes razón su ceguera no es un
impedimento y al contrario siempre se le ve muy bien- Ella (escuchando la
lluvia que golpea en el techo de tejas de barro) me encanta tu casa cuantos
viven aquí- Mi madre, la enfermera y yo- La veo muy grande para ustedes tres-
Así es inclusive hay varios cuartos que nunca se abren. Ya en el estudio- Una
vez le dije que la pusiéramos en venta, la única respuesta que conseguí fue un
rotundo no, que a ella solo la sacan muerta. Nunca más insistí- No te da susto
vivir en esta mansión- No aquí me siento a mis anchas ya que puedo disponer del
espacio, si seguimos por esa otra puerta vamos a encontrar tres salones con mis
cuadros. Él abre la puerta encendiendo la luz entran a un lugar increíblemente
amplio, de las paredes cuelgan vistosas pinturas de desnudos- El: estas son de
mi primera época- Ella: aquí lo que hay es una galería- Si, desde ese tiempo me
entrego a mi trabajo ya que mi vida es tan solitaria, que bueno que ahora tengo
una novia. Se abrazan y se besan largamente- Ella (mostrándole su sonrisa) que
feliz me siento, déjame ver esa pintura. Ella la ve detenidamente agregando:
que formas más alucinantes- Vamos al otro espacio. El mismo se encarga de abrir
la otra puerta, enciende la luz. Ella entra seguido por él, se sientan sobre un
viejo sofá sintiendo extraños pasos- Ella (asustada) quien camina- Él
abrazándola le contesta: no es nada tranquilízate- Ella: pero si escuche como
si alguien caminara- Tranquila que en estas casas viejas por lo general tráquea
la madera- Que boba que soy debe ser mi propia paranoia o la falta de costumbre
ya que nunca antes había estado en una casa tan grande- No sientas miedo, ni
mucho menos te preocupes. La toma por la espalda, la voltea lentamente
encontrando el aroma de sus labios, en un movimiento sensible se encuentran
sus lenguas. Él le saca la gabardina, luego la camisola cuando intenta quitarle
la falda ella se resiste y le va hablando: por favor tan pronto no- ÉL
(desesperado) quiero de una vez conocer tu esbelto cuerpo- En este momento
tengo una sensación que nunca antes había sentido, seguramente es a la
desconfianza que le tengo a esta casa- Pero dime que sientes- A ver cómo te
explico, si es como algo extraño una sensación de miedo que me produce por
dentro un escalofrió- No te pongas así que estas con migo que nada ni nadie te
va hacer daño- No es ni siguiera eso, es una cuestión que no se explicar.
Relájate y ponte lo más cómoda posible. Ella se zafa y pone la cabeza contra el
respaldar, él la observa que respira con cierta dificultad- Él: quieres que te
traiga alguna cobija- Ella no hay necesidad ya que no tengo frío. Preferiría
que me abrases. Al abrazarla ella le dice con una vos tierna: dime como
comenzaste a pintar. Siendo muy niño en la primaria me entro la fiebre que me
la pasaba dibujando, ya en la segundaria por esa razón tuve problemas con las
matemáticas y otras materias que con mi ingenio hice trampa de esa forma pude
terminar el bachillerato, ingrese en la facultad de bellas artes pero en el
tercer semestre me retire ya que la academia es una maldición, preferí seguir
mi propio camino- Que bien que lo hayas echo. Si no pudo ser de otra forma,
ahora me toca a mí preguntar, cómo ha trascurrido tu vida... Nací en un pequeño
pueblo de Caldas, estudie con monjas a las cuales deteste desde un principio,
empecé a leer a escondidas porque esas brujas siempre estuvieron en contra
del verdadero saber, afortunadamente mi padre que era la oveja negra de la
familia siempre me apoyo, gracias a él termine literatura a finales del año
pasado- Que bien porque a mí los buenos libros siempre me gustaron, un libro es
como un buen amigo. Los libros te llevan a conocer verdaderamente al ser
humano. Tiernamente lo besa una y otra vez. Él luego que la acaricia le
murmura: tienes hambre- Si, de pronto comer algo me hace bien. Espera que vaya
a la cocina a buscar algo de comer. Al bajar él, ella es atemorizada por una
sombra que la cubre de oscuridad, sin poder hacer nada se le baja la presión
que inmediatamente pierde el conocimiento, en el momento que él sube con una
bandeja de picadas y una botella de vino tinto la encuentra tumbada en el sofá,
la toma de la cintura- Ella (abriendo los ojos más de lo normal y con voz de
terror) por favor no me toques. Se levanta retrayéndose del sofá- El: acaso que
sentiste trata de tranquilizarte. Ella se desvanece cayéndose del sofá, él con
el cuidado requerido la levanta llevándola al cuarto donde acostumbra dormir,
con esfuerzo logra meterla entre la sabana y las cobijas y hace lo mismo
metiéndose en un lado quedándose profundamente dormido. Ya con los primeros
cantos de los gallos abre los ojos a través de la escasa luz viendo la palidez
de la muchacha, le toma el pulso dándose cuenta que esta sin vida, él se toma
la cabeza gritando desesperado y acto seguido vuelve aparecer la sombra de su
madre y al instante su figura despelucada que le va murmurando: te Alberti que
no me trajeras mujeres a esta casa tu solo me perteneces a mí. Al instante lo
estrangula, lo único que queda es el murmullo apacible de la lluvia que
humedece las horas que culminan en la extensión de lo que ya no tiene nombre.
UN AMOR IMPOSIBLE
Pablo siendo un
estudiante de filosofía de la capital, al dormir en paz las horas razonables
del vuelo, es despertado por el altavoz con voz de mujer que va diciendo:
sujétense los cinturones que el avión va a decolar en el aeropuerto tal. Él
mira a través de la ventanilla el paisaje tropical muy verde sintiendo el
vacío, el avión rápidamente toma la pista, en un tiempo breve siente detenerse
el avión. Ve por la ventanilla como van trayendo rodadamente la escalerilla
hasta que la colocan en la puerta, haciendo un gesto de pereza se levanta
caminando entre los pasajeros que bajan lentamente. En el momento que desciende
por la escalerilla siente la atmósfera caliente y pegajosa, entre el grupo de
personas logra tocar con sus pies el suelo caliente, se dirige entre estas a la
construcción donde recibe su pequeña mochila donde lleva todo lo necesario para
esos días que piensa pasar al lado de sus primos. Sale llevado por sus propios
pies a pesar de la lluvia que se confunde con el bochorno, él que es un
desconocido y un desconocedor del lugar, sale a la carretera donde se detiene
en la sombra de un inmenso árbol de mango, se para tan largo estirando el brazo
hace una seña con el dedo a cada auto que pasa sin lograr que nadie se detenga,
con toda la paciencia toma de una de las ramas un mango el cual come sin apuro,
transpirado de sudor ve como una chiva de la cual cuelga un mulato que va
gritando: Cerete, Lorica. La destartalada chiva de un frenazo se detiene, él se
trepa al acomodar la mochila sobre el suelo se sienta entre las diferentes
personas, al lado de una señora que lleva un niño de pelo quieto. A la medida
que el automotor avanza dando saltos abriéndose paso en la vía que va entre una
naturaleza exuberante, divisa con su mirada plantaciones, diferentes árboles,
juncos y una que otra vaca. La gente va hablando pareciendo que discute con su
amplia sonrisa, al pasar una curva una señora grita: parada. En el momento que
el morocho conductor detiene la chiva se baja llevando una gallina, el bus
vuelve arrancar entre charco y charco de esa forma entra en una alargada
población- Pablo al ver a un señor que está sentado tomándose un boli le
pregunta: señor como se llama este pueblo- Cachaco acaso nunca has venido a
Cerete. Al bajarse un reducido grupo de personas y otras que se trepan
acomodándose donde hay lugar, el simple automotor arranca pero antes se ha
subido una joven que trata de acomodarse entre la gente. Él va viendo la
carretera que bordea el río Sinú hasta que por fin la chiva llega a Lorica, él
se baja ayudando a una señora, camina lo necesario para llegar a una de las
tiendas donde se toma una gaseosa helada, al terminarla pone el embace sobre el
mostrador y sale abordado por el calor y al llegar a una de las esquinas del
parque luego que pasa por la sombra de un
almendro se sube en un viejo yipeto- el señor conductor volteándose para
verlo le dice: va a San Bernardo del Viento- Para allá voy. Luego que se sube
una señora con un pequeño niño en los brazos, al estar lleno el pequeño
automotor arranca por una carretera que en terraplén baja y sube, deteniéndose
en la orilla del río. Carlos se para viendo que de la otra orilla viene el
planchón, al ver a una señora que vende arepas de huevo le compra una que se la
va comiendo sintiendo el tremendo calor. Al arribar el planchón se vuelve a
sentar viendo como el chofer lentamente arranca para introducir el jipeto
dentro del planchón, lo mismo ocurre con un camión de ganado que va desocupado,
de un pequeño vehículo y de dos viejos automóviles. Con la capacidad justa
arranca el planchón que lentamente llega a la otra orilla, después del camión
arranca el conductor el pequeño jipeto, ya extenuado por el cansancio se queda
incómodamente dormido con la mochila entre las piernas, al despertarse se da
cuenta que ya está en su lugar de destino, luego de una pareja haciendo un
esfuerzo se baja, resuelto se dirige a una construcción de techumbre de palma,
le pregunta a un barrigón que está sentado sobre una mecedora lo siguiente:
usted por casualidad conoce a la familia Martínez Camargo- Claro como no si en
este pueblo nos conocemos toditos, camine por esa dirección dos cuadras y al
lado de una palmera encontrara una casa de dos plantas de color azul, esa es la
casa. Haciendo lo que el señor le indico llega ante la alta vivienda, en la
puerta toca una y dos veces, inmediatamente sale a la terraza una chica con
largas trenzas que le grita: Pablo ya mismo le abro la puerta, al bajar lo hace
seguir adentro de la peculiar construcción, estando en un patio en sementado
con diferentes masetas de plantas muy floridas, la saluda de beso, luego saluda
al gordo de su primo con un apretón de manos, termina aplicándole un beso en la
mejilla a la mujer gorda- Pablo va diciendo: estoy muy conmovido porque no
vengo desde la niñez que vine con el abuelo- con cara de sorprendida va
diciendo la joven Lucia: de verdad cómo pasa el tiempo ya eres todo un hombre-
Alan: me sorprendes ya que no has cambiado mucho solo veo un hombre hecho y
derecho- Pablo: a ustedes se les ve de igual forma- La señora Inés: sigamos a
la sala. Entra de primero viendo unos cuadros de santos horrorosos, y en el
extremo hay un enorme abanico de patas que suena con un estruendo semejando a
un avión. Lucia acercándole una de las mecedoras para que se siente, casi al
mismo tiempo llega el hermano Guillermo, que al verlo lo saluda con un
emocionante abrazo y le va dirigiéndole la palabra: que bueno que allá venido
nuestro primo, si en años no nos vemos, no joda esto merece celebrarlo ya mismo
traigo un ron tornillo. Desaparece por una puerta para aparecer por la otra por
la cual entraron trayendo la famosa botella, le dirige la palabra a su hermana
diciendo: Lucia que pasa que no has traído el hielo y los vasos- Estoy
ensimismada de la emoción aún no lo creo, ya mismo traigo lo dicho. Ella
desaparece por una puerta para llegar por la otra cargando una bandeja que
contiene los vasos, el hielo y dos Coca Colas, ella misma se encarga de servir
dándole a cada uno su correspondiente vaso- Alan: ahora si brindemos, salud por
la llegada de mi sobrino. Chocan alegremente los vasos esta acción se repite
durante toda la noche hasta que Pablo se emborracha, es llevado por sus primos
a la hamaca donde duerme profundamente como un niño.
A la mañana siguiente
se despierta debido al calor teniendo un fuerte dolor de cabeza,
afortunadamente aparece la empleada una morena con una jarra con hielo de
tamarindo- Él (tembloroso) donde están mis primos- Ella respondiéndole con su
asentó golpeado: están en la finca vacunado al ganado, solo regresaran como es
su costumbre en las horas de la tarde- El sintiéndose mejor sin preocuparse por
nada se sienta en una mecedora debajo
del abanico de techo a leer, solamente es interrumpido para el almuerzo, ya
cuando el sol se hace más soportable sale a caminar por el pueblo. Ya cuando
regresa encuentra a sus primos, en la noche juegan a las cartas en el momento
que el juego llega a su fin, lucia los convida a ver una película del oeste. En
el camino se encuentran con otros amigos y en patota van al callejón donde está
ubicada la antigua sala destechada de cine, al entrar se sientan en la primera
fila donde aprecian claramente las estrellas, en instantes el que se encarga de
proyectar la película, da comienzo al film que es el dominio de los blancos
sobre los indios mapaches. El calor incesante y la cinta tan estúpida hacen
salir a Pablo en busca de la poca brisa, camina sudando a mares perdido en su mayéutica,
al no poder más se recuesta contra la enorme construcción circular que capta el
agua de lluvia, al sentirse más fresco divisa con su vista el espectáculo que
proporcionan las estrellas, de su concentración lo saca una bella rubia- Ella
sonriéndole le dice: que bella noche me quieres acompañar a caminar- Él sin
poder creer lo que está viendo le contesta: si, ya que no tengo nada que hacer-
Ella: cómo es posible que no te allá visto antes- Él (mirándola de arriba abajo)
no vivo en este pueblo solamente llegue ayer- Ella (con una sonrisa malévola) se
ve que no conoces nada de este pueblo- Solamente tengo imágenes ya que vine
siendo un niño- Ella con su voz dulce y terrible) ¿conoces la playa?- de pronto
cuando la vea recuerde algo- Quieres ir…-
Pero ahora- Con esta noche tan estrellada no es una tentación- Si claro,
el mar en la noche es un poema vivo. Ella mirándolo con cierta ternura lo toma
de la mano suavemente- El aún sorprendido le dice: Tienes algo de una belleza
indescriptible que ya adoro. De ese modo caminan, él extasiado por su belleza
va pensando si es la muerte. Se ríe- Ella me agrada de sobremanera tu risa- Que
bueno es reírse verdad- Si, más aún cuando se anda de noche estrellada con una
bella mujer. Caminando lo observa con la escasa luz de las tinieblas, él viendo
concentradamente la redondez de su bello rostro, de donde brotan la profundidad
de unos ojos marinos que pareciera que tejen las estrellas, al mismo tiempo va
diciendo: que noche más bella no te asusta la noche- Ella con la misma sonrisa
le contesta: pero si le pertenezco como le puedo temer. En ese momento ven como
entre los árboles nace la luna casi llena, seguida por una luz clara y tersa-
El volviéndole la mirada le va pronunciando: por eso eres progenitora de la
belleza. El lleno de deseo se aproxima, la acaricia su rostro y cerrando los
ojos se besan largamente, pausando se besan intensamente abriendo sus ojos de
cielo- El: como me tienes de embrujado es como si fueras el cielo y el mar a la
vez. Perplejo cae de rodillas recitándole un poema de Fernando Pessoa que se
sabe de memoria, en el momento que termina siente la arena cálida, viendo el
reflejo de la luna que se dibuja entre las olas. Ella se extasía y con su voz
melodiosa improvisa una canción: como está la mar que respira en la estancia
del amor, que se entrega bajo el preámbulo del sueño, he aquí la mar misma en
flor que nos entrega la abundancia. Ya capitulado el poema ella corre
atravesando los cocoteros, él la sigue y de un salto le da alcance atrayéndola
contra su cuerpo, sacándose la ropa la desviste descubriendo la belleza de sus
formas de donde sobresalen unos senos dorados. Ella desnuda alumbrada por la
luna corre, el haciendo lo mismo la alcanza tomándola de la mano, en ese
sentido se lanzan al mar en calma volviéndose abrazar, al pasar una suave ola
se besan de mil maneras y ardiendo van entre la piel, mezclándose en un frenesí,
él la penetra como una vela punzante en la sangre, salen del agua donde ella lo
vuelve a tomar y encima de él repetidas veces se funden en un mismo cuerpo. Él
tumbado boca arriba sobre la arena ve como ella se sienta sobre la misma arena
entonando la siguiente canción: mi amor tiene sed, soy mujer de tus labios tan
sabios en amor como este mar que nos acaricia, y mi rostro entre tu ser como
las manos frescas del naufragio. Al volverse abrazar se acuestan sintiendo la
brisa que los arrulla logrando dormir en un breve lapso de tiempo, ella
acariciándolo lo despierta diciéndole: volvamos antes que salga el sol- No vez
lo bien que estamos aquí- Tengo cosas urgentes que hacer, no insistas yo me
voy- Vamos que podemos volver en cualquier momento- Tal vez. Ella al pararse le
da la mano, Él de un impulso se levanta. Al
volverse a vestir caminan viendo a través de los ojos el firmamento- Él
viéndola va murmurando: ¿porque estás tan pálida?- Debe ser la fatiga, si me
ves mal ni me mires- ¿Nena que te pasa?- Tú no sabes por eso no me preguntes
más. Andando en silencio llegan al pueblo, caminan por la vía destapada unas
pocas cuadras- Él rompiendo con el silencio va diciendo: que rápido hemos
llegado, si quieres te acompaño hasta tu casa- Está bien acompáñame. Al volver
a besarse él siente algo incomprensible en todo su cuerpo, al verla a los ojos
ve traslucirse el infinito. Él Sintiendo algo extraño doblan por un solar
llegan ante varias casas, pasan al lado de las tres viviendas y en la cuarta
que se trata de una humilde construcción de bareque y palma, al estar la puerta
abierta ella entra, él quedando con las palabras en la boca ve como se cierra.
El retoma el camino con los colores cálidos del alba llega a la casa de sus
primos, al tocar en la puerta es la propia Lucia que le abre regaña diente
diciendo: que paso anoche que nos dejaste como unos imbéciles en el cine, a
donde te fuiste descarado de mierda…Él sintiéndose a penado le contesta:
discúlpeme prima que salí del cine porque no me aguante el calor, al ir al
tanque de agua conocí una bella rubia con la cual estuve en la playa- ella
descarado con que con esas tenemos, es mejor que recojas tus cosas y te vayas
con esa muchachita al carajo- El mirándola
entona con su vos: compréndeme- Mi familia ha decidido que no lo
queremos ver más en esta casa, por favor recoja sus cosas y váyase de una vez.
Con rabia entra a la casa, al entrar al
cuarto con la presencia de todos saca las cosas de la hamaca introduciéndolas
de afán entre la mochila, al salir ni los mira. Con la conciencia tranquila
camina hasta un abandonado parque se sienta en un roída banca protegido por la
sombra del enorme árbol, al ver varios mangos maduros se levanta empinándose
logra arrancar uno de estos frutos, al volverse a sentarse lo come quedando más
que satisfecho, inmediatamente se queda dormido pero al rato lo despierta los
potentes rayos del sol, prefiere sacar de un bolsillo de la mochila el libro la
caya ciencia, lee con el apetito del lector de esa forma se le pasa el tiempo,
al intuir que se acerca el medio día decide ir a buscar a la bella rubia, al ir
en la dirección equivocada no encuentra la casa, sintiéndose perdido le pregunta
a una señora describiendo a la muchacha, ella le contesta con cara temerosa con
un no rotundo, insiste con un señor que le contesta lo mismo. Viendo más
razonable a una loca que anda con una escoba amenazando al que se va
encontrando en su camino, él sin miedo se le acerca diciéndole pausadamente:
usted debe conocer a una linda rubia de ojos azules, debe saber dónde vive-
Debe ser la que está muerta, vivía en esa dirección. Si no se me quita lo
levanto a escobazos. Él pega la carrera para detenerse en la casa humilde donde
la chica entrara, toca la puerta roída por la inclemencia del clima y del
tiempo, en la primera instancia nadie responde, vuelve a tocar hasta que sale a
su encuentro una anciana con cara de sorprendida le dice: en que le puedo
servir, o que necesita de mi- Estoy buscando a una joven bastante rubia del
mismo color de sus ojos, la cual no se su nombre- La anciana haciendo un gesto
de amargura le contesta con su voz entrecortada: porque me viene a infortunar
si ella murió hace más de cinco años- Él (desfigurado de la impresión) no me la
niegue si ayer fui con ella a la playa. Ella sin modular palabra se entrega al
llanto, al rato al ver la cara de él medio reacciona diciendo: eso es
imposible, siga que lo saco de su locura. Al entrar ve todo humilde y
deteriorado, al doblegar la puerta del cuarto la viejita saca del viejo escaparate
la fotografía de la joven y agrega: no sé porque me hace esto si esa muerte me
sigue destruyendo. No se imagina lo buena que era, así como un ángel. Luego de
una pequeña cómoda le saca un álbum de fotos, le muestra una por una de las
imágenes que coinciden con la misma joven. Él no cree insistente le murmura: es
ella misma pero estoy seguro que no está muerta, por nada del mundo le mentiría
que como se lo dije antes anoche estuve con ella- La anciana se le vuelven a
precipitar las lágrimas llorando a mares, él no sabe qué hacer solo de pena le
acaricia el arrugado rostro, eso hace que reaccione con su débil voz: créamelo
por lo que más quiere, si quiere lo llevo al cementerio y le muestro la tumba
donde reposa eternamente. Pablo en su desconcierto de locura sale corriendo,
desaparece en el mismo yipeto que lo trajera a San Bernardo del Viento.
UNA INCOCEBIBLE MUJER
La luna inmensa
reflejando en el aire una ventisca fría, en un aposento colonial de viajeros de
todo el mundo. Él salón alumbrado con una fuerte luz ama-rilla donde un grupo
de personas de diferentes países sentados ocupando una de las mesas discuten
sobre ecología; ocupando otra mesa una rubia concentrada escribe en un
portátil, en la misma mesa una pareja discute sobre cuestiones íntimas. Del
interior del hotel viene una mujer exageradamente maquillada, de labios carmesí
muy pintados, sosteniendo una mirada exorbitante con una expresión fuera de lo
común. Busca donde sentarse escuchando que hablan en diferentes idiomas que
hace que flote un murmullo en el contorno, al decidirse se sienta ocu-pando la
única mesa libre como si estuviera detenida en el tiempo, pensando en lo que le
gustaría hacer. Resuelta va a la cocina de donde trae un café y una cerveza en
cada mano, se sienta como si quisiera mostrar su vestido floreado. En pleno
dominio de si misma abre un libro seguramente de algún existen-cialista
francés, entre página y página bebe café que lo acompaña con la cerveza. Ella
se vuelve la curiosidad de los presentes, un muchacho rubio se sienta al lado,
la observa detenidamente y luego la interrumpe preguntándole en un mal español:
porque el café con cerveza. Ella ensimismada en su lectura no atina a responder
y sigue con su lectura, de repente voltea la mirada inquisitiva hacia el
gringuito diciéndole en un francés mezclado con isleño griego: acaso usted es
un fracasado, no vive su propia historia, usted que necesita de mí- Él
sintiéndose intimidado le contesta en un mal español: es que estoy muy
sorprendido por su forma de actuar y por su belleza enigmática. Ella no le pone
atención ya que prefiere seguir leyendo absorbida en los hechos de su novela.
El gringo de mal genio se levanta- Ella vuelve la mirada sobre él diciéndole:
no se asuste siéntese, discúlpeme si lo herido en su amor propio- Él al
volverse a sentar le responde: no es para tanto, solo estoy intrigado de donde
provienes- Ella: eso no es importante ya que vivo únicamente del presente, y
antes que me interrumpieras estaba leyendo este libro- De que se trata la
novela…- De un extranjero que llega a una ciudad del norte de África
mediterránea y se confronta con ese mundo rebelde e ilusorio- Él (mirándola
directamente a los ojos) por lo existencial, por el carácter del suceso como
tal. Se para con sus erguidos pasos desapareciendo de la vista del gringo para
volver llevando su dosis de café y cerveza, se sienta cruzando las piernas
encendiendo con una mechera antigua un tabaco negro y largo, el cual aspira
votándole el humo al joven en la cara- El (tosiendo le vuelve hacer la misma
pregunta) de porque mezcla la cerveza con el café…- A usted no le incumbe pero ya
que esta tan interesado en saber, es una simple costumbre que viene de mis
antepasados- El: lo siento mucho si la molesto- Claro que lo logra, no me gusta
la gente de los países del norte ya que en mi concepto son muy racionales y son
la plaga que afecta al mundo. En mi nación ustedes desde siempre están metidos
tratando de usurpar en una cultura milenaria que ustedes por su ignorancia
desconocen y que por lo tanto merece respeto, que es lo que usted no ha hecho
con migo preguntándome estupideces. Ella se levanta provocándolo y diciendo:
vasta. Se sienta en otra mesa que acaban de desocupar otros extranjeros, al
lado de ella se sienta un hombre colorado característico del sur de Francia,
pone su maletín sobre la mesa para sacar una libreta de anotaciones, escribe
sin interrupciones. Ella enfrenta su calma interrumpiéndolo con su mirada, el
siendo muy cortes le quiña el ojo mientras todos los del lugar observan
expectantes- Ella va diciéndole: quiero irme de este hostal porque no me
acompaña. El primero pone cara de duda que la cambia por una de satisfacción y
le va murmurando con su acento francés: si es así vamos. De la silla se paran
al mismo tiempo y salen del hotel extraviándose en la fría noche.
EL MALABARISTA
La tarde lánguida del
domingo sin sol que se fija en las caras obtusas de los mayores, que lo único
que se atreve a pensar es en el laburo del día siguiente; los niños que van y
vienen corriendo, saltando con sus infatigables risas. La gente que se va
amontonando dejando un bache libre donde una pareja se sienta a conversar sin
que nadie los perturbe, ella rubia y él ligeramente moreno. Todo se paraliza en
el momento que llega un hombre con un sombrero alto y pintado su rostro con
pequeñas mariposas, de un caminar ágil que con fuerte silbido llama a la
concurrencia que lentamente se va aproximando, él con convicción de guerrero
hace que la gente lo rodee dejando un espacio entre él y el público, una chica
que no se sabe de dónde sale le entrega una aparente bicicleta de solamente una
llanta. El malabarista se sube pedaleando, de esa forma maniobra sobre el aire
unos círculos de platicos sin dejarlos caer recorriendo varios giros en el
pequeño espacio, al entregarle a la chica los círculos con agilidad maniobrando
con los pedales recoge del suelo unas bolas que haciendo piruetas en movimiento
las lanza en el aire sin dejarlas caer y al terminar con la acción cae parado
firmemente sobre sus pies, agachándose hace un gesto de aprobación. Mientras la
mayoría de las personas lo miran sorprendidas, la misma chica le trae tres
antorchas que las levanta mostrándoselas al público, circunstancial aparece la
joven que vierte de una botella plástica el líquido inflamable sobre las
antorchas, que con una cerilla prendida las enciende haciéndolas girar en un
mismo sentido creando una imagen circular de un esplendor indescriptible,
repitiendo una y otra vez el giro yéndose por los diferentes ángulos del
cuerpo, que desaparece en el momento que se extingue el fuego para reaparecer
quitándose el sombrero que lo distribuye entre la gente que lo atribuye con
monedas y billetes. En el término de la acción le entrega el sombrero lleno de
dinero a Marcia que se sienta sobre sus pantorrillas a ordenar las monedas y
los billetes de esa manera los puede contar- Ella (con cara de satisfacción)
valió la pena- Él le contesta: para esta historia es lo justo- Ella insistente
le dice: claro con críticas favorables, renuncias orgánicas y con herejía de
sumatorias a la manera del charlestón- Es lo de siempre, es mejor conservar la
sonrisa más aún cuando hay para comer un asado, después hacemos la fiesta y
vaya que es bueno compartir la vida con los amigos. En esos instantes surge de
la oscuridad de la noche Catalina la flautista acompañada de Nacho el
guitarrista, ellos al sentarse a un lado de ellos entonan una linda melodía que
los compañeros acompañan con sus voces, y las palmas. La chica sosteniendo la
flauta con sus labios le da más vida a la letra. Al terminar Marcia guarda el
dinero en su bolso de cuero, luego enciende un
cigarrillo que va aspirando lentamente diciendo: chicos que bueno que se
juntaron con nosotros. Luego dirigiéndole la mirada a nacho agrega: vos sos
como un gato perpetuo que mezcla el sonido de la guitarra con la voz de
Catalina y esperando la luz de las farolas para entonar el mejor ritmo- La
flaca Marcia: mi estómago no aguanta más sin comer, yo creo que a ustedes les
pasa lo mismo. Qué tal si reunimos dinero suficiente y compramos no sé –
Catalina alzándose la falda responde: si no me toca dárselo a alguien- El
malabarista: dejémonos de bromas para después de la cena, pienso que hacer un
asado es un barullo bárbaro por eso es mejor comprar algo que el lugar nos
permita- Marcia movamos las nalgas y compremos pan, queso, lo que podamos de
fiambre y por supuesto vino. Se levantan emprendiendo la dirección de la calle
Alberti, en una esquina entran en una rotisería donde compran lo acordado y
otras cosas más- Nacho: ahora si vamos a cenar en serio. Salen y solamente en
un momento vuelven abordar la penumbra del parque Lezama, la flaca con la cara
como paralizada en ella es capaz de comprender entre risita y risita va
diciendo: si la gente comprendiera que la vida es tan simple y que la
simpleza la lleva a estar fuera de las
preocupaciones para estar más viva- Catalina: me parece que coexis-ten ya que
toman sus vidas de encierro agobiándose unos a otros. El malabarista caminando
saca del bolsillo varias peloticas con la cuales juega tirándolas sin dejarlas
caer y tranquilamente va diciendo: por-que al no sentir lo que hacen hablan de
cosas tan impersonales sin ni siquiera enterarse de que la vida es un juego,
donde se tiene un papel que lo vas desarrollando. Por esa razón lo que más me
gusta es divertirme practicando malabares sin hacerle mal a nadie. Marcia
intenta con tres bolos que al agitarlos los eleva por el aire para volverlos a
tomar hasta que caen de su control- Ella: me equivoque eso quiere decir que
comamos. Se sientan sobre la grama hablando, mientras entre las dos mujeres
parten en mitades los panes, rellenándolos de queso y con los distintos tipos
de fiambres, ya listos los emparedados los van consumiéndose acompañados por el
vino, el malabarista silbando una y otra vez y luego dice: yo creo que la
relación de todo es química por esa razón el amor nos mueve- Marcia (luego que
termina con el primer san duche) los árboles muchas veces son más despiertos
que algunas personas que no están alertas, si no que están fantaseando con
cuestiones que no son y que no son otra cosa que basura de los pensamientos sin
objetivos reales y claros. La flaca Marcia se levanta, enciende las antorchas
las hace girar en el aire pero terminan cayendo sobre su propia ropa que se va
prendiendo, el malabarista saca de donde puede un pulóver con la cual ahoga la
llama librándola a ella que se queme- Nacho: tienes que tener más cuidado la
próxima vez- El malabarista: Vos no te preocupes a mí eso me paso como mil
veces, lo único que te aconsejo es que no lo dejes de intentar pero siempre
tienes que estar muy concentrada en lo que estás haciendo, como dicen por ahí
la práctica hace al maestro. Él gira sobre sí mismo concentrado con su energía
toma las antorchas que con la maniobra ilumina esplendor con una continua llama
que toma varias apariencias hasta que se extingue el fuego donde todo
desaparece en la absoluta oscuridad.
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